La niebla y las obscuras nubes cubrían el lugar, un barco muy colorido y con cierto pirata famosa en la parte delantera se movía de forma algo brusca por la fuerza del mar, en el barco un capitán de apariencia rebelde (y odiado cabe decir) se encontraba parado en un barril contando con emoción a sus subordinados la magnífica historia del hombre de los 500 millones, Bartolomeo quien relataba con gran emoción el pasado de su tan adorado sempai y agradeciendo al mundo por haberle dado la oportunidad de conocer a Luffy y los demás
- ¡Ah apareció Shanks! –
- Ese es nuestro Luffy-sempai – los nakamas del caníbal lloraban y gritaban de la emoción por tan esplendorosa historia
- ¡¿No es increíble?! ¡es increíble! – grito Bartolomeo mientras lagrimas salían de sus obscuros ojos
- ¿Qué estás haciendo jefe? te ves muy emocionado –
- Solo estoy contando la historia de Luffy-sempai y los demás que supe al entrevistarlos – hablo con una felicidad máxima seguido de unos gritillos de sorpresa por parte de su tripulación – ustedes también escúchenla, ande siéntense – Bartolomeo irradiaba felicidad máxima invitado a sus nakamas a que también escucharan
Sentado en un sofá sin ver a esa pandilla de lunáticos que se hacían llamar piratas el cirujano de la muerte escuchaba atentamente a Bartolomeo, después de todo tenia curiosidad y saber que el younko pelirrojo le había salvado la vida a Mugiwara le hacía sentir dos cosas: gratitud y ¿celos?, bueno eso era normal de igual forma odiaba como Bartolomeo y su tripulación alagaban al pequeño monito eso siempre lo ponía de malas, sus orbes grises viajaron hasta el gran sombrero donde estaba sentado el famosos pirata observando con una gran sonrisa el mar. Bartolomeo estaba contando la historia de cómo Zoro se había unido a los Mugiwaras, el peliverde se hallaba sentado a su lado observando y escuchando atentamente como el de colmillos contaba las historias, Law seguía observando al pelinegro con una pequeña sonrisa conforme las historias seguían.
- ¿Qué pensaste cuando viste a Mugiwara-ya, Roronoa-ya? – la voz del cirujano se escuchaba divertida, el peliverde giro la cabeza ante la pregunta viendo pensativo a Law rompiendo de pronto en una carcajada
- Que me volví subordinado de un capitán idiota – dijo con una gran sonrisa provocando una en el contrario, recordaba que incluso había sentido celos del espadachín después de todo se llevaban muy bien, de pronto Bartolomeo llego a la parte de Sanji y la sonrisa del peliverde se borro remplazándola con una de melancolía volteando la mirada hacia el mar el ojeroso lo copio
- Extrañas a Kuroashi-ya – el peliverde no respondió – sabes que está bien ¿verdad? es fuerte dudo que algo le haya sucedido – comento tratando de darle ánimos
- Lo sé pero…. tengo un mal presentimiento – dijo decaído, “no eres el único” pensó Law
– ¿tú también extrañas a tus nakamas? –
- Sí, pero sé que se pueden cuidar solos, lo que sé es que cuando me vean se pondrán felices –
Sus nakamas… llevaba mucho sin verlos, seguro cuando los encuentre Bepo lo abrazara hasta cansarse mientras el acariciaría el suave y esponjo pelaje de su nakama, soltó un suspiro, enserio extraña recostarse en Bepo él era tan suave y esponjoso, aunque bueno también tuvo algo que abrazar por las noches, una lasciva sonrisa adorno su moreno rostro mientras un extrañado Zoro lo observaba. Bartolomeo ya había finalizado la historia y tanto el cómo su tripulación lloraban a mares, el moreno estaba sorprendido (aunque claro no lo demostraba) por la historia de cómo conocieron a Brook, “de acuerdo esa no me la esperaba” pensó el cirujano, vaya que en el mundo existían cosas extrañas. De repente un rayo impacto el barco dejando a al capitán y su extraña tripulación en el suelo si Law creí que esa tripulación no podía ser más rara y hasta inútil se equivocaba, aparte de no tener navegante y llamar por cada cosa a una anciana para que les de consejos caseros aparte de todo eso resulta que se mareaban…. ¡SE MAREABAN! ¡QUE CLASE DE PIRATA SE MAREA! ¡Y POR ELLO TODO EL BARCO ESTABA LLENO DE GOMA DE MASCAR! “qué asco” “como han sobrevivido en el nuevo mundo” fue el pensamiento del moreno, la risa de Luffy no pudo faltar al ver la escena, suspiro, faltaba poco para que se librara de aquella banda de idiotas, uno de los nakamas de Bartolomeo avisaba sobre una extraña cosa la paranoia de Usopp no tardo y el moreno trato de “calmarlo”
- Espera God –
- ¿Me llamaste God? ¡me sonrojas! ¡soy un hombre de 200 millones avergonzado! –
- Estoy seguro que hasta los almirantes de la marina te tienen en la mira ahora – su fría respuesta paralizo al God mientras el moreno observaba la vivrecard – miren la vivrecard apunta a eso –
- Oh tus nakamas están ahí – comento feliz el monito sacándole una sonrisa sincera a Law - Eso es Zou – comento todo lo que sabía sobre Zou diciendo que ni él había estado ahí - ¿puedes darnos comida? – era clara la respuesta que le daría Bartolomeo
- ¿a ti? – pregunto con mala cara
- ¿puedes darle algo de comida a Mugiwara-ya? – la respuesta también fue obvia,
- ¡tomen toda la comida del almacén! – dijo irradiando felicidad, aunque odiara la gran adulación que tenían hacia el menor debía admitir que era útil.
Law fue a tomar asiento al sillón que antes ocupaba mientras los demás observaban con atención al inmenso elefante que se elevaba con su gran presencia ante sus ojos, Law poso su cabeza entre sus manos pensativo, tenía un mal presentimiento de todo esto uno muy malo y que involucraba grandes eventos, chasqueo su lengua irritado esperaba que sus nakamas y los de Luffy estuvieran bien, unos pies frente de él le hicieron elevar la cabeza encontrándose con dos pozos negros hermosos esos que le quitaban el aliento, en el rostro del menor se podía apreciar la preocupación y la duda.
- ¿Sucede algo Torao? – la voz del azabache se escuchaba preocupada, Law le regalo una sonrisa al de la cicatriz y se enderezo en el sillón poniendo su espada a un lado - Nada Mugiwara-ya – Luffy frunció el ceño haciendo un puchero el mayor rio levemente, se veía tan adorable cuando hacia eso – ¿no me crees? – dijo apoyando su mentón en una mano viendo juguetonamente al menor quien deshizo el puchero pero dejo sus ceño fruncido, se acercó más al ojeroso quien lo vio confundido y tomo asiento en sus piernas
- Te dije que dejaras el apodo – hablo volviendo a formar el puchero y cruzando los brazos, Law volvió a reír
- Está bien Luffy-ya – dijo depositando un beso en la mejilla sonrojada del menor provocando que todas las mirada se posaran sobre ellos, el pobre de Bartolomeo mordía y estiraba su camisa con enojo – no me mires así Bartolomeo-ya – hablo con esa voz que provocaba a cualquiera haciendo que el capitán de la tripulación de idiotas lo vea con odio aprovechando ese momento paso una mano por la cintura del menor – Cavendish-ya se enojara contigo – contesto burlón apretando más el agarre en la cintura del monito provocándole un gran sonrojo y haciendo que el caníbal refunfuñara, Law miro a su pareja sonrojada y con una sonrisa en sus labios hablo – me alegra que Akagami-ya te haya salvado le debo una – Luffy formo una sonrisa de oreja a oreja
- ¡sí!, Shanks es un gran tipo – Law le sonrió dulcemente tenía unas inmensas ganas de besarlo
- Luffy-dono – la voz de kinemon los interrumpió – ahí está su barco – todos se dirigieron hacia donde miraba el samurái y antes de que el capitán del sunny se levantara Trafalgar tomo con fuerza su cintura volteándolo quedando frente el uno con el otro el de ojos metálicos acerco su rostro a la oreja del menor
- Me alegra haberte hecho mío toda la noche, no sé qué suceda ahí arriba, pero si algo nos separa recordare tus lindos y placenteros gemidos Luffy – su voz sonaba llena de lujuria conteniéndose de tomarlo ahí mismo, lamio su oreja de forma lenta y llevo una mano hacia el trasero de Mugiwara– recordare tus suaves paredes apretándome tan jodidamente fuerte y delicioso y tu dulce voz pidiendo a gritos por más– prosiguió a morder el lóbulo de su oreja y juguetear discretamente con la entrada del menor sobre sus pantalones, Luffy soltó un leve gemido y de pronto Law se separó levantándose para ir con los demás, Luffy observo caminar al cirujano y los colores explotaron en su rostro
- ¡TORAO IDIOTA! – grito un muy avergonzado Luffy mientras Law solo reía