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Tú, solo para mí. por hiruma chan

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Notas del fanfic:

Estos hermosos personajes han sido creados por: EIICHIRO ODA-SAMA-SENSEIII!!!!

Notas del capitulo:

FELIZ CUMPLEAÑOS CAVAGE!!!  (-W-)7

este es uno de los primeros fic´s que escribí pero lo estaba guardando para este día!!!

espero les guste!!! XD

Tú, solo para mí.

 

 

 

**Jardín de niños “Shin Sekai.”**

Hakuba Cavendish tenía su primer día de clases en la segunda semana de clases, no pudo entrar a la par de todos los niños por un resfriado pero, eso no le importaba tenía mucha confianza siempre fue bueno para hacer amigos, tenía mucha confianza (incluso se le podría llamar engreído a sus cortos 5 años de edad)

Al llegar a la escuela todos ya estaban en clase pues su madre tuvo que dar cuentas de su resfriado…

 

-Por ello no se pudo presentar Srta. Kalifa.

-Ya veo… no hay ningún problema… veamos, su profesora será la Srta. Makino salón 4.

-Gracias, Cavendish pórtate bien ¿sí?

-Sí mamá, adiós.

-Bien, Hakuba-kun vamos a tu clase.

-Sí… — Sonrió dulcemente.

 

**Salón 4**

 

-¡¡Waahh!! ¡¡Makino-sempai pollo-kun nos está molestando!!

-beeeh…XP…llorones.

-Barto-chan ¿Qué sucede?

-¡¡Él nos molestó!!

-¿Enserio?... Helmeppo, Bellamy ustedes le están llamando “pollo” eso también es molestar a un compañero, no deben hacerlo.

 

+toc toc+

 

-Srta. Makino.

-¿Si? Directora Kalifa.

-Buenos días le traigo a un nuevo estudiante se integrara a su clase a partir de ahora.

-Hakuba Cavendish, mucho gusto… — Saludo con su angelical sonrisa.

-Mucho gusto, mi nombre es Makino.

-Bien, Makino hágase cargo, me retiro.

-Cave-chan  ¿pasamos?

-…sí Makino-sensei.

--Niños todos a sus lugares, hoy se unirá a nuestro grupo un compañero nuevo, adelante preséntate.

-Mi nombre es Hakuba Cavendish mucho gusto.

 

Todas las niñas se emocionaron y los niños no reaccionaron ni bien ni mal a excepción de dos de ellos.

 

-Bellamy ese tonto se cree demasiado.

-Lo bajaremos de su nube en el receso.

-jeje… sí ¿qué tal con globos de lodo?

-jujuju sí.

 

Mientras dos diablillos planeaban el “sabotaje” tan entretenidos, que no se dieron cuenta que unos ojitos y oídos curiosos atendían con sumo interés su charla.

 

-Behehehe… que tontos atacar a una princesa.

-Bien todos espero que sean amables con Cave-chan.

-¡¡Sí Makino-sensei!!

-Cave-chan siéntate al ludo de Barto-chan.

-¿Barto-chan?

-¡ES el pollo de allá!

-¡¡¡Niños!!! Silencio, adelante Cave-chan.

 

Cavendish observo a todos entre curioso y molesto, a él en verdad no le agradaban las burlas y menos los apodos ofensivos, pero no pudo decir nada, después de todo ellos ya se conocían entre si y él no sabía cómo se llevaban entre ellos. Miró curioso al único niño que se sentaba solo, un niño que parecía tener un cabello largo y alborotado hacia arriba de color verde de diferentes tonos que relucía con la luz del sol que se colaba por las ventanas, pero lo más curioso a pesar de su expresión seria eran sus dos colmillos superiores que sobresalían de sus labios. Camino tranquilo y se sentó en la otra silla compartida.

 

-Hola soy…

-No estoy sordo Cavage-chan.

-¿Cava…ge?

-Ah…cierto perdone, Cavage-hime.

-“¿Hime?...soy un niño debería ser un prinipe.”

 

Bartolomeo  se volteó desinteresado de su nuevo compañero de mesa. Cavendish se sonrojo por el apelativo que le dio Barto pero este no lo noto porque a pesar de su apariencia y comportamiento le gustaba atender la clase de Makino-sensei. Saco sus pinturas y comenzó a

Iluminar con estas en su bloc de dibujo.

 

-Barto-chan debes usar los pinceles no las manos.

-Makino-sensei, es un pollo no usa su cerebro.

-Helmepo-chan basta ya de esas burlas.

-Pero es genial su dibujo.

 

La vocecita de Cavendish llamo la atención de todos a observar  lo que Barto había dibujado; un perro jugando con un hueso más grande que el propio perro.

 

-Barto-chan, nunca quieres mostrarme tus dibujos pero son realmente lindos.

-G-gracias Makino-sensei.

 

Susurro bajando la cabeza y no era para menos, cada adulto que halagaba sus dibujos después le descubría hablando mal de su persona, le era des motivante que a tan corta edad conociera de sobra lo que era la hipocresía.

 

-“A Barto-chan parecen no gustarle los alagos”- Pensaba Cavendish al ver el primera fila aquella reacción.

-Bien niños ¿Quién más termino su dibujo?

Cavendish fue todo lo contrario a Bartolomeo, él pintaba con toda la delicadeza de un ángel, mientras iluminaba un cielo azul con un hermoso arcoíris combinando los colores tal cual debían ser, desde el azul pasando por el verde siguiendo al amarillo hasta llegar al rojo y terminar en el morado,  con nubes y un jardín bajo dicho arcoíris; Barto lo noto y cuando quiso girarse para hacerle un comentario, accidentalmente su brazo golpeo contra una de las pinturas y volcó un azul cielo en la parte del pasto en una esquina de la hoja.

 

-¡Ah!...l- lo siento…y-yo quería…

-Arruinar tu dibujo.

-¿Eh?

-Él no soporto tu lindo dibujo y decidió arruinarlo.

-¡Eso no es cierto!

-Entonces trata de arreglarlo.

-Él…

-Un lago.

-¿¿Eh??

 

Cavendish esparció la pintura en una esquina en forma de un irregular lago con un contorno café le dio tonalidad de tierra a la orilla superior para que no luciera tan “plano”. Cuando termino volteo a ver a Bartolomeo regalándole una sonrisa.

 

-Gracias Barto-chan no se me había ocurrido un lago.

-No consientas al pollo.

-…- Bartolomeo volteo a ver mal a Bellamy pero no dijo nada.

-Deberías terminar tu dibujo y no molestar a los demás… — Sugirió Cavendish.

-Cállate ricitos.

-Bellamy-chan ¿Ya terminaste?

-Ya casi Makino –sensei.

-…

-…

 

Aun cuando los niños guardaron silencio el ambiente se volvió pesado evidenciando el descontento de los niños.

Bartolomeo y Cavendish no volvieron a decirse nada.

 

 

***En el receso***

 

 

Todos los niños salieron a jugar y comer su almuerzo, Bartolomeo comió en el salón como todos los días, a él no le gustaba comer afuera, le molestaba que el bento que su papá le preparaba con se llenará de polvo, raramente el salón estaba tranquilo, ni ¨la hiena¨ ni ¨el okama¨ lo molestaban, entonces lo recordó: “Lo bajaremos de su nube.”

 

 

***En el jardín detrás de los juegos***

 

 

Después de jugar un poco con sus nuevos amigos, Cavendish decidió disfrutar de una de sus caprichos más extraños en él: Comer una rosa del jardín.

Iba por la mitad cuando…

 

-¡Hey! Mira Helmeppo, un ¨come hiervas¨

-Hehehe, tal vez deberíamos darle algunas ortigas.

-Sí, pero, ¿No crees que le vendría bien un aderezo?

-Sí.

 

Acordado eso, cada uno le arrojó un globo relleno de lodo que llevaban oculto detrás de su espalda, uno le dio en la cara y el otro en el pecho manchando su cara y cabello así como la bata azulina a cuadros que usaba.

 

-¡¡Hahhahaa!! — Ambos niños se reían cruelmente —… ¿Qué tal el…?

 

Bellamy no pudo terminar sus palabras, Bartolomeo había llegado corriendo dándole un golpe en la cara con el puño cerrado y con todas sus fuerzas haciendo que se golpeara contra la cabeza de Helmeppo y cayendo ambos al suelo, acto seguido Bartolomeo instintivamente se colocó delante de Cavendish protegiéndolo.

 

-¡¡Largo!!

-… — Ni Cavendish articulo palabra.

 

Ambos niños se levantaron y corrieron para evitar algo peor que pudiese hacerles el peliverde que ahora mismo lucía como una bestia dispuesta a atacarlos sin descanso, lo cual no era tan lejano de la realidad.

Bartolomeo estaba que no que no se aguantaba las ganas de romperles más que la cara a ambos, pero unos sollozos llamaron su atención calmando por completo sus deseos de sangre.

 

-Snif… snif…

-… — Sabía quién era… Sabía que era… pero, no quería verlo… eso por alguna razón dolía mucho, así que decidió ignorarlo.

-Snif… snif… snif…

-… — Más nunca se había arrepentido tanto de una decisión tomada por él mismo.

-Snif… — Bartolomeo se dio vuelta y pudo apreciar la imagen de Cavendish tratando de contener su llanto con los ojos inundados en lágrimas.

-¡¡D-deja de llora!!... — Exigió aún sin acercarse más al rubio.

-N-no es-estoy llorando… — Gimoteó el rubio mordiendo sus labios para no soltar su llanto.

-Sí, lo que tú digas… — Refutó con sarcasmo el peliverde.

-…

-Entonces ¿Por qué ¨sudan¨ tus ojos?

-M-mi bata…

-¿Eh?

-Tie-tiene… lodo…

-… — Bartolomeo lo miro atentamente, eso era obvio, por esa razón perdió el control y golpeo a Bellamy con todo su coraje —… ¿Y? Se puede lavar.

-P-pero…

-¿Qué?

-Luzco horrible… — Terminó de decir el rubio mirando directamente a Bartolomeo a los ojos.

-“¿Eso es todo?”… — Bartolomeo no podía creer que eso era lo que le hacía llorar —… “¿Qué nunca se ha ensuciado este niño?” E-escucha…

-¿Qué?... — Cavendish levantó la mirada tímidamente.

-Tu cabello es rubio y tu bata azul ¿No?

-Sí.

-Behehehee…

-¿Qué?

-… — Bartolomeo se acercó hasta tomar el rostro de Cavendish entre sus manos sosteniendo sus mejillas sucias de lodo y limpiándolas en el proceso con gran suavidad —… Creo que tu cabello reluce más con el lodo.

-¿Qué…?

-Behehehee, tus ojos se ven más azules y tu bata también.

-… — Cavendish no tenía palabras, solo pudo sonrojarse con aquel cálido acto del niño peliverde de apariencia salvaje y que no dejaba de descubrir que en realidad era mucho más amable de lo que nadie creería, lo que Cavendish no sabía era que solo se comportaba de esa manera con él.

-Gra… Gracias Barto-chan.

-Es mi deber como varón protegerle Cavage-hime.

-Buuh~ Barto-chan, soy un niño.

-Cavage-hime, decir mentiras no es de una princesa educada.

-¡Y tú para nada eras un caballero y mucho menos un príncipe!

-Por eso dije: “Deber de varón” Cavage-hime.

-¡¡Barto-chan!!

-¡¡Behehehee!!

-¡¡No te rías!! — Cavendish inflando sus mejillas cerró los puños pegándolos a su pecho notando de paso la bola de lodo que seguía en su pecho, tomó la tierra con ambas manos y la embarró en la cara del peliverde que a causa de la risa entró el lodo en su boca.

-¡Cof… cof! — Tosió tratando de escupir la tierra —… Cavage-hime ¡puagh! Bien, Cavage-hime le informó, que desde ahora es: ¡¡Lodo-hime!!

-¿Qué…? — Y antes de terminar su pregunta, Bartolomeo lo tiro en el jardín ensuciándolo con la tierra de las rosas recién regadas…

 

 

***En el salón después del descanso***

 

 

-¿¿Cave-chan, Barto-chan?? ¿Qué les paso?

-…

-…

 

Los niños guardaron silencio mirándose de reojo uno al otro discretamente.

Ninguno quería explicar porque estaban completamente cubiertos de lodo.

 

-¿Se pelearon?

-…

-…

 

Ambos niños giraron el rostro mirándose de frente uno a otro, fue cuando cayeron en cuenta de cómo lucían.

 

-¡¡Behehehee!! ¡¡Luces horrible!!

-¡¡Hahahahaa!! ¡¡Tú luces mucho mejor con todo ese lodo!!

-¿¿Niños…?? — toda la clase se quedó expectante, nunca habían visto reír tan abiertamente a Bartolomeo.

 

Ambos niños tenían los ojos llorosos a causa de la risa pero, por primera vez no era de tristeza, era de la más pura sinceridad de la alegría.

 

 

***Salida de clases***

 

 

Todos los niños eran recibidos por sus padres, pero, un par de ellos resaltaba a simple vista.

Después de limpiarse un poco el rostro, ambos continuaron con sus clases, no fue del todo molesto pues el lodo no alcanzó a mojar sus ropas, aun así no se reconocía del todo el color de sus batitas azules.

 

-¡¡Mamá!!

-¿Cavendish?... — Una hermosa mujer de cabello lacio color rubio cenizo y hermosos ojos azules no creía que ese ¨montón de lodo¨ fuera su lindo Cavendish que casi pecaba de vanidad.

-Papá, hola.

-B-Barto… Llegando a casa… — Un hombre de cabello negro rizado y atado en una coleta con una nariz larga, recibió al peliverde conforme de que esa apariencia en su hijo era más que normal.

-La ropa a la lavadora… — Terminó la frase de su padre el pequeño.

-¿Hiciste un nuevo amigo?... — Dijo observando desde lejos como otro niño rubio contaba a su (hermosa) madre, como paso su día.

-No sé… —Respondió con sinceridad, pues no habían hablado después de decirse algunas frases de ¨alago¨ con risas incontenibles de cada uno.

 

Ambos niños tomaron las manos de sus padres caminando en dirección contraria, cada uno a sus hogares.

 

-“Amigos”

-“Un nuevo amigo”

-“Diferente a todos”

-“¿Mi primer amigo?

 

Cada uno con sus pensamientos volvieron la vista hacia atrás encontrándose una mirada azul y naranja buscándose el uno al otro regalándose una sonrisa y un adiós con las manos.

 

 

***Diez años después***

 

 

En una habitación de paredes blancas y cuadros con paisajes de diferentes lugares, muebles de madera y en el centro resaltaba una amplia cama de sábanas blancas, en medio resaltaba una melena rubia esparcida sobre la espalda de su propietario y el pecho de su amante que hacía de almohada a aquel joven, poco a poco el de piel canela comenzó a despertar apretando el abrazo en la cintura del chico rubio, que como toda respuesta suspiró acomodándose mejor sobre su reciente novio.

 

-Cavage-hime, es hora de despertar… — Susurró el peliverde acariciando los rubios cabellos del chico dormido sobre su pecho.

-Despierta a una princesa como se debe… — Respondió sin abrir los ojos el rubio.

 

Entendiendo la indirecta Bartolomeo se incorporó un poco alcanzando los labios de su ¨princesa¨ y besarle suavemente.

Disfrutando aquella deliciosa sensación, Cavendish rodeo el cuello de su novio con ambos brazos pero, el movimiento le hizo sentir una punzada de dolor en la parte baja sus caderas.

 

-¡Umhg!

-¿Cavendish?

-Cerrando fuertemente los ojos, Cavendish se reacomodó al lado de su novio para no sentir el punzante dolor —… Estoy bien.

-¿Seguro…? — Le tomó con suavidad y se giró con suma delicadeza para recostar al rubio para no lastimarle.

-Sí… — El rubio le abrazó para calmar a su novio.

-Pero…

-Es normal… l-lo…

-¿Lo… qué…?

-Lo tienes demasiado grande… es normal que me duela cuando era virgen… — Susurró el rubio mirando directamente a los ojos a su novio y deleitándose con el creciente sonrojo en las mejillas del peliverde.

-L-lamento el no controlarme… p-pero…

-¿Pero…?

-Me excitas demasiado… — Declaró el peliverde sin dejar de mirar a su rubio novio.

-¿Eh…? — Ahora fue el turno de enrojecer de Cavendish —… ¡¡No lo digas!!

-¡¡Tú hablaste primero!!

 

Ambos se abrazaron sin mirarse directamente, era sumamente vergonzoso para ambos esa situación, decir ese tipo de cosas después de darse su virginidad mutuamente… era demasiado para el pudor de ambos.

 

-N-no podrás caminar… ¿Quieres desayunar aquí?

-Rosas… — Bartolomeo se agachó para besarle suavemente —… Y a mí bestia-kun para la merienda por supuesto.

 

Con los catorce años cumplidos, aún conservaban los apodos que se habían dado desde niños, aun siendo novios, solo ellos sabían que iban dirigidos para el otro con amor y locura.

Porque ciertamente era una locura el que se complementaran el uno al otro tan perfectamente, siendo tan opuestos desde niños.

 

 

 

FIN.

Notas finales:

Espero les gustase!!!

Cuídense mucho!!! Mata-nee!!!  (-w-)7


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