La mayoría de las veces se frustraba... día a día leía cartas que decían "eres fabuloso", "eres admirable, te agradezco por todo lo que haces, desde ahora he decidido ser tu fan" o simplemente un "gracias"., no es que no le agradase, de hecho le importaba en lo más mínimo, es solo que le parecía falso., en sí la mayoría de la ciudad se lo parecía, siendo tan hipócrita siempre, pidiendo ser rescatada cada día incluso por pequeñeces como "mi gato se subió a un árbol, y no lo puedo bajar", y si no cumplías su petición se enfadaba, y comenzaba a agredirte, pero no tenía otra opción, después de todo era su trabajo ...
Ahora se miraba frente al espejo de la pequeña habitación donde vivía: sus orbes ambarinas detallaban cada parte de su anatomía, delgado, algo alto, ahora con una piel tersa y sana, de una claridad que cualquier chica envidiaría, de cierta forma "real" a comparación del conjunto de metal que era anteriormente y las hebras de un ligero rubio.
terminó de ponerse la camiseta y bajó a la cocina, en busca de cualquier alimento que todavía fuera comestible., había olvidado ir al supermercado la semana anterior y no había alcanzado las ofertas, además de que el día pasado se le habían modificado sus extremidades por lo cual no hubo oportunidad de que comprara siquiera lo básico. En fin, hoy no tenía la voluntad de superarse a si mismo además de que tenía cosas que hacer, así que combatiría a un simple ladrón o a máximo alguien de la mafia de un estatus bajo , e iría a hacer las compras, y quien sabe que más, tal vez ir al parque
-Genos ¿ya estas despierto?- escuchó la voz del hombre con uniforme de policía que le esperaba a las afueras de la casa
-Si sensei, voy para allá... solo veía que debo comprar para la cena- respondió rumbo a la salida y brevemente ido en sus pensamientos
Saitama lo observo de cuerpo completo, lo cual lo hizo sentir un poco nervioso -vaya, el doctor Kuseno hizo un buen trabajo esta vez, tus brazos lucen reales.- recordando como lucía el chico cuando lo conoció, sus brazos de un metal grisáceo al igual que sus piernas, o por lo menos hasta la altura de la rodilla, que era lo que vio...probablemente de acero.
El más joven analizó el comentario un momento y lo dio por pasado- será mejor que nos demos prisa, la última vez que llegamos tarde era una emergencia, el jefe casi nos despide ¿recuerda?
-supongo que tienes razón- y dando por terminada esa breve conversación, siguieron su camino
a medida que avanzaban varios pensamientos surgían en ambas mentes, probablemente uno más importante que el otro, sin embargo los que se aglomeraban en el blondo eran del día en que todo comenzó, tal vez fue un evento común, después de todo había miles de personas en el mundo, no sería el primero en casi morir, simplemente dejó volar sus recuerdos, a aquel día en que encontró a Saitama..o mas bien, en que Saitama lo encontró a el , ese día que al menos para si, su vida cambió
Flashback
Perseguía a la líder de una secta no tan conocida, no sentía dolor, desde la rodilla hacia abajo sus piernas eran de metal, al igual que sus brazos., la única molestia que podía tener era en su respirar, pues aunque no sufriera en algunas partes, otras aun lo detectaban, y crean que correr a lo máximo de velocidad que tu cuerpo logra por más de treinta minutos, hace que esta se vuelva irregular, en pocas palabras cansara excesivamente.
Pararon en medio de un callejón, de una ciudad algo solitaria y se vio rodeado por un grupo de hombres con traje gris, aproximadamente quince, nada que no pudiera manejar, siendo encabezados por la mujer, necesitaba descansar unos segundos y se encargaría de ellos, mientras maquinaría planes para ganarles definitivamente, había nacido con la facilidad en las matemáticas como para medir sus posibilidades, y estaba seguro que no fallaría
-¿crees que puedes hacerme algo? mocoso- una bala tocó su muñeca y logró abollarla, Genos volteó mientras detallaba claramente a la líder: una chica de ojos avellana, piel pálida y hebras rubias-grisáceo totalmente lacias, con un labial carmesí, dos pequeñas cicatrices en cada esquina de su cara, sus mallas a base de rayas blancas y negras acompañado de un corsé de las mismas tonalidades, de tal vez veintiséis años
-Eliminarte sería lo más conveniente, pero necesito información de tu parte- estaba calmado, ella no podía ser tan poderosa ¿o sí?
-vaya, no creía que un chico como tu pudiera hablarme con tal idiotez- acarició la mejilla del muchacho y sonrió burlonamente- te veías muy listo, pero veo que me equivoqué...tal vez si me hubieras tratado con un poco mas de sutileza desde el inicio te hubiera ayudado
-no me subestimes- diciendo esto le disparó en los muslos, había logrado sacar su pistola en lo que ella se distraía, la pelirrubia dio un grito entre dolor y furia siendo predominado por el dolor., sus subordinados se abalanzaron hacia él impidiéndole la visión, uno a uno fueron causándole pequeñas heridas sin gravedad, cortes y ligeros golpes, Genos se encargó de ellos sin problemas, dejándolos inconscientes al paso de unos minutos... volteo para arrestar a la mujer, pero ya no estaba, así que empezó a caminar por el lugar buscándola, al parecer no había nadie., lucía como una ciudad abandonada, aunque por la ropa tendida y en buen estado se dio cuenta que varias personas vivían ahí,al menos unas dos mil pero por suerte no estaban en ese momento.
Al paso de una hora escuchó disparos y algo caer, bajó la mirada, parte de su brazo yacía en el suelo -¿Qué mierda?- su vista se centró en la chica atrás de él, sosteniendo un arma más poderosa a la que anteriormente tenía; una escopeta KSG-12, siendo cambiada por una pistola 44 Magnum, apuntándole a la pierna derecha
-¿acaso creías que podías ser el único rápido aquí?, tiré cuatro balas en puntos exactos y apenas lo notaste...oh, no me digas, pensaste que yo no era gran problema, no es así cariño?- comenzó a reír levemente y él por su parte tomó su arma rápidamente y al igual que ella, se puso en posición de ataque, la rubia fue la primera en atacar destruyéndole la pierna, y Genos le disparó en ambos brazos, haciendo que la chica soltara el arma
-como pudiste caminar? Incluso correr?, destruí tu celular, te disparé... No había manera de que fueras por ayuda y tu pierna, debería estar deshecha- decía el oji-ambar tirado en el piso, creyendo que ella ya no sería problema, pues estaba muy lastimada y de sus brazos chorreaba demasiada sangre
-te diré un secreto- se acercó lentamente, inmutada y como anteriormente hizo se detuvo al oído de Genos, y éste la miró sorprendido, pues la rubia daba una sensación de locura y sadismo-después de tantas balas y operaciones unas cuantas no significa mucho
El muchacho abrió los ojos de sobremanera; y se dio cuenta de que este sería su final, él estaba sin un brazo y una pierna, y la mano que podría ocupar estaba inmovible a causa de la abolladura, simplemente no tenía escapatoria, se había resignado a morir... la chica a pesar de sus múltiples heridas parecía como si sólo hubiera sufrido raspones. Y estaba dispuesta a acabarlo
Así que bajó la cabeza y esperó una bala que nunca llegó, pasaron dos minutos, se preguntaba si la oji-café alargaba su tortura por diversión., alzó su mirada y abrió la boca para decir "mátame ya"
Y lo que vio fue a un hombre que le tendía la mano amablemente
-oye, estas bien?- quien le hablaba era un chico de ojos negros, calvo., aunque por las facciones de su rostro no podía tener más de veinticuatro, con una sudadera amarilla y unos pantalones de mezclilla
Y abajo de este, estaba su casi asesina, derramando sangre por él cráneo y con las pupilas perdidas: estaba muerta
-como ha hecho eso?-
-solo quería desmayarla, pero se me ha pasado la mano... Iba a llevarla a la policía después de ayudarte., y a lo que me dices...no sé lo único que hice fue golpearle la cabeza
Genos estaba asombrado, ¿cómo era posible que un solo golpe matara a una persona? ¿Que alguien caminara tan rápido?-pero ella era muy poderosa! La herí varias veces y apenas la lastimó.. Y tú, ¿cómo llegaste tan rápido? Cuando peleábamos ni siquiera te vi
-Bueno, tal vez tenga un poco más de fuerza y velocidad, aunque siéndote sincero sólo pasaba por aquí y encontré a hombres con traje noqueados, así que decidí buscar un poco y los encontré... No quieres que te lleve al hospital? Creo que lo necesitas
-Eh? Oh ,si gracias- paró un momento mientras el mayor lo cargaba y asimiló el poder que podía tener., demasiado y a su parecer admirable - por qué haces esto?
-qué ayudar a alguien en peligro no es bueno?-cuestionó algo dudoso él ojinegro
- no me refería a eso; pareces muy fuerte, pero pudieron haberte herido
-no te preocupes, no me hubiera causado gran cosa... creme he conocido a personas más poderosas a ella... y a lo que preguntaste; digamos que lo hago por diversion., ah, por cierto mi nombre es Saitama
End Flashback
Desde ese día sus ideales cambiaron completamente, su existencia estaba basaba en fortalecerse y vengarse, viviendo en una continua monotonía en la que él único sentimiento que albergaba era el odio... pero cuando conoció a Saitama todo eso cambió, aspiraba a ser como él, a alcanzarlo, y había descubierto sentimientos como la compasión y el cariño... y aunque no fuese un chico muy expresivo sentía esas cosas
la voz del mencionado lo sacó de ese breve recuerdo, al comentarle las ofertas que habría esta semana -que te parece si comemos caballa? nunca la he probado y dicen que hoy tiene descuento, podríamos comprarla después del trabajo
-si usted lo desea- le respondió amablemente y demostrando una de sus sonrisas sinceras, la memoria que acababa de recordar le había quitado el mal humor de la mañana, a causa de los ciudadanos- de hecho planeaba salir temprano hoy, así que puedo ir adelantándome en lo que usted acaba
-me parecería bien, gracias Genos
-gracias a usted- dijo en un susurro, manteniendo la sonrisa y con un sutil sonrojo en las mejillas; agradecía no solo por disiparle el animo, sino también por lo que era ahora
-has dicho algo?- el mayor lo volteó a ver, estando seguro de que su autonombrado discípulo le habló
-nada realmente- se excusó , volteando hacia otro lado con un ligero tono de vergüenza, aunque esta no se notara realmente- solo apúrese o llegaremos tarde
-me estas retando a una carrera?- bromeó el ojinegro con una mirada burlona, que pocas veces usaba- bien, la acepto- y empezó a correr, dejando solamente una estela de polvo a su paso
-¡¿que?!, sensei!- el rubio trató de alcanzarlo., al igual que él era rápido , aunque no lo suficiente, pero aún así hizo el intento- espere!