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La Ciudad de los Muertos II : Vestigios de esperanza por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

¡Buenas, gente! «¿Qué es esto?», se preguntarán. «¿Es que esta pelmaza al fin ha actualizado algo?», sí, algo así. 

Ya lo mencioné en la página de facebook, pero he estado con algunos (varios, carajo) problemas personales que me han tenido muy... desanimada respecto a la historia. 

Pero hace no mucho fue el cumpleaños e una gran amiga mía (y lectora de esta historia) y ella me pidió un capítulo especial, de cierto trío en especial. 

¿Y qué creen, gente? Fue magia. De un simple deseo de cumpleaños salieron cuatro capítulos, y encima, canon. 

Los estaré subiendo seguido, porque ya están listos. Después e eso, intentaré volver con todo. "Intentaré", no quiero prometerles nada. Pero daré mi mejor esfuerzo. 

¡Disfrútenlos! 

 

 

SIETE VECES: "Uno, dos..." 

 

 

 

(Tres años después del Desastre...) 

 

 

Me escabullí en silencio hacia las carcasas de autos viejos que estaban en la esquina y me escondí tras ellos. Un poco más adelante, una pequeña horda de zombies andaba con una lentitud enfermiza, como si estuvieran esperando a que algún despistado se les parara enfrente. Pero ese no sería yo.

Le di un rápido vistazo a mi pistola y otro al cuchillo guardado en su funda, sólo para asegurarme de que siguieran en su lugar. 

   —Bueno, bueno. ¿Hasta qué año esperaremos? —Una voz saliendo del radio me hizo dar un respingo—. ¿No llevamos demasiado esperando por…? —agarré el aparato y lo cubrí para acallar un poco la voz. Luego me lo llevé cerca de los labios para susurrar: 

  —Silencio, demonios.

Pero el molesto ruidito de estática, que se oía cada vez que alguien iba a a hablar, volvió a sonar. 

  —Ja —oí la risa seca de Scorpion al otro lado de la línea—. Nunca pensé que lo diría, pero el chico tiene razón, Cuervo. 

  —Entremos ahora. 

  —No, Damon —gruñí—. Espera un poco más —miré a mis alrededores; había muchos infectados dando vueltas por ahí y parecía que otra horda venía cerca—. Maldición, sabía que debíamos traer refuerzos —murmuré. 

  —¿Perdón? 

  —Sí, ¿qué diablos dices? —gruñó Scorpion—. ¿Crees que conmigo no será suficiente? 

  —No, lo que estoy diciendo es… 

  —¡Voy a salir! —gritó Damon.     —¡No! —miré en su dirección y noté que ya no estaba donde debía. En lugar de eso, lo vi corriendo hacia la fábrica que habíamos estado observando desde hace algunas horas. Scorpion río otra vez y yo me levanté para salir tras mi cazador—. ¡Sí, sí! —le renegué al radio—. No te preocupes, imbécil. Yo me encargo de él —me colgué los binoculares que había estado utilizando y corrí hacia Damon. Quería alcanzarlo antes de que llegara al grupo más grande, pero nos separaban varios metros y ese bastardo no era precisamente lento. Mientras corría, la voz de Scorpion siguió burlándose. 

  —Eso te pasa por adoptarlo. 

  —¡No he adoptado a nadie! —grité al aire. Salté sobre el capó de un coche y subí al techo para llegar al otro lado de la acera, de lo contrario habría perdido demasiado tiempo intentando meterme entre toda la chatarra que había. Lo vi entrar a un callejón y también me percaté de los zombies que estaban al final de éste—. Carajo —Él se dio cuenta demasiado tarde e intentó retroceder, pero ellos le rodearon antes de poder escapar. Desenfundé mi arma y comencé a disparar para ayudarle. Él ya estaba peleando con su cuchillo y manos.

Nunca se lo diré, pero Damon es uno de los mejores a la hora de dar golpes.

Pero ni mis disparos ni sus puños fueron suficientes. Ellos lo terminaron de acorralar y le cayeron encima. Estábamos en pleno invierno, sabía que traía varias capas de ropa y que sería difícil de morder, pero no imposible. Aceleré un poco más y llegué justo a tiempo para meter la mano entre esa maraña de cuerpos destrozados y fétidos y sacarlo de ahí. 

  —¿¡Qué acaso querías morir!? —le grité. 

  —Lo siento —se reincorporó como pudo, lo jalé del brazo y corrimos de vuelta hacia la avenida. Pero otro grupo nos bloqueó el paso.

«Sabía que entrar los tres solos en zona cero era una mala idea», pensé para mis adentros.

Vi una escapatoria y la tomé; la salida de emergencias de un complejo de apartamentos. Jalé la manilla y ésta cedió increíblemente rápido. Lo metí adentro y cerré la puerta tras de mí.

Por unos segundos lo único que pude oír fueron nuestras respiraciones que intentaban volver a la normalidad. Una gota fría me corrió por la frente y las manos de Damon, que temblaban, se aferraron a mis brazos.

Quizás, hace un par de años, encontrarme en una situación como esta me habría causado gracia. Pero esta vez me había alterado. 

   —Imbécil… —susurré, sin verlo a pesar de tenerle frente a mi cara. Podía sentir su aliento golpeando contra mis mejillas, pero todo estaba muy oscuro—. No vuelvas a hacer eso.

  —Lo intentaré. 

  —Lo digo en se…

  —¡Cuidado! —me agarró y me jaló hacia adelante. No tuvo que decir nada más, ya los había oído. Había infectados adentro también.

Ambos tambaleamos hasta toparnos con una escalera y comenzamos a subir. Corrí, lo más rápido posible y por cada piso que subíamos, más y más infectados se unían a la carrera. Los teníamos encima.

Estábamos perdidos. 

  —¡Demonios! —Damon gritó tras de mí—. ¡Son demasiados! 

  —¡Sigue corriendo!

Primer y segundo nivel: quizás ahora ya entendía por qué este lugar era llamado «zona cero.» Tercero y cuarto: estaba cansado, jadeaba y mis piernas comenzaron a arder justo en la parte media de los muslos. Quinto, unas manos delgadas y esqueléticas se aferraron a mi ropa y me jalaron hacia ellas. Sexto, Damon estuvo a punto de caer.

Séptimo. Encontramos la única salida: una azotea. Abrí la puerta y la vi despejada. 

  —¡Hay que saltar! —ordené. 

  —¡Estás loco! —chilló él. No, no lo estaba. Esta era la única forma de salvarnos. Esprinté más rápido y, justo antes de pisar el borde, salté hacia el otro lado.

Caí en la azotea del edificio del frente y rodé uno o dos metros antes de frenar completamente. Me levanté y me acerqué al borde. Damon aún no se atrevía a cruzar.  

   —¡Tienes que hacerlo! —le animé. Los infectados debían estar cerca. 

  —Hombre, es imposible —miró a un lado y luego al otro. Parecía espantado, debía estarlo. Iban a comérselo vivo. 

   —¡Hazlo ahora! —grité—. ¡Vamos, Damon!

Los zombies cruzaron la puerta. 

 —¡Ya!

Él retrocedió sobre sus pasos para tomar impulso y se apresuró hacia el borde. Le vi suspendido en el aire durante varios segundos y, por un momento, me pareció una estatua; congelado en el tiempo y el espacio, con un brazo estirado hacia mí y el otro buscando reequilibrarse en la nada. Y entonces el tiempo volvió a correr y él pareció estar a punto de caer. Estiré el brazo y atrapé su mano justo a tiempo. 

  —¡N-No me sueltes! —tartamudeó con voz temblorosa.

Sonreí, disfruté un poco de sus ojos perdidos y asustados por estar, literalmente, al borde del abismo, y lo jalé hacia arriba. Ambos caímos al piso y nos quedamos tendidos ahí por algunos minutos. 

  —Es segunda vez… —jadeé, estaba cansado—. Has estado a punto de morir dos veces.

Él dejó escapar una risa estridente como respuesta.

   —He aprendido de un excelente maestro… —dijo y estiró su mano para rozarme el cabello con los dedos—. Eres el mejor cuando se trata de bailar con la muerte. 

 

 

Notas finales:

PD: Por si no se han dado cuenta, este especial tratará de cómo Siete obtuvo su apodo (y acabó metido en una situación un poco subida de tono xD) 

PD2: Aquí narrarán todos; Cuervo, Siete y Scorpy. Uds sabrán identificar quién tiene la voz. 

 

¿Les ha gustado el capítulo? Pronto subiré la segunda parte :D 

¿Críticas? ¿Comentarios? ¿Preguntas? Pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review :) 

 

Saludos ;) 


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