Desde que Wonsik se había ido de Corea parecía ser que el tiempo avanzaba más lento de lo que siempre lo había hecho, el rubio se había ido a mediados de Agosto y pesar de que solo hubieran pasado un par de meses, lo extrañaba demasiado, le hubiese gustado que estuviese a su lado para celebrar su cumpleaños, aunque había sido el primero en saludarlo (y despertarlo), no había sido suficiente, lo que más deseaba era que estuviese allí con él.
-Luces más animado de lo que esperaba – Dijo Hongbin a modo de saludo.
-¿Querías que estuviese llorando? –
-Tal vez – Dijo con una sonrisa burlesca - ¿Has hablado con Wonsik? –
-Me llamo a las 3 de la mañana, no sabía si alegrarme o matarlo – Hongbin rio. – Aunque el hablar con él pudo más que el sueño o el odio que pudiera sentir – Terminó de decir casi en un susurro.
-Sí que te agarro el amor – Dijo Hongbin con una sonrisa y Taekwoon se sonrojo.- Mejor vamos a buscar a Hakyeon, él tenía que comprar el pastel y no me extrañaría que se le cayera por el camino –
Habían ido a buscar a Hakyeon y también habían esperado a que los padres de Taekwoon llegaran a casa para celebrar su cumpleaños de manera sencilla.
-Taekwoon hijo, te tenemos una sorpresa de parte de todos – Dijo su madre emocionada y éste le miro sorprendido.
-¿Qué sorpresa? – Preguntó curioso.
-¡Te irás a Londres por una semana! – Dijeron a coro y Taekwoon los miro interrogante.
-¿Qué? –
-Cómo escuchaste, te irás a Londres por una semana ¿No estás emocionado? – Dijo una de sus hermanas.
-Sí, pero Londres… ¿Por qué Londres? –
-Siempre quisiste ir allí ¿No? –
-No -
-Pero bueno, hay que conocer otros lugares, ¿A qué no es emocionante? – Decía su madre.
Hongbin y Hakyeon sintieron la tentación de reír, pero eso podría arruinar la verdadera sorpresa, agradecían que en su familia fueran mejores actores que ellos. Claro que sabían que él no quería ir a Londres, Taekwoon jamás había manifestado entusiasmo por viajar fuera del país, pero ellos lo enviarían donde Wonsik estaba y de paso los ayudarían a tener una semana de vacaciones.
-Ya tenemos todo arreglado para que viajes, solo falta que arregles tus cosas, partes mañana –
-¿Qué? Pero qué pasa con…. – Taekwoon estaba anonadado ¿Estaban hablando en serio?
-Ya está todo arreglado, soy el mejor – Dijo Hongbin con una sonrisa – No tienes ninguna excusa para negarte –
Taekwoon suspiró, no le quedaba otra de que alegrarse por su viaje, en menos tiempo del que creía ya se encontraba rumbo a Inglaterra, pero no terminaba de entender por qué lo habían hecho ir a Londres y además solo.
"No te preocupes Taekwoon, cuando llegues a Londres, la persona que te estará esperando te reconocerá" Recordó las palabras que Hongbin le había dicho antes de ir rumbo al aeropuerto en Corea. Le asustaba un poco el hecho que esa persona le conociera y él no, comenzó a observar a las personas esperando que alguien tuviese un cartel con su nombre o algo por el estilo, no dejaba de sentirse como si estuviera en una película, a lo lejos vio a alguien que se le hacía familiar, un chico alto, más o menos de su misma estatura, contextura delgada, pelo rubio desteñido, lentes de sol y esa estúpida sonrisa de autosuficiencia que a él le encantaba.
-No puede ser - Taekwoon le vio sorprendido mientras sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, los ojos se le habían llenado de lágrimas de emoción -¡WONSIK! – Gritó sintiendo como su cuerpo se movía por sí solo, yendo lo más rápido que pudo hasta él.
-Sorpresa - Dijo Wonsik mientras lo abrazaba con fuerza - Feliz cumpleaños - Susurro en su oído haciendo que se estremeciera.
-Por eso me mandaron hasta aquí-Murmuro para sí mismo, sosteniendo el rostro del rubio entre sus manos, ahora todo tenía sentido, las miradas cómplices entre sus amigos, la "equivocación" del lugar y a su familia casi arrojándolo dentro del avión diciéndole que disfrutara su viaje. Había caído en la trampa y para qué negarlo, eso le encantaba.
-¿En verdad nunca lo sospechaste? - Este negó con la cabeza haciendo sonreír, siempre tan distraído.
-Comencé a pensar había algo extraño debido a la insistencia de todos para que no cancelara el viaje, incluso pensé querían deshacerse de mí por una semana, pero jamás pensé que me mandarían contigo- Confesó algo sonrojado, mentiría si dijera que siempre lo había pensado, ni en sus más locos sueños se le pasó por la cabeza, sus amigos y familiares serían capaces de mandarlo a otro país para re-encontrarse con su ex novio.
-¿Y estás feliz de verme? ¿Valió la pena el viaje?- Preguntó Wonsik limpiando con el dorso de su mano una lágrima rebelde que resbala por la mejilla del mayor. Él pensaba que Taekwoon estaba igual de emocionado y feliz por tenerlo cerca, pero nunca se sabía.
-Valió la pena, ni te imaginas cuanto te extrañaba, ¿Y tú? ¿Estás feliz de verme? –
-Creo que yo era el que más quería que vinieras- Dijo sonriéndole, para luego ayudarlo con la maleta a la vez que comenzaban a caminar.
Wonsik le había contado una vez que vivía con otro chico en un pequeño departamento cercano a su universidad, le había dicho que el chico se llamaba Cheolyoung, pero que nadie lo llamaba por su nombre, sino que lo decían Mir y que a él le decían Ravi.
-Mir es un chico agradable, está algo demente pero te agradará, él también es coreano, aunque lleva más tiempo aquí que yo - Dijo mientras entraban al departamento, tal como Wonsik le había dicho, era un lugar bastante pequeño, pero a su vez bastante acogedor, le sorprendía el orden que había en aquel lugar, aunque supuso estaba así de ordenado solo porque él iba de visita, sintió algo de nostalgia al recordar cuando ellos vivían juntos, muy en el fondo de su corazón, deseaba que aquellos días volvieran a repetirse. Sintió una puerta abrirse y observo curioso al chico que salía de esta, suponía que él sería Mir, el chico le sonreía radiante, contagiándole un poco de su felicidad y tal como Wonsik le había dicho el chico era muy agradable y gracioso, le había contado algunas anécdotas que habían pasado juntos y luego de un par de horas, se fue dejándolos solos, habían decidido que al día siguiente saldrían a conocer la ciudad para que así el mayor pudiese descansar.
Habían decidido ver una película, Wonsik lo había abrazado apenas se había dado la oportunidad y eso lo hacía sentir nervioso ¿Acaso Wonsik se sentiría igual de ansioso que él?, no soportaba tenerlo cerca y simplemente actuar como su amigo, necesitaba tenerlo cerca, aún más cerca, quería besarlo, quería sentirse amado por él una vez más. Muy a su pesar no había ocurrido nada más y una vez termino la película, se habían ido a dormir.
Le costaba trabajo creer que estaba en Inglaterra y además con el rubio recostado a su lado, incluso así sentía que no era suficiente, lo necesitaba cerca, necesitaba tocar su piel, deshacerse bajo sus manos y besos, quería fundirse en uno, tal y como lo hacían antes, pero temía dar el primer paso por miedo a ser rechazado. Intento dormir, pero no podía conciliar el sueño, estaba nervioso y su nerviosismo aumento cuando sintió a Wonsik acariciarle los costados por sobre la tela del pijama, se estremeció cuando este escabullo su mano por debajo de la ropa tocando su piel de una forma que le daba escalofríos a la vez que giraba su rostro y la distancia entre ambos se iba reduciendo hasta que sus labios se juntaron y comenzaron a besarse con suavidad, disfrutando del contacto.
-Te extrañaba – Dijo Wonsik volviéndolo a besar, mientras que Taekwoon enredaba sus dedos entre sus cabellos. – Y al parecer tú también – Dijo apegando su frente a la del otro, para luego quedar viéndole directo a los ojos. Siempre amo la forma en la que se veía reflejado en ellos, como sus ojos brillaban de tal forma que parecía ser el único en su mundo.
-Demasiado – Decía Taekwoon acariciándole el rostro suavemente – Nunca pensé que iba a ser tan difícil estar lejos de ti – Murmuro viendo como en un rápido movimiento Wonsik quedaba sobre su cuerpo.
-Fue muy duro para mí también, me faltaba mi león – Murmuro sobre sus labios, sintiendo un escalofrió recorrerle por completo al sentir como Taekwoon acariciaba su espalda con suavidad. Las caricias eran suaves y cargadas de necesidad, deseaba hacer suyo al chico bajo su cuerpo, pero no quería que todo acaba tan rápido. – Te extrañé todos los días desde la última vez que te vi en Corea – Comenzó a depositar suaves besos sobre su cuello, haciéndolo suspirar – Estoy realmente agradecido que tu familia haya colaborado en la loca idea que se nos ocurrió con Hongbin –
-Pensé que querían deshacerse de mí, pero en realidad creo que estaban cansados de escucharme decir lo mucho que te extrañaba –
-¿De verdad? – Preguntó mientras le quitaba la playera del pijama y Taekwoon hacía lo mismo con la suya, dándole un corto beso en los labios.
-Ji Eun dice que susurraba tu nombre entre sueños, que quería estuvieras a mi lado– Susurro en su oído para luego lamer el lóbulo de su oreja, Wonsik sintió una punzada de culpabilidad, sabía que su partida había dejado destruido al mayor, fue egoísta de su parte irse, aunque no es como si él hubiese estado mejor.
-Pero por toda esta semana volveré a ser todo tuyo – Murmuro mordiendo suavemente su cuello, mientras sus manos acariciaban su abdomen, haciéndolo estremecer, fue bajando por sus hombros entre besos, hasta llegar a sus tetillas, las cuales comenzó a lamer y morder, haciendo que a Taekwoon se le escaparan algunos gemidos.
-Aún no puedo creer que esto sea cierto – Dijo entre suspiros sintiendo como el rubio iba creando un camino de húmedos besos por su torso, hasta llegar a su abdomen, halando suavemente el borde del pijama, pero sin llegar a quitarlo.
-Ni yo, esto parece un sueño- Murmuro sobre su entre pierna a la vez que lamia sobre el pantalón del pijama, haciendo que Taekwoon arqueara la espalda debido a la oleada de placer que sintió.
Siempre le había gustado la forma en la que el rubio lo tocaba, sentía que se deshacía ante sus caricias y es que la forma tan sensual en la que lo tocaba y como se movía, tendría que ser ilegal, lo volvía loco y lo hacía anhelarlo y necesitarlo solo a él, siempre a él.
-Me encantas- Murmuro Taekwoon mientras que en un rápido movimiento dejaba a Wonsik bajo su cuerpo, el cual le miraba con una sonrisa juguetona.
-Estás mucho más delgado – Decía Wonsik a la vez que acariciaba la espalda del mayor, trazando dibujos invisibles – Aun así me sigues pareciendo hermoso – Susurro sintiendo como Taekwoon succionaba su cuello, marcándolo como suyo.
-Lo mismo digo de ti- Dijo a la vez que comenzaba a besar el torso del menor, quien soltaba pequeños gemidos de placer a la vez que Wonsik enredaba sus piernas en sus caderas, comenzando a moverse con sensualidad, logrando que sus entrepiernas se rozaran, haciéndolo gemir fuertemente. Siempre que quería jugar un poco con el rubio este hacia algo para demostrarle que él tenía el control, subió hasta sus labios, besándolo con hambre, entrelazando sus lenguas con necesidad a la vez que los gemidos eran silenciados entre besos.
Wonsik volvió a estar al control de la situación, dejo a Taekwoon bajo su cuerpo, a la vez le ayudaba a deshacerse del pantalón del pijama y de la ropa interior, el mayor soltó un suspiro de alivio su erección comenzaba a doler al ser retenida por la tela. El rubio acarició con lentitud sus piernas haciéndolo estremecer y gimió ronco al sentir la lengua del menor recorrer su miembro, para luego dar cortas lamidas que lo hacían sentir cortas oleadas de placer, sentía su cuerpo arder, necesitaba más y parecía ser que el rubio tenía todo el tiempo del mundo para jugar con él. La imagen ante sí se le hacía tan sucia y placentera, tener al rubio entre sus piernas llevándose su miembro a la boca y comenzando a succionarlo, lo hacía sentirse en las nubes, llevo una de sus manos hasta sus cabellos jalándolos con algo de brusquedad, se sentía al límite y de su boca solo escapaban gemidos de placer a la vez que pedía más.
-Ah… Wonsik, me vengo - Gimió alto al momento de correrse en su boca y el rubio lo miro de forma lasciva, para luego besarlo apasionadamente, mientras que Taekwoon le terminaba de quitar la ropa que traía puesta.
-Mir insistió en que debía comprar esto – Decía a la vez que sacaba un frasquito de lubricante de la mesita de noche – creo que le daré las gracias cuando lo vea – Decía con una sonrisa traviesa mientras a la vez que empapaba tres de sus dedos con la sustancia para luego dirigirlos a la entrada de Taekwoon, introduciendo uno lentamente a la vez que este se movía incomodo, se sintió nervioso, había pasado un tiempo desde la última vez que se habían acostado, pero confiaba totalmente en el rubio, introdujo un segundo dedo moviéndolos de forma circular y en forma de tijeras, cuando introdujo el tercer dedo, dolía, pero no lo suficiente, se sentía ansioso, deseaba tener al rubio en su interior.
-¿Estás listo? – Le pregunto besándole la frente de forma cariñosa viendo como Taekwoon asentía, se acomodó entre sus piernas y comenzó a introducirse lentamente, sintiendo como las uñas del mayor se clavaban en su espalda, beso sus hombros al notar la mueca de dolor que había en sus labios – Tranquilo – Susurro en su oído a la vez que comenzaba a moverse lentamente soltando uno que otro gemido, las paredes del mayor aprisionaban su miembro de una forma que le encantaba, beso al pelinegro a la vez que lo acariciaba suavemente, intentando disipar el dolor, sabía que dolía al comienzo y más cuando el cuerpo de Taekwoon había perdido la costumbre de estar con él.
De apoco el cuerpo del pelinegro se fue relajando y el dolor se convirtió en placer, Wonsik decía su nombre entre gemidos y él no podía sentirse más feliz, se sentía amado, habían sido pocos meses los que habían estado separados pero parecía que sus cuerpos jamás se hubiesen enterado de eso, se sentía completo, seguía demasiado enamorado del rubio y este le demostraba que lo seguía amando de la misma forma.
Sus sentidos estaban nublados por el placer y era que tener el cuerpo del pelinegro bajo el suyo, era lo más sensual que había visto, mientras que buscaba sus labios con desesperación ahogando sus gemidos entre ellos, sobre todo al dar con aquel punto que hacia enloquecer al mayor, sentía como este enterraba las uñas en su espalda a la vez que su cuerpo temblaba de placer, las embestidas eran cada vez más rápidas y certeras hasta que ambos alcanzaron el climax.
Sus cuerpos estaban bañados en sudor y sus respiraciones eran irregulares, Wonsik salió con cuidado de su interior recostándose a su lado y atrayéndolo a su cuerpo, comenzando a acariciar su espalda con cariño, aún no podía creer que eso realmente estuviese pasando, tener a Taekwoon en su cama en Londres parecía un sueño y tenía miedo de que esa semana se pasara demasiado rápido.
-Eres tan hermoso y sexy – Susurro en su oído acariciando ahora su cabello.
-De los dos tú siempre fuiste el más sexy –
-Lo sé, me lo dicen a menudo – Dijo riendo al sentir como Taekwoon lo golpeaba en el hombro.
-Sigues igual de egocéntrico que siempre –
-y tú sigues igual de celoso – Dijo levantándole el rostro con cuidado a la vez que lo besaba cortamente – pero sabes que tú siempre serás él más importante para mí –
A Taekwoon siempre le había sorprendido como un par de palabras por parte de Wonsik hacían que su corazón latiera tan acelerado, sus palabras sonaban tan seguras, cómo si aquello fuese la única verdad que pudiese existir y eso le encantaba. Le gustaba que las cosas no hubiesen cambiado en un par de meses y esperaba que todo siguiese siendo así cuando regresara.
Los días iban pasando demasiado rápido, lo estaba pasando increíble, había olvidado hace cuanto no se divertía tanto, los amigos de Wonsik eran muy agradables, sin contar a Mir, le costaba un poco hablar con ellos debido a que estos no hablaban coreano ni el muy bien inglés, sin embargo esto no había sido un impedimento a la hora de divertirse. Era feliz viendo lo bien que se veía Wonsik junto a ellos, aunque se sentía lejano, sentía que estaba perdiendo al rubio, pero quito rápidamente aquel pensamiento de su cabeza al notar como Wonsik lo abrazaba con cariño, demostrándole que siempre estaría allí para él.
El tiempo se había pasado realmente rápido y no podía creer que ya tuviera que regresar a Corea, faltaban 8 meses para que volviese a ver al rubio, muchas cosas podrían pasar en ese tiempo, quería creer que todo seguiría igual que siempre, pero de algo sí que estaba seguro. Aquel había sido el mejor regalo de cumpleaños que había tenido en su vida.