Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fated por FlamingUnicorn

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El resumen lo debo, mi cerebro no sirve para ese tipo de cosas jajaja

Pd: Las sugerencias son bienvenidas(?) :P

 

Anny espero que te guste y perdón por molestarte siempre jajaja <3

 

 

Con su espalda recargada en la pared más cercana, Kim JunMyeon observaba impotente y con los ojos bañados en lágrimas al hombre de avanzada edad y cabellos canosos que dormía profundamente en la cama. Aún estando a esa prudente distancia podía notar claramente el paso del tiempo adornando las facciones del Alfa Kim y la manera despiadada en la que los años le habían pasado factura.

 

Ya nada quedaba de aquel imponente y vivaz alfa que lo había salvado cuando era cachorro, el día en el que un numeroso grupo de lobos forasteros había atacado su aldea, arrebatándole la vida a todas las familias y asesinando cruelmente a sus padres.

 

 No había un día en el que JunMyeon no recuerde la horrorosa escena que había presenciado y la voz de su madre diciéndole que escape; al ser tan pequeño fue cuestión de tiempo para que lo alcancen y sin la oportuna intervención del Alfa Kim se habría convertido en un cadáver más del montón.

Al quedar solo en el mundo, el Alfa lo acogió sin miramientos, enfrentando a todo aquel que se oponía a su decisión y criándolo como un miembro de su familia junto a su amable esposa. JunMyeon había estado a su lado durante tanto tiempo que llego a considerarlo como a un padre a pesar de no compartir lazos sanguíneos y realmente le dolía verlo tan débil, postrado en su lecho sin ser capaz de levantarse por sus propios medios.

Aunque no quiere ser pesimista, el castaño sabe que la muerte está más próxima que la recuperación y él debe hacer algo para que la manada no se quede sin un líder capaz de protegerlos. JunMyeon era el Beta y el segundo al mando, pese a la oposición de los miembros más viejos que aún no lo aceptan, y como tal debía ejercer su rol y velar por la seguridad de los suyos.

 El constante avistamiento de forasteros merodeando por los límites de su territorio era una clara señal que le advertía que debía comenzar a moverse. Los árboles parecían tener oídos y las noticias acerca de los problemas de salud del Alfa ya habían llegado a las orejas de otras manadas. El Beta está casi seguro que desconocen detalles o de lo contrario ya habrían atacado. Otra posibilidad también era que se encuentren a la espera de la confirmación de su muerte para dar el golpe final, atacarlos cobardemente con la guardia baja.

 Su manada era relativamente pequeña en comparación a otras y estaba compuesta mayormente por omegas, sin la protección de un Alfa fuerte eran un blanco demasiado fácil. JunMyeon podría asumir el liderazgo, sus habilidades en el campo de batalla eran innegables, pero un nuevo Alfa era imprescindible desde su punto de vista.

 

-¨¿En qué estás pensando?¨

La voz de viejo líder resonó en la silenciosa habitación y sus miradas chocaron cuando JunMyeon levantó la cabeza. El castaño sonrió levemente y abandonó la pared en la que estaba recargado para sentarse cómodamente en el borde de la cama.

 

-¨Estaba pensando en buscar un sucesor¨- Respondió sinceramente. Si había algo que tenía más que claro era lo mucho que el Alfa Kim odiaba las mentiras. -¨Puede parecer irrespetuoso de mi parte pero...¨

 

-¨No es irrespetuoso¨- Interrumpió el Alfa. -¨Tú puedes suponerlo al verme pero yo siento como la vida se está escapando de mis manos¨- Contó. -¨Anoche soñé con HaNeul... Ella me dijo que pronto volveríamos a reencontrarnos¨

 

El Beta se sorprendió al escucharlo pero no le extrañó ver una suave sonrisa adornando su rostro. HaNeul era su difunta esposa, su mitad destinada, y el haber soñado con ella sólo significaba que su sufrimiento pronto terminaría.

 JunMyeon escuchó miles de historias acerca de las parejas destinadas a lo largo de su vida y las palabras de su líder le recordaron a una que su madre le había contado una noche.

 Un relato acerca de dos lobos cuyo amor era tan fuerte que ni siquiera la muerte misma había sido capaz de separarlos. Uno de ellos había sido asesinado cruelmente por un foráneo que se coló en su aldea, sin embargo el otro nunca dejó de sentir su presencia y aseguraba que podía respirar su esencia en el aire, acompañándolo en cada momento. Cuando su tiempo de partir estuvo cerca, su pareja finalmente se dejó ver en sus sueños y le comunicó que pronto estarían juntos de nuevo, esa vez por toda la eternidad. Fue cuestión de días para que el aviso de su amada se cumpla y partió con una leve sonrisa en el rostro, sabiendo que no debía temer porque su otra mitad estaba esperándolo del otro lado.

 

JunMyeon había creído que esa narración se trataba de un simple cuento hasta este momento y no puede evitar preguntarse si alguna vez va a ser capaz de amar con tanta devoción y de una forma tan pura.

 

Él ya era un adulto y aún no había sido reclamado por ningún miembro de la manada. Oportunidades tuvo, pero rechazó a cada una de ellas porque servirle al Alfa siempre había sido su máxima prioridad.

 

Cuando se percató de lo vacía que parecía su casa y los frías que podían llegar a ser las noches, ya había sido demasiado tarde. Los lobos de su edad ya se habían juntado e incluso formado familias y tomar a alguien más joven no estaba en sus planes. El Beta quería poder permitirse sacar su lado infantil, ser consentido y mimado, alguien menor no podía darle lo que quería.

 

-¨Vas a arrugarte si no dejas de fruncir el ceño de esa forma¨- Habló el líder, el cansancio destilando en su voz. -¨¿Quién va a interesarse en mi joven y hermoso Beta si está lleno de arrugas?¨

 

-¨Tal vez estoy destinado a la eterna soledad¨- Respondió el castaño.

 

-¨O tal vez tu otra mitad no se encuentra en esta manada¨

 

-¨¿Me está desterrando?¨- Preguntó desconcertado, frunciendo aún más el entrecejo.

 

-¨JunMyeon, a veces puedes ser tan idiota¨- Susurró el Alfa antes de comenzar a toser frenéticamente, deteniéndose cuando el más joven le dió de beber un poco de agua. -¨Con respecto a mi sucesor, tienes mi aprobación¨- Comunicó acomodándose en la cama. -¨Aunque siento que el tiempo que me queda no va a ser suficiente¨

 

-¨Entonces, ¿Qué debería hacer?¨- Indagó sin recibir una respuesta. El líder se había dormido nuevamente.

 

°°°°°°°°°°°°

 Kim JongDae corría a través de bosque en su forma humana, persiguiendo a un conejo color blanco que se había cruzado en su camino.

 

-¨No huyas, no voy a comerte¨- Le decía al pequeño animal que parecía saltar cada vez más rápido para alejarse de él.

 JongDae frunció los labios al notar sus intenciones pero no detuvo su andar. El conejo lucía como un suave pompón, gordo y de un blanco impecable; el castaño solamente quería acariciarlo y jugar con sus orejas, no cazarlo para que sea su aperitivo de la tarde.

 Un audible ¨Oh¨ se escapó de sus labios al ver como el conejo de repente se detuvo. Era su oportunidad para atraparlo.Estaba a punto de lanzarse contra el suelo para agarrarlo cuando un lobo gigante de color gris oscuro apareció delante suyo, interponiéndose entre él y el conejo.

 

-¨¿LuHan?¨- Cuestionó con fingida confusión porque ya sabía la respuesta a su pregunta.

 

Podía distinguir con facilidad a LuHan de cualquier otro lobo. Su pelaje era de un tono gris oscuro, contrastando con el blanco adornando el interior de sus orejas, hocico y parte de su pecho. Nada fuera de lo común. Sin embargo, JongDae podía diferenciarlo por el aroma que desprendía el alfa. Una fragancia que no sabría describir pero que lo enloquecía.

 

Aunque todo en aquel alfa lo enloquecía.

 

JongDae podría parecer indiferente pero su corazón se alteraba y un cosquilleo se extendía en su estómago simplemente por su presencia. Intentaba ocultar la atracción que sentía hacía LuHan porque el bastardo se había atrevido a rechazarlo cuando le confesó honestamente sus sentimientos.

¨Lo siento, pero prefiero a un omega común y corriente, no a uno que se cree un alfa¨- Le había dicho, sin saber lo mucho que lo lastimaron esas palabras y la interminable cantidad de lágrimas que derramó por su culpa.

 

JongDae frunció el ceño cuando el lobo comenzó a empujarlo con su cuerpo en la dirección contraria a la que se dirigía previamente.

 

-¨Hey, no tienes derecho a interrumpir mis horas de juego¨- Se quejó el castaño.

 

LuHan le gruñó y JongDae estuvo a punto de maldecirlo cuando escuchó un disparo cerca de su posición seguido luego por un aullido bastante familiar. Cazadores estaban merodeando la zona y él no había percibido el peligro por estar concentrado en perseguir descuidadamente al conejo.

 

El lobo lo empujó con más fuerza provocando que trastabille, insistiéndole en que regrese a la manada, pero JongDae no le hizo caso y empezó a desvestirse ante la atenta mirada del alfa, que emitió otro gruñido al no ser obedecido.

 

JongDae era un omega pero su comportamiento no era típico de un miembro de su clase. Su personalidad era arrogante y burlona la mayor parte del tiempo, su actitud era tosca y desafiante y no obedecía las órdenes de nadie, a excepción del Alfa Kim, el Beta Kim JunMyeon o su padre y por esa razón solía meterse en problemas a menudo.

 El castaño se había críado rodeado de alfas, sus hermanos y padre pertenecían a esa clase y está seguro que su personalidad se vió forjada en torno a ellos. Siempre recibió quejas de su madre, y las sigue recibiendo a pesar de que abandonó su hogar porque ya no la soportaba, no la manda al diablo únicamente por respeto a su progenitor.

 JongDae no creía que ser diferente a los demás omegas fuera algo malo y no pensaba cambiar por nada ni nadie.

 

-¨Deja de gruñirme, maldición¨- Protestó el castaño, ignorando la vergüenza que sentía al estar completamente desnudo delante del otro. -¨Un compañero pidió ayuda y voy a acudir a su llamado, te guste o no¨

 

Y dicho eso se tranformó, dejando atrás al humano para darle paso a un lobo cuyo pelaje era mayormente de un color marrón claro, a excepción de la parte superior de su lomo y cabeza pintadas de un color gris oscuro.

 

LuHan acortó la distancia que los separaba y contrario a los pensamientos del otro, restregó su rostro contra el hocico de JongDae, que inevitablemente se inclinó un poco hacía su caricia.

 

Los repentinos ataques cariñosos de LuHan desestabilizaban por completo al castaño.

 El alfa lograba confundirlo, poner su mundo de cabeza con pequeñas e íntimas acciones como esa y JongDae detestaba el poder que ejercía en él y lo mucho que le costaba resistirse. Si ya lo había rechazado y dejado más que claro que no estaría con él, ¿Por qué se empeñaba en atravesar su espacio personal cada vez que tenía una oportunidad? ¿Acaso sabía que el amor que no fue correspondido permanecía intacto y lo tomaba como un juego?

Ignorando lo bien que se sentía aquello, se separó. No sabía qué demonios pretendía LuHan pero él no iba a caer en sus redes fácilmente.

Otro gruñido escapó de LuHan cuando salió corriendo a toda velocidad y esta vez JongDae lo disfrutó internamente.

 

°°°°°°°°

Do KyungSoo amaba la libertad que sentía al correr sobre sus cuatro patas, sintiendo la textura de la tierra y el crujir de ramas y hojas a su paso. La fresca brisa recorriendo cada centímetro de su pelaje negro era tan relajante que lograba dejar de pensar en sus problemas por un momento.

Las discusiones entre sus progenitores eran cada vez más recurrentes, sus gritos e insultos más fuertes, pero el tema de sus disputas siempre era el mismo: KyungSoo.

 

¨Arruinaste mi vida al reclamarme¨, ¨Si no tuvieramos un maldito hijo en común te abandonaría por otra mujer que si valga la pena¨.

 

Ese tipo de comentarios le dolían pero ellos estaban tan inmersos peleando que ni siquiera notaban su presencia en el mismo cuarto ni las lágrimas que recorrían sus mejillas. Lo peor era que actuaban como si realmente les importara su bienestar cada vez que escapaba y no aparecía hasta el otro día. Sus rostros bañados de fingida preocupación merecían un premio.

 Cuando KyungSoo se detuvo notó lo cerca que estaba de los límites del territorio de la manada y supo que debía regresar. El Beta Kim JunMyeon les había advertido que se alejaran de aquel lugar porque corrían peligro de ser atacados por lobos forasteros que últimamente merodeaban por la zona.

 KyungSoo era un omega fuerte pero su potencia en ataque no podía ser comparada con la de un alfa. Si se cruzaba con algún lobo de esa clase no saldría favorecido de la pelea. Lo único que tenía a su favor era su velocidad, al ser su contextura un poco más pequeña que la de un alfa o un beta sus pasos eran más ligeros y podría escapar con facilidad.

 Un aroma desconocido llegó a sus narices y estaba a punto de huír cuando escucho un aullido desde el interior del bosque. Sonaba lastimero, como si estuviera pidiendo ayuda y KyungSoo se maldijo en su interior cuando se vió acudiendo rápidamente a su llamado, ignorando las advertencias del Beta. Podría tener mal temperamento y mostrarse arisco en todo momento pero el omega no podía negarle su ayuda a nadie.

 Frenó abruptamente su andar y se ocultó entre los árboles al percibir la presencia de humanos. Hecho que le sorprendió porque usualmente no solían adentrarse tanto en las profundidades del bosque. Cuando aparecieron en su campo de visión notó que solamente eran dos pero cargaban armas con ellos.

 Otro aullido pudo oírse, esta vez más cerca, y los hombres comenzaron a correr en busca del lobo. KyungSoo se cuestionó acerca de su tonto accionar, ¿Por qué había delatado su posición? ¿Acaso no podía olfatear el olor de esas personas?

 ¨Tal vez es demasiado joven y está asustado¨- Pensó. Cuando un cachorro se aleja de los suyos suele llenarse de desesperación, sobretodo si está en un ambiente desconocido, y no razona correctamente. Eso podría explicar su torpe comportamiento.

KyungSoo empezó a caminar sigilosamente detrás de ellos, planeaba atacarlos por la espalda antes de que encuentren al supuesto cachorro.

Un aullido más y las armas dispararon antes de que pudiera reaccionar.

 

Maldición.

 Salió de su escóndite y no dudó en saltar sobre uno de los cazadores y morder de manera salvaje su garganta, sintiendo como este dejaba de moverse a causa de su ataque. Cuando levantó la vista, la otra persona estaba apuntándolo, sus manos temblando debido a la salvaje escena que había presenciado.

KyungSoo lo observó de manera desafiante aunque la verdad era que temía resultar herido o muerto por el alcance de sus balas. Desvió la mirada brevemente al captar un movimiento del lobo tirado en el suelo y todo sucedió demasiado rápido después. El otro se había lanzado sobre el humano antes de que tenga la oportunidad de gatillar y KyungSoo imitó su accionar para asegurarse de que no siga con vida.

 Con ambos cazadores muertos, el lobo desconocido se desplomó repentinamente, asustando a KyungSoo que emitió un aullido en forma de ayuda antes de volver a su forma humana para poder detectar sus heridas y la profundidad de estas.

 JongDae y LuHan aparecieron cuando él intentaba cargar vanamente al animal en sus brazos. Era demasiado grande para alguien de baja estatura como KyungSoo pero debía intentarlo, el otro podía morir si no recibía las atenciones necesarias.

 

-¨KyungSoo, ¿Lo conoces?¨- Cuestionó JongDae al dejar atrás su forma lobuna.

 

-¨No, pero va a morir si no lo ayudamos¨- Respondió preocupado. -¨Por favor, ayudame¨- Pidió al percatarse de la mueca en el rostro del contrario.

 

-¨Es un forastero¨- Dijo JongDae negando. -¨Un alfa forastero¨- Corrigió.-¨Puede ser peligroso, KyungSoo¨

El aludido negó frenéticamente con la cabeza. No podía considerarlo peligroso cuando lo había salvado de ese cazador estando tan herido.

 

-¨Él estaba pidiendo ayuda, probablemente sea un cachorro que se perdió de su manada al separarse¨

 

-¨Es demasiado grande para ser un cachorro¨- Opinó LuHan con el ceño fruncido. -¨Estoy de acuerdo con JongDae, puede ser peligroso. No vamos a llevarlo con los nuestros¨

 

-¨Él me salvó, me gustaría devolverle el favor¨

 

-¨Lo siento pero no cuentes con nosotros¨- Decretó LuHan.

 

La decepción fue notoria en el rostro de KyungSoo y JongDae suspiró al ver como su posición tambaleaba. Generalmente KyungSoo se mostraba serio en todo momento, rara vez sonreía de manera abierta o bromeaba con algún miembro de la manada, y nunca le pidió un favor en toda su vida. Era el típico lobo que se esforzaba solo para lograr sus objetivos. Sin embargo JongDae sabía que su corazón era puro y demasiado blando detrás de toda esa coraza.

 

-¨Está bien¨- Accedió el castaño, ignorando a LuHan a su lado y el hecho de que parecía querer devorarlo con la mirada y no precisamente por lucir atractivo. -¨Vamos a llevarlo y curar sus heridas¨

 

-¨Están locos si creen que voy a ayudarlos ¨- Habló LuHan y JongDae sonrió sarcásticamente.

 

-¨No recuerdo haber solicitado tu ayuda en ningún momento. KyungSoo y yo vamos a asumir la responsabilidad por este pequeño-gigante lobo, así que eres libre de marcharte¨

 

LuHan rodó los ojos con fastidio y dejó que su lobo tomara forma nuevamente. No iba a ayudarlos pero no podía marcharse y abandonarlos a su suerte sabiendo que podrían ser atacados en un mínimo descuido.

 

-¨¿Cómo lo llevamos?¨- Preguntó el castaño. -¨Ni siquiera intenté levantarlo pero mis brazos ya se sienten cansados¨

 

-¨No hay otra opción, no es como si pudiéramos transformarnos y cargarlo sobre nuestros lomos¨- Contestó KyungSoo.

 

JongDae asintió con resignación y escuchó como LuHan gruñó apenas sus manos entraron en contacto con el lobo foráneo.

 

-¨Creí haberte dicho te fueras¨- Habló recibiendo otro gutural sonido como respuesta.-¨¡Que dejes de gruñir, maldición!¨

 

 

Notas finales:

Hola!

Es la primera vez que escribo algo con esta temática así que espero que les haya gustado el primer capítulo ^^

Si, por casualidad, hay alguien esperando la actualización de XingXing o Príncipe de hielo, quiero informarles que los capítulos están en producción(?) Así que pronto los voy a subir :3

Disculpen si hay algún error de ortografía D:

Chau~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).