Estaba nervioso, ¿para qué negarlo? Sus entrañas estaban acalambradas en ese sitio frente a sus padres. Seohyun a su lado parecía tranquila pero podía ver sus puños debajo de la mesa abriéndose y cerrándose lentamente, quería salir corriendo.
«Mala idea, Hakyeon. Siempre tienes malas ideas».
Para su suerte, Gayoon estaba allí tratando de amenizar la charla y desviarla. Ella, al igual que Hakyeon, no quería que la charla terminara siendo una cita matrimonial. Eso ni en sus peores sueños.
—¿Y tus padres, Seohyun? —pregunto la señora Cha sirviendo el té.
—Están bien, señora Cha. Perfectamente —Seo le sonrió cortésmente.
—¿Trabajan? —esta vez fue el padre de Hakyeon quien habló.
—Sí, mi padre es arquitecto y mi madre es diseñadora de interiores.
—Es maravilloso —comentó el señor Cha—. También deseo que mi hijo se dedique a algo con tan buen futuro como lo es la arquitectura. Aunque, claro está, se lo dejare a su criterio elegir su carrera.
«Sí, claro». Pensó Hakyeon sarcásticamente, ni en un millón de años su padre lo dejaría escoger. No si él era quien pagaba la matricula.
—Sé que lo que Hakyeon–oppa elija logrará sacar su máximo provecho. Es un excelente estudiante, los profesores hablan maravillas de él —comentó Seohyun casual.
—¿Tú piensas eso, que mi hijo es maravilloso?
—Oh, claro que sí. Admiro mucho el desempeño de Hakyeon–oppa.
—¿Y qué tal el futuro? Mi hijo es un gran partido, ¿no crees?
Aquel comentario hecho por su padre los dejó a todos, incluyendo a su madre, boquiabiertos.
—¿Eh?
—Pa–Papá, esa clase de cosas no se preguntan a una muchacha de su edad —interrumpió Gayoon el incómodo silencio.
—Es cierto, ella y yo apenas estamos empezando a salir —refutó Hakyeon—. Tu comentario esta fuera de lugar.
—No veo el problema —dijo el hombre.
—Señor, siento mucho que tenga esa idea pero yo aún soy muy joven para casarme y, siéndole sincera, no me veo casada tan pronto —dijo bajando la mirada, sus mejillas se habían tornado de un rojo escandaloso. Hakyeon, bajo la mesa, apretó la mano de la chica para darle ánimos y calmarla.
—Oh, las mujeres siempre piensan en casarse y tener hijos. No pongas ese pretexto para lucir más interesante.
—Padre —dijo Hakyeon con voz dura—, para.
Luego de la cena, Hakyeon se ofreció a llevar a Seohyun a su casa. Todo había sido un desastre y había terminado justo en donde quería evitar que terminara, con una propuesta de matrimonio. Los nudillos del moreno se tornaron pálidos por la presión que ejercía en el volante.
—Oppa, para aquí. Necesito tomar aire.
Se estacionó a un lado de la carretera y vio como la chica bajaba rápidamente, él la siguió pues no quería dejarla sola.
—Lo lamento, fue un error haberte pedido esto —dijo.
—Tu padre es horrible —exclamó la chica abanicándose el rostro mientras caminaba de un lado a otro, no podía quedarse quieta—. Ya veo porque le tienes miedo.
—No es miedo exactamente pero él aún tienen potestad sobre mí y puede hacer lo que quiera, y yo no quiero darle razones para ello —dijo rascándose la nuca.
—¿Eres gay, oppa? —Hakyeon se quedó estático y pálido, Seohyun sonrió—. Me lo suponía.
—Creo que bisexual me describiría mejor.
—Tranquilo, oppa. No voy a juzgarte por tus preferencias —dijo la chica acercándose a él y acariciando su brazo—. ¿No les has dicho?
—No y no pienso hacerlo hasta que… hasta que me haya graduado —confesó—. Cuando todo esto termine, podre vivir mi vida como quiera.
Seohyun iba a decirle algo pero calló, simplemente lo abrazó. Vio en su mirada una profunda tristeza como si algo más grande ocurriera, algo más grande que salir de closet con sus padres.
*****
Jaehwan y Wonsik corrían de un lado para otro cargando cajas con materiales para adornar el teatro, ellos eran responsables de dejar todo limpio y bien acomodado para el festival escolar. Claro que Eunkwang, Seokjin, Yoongi, Sandeul y Kibum estaban ayudando a decorar igual, a excepción del terrón de azúcar que se había quedado dormido en las gradas arropado con un telón.
—Alguien que despierte a Yoongi. No puede dejarnos todo el trabajo a nosotros —exclamó Key.
—Querida diva, yo valoro mucho mi vida así que despiértalo tú —dijo Sandeul mientras cogía un puñado de bambalinas para colgarlas en el techo con ayuda de Eunkwang.
La puerta del teatro se abrió dándole paso a Jimin, quien se acercó para saber porque tanto escándalo. Vio a Yoongi dormido sobre los primeros asientos, sonrió. Se lanzó sobre él y besó su mejilla.
—Despierta, hyung.
El chico entreabrió los ojos encontrándose con la reluciente sonrisa de su novio.
—Jimin —susurró adormilado para luego abrazarlo y volver a cerrar los ojos.
—No, no. Arriba. Despierta. Tienes trabajo.
—Como molestan —dijo levantándose poco a poco aun abrazado a Jimin.
—¿Eso era todo? —dijo Key con las manos en la cintura—. Haberme dicho antes que llamara a tu novio para que pudieras trabajar, me ahorro el esfuerzo.
Las mejillas de Yoongi adquirieron un tono rojizo. Estúpido Key.
—Calla —dijo acercándose para ayudar a Jin quien se destornillaba de la risa junto a Sandeul por la reacción del pobre terrón de azúcar—. Ustedes también cállense.
—¡Te vez como un tomate! —exclamó Jin para luego seguir riendo.
Jaehwan y Wonsik los veían con una sonrisa cómplice, ya era hora de que esos dos estuvieran juntos.
—Qué bonito es el amor correspondido —dijo Ken.
—Apoyo eso —secundó Ravi.
—¿Y cómo está Taemin? Hace mucho que no lo veo —Ken intentó sacarle platica, no quería quedarse al lado de Ravi sin hacer ni decir nada, además de terminar de arreglar el fondo del escenario.
—Bien —Ravi hizo una mueca—. Sigue saliendo con el larguirucho ojos de rana ese —rodó los ojos.
Ken sentía un nudo en el estómago y sus manos temblaron, la voz de Ravi en un tono celoso lo hería. Trató de tranquilizarse.
—Ah, pues ellos hacen bonita pareja —dijo como si nada.
Ravi simplemente bufó, no dijo nada por respeto a Jaehwan. Era su hyung favorito después de todo y él no tenía la culpa de su mala suerte en el amor.
Por otro lado, un Hongbin molesto y un Hakyeon indignado eran acosados por las risas de sus dongsaengs.
—¡Esto es alguna clase de brujería! —exclamó Hakyeon lanzando el mazo de cartas a la mesa—. ¡Yo nunca pierdo en estos juegos!
—Pues perdiste, hyung —dijo Taehyung encogiéndose de hombros mientras Sungjae se retorcía de la risa en el suelo y Hyuk desparramado en la silla.
—Aquí están los trajes —Gongchan entró por la puerta con dos bolsas a cuestas.
—¡Chansikkie! ¡¿Tú también?!
—Todo sea por amor al arte, Choco —contestó el chico—. Y también es una pequeña venganza por haberme abandonado a mi suerte hace dos semanas.
—Ya te pedí perdón —dijo Hongbin intentando hacer un puchero.
—Un perdón no es suficiente, traidor —dijo señalándolo—. Ahora, vístanse. El festival va a comenzar en una hora.
—¡¿UNA HORA?! ¡¿NOS DAS UNA JODIDA HORA PARA PRÁCTICAR ESA PAYASADA?! —Hongbin gritó exasperado.
Hakyeon intentó huir por la puerta pero fue halado rápidamente por Taehyung, evitando su huida.
—¿Cómo se les ocurre hacerme esto y frente a tantas personas? ¿Qué tal si alguien les dice a mis padres? ¡Me mataran! ¡Me cocinaran vivo! ¡Me tiraran a los cerdos! ¡Y me remataran! —Hakyeon se tiró al suelo quejándose y llorando dramáticamente—. ¿Es que acaso no he sido un buen hyung?
—Deja el drama, omma. Ni que fueras a bailar desnudo —dijo Sungjae.
—Pues… prácticamente —articuló Gongchan mostrando la camisa que iba a usar, era blanca y de una tela muy fina.
—¡Me niego a usar eso!
—Omma~ hazlo por nosotros —Taehyung lo abrazó por la cintura colocando su cabeza en el hombro del moreno.
—¡Hazlo por bebé Hyukkie! —exclamó Sungjae haciendo que Hyuk se cayera de la silla.
—¡Que no soy bebé! —exclamó el castaño.
—¿Por qué a mí? —lloriqueó Hakyeon aun siendo sostenido por Taehyung.
—Te odio, Chan —lo secundó Hongbin acompañando a Hyuk en el piso.
El festival había dado inicio con varios puestos de comida y juegos, los estudiantes se divertían y devoraban todo lo que veían a su paso. A media tarde todos fueron dirigidos al teatro de la institución en donde varias personas harían presentaciones de talento, entre ellos estaban Ken y Taekwoon.
El mayor estaba nervioso, era la primera vez que cantaba ante un público tan numeroso y todo gracias a Jaehwan. El chico estaba dándole un masaje ya que lo notaba tenso y no era para menos, su hyung era muy tímido ante las multitudes.
Un alboroto proveniente del final del pasillo en donde esperaban hizo que ambos giraran y abrieran los ojos de par en par. Taekwoon sintió un fuerte dolor en sus costillas cuando su corazón golpeó como loco contra ellas. Hakyeon y Hongbin eran empujados por Gongchan hasta ellos, vestían una camisa blanca y pantalones negros ajustados, estos marcaban sus piernas, muslos y otra parte entre ellos.
—¿Qué me ven? —articuló Hongbin cubriéndose con sus manos, se sentía desnudo.
—Esto… ¿Esto qué significa? —preguntó Ken asombrado.
—Culpa de la cosa esta —señaló a Gongchan que solo sonreía como niño pequeño.
—¿Hakyeon? —Taekwoon observó a su amigo que intentaba fallidamente cubrirse con los brazos—. ¿Qué van a hacer?
—…Bailar —murmuró el mayor.
—¿Bailar? ¿Con esa ropa?
—¿A que no se ve sexy el niño? —dijo Gongchan y Taekwoon tuvo que tragar el nudo que se había formado en su garganta, murmuró un tímido sí.
Ravi llegó para avisarles a Ken y Taekwoon que debían salir al escenario, pero se quedó embobado al ver a Hongbin y a Hakyeon.
—¡Wow…!
—No digas nada, Wonsikie —imploró Hakyeon incómodo.
—¡No! Si tengo que decir algo —exclamó muy serio el pelirrojo—. Se les marca mucho el paquete y solo yo tengo derecho a verlos.
El rostro de los dos aludidos se tiñó de un rojo escandaloso, Taekwoon casi se atraganta con el aire y Gongchan veía todo divertido, mientras Jaehwan se mantenía serio.
—¡¿Qué rayos, Wonsik?!
—Taekwoon–hyung y Jaehwan–hyung tienen que salir al escenario, ya —informó Ravi antes de ser acorralado por su hyung y su mejor amigo.
Ken tomó del brazo a Taekwoon arrastrándolo al escenario del teatro, sabía lo que pensaba su amigo así que intentó tranquilizarlo.
—Fue solo una broma, hyung. Sabes que esos tres son muy buenos amigos.
—Lo sé —dijo Taekwoon no muy convencido.
Ya frente a la audiencia la música empezó a sonar. Taekwoon sostenía el micrófono muy fuerte, estaba nervioso al punto de sudar frío. Jaehwan apretó su mano para brindarle apoyo, así ambos empezaron a cantar.
Cada notada, cada verso, era entonado con el más apasionado sentimiento. Muchos quedaron asombrados, otros aplaudían demostrando cuanto gustaban de aquella melodía. Hyuk miraba junto a Sungjae en primera fila, una perfecta vista y una perfecta acústica. El de pelo castaño escuchaba todo atentamente sin expresión alguna mientras apretaba fuertemente la tela de su pantalón, no podía evitar que los celos lo poseyeran y menos sabiendo que Taekwoon había escrito esa canción pensando en SU Hakyeon.
“Cuando me dices cosas para que me sienta mejor,
cuando tus ojos me miran.
Esas cosas me hacen sentir vivo.
No tengo nada más que decirte, solo que te amo.
Muchas gracias por esperarme hasta el final.
Por mirarme sin temor.
Apóyate en mí, cree en mi amor.
Estaremos juntos para siempre, por siempre.
Te amo, te necesito.
Te amo, te necesito.
Gracias a ti, soy de esta manera.
Quédate a mi lado, yo te consolare en los momentos más difíciles.
Amemos como si el mundo se detuviera ahora.
Gracias por ser como eres”.
El dúo finalizo recibiendo una ovación de pie de parte de todo el alumnado presente, ambos hicieron una reverencia y se marcharon. Taekwoon sentía su rostro arder, no podía creer que se había puesto de pie y cantado frente a tantas personas sin equivocarse o desafinar.
—Taekwoonie, Jaehwanie, estuvieron grandiosos —dijo Hakyeon entusiasmado.
Taekwoon se acercó a él y lo abrazó, envolvió sus brazos en la cintura del moreno y escondió la cabeza en el hueco de su cuello, apoyando sus labios en la piel de su amigo. Hakyeon simplemente correspondió ese abrazo, podía sentir el cuerpo de su mejor amigo tiritar era obvio decir que se debía al pánico escénico.
—Quien diría que eres como un león dormido —le susurró pegando los labios a su oreja haciéndolo estremecer aún más.
—Bien, chicos, ahora es su turno —dijo Gongchan obligándolo a separarse de Taekwoon.
El segundo mayor vio cómo su mejor amigo acompañado de Hongbin salía a escena. Él no quería perderse ningún detalle de su espectáculo por lo que instó a Jaehwan a que lo acompañara afuera, en busca de un lugar apropiado para verlos.
A fuera, Hyuk estaba impaciente por ver a Hakyeon. ¿Y si se había arrepentido? No lo creía, Gongchan se había asegurado de llevarlo tras bambalinas. Él lo había visto. Las luces se apagaron y una música algo tétrica empezó a sonar, un foco se encendió iluminando las figuras de Hakyeon y Hongbin. La música cambió a una tonada más lenta y sensual, sus cuerpos se movían duros y provocativos. La boca de Hyuk se abrió sin querer, la vista que le ofrecían aquellos dos era única.
—Madre santa —dijo Sungjae casi babeando, no lo podía culpar.
La música adquirió fuerza y velocidad así como los movimientos de sus hyungs. Hakyeon se había desplazado hacia el lado donde estaba Hyuk, quedando frente a él. Cayó de rodillas sin dejar de bailar, conectando sus miradas por unos pocos segundos. Sanghyuk apretó sus piernas por inercia, la mirada que Hakyeon le había regalado había sido salvaje, deseosa. Se mordió los labios, su entrepierna dolía.
La danza concluyó con Hakyeon y Hongbin mirándose frente a frente, el mayor pasó su mano por el cuero cabelludo de su dongsaeng y las luces se apagaron.
Todo el mundo aplaudió y gritó de emoción. Sanghyuk simplemente se había quedado en shock. Su novio y su crush bailando juntos. Su novio y su crush bailando provocativamente. Su novio y su crush frente a frente regalándole la vista más jodidamente sexy que haya visto a su corta edad.
—¿Hyuk estas bien? —preguntó Sungjae al verlo ido.
—Necesito aire —y sin más, salió corriendo de allí. Además de aire, necesitaba aliviarse la hinchazón de la entrepierna.
Corrió hasta el baño y se inclinó sobre el lavabo, empapó su rostro para tratar de calmar la revolución de hormonas que lo recorría. Ni loco se tocaba allí en la escuela. No sabía cuántas veces repitió esa acción pero fueron suficientes para mantener a su amiguito abajo, aún estaba algo acalorado pero podía disimular que nada pasaba.
—Hyukkie… —escuchó la voz de Hakyeon por lo que se giró y lo encontró aun con la ropa de la presentación. Adiós escaso autocontrol.
Fue rápidamente a donde estaba Hakyeon, tomó su rostro y estampó sus labios en los contrarios. Hyuk sintió su espalda chocar contra la pared cuando Hakyeon lo acorraló contra esta, abrazándolo, acariciando sus caderas, profundizando más el beso. Jadeó cuando las manos de Hakyeon apretaron la piel de su cadera y se encaminaron más abajo, acariciando sus glúteos.
Un golpe seco los sacó de su ensimismamiento, ambos se miraron y luego dirigieron su mirada a la puerta, de dónde provenía aquel sonido, encontrándose a un muy sorprendido Wonsik.
Oh, no.