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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola hermosuras, traje sensualidad~

Son mis ultimas semanas de semestre y me están bombardeando con tareas y demás en la universidad, así que no estoy segura de poder actualizar la próxima semana pero haré lo posible porque así sea u.u

Sin más que decir, preparen los pañuelos y a leer~

Hakyeon sentía su cuerpo demasiado frío pero no podía detenerse, debían terminar el proyecto de biología antes de que culminara el plazo de entrega. Nadie le dijo que el reino animal era algo tan complicado, que bueno que él no quería estudiar nada relacionado a ellos.


 


La madre de Taekwoon los detuvo un momento para que fueran a comer y luego volvieron a su faena. Eunkwang se halaba los cabellos en un claro signo de desesperación, Minhyuk cabeceaba cansado, Taekwoon comenzada con su onceava taza de café y él se moría de frío. No lo entendía, la primavera era muy cálida y pronto entrarían en verano, ¿por qué tenía tanto frío?


 


—Hakyeon–ah, estás sudando —lo alertó Taekwoon.


 


—¿Eh? —tocó su cara por inercia y se encontró con pequeñas perlas de sudor rodando por ella.


 


—¡Lo encontré! —exclamó Eunkwang asustándolos, incluso Minhyuk despertó completamente antes de babear el libro frente a él—. ¡Encontré lo que faltaba!


 


—¡Al fin! —dijeron todos a la vez, por fin podrían descansar.


 


—Hakyeon, ¿te diste un baño y no avisaste? —articuló Minhyuk al ver a su amigo sudar.


 


—Creo que es fiebre.


 


—Deberías ir a casa y descansar —dijo Taekwoon sosteniendo su mano y acariciándola.


 


—Pero, ¿y el trabajo? —preguntó preocupado y algo incómodo con la acción de Taekwoon.


 


—No falta nada para terminarlo, nosotros nos encargaremos de eso.


 


—Ven, yo te llevo —dijo Minhyuk sacando las llaves de su auto.


 


Recogió sus pertenencias y se despidió de sus dos amigos, así como de la familia de Taekwoon, para dirigirse al auto con Minhyuk.


 


No obstante, antes de Minhyuk pusiera a andar el auto, Taekwoon llegó hasta ellos.


 


—Hakyeon–ah, si necesitas algo no dudes en avisarme.


 


Se sorprendió ante la repentina preocupación de su amigo, era una simple fiebre, pero sin duda eso le alegraba.


 


—Está bien, Woonie —dijo para luego apretar suavemente su mano.


 


Se despidieron nuevamente y, esta vez, el auto sí avanzó.


 


En el trayecto, Hakyeon pidió detenerse en una farmacia, se estaba quedando sin medicamentos. Fue hasta donde una muchacha atendía y le cedió el recetario, además de indicarle que quería pastillas para bajar la fiebre.


 


—¿Hakyeon–hyung? —una voz conocida a su lado lo llamó.


 


—Wonsikie, ¿Qué haces por aquí?


 


—Mi hermana tiene cólicos —dijo mostrándole la caja de pastillas—, ha estado gritándome toda la mañana para que se las compre.


 


—Oh —fue lo único que pudo decir antes de que la chica que lo atendió le entregara un sobre marrón con sus medicamentos en él.


 


—Aquí tiene, señor Cha.


 


—Gracias —dijo mientras realizaba el pago.


 


—Pff. Te dijeron viejo.


 


A Hakyeon solo se le ocurrió sacarle la lengua. Caminaron devuelta al auto, ignorando el malestar que padecía el moreno.


 


—Hyung, ¿te sientes mal? —pregunto el menor al verlo tiritar.


 


Hakyeon solo era consciente del mundo dando vueltas y de los gritos de Ravi haciendo eco en su cabeza.


 


 


 


 


 


 


Un constante pitido sonaba en sus oídos, el olor a cítricos le parecía repulsivo. Despertó con la incandescente luz de una lámpara cegándolo.


 


—Yeonnie —escuchó la voz de su madre llamarlo—, ¿Cómo te sientes?


 


—Me duele la cabeza… y tengo mucho frío.


 


—Es la fiebre, ¿no te tomaste las pastillas? —interrogó su madre algo molesta—. ¿Estás consiente de tu condición, Cha Hakyeon?


 


—Perdón, madre. Estaba concentrado con el proyecto que creo que se me pasó.


 


—Nada es excusa para descuidarte, Hakyeon.


 


—Lo sé —dijo cabizbajo. Odia preocupar a su madre, sabía que ella se estaba conteniendo para no soltar el llanto.


 


El médico que lo atendía entró para revisarlo. Su madre tuvo que salir para hablarle a su hermana e informarle que estaba bien.


 


—Además de tu elevada temperatura, todo parece estar bien —dijo el doctor Cho mientras anotaba en su carpeta médica—. Deberás pasar la noche en observación, es posible que los fijadores no hayan hecho el efecto esperado y por eso tu fiebre. Si es así, deberemos aumentar la dosis o recetarte otros medicamentos más fuertes.


 


Hakyeon no dijo nada, solo asintió. Sabía que las palabras del doctor Cho podían significar que estaba empeorando y no mejorando, y que tal vez la operación debía adelantarse. El hombre se despidió y lo dejó solo con sus depresivos pensamientos, tenía miedo. No quería hacerse la operación, no quería escuchar que su cuerpo había rechazado el trasplante y que tenía que vivir pegado a una máquina de por vida.


 


Quería llorar, solo llorar hasta que su cuerpo no pudiera más.


 


Alguien entró a la habitación frenando sus deseos de dejarse llevar por las lágrimas.


 


—Hyung —Ravi posó su mano sobre la de Hakyeon—, ¿algo malo ocurre? Vi a tu madre llorando mientras hablaba por teléfono, pensé que… era solo una fiebre.


 


—Tengo una falla renal crónica —dijo—. Los nefrones en uno de mis riñones no están funcionando completamente y necesito hacerme una operación si no quiero depender de la diálisis.


 


Wonsik se puso de pie y caminó en círculos por la habitación, lo único que podía escucharse allí era el pitido del censor cardiaco y los sollozos de Hakyeon.


 


—¿Por qué no nos dijiste sobre esto? —inquirió Ravi luego de un largo silencio.


 


—No quería preocuparlos —contestó Hakyeon.


 


—Tus dolores, las pastillas… ¿desde hace cuánto tienes esto?


 


—Un poco más de un año —confesó.


 


Wonsik negó una y otra vez mientras sus lágrimas descendían. Su hyung había estado sufriendo solo con esa enfermedad y ellos no se dieron cuenta.


 


—Hyung, ¿Por qué no confiaste en nosotros? Somos tus amigos y nunca supimos de esto…


 


—Es difícil, sí. No quería que se preocuparan, que me vieran con lastima… que me apartaran.


 


—Hyung…


 


—Tengo miedo, Wonsikie. Tengo miedo que en algún punto del camino ya no pueda resistir, temo que algo malo pase en la operación…


 


—Eso no va a pasar —Wonsik se acercó y tomó sus manos en señal de apoyo—. Tú que siempre eres entusiasta y positivo ante todo, no mal pienses ahora. No te derrumbes, hyung. Entiendo que sea difícil para ti pero debes ser fuerte.


 


—No puedes entenderme, Wonsikie. Nadie que no esté pasando por lo mismo que yo puede entenderlo. Tener que fingir que todo está bien cuando no lo está, tener que sonreír cuando lo que quiero es llorar, es duro para mí ignorar lo que tengo cuando siempre está presente —apretó sus labios hasta dejarlos pálidos en un intento de contener sus lágrimas—. Primero mi corazón y ahora esto, a veces pienso que es mejor renunciar a todo.


 


—¿No me digas que también estas enfermo del corazón? —en ese punto ya Wonsik estaba preparado para lanzarse al piso y llorar como un bebé en pleno berrinche.


 


—No, idiota —Hakyeon golpeó suavemente el cuello de su dongsaeng—. Te dije de mi amor no correspondido.


 


—Ah, era eso —Ravi suspiró aliviado pasando sus manos por su pelirrojo cabello—. Pero, ¿no que estabas con Sanghyuk?


 


Hakyeon estrelló su mano en la boca de Wonsik para que no hablara tan alto.


 


—Eso fue antes de mi relación con Sanghyuk —dijo en un murmullo.


 


—Ok, ok. Auch —se quejó sobando sus labios—. Dame un besito para que deje de doler.


 


En lugar de un beso recibió otro pequeño golpe de parte del moreno. Bromearon un rato, más que todo para despejar esa aura triste que se había acentuado en la habitación.


 


Wonsik decidió dejar a Hakyeon para que descansara, y poder descansar el mismo pero no puedo hacerlo. Nada más llegar a su casa dejó escapar el llanto, fue tan fuerte y desgarrador que incluso sus padres se asustaron. Cuando les explicó la razón de su tristeza ellos intentaron consolarlo, darle palabras de aliento y asegurarle de mantenerse fuerte para su hyung, él necesitaba el apoyo de sus amigos y las personas que lo amaban.


 


Wonsik entendía que no debía echarse a morir, que no todo estaba perdido y que Hakyeon era fuerte, pero se sentía tan impotente de no poder hacer nada por él. Con decisión, tomó su celular y marcó el número de la persona que Hakyeon necesitaba.


 


 


*****


 


 


—Deberías hablar con Sungjae, ha de estar preocupado porque no le contestaste las llamadas.


 


—Sí. Lo llamaré para invitarlo al cine, debe estar aburrido —comentó Minhyuk pensativo—. Pasaré a visitarte mañana, Hakyeon. Sé que este lugar no te agrada para nada.


 


—Aun así debo soportar las agruras que me causa estar encerrado aquí —dijo el moreno—. Nos vemos mañana, Minhyukkie.


 


El de menor estatura se dirigió a su auto, estaba un poco agotado pero debía ir por Sungjae, no podría estar tranquilo si no lo veía. Antes de ingresar a su vehículo, un auto de aspecto familiar se estacionó tras el suyo; de él bajaron Ravi, Sungjae y Hyuk.


 


Minhyuk observó sorprendido como Sungjae se le lanzó encima, acorralándolo contra el auto, mientras Ravi y Hyuk entraban al hospital.


 


—¿Por qué no me dijiste lo que sucedía, Minhyuk? —dijo Sungjae golpeándole levemente el pecho—. Me preocupé demasiado, pensé lo peor, ahora me entero de esto, ¡¿Cómo crees que me siento?!


 


—Perdón, Sungjae. Yo…


 


—¡Cállate y bésame!


 


Minhyuk obedeció y se dejó llevar por los dulces labios de su dongsaeng.


 


Por otro lado, Hyuk y Ravi llegaron a donde estaba Hakyeon. El moreno los miró sorprendido, sobre todo a Hyuk quien no debía estar allí.


 


—Hyuk… —el menor se acercó más a él y envolvió sus brazos alrededor de la cintura del mayor, Hakyeon le correspondió el abrazo escuchándolo gimotear—. ¿Por qué lloras, pequeño?


 


—¿No es obvio? —inquirió aun con lágrimas en sus ojos—. Hyung, dime que estás bien. Dime que no es nada grave.


 


Hakyeon negó con la cabeza, derrotado. Sanghyuk abrió la boca pero no emitió sonido alguno, se aferró más a su hyung. El moreno lo guió hasta su habitación, secó sus lágrimas y se dispuso a hablarle sobre su enfermedad y los problemas que conllevaría la operación.


 


Sanghyuk escuchaba todo atentamente, aferrado a las manos temblorosas de su hyung. Todo su dolor, todas sus lágrimas, el peso de una enfermedad que lo destruía silenciosamente, el miedo de que la operación no pudiera salvarlo. Hyuk sintió todo eso en un solo instante.


 


Tomó el rostro de su hyung entre sus manos, acarició sus mejillas y besó sus labios con dulzura.


 


—Tienes que ponerte bien, hyung —dijo aun contra sus labios—. Debes cuidarte, mejorar. Debes vivir bien, hyung. Por ti, por tu familia… por mi… Quiero verte fuerte y sano como siempre lo has sido.


 


Hakyeon asintió varias veces, no podía hablar por el nudo que se había formado en su garganta. Siguió besando a su dongsaeng de forma lenta y amorosa, solo los besos de Hyuk podían curarle de a poquito su lastimada alma.


 


Wonsik se había quedado en la sala de esperas, debía dejar que su hyung le explicara con calma a Sanghyuk sobre su situación. Se sentía inquieto, era la primera vez que no podía hacer nada por uno de sus amigos. Sacó su teléfono y miró su lista de contactos, no podía hablar con Hongbin, él ya tenía sus problemas con Yura, y mucho menos podía hablar con Taemin hasta que sus sentimientos no desaparecieran.


 


El contacto de Ken se iluminó ante sus ojos y una media sonrisa se dibujó en sus labios, su hyung siempre estaba para él y esperaba que en ese momento también lo estuviera. Marcó su número de teléfono y esperó a que le contestara.


 


—¿Larva?


 


—Hola, hyung. ¿Cómo estás?


 


—Bien, ¿Qué sucede? —cuestionó extrañado Ken.


 


—Nada, hyung. Solo quería escuchar tu voz.


 


—¿Para qué? ¿Qué ocurre? Te noto extraño.


 


—Solo estoy algo… perturbado… necesitaba escuchar tu voz para calmarme, hyung —dijo secando una traicionera lágrima que se escapaba de sus ojos—. Gracias por contestarme y siempre estar allí, te quiero.


 


 


******


 


 


Hongbin ya estaba harto de esa situación. No importa cuánto intentara razonar con su novia ella se empañaba en llevarle la contraria, justo como en ese momento.


 


—Basta, Yura —dijo Hongbin tratando de contenerse, no quería discutir con la chica. La amaba pero esa situación ya era insostenible—. Te he dado todo mi tiempo, he descuidado a mis amigos, he aguantado tus berrinches pero ya no pudo más. Si soy tan mal novio como tú dices, terminemos. Así de sencillo —aquellas palabras dolieron pero en algún punto debía decirlas.


 


—Ah, claro. Quieres terminar conmigo para irte con el mocoso de Sanghyuk, ¿o será acaso con Wonsik?


 


—Yura, no sé de donde sacas eso o quien te metió esas ideas en la cabeza, pero yo no te engaño con mis amigos.


 


—¿Cuándo vas a ser sincero conmigo, Hongbin? Todo el mundo habla de ti, de tus amigos. Todos saben de sus preferencias y todos se burlan de mí por ser tan estúpida en quererte —dijo con los ojos cristalizados  y respirando con dificultad.


 


—Estás dejándote llevar por rumores, Yura. Es simplemente ridículo que no confíes en mí.


 


—Ya he confiado antes y me fallaron, no quiero volver a pasar por lo mismo —la chica se abrazó a sí misma como si se estuviera congelando pese a tener un grueso suéter color rojo—. Quizás tienes razón y he sido una tonta —suspiró—. Seme sincero, Hongbin. ¿Te gusta ese niño?


 


—Yura, por amor al cielo, ¿de verdad estás preguntándome eso? —Hongbin se sentía ofendido, Hyuk era su mejor amigo y nunca pensó en verlo como algo más.


 


—Sí, Hongbin. De verdad lo estoy preguntando.


 


Hongbin podía ver lo frágil que lucia Yura, la hermosa y frágil chica que lo cautivó desde el primer momento en que se vieron. Hongbin se acercó a ella y acarició sus hombros, era la chica que amaba después de todo.


 


 —Sé que te he dado motivos para dudar de mí, pero soy muy sincero cuando digo que te amo. Sé que antes te fallaron pero yo no voy a hacerlo, y tú no dejes que tu pasado nos afecte. Confía en mí, volvamos a intentarlo. Hagamos como si estas discusiones nunca hubieran pasado.


 


Yura negó repetidas veces, tragó el nudo que se había formado en su garganta.


 


—No creo que esto vaya a funcionar. Las discusiones volverán, los malentendidos, mis dudas y miedos —sus miradas se conectaron, culpables y dolidas—. Soy yo la que no está segura de poder continuar con esto, Hongbin.


 


—Yura, no…


 


—Lo mejor es terminar por lo sano, antes de terminar por distanciarnos o incluso odiarnos —apartó las manos de su, ahora, ex–novio. Depositó un beso en su mejilla y se alejó—. Espero que me perdones algún día —y huyó como la cobarde que era. Destrozó la pequeña esperanza de Hongbin y acabó con ese pequeño mundo que habían creado, o quizás ese mundo ya había desaparecido cuando la desconfianza y las peleas empezaron.


 


Caminó solitario por esas calles que le parecían tan frías, ahora se daba cuanta de como los demás veían la vida sin amor. Sabía que había tenido la opción de evitar que Yura se fuera o ir en su búsqueda, pero su razón le dijo que solo le haría más daño, seguir en esa relación solo los haría sufrir.


 


Se dio cuenta que estaba en la calle frente al edificio departamental donde vivía Sanghyuk con su hermano. Recordó que antes de su noviazgo con Yura, su amigo y él eran muy unidos, casi inseparables. Se sintió mal por él, debía pedirle una disculpa apropiada y rogaba porque no se molestara por haberlo ido a visitar sin avisar.


 


Vio un auto conocido estacionarse y a Sanghyuk descender de él, se despidió de la persona que conducía. No pudo despegar su vista de él, se veía cansado y triste. ¿Habría estado así desde antes? Él no lo sabía.


 


—¡Hyuk! —el nombrado se giró al escuchar la voz de su amigo, este venía corriendo en su dirección con su hermosa sonrisa plasmada en el rostro—. Hey, ¿pasó algo?


 


—Hongbin–hyung, yo…


 


El menor se quebró allí mismo, dejó salir las gruesas lágrimas y el llanto que había contenido. No podía ser fuerte, no podía soportar su dolor por más tiempo, por eso no se quedó al lado de Hakyeon.


 


Hongbin lo abrazó no comprendiendo el repentino llanto de su menor, solo sintió la necesidad de consolarlo. Dejó sus sentimientos de lado, su mal de amor no parecía ser nada comparado a lo que está sufriendo Sanghyuk, aunque él no supiera la razón. Simplemente esperó a que se desahogara, a que liberara todo esa tristeza reprimida.


 


—Tranquilo, cariño. Todo va a estar bien —susurró con la certeza de que no era así.


 


 


******


 


 


Jaehwan y Taekwoon habían recorrido la mitad de los hospitales buscando a Ravi, ya que Ken estaba seguro de haber escuchado la típica voz del parlante llamando a un doctor. El pobre castaño estaba con el alma en un hilo, temía que algo le hubiera pasado a su dongsaeng y amor de su vida.


 


—Disculpe —se acercó al puesto de enfermeras—, ¿está aquí el paciente Kim Wonsik?


 


—Un momento —dijo la muchacha revisando el historial en su computador—. No, no hay ningún paciente con ese nombre.


 


—Entiendo… disculpe la molestia.


 


Ambos amigos se dieron la vuelta, uno decepcionado y el otro malhumorado. Una figura conocida pasó frente a ellos llamando su atención.


 


—¿Señora Cha?


 


—Oh, Taekwoonie, Jaehwanie, ¿vinieron a ver a Yeonie?


 


—¿Hakyeon está aquí? —preguntó Taekwoon alarmado.


 


—Sí, tuvo mucha fiebre y Minhyukkie lo trajo para que lo atendieran —contestó la señora mirando su celular—. ¿Podrían quedarse con él? Mi hija va a dar a luz y tengo que ir a verla, su esposo está en camino a penas.


 


—¿En qué habitación está?


 


—118.


 


Ambos amigos fueron a toda velocidad en busca de aquella habitación, algunas enfermeras los reprendieron en el camino por estar corriendo. A ellos poco les importó. Taekwoon fue el primero en entrar al ver el número de la habitación y sintió como su mundo se tambaleó de repente.


 


Hakyeon estaba acostado en la camilla, con sus ojos entrecerrados y su frente poseía pequeñas perlas de sudor.


 


—¿Woonie?


 


—Aquí estoy —dijo acercándose a él y tomando su mano, el moreno apenas podía diferenciarlo por la fiebre. Se veía tan pálido y enfermo, tan diferente a como lo vio horas antes. Tenía tanto miedo pero a la vez estaba feliz de que estuviera bien—. Aquí estoy, mi amor, y no voy a separarme de ti.


 

Notas finales:

Debo decir que este cap me puso sentimental, se me mezclaron las ships y casi me tiró por la ventana (que no tengo, mi cuarto es un cubo sin salida). Además que mis niños de BTS estaban llorando en la 3rd Muster y me hicieron llorar a mi también, quizás porque me identifiqué con Tae ya que yo también perdí a mi abuelo y mi bisabuela hace unos pocos años pero el dolor sigue...


Ahora ya sabemos que tiene Hakyeon y los demás también lo saben, estoy triste ;-;


Por otro lado, amo las reacciones bipolares de Sungjaed84;


Hongbin y Yura terminaron de una forma muy triste, llenos de dudas e ilusiones rotas... pero hubo acercamiento entre el frijos y Hyuk (This is no bueno¿?)


Ravi está buscando más a Ken, que cuchisd84;


Y Leo no se va a separar de Hakyeon ahora que sabe que está enfermo (¿Problema en el paraíso ChSang? Probablemente e.e) Por cierto, el día de su cumpleaños fue hace poco y fue el único trending positivo en twitter XD


Denme mucho amor para así poder actualizar a tiempo (y tener energías para afrontar la universidad) y denle amor a VIXX. Nos leemos pronto o/


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