El paisaje de la Isla Jeju se extendía delante de sus ojos desde el pequeño balcón en su habitación, era un hotel veraniego con vista al campo y parte del mar.
—¡Hyung, la vista es hermosa! —exclamó Sanghyuk extendiendo sus brazos ampliamente.
Hakyeon terminaba de arreglar su ropa en el armario de la habitación, por suerte, o porque ambos habían acordado sacar piedra en el juego de “piedra, papel o tijeras”, quedaron en la misma recamara. Taekwoon acabó compartiendo habitación con Hongbin, Ken con Ravi, Minhyuk con Jin, Sungjae con Jimin, Suga con Jungkook y finalmente Namjoon con Taehyung. Aunque, finalmente, no acabaron así. Jin tomó a su hermanito y ambos se encerraron en una de las recamaras, por lo que Minhyuk y Suga, al verse solos, tomaron a sus respectivos novios y asunto resuelto.
Los únicos que no acabaron contestos fueron Namjoon y Taehyung. Sentía pena por los pobres chicos.
En un ataque que lo agarró desprevenido, acabó tirado en la cama con Hyuk sobre él besándolo de forma intensa. Rió en medio del beso siguiéndole el juego, tampoco es que le molestara hacerlo.
—¿Qué haremos, hyung?
—¿Qué quieres hacer? —preguntó el moreno juntando sus narices en una suave caricia.
—Quiero quitarte la ropa a mordiscos y pasar mi lengua por cada rincón de tu cuerpo —dijo robándolo otro beso— pero eso lo dejamos para esta noche o no saldremos nunca de la habitación.
—Aún tengo las marcas de tus mordidas —reprochó Hakyeon con una sonrisa.
—Tú también me mordiste.
—¡Pero no dejé marcas!
Unos toques insistentes se hicieron escuchar, ambos se separaron por el repentino sonido. Hyuk frunció el ceño y tomó una almohada poniéndose de pie para dirigirse a la puerta.
—Si es Sungjae, lo voy a golpear.
Al abrirla se dio cuenta que era el susodicho por lo que no tardó en cumplir su amenaza, el chico se quejaba ante el inesperado ataque.
—¿¡Por qué me pegas!?
—¡Interrumpiste algo importante, bobo! —gritó.
Hakyeon le había arrebatado la almohada por lo que tuvo que desistir de golpear a su amigo, Sungjae se rió.
—Mi despampánate y atlético hombre pregunta que haremos —habló mientras se acomodaba el lacio cabello.
—Llama a los demás, dile que nos iremos de paseo —exclamó Hakyeon volviendo adentro de su habitación—. ¡Y diles que lleven ropa de playa!
******
Fue un largo recorrido por las atracciones turísticas de la isla, como el laberinto en el que Hongbin y Taehyung se perdieron. Tardaron aproximadamente una hora en sacarlos de allí. Luego pasaron por una tienda en donde compraron comida chatarra en cantidades industriales, Ken y Jin lo necesitaban para sobrevivir la noche.
Durante el trayecto, Hyuk no se despegaba de Hakyeon para nada y tomaba su mano en cada oportunidad que tenía, el moreno trataba de aparentar que eso era lo más normal entre ellos. Por otro lado, Taehyung intentaba acercarse a Jungkook pero Jin —como hermano celoso que se respeta— lo mandaba a volar antes de que lo intentara.
El chico de sonrisa rectangular suspiró abatido, Sungjae se acercó a él y palmeó su espalda señalándole una tienda de música. Taehyung entró a ella no entendiendo bien lo que quiso decir Sungjae con ese gesto, diez segundos después volvió con una sonrisa triunfante a la pequeña cafetería donde los chicos se habían detenido.
—Oye, Jungkookie —canturreó acercándose a una distancia prudencial del menor, Jin lo miró con sospecha—. ¿Recuerdas ese disco de BigBang edición limitada que tanto deseabas?
—¡Sí! —exclamó entusiasmado el niño.
—Pues lo acabo de encontrar en una tienda justo aquí cerca.
El pequeño pelinegro palmeó fuertemente la mesa en donde se encontraba, su mirada ardía y desprendida un deseo asesino latente. Con un grito digno de un vikingo se lanzó a la búsqueda de aquel valioso objeto, llevándose por el medio al pobre Taehyung.
Los chicos quedaron petrificados en sus respectivos puestos a excepción de Jin, quien se había caído de la silla.
—Tu hermano tiene un pequeño problema con BigBang —dijo Ken ayudando a su amigo a subir a la silla.
—No has visto nada.
—¿Y Hyukkie? —preguntó Hakyeon al no ver a su novio a su lado—. ¿Y Wonsik?
Todos salieron al frente del negocio y pudieron distinguir el sombrero de Ravi a la distancia.
Luego de la gran travesía que fue buscar la dichosa tienda de música, ver a un tembloroso Tae siendo amenazado por un niño rata, a Hyuk casi babeando las repisas y a un traumatizado Wonsik queriéndolo todo, pudieron reanudar su excursión.
Y su siguiente parada fue la tranquila playa de aquel lugar.
—¡Al agua patos! —gritó Wonsik corriendo hasta la playa seguido de los demás, los únicos que no le siguieron la broma fueron Hakyeon y Taekwoon.
Taekwoon no quería que Hakyeon se esforzara demás y el moreno tampoco tenía muchas ganas de correr, solo los veía con su hermosa sonrisa, aquella que Taekwoon adoraba.
—¡Niños, no se vayan tan al fondo! —advirtió Hakyeon poniendo su ojo en cada uno de ellos, no quería ninguna clase de accidentes en ese viaje.
—¡Omma! ¡Omma! ¡Mira! ¡Puedo flotar! —exclamó Jaehwan tirándose de espalda y dejándose llevar por la corriente.
Los chicos rieron y empezaron a salpicarlo de agua, Hakyeon se unió a ellos. El único que no se movía de su lugar era Hongbin, quien se abrazaba a su cuerpo con sus marcados brazos.
—¿Por qué no nadas, Bin? —preguntó Taekwoon acercándose a él.
—No sé nadar —dijo con un sonrojo en sus mejillas.
—Ven, te enseño —tomó las manos del chico y lo instó a recostarse.
—Espera, hyung, me da miedo.
—Pero estamos en la orilla…
—¡Pero igual da miedo! —chilló al verse sumergido.
—Ahora mueve las piernas —continuó sin prestarle atención a sus protestas.
Sungjae observaba la escena con una sonrisa macabra en su rostro, esto era lo que necesitaba para ayudar a su amigo.
—¡Nueva pareja desbloqueada! —exclamó llamando la atención de todos, hasta de Jimin y Yoongi quien estaban entretenidos comiéndose la boca—. ¿Cómo le llamamos a esto, mi buen amigo Taehyung?
—Creo que TaekBin les queda bien —respondió el chico con una mano en la barbilla.
Taekwoon había soltado las manos de Hongbin a causa de la impresión y su dongsaeng se había hundido como una piedra hasta llegar al fondo, Hakyeon tuvo que socorrerlo antes de que se ahogara.
—¿Están locos? Yo no veo a Hongbin así. Además, él es como mi bebé —reprochó Taekwoon indignado.
—Aja, bebé —dijo Sungjae—. ¿Y te dice Daddy?
Hongbin se cubrió el rostro abochornado, Hakyeon se cubrió la boca sorprendido. Miro de reojo a su amigo y podo comprobar que sus orejas estaban completamente rojas, eso no era bueno.
—¡Ahora si te mato, Yook Sungjae! —gritó furioso para comenzar a perseguirlo.
—¡Perdóname la vida, hyung! —gritó asustado el menor mientras huía de un furioso león e intentaba ser salvado por una musculosa ardilla.
Mientras, Hongbin intentaba bajarse el ardo y el color de su cara con un poco de agua. La situación lo agarró desprevenido y no supo ni cómo defenderse. A verse siendo el centro de atención de sus amigos solo pudo decir:
—Todo lo que dijo Sungjae es mentira…
******
Hakyeon se había metido en la ducha nada más llegar a su habitación, había sido un día muy agitado y necesitaba descansar un poco.
Sonrió para sí mismo al recordar todas las anécdotas graciosas que ocurrieron en su recorrido, pero esa sonrisa se borró al recordar la escena entre Taekwoon y Hongbin.
Sacudió su cabeza varias veces. No, no debía sentir celos. Él estaba con Hyuk, era su pareja y ambos iban a dar a conocer su relación esa noche.
—Hazme espacio, bombón —Hyuk entró a la ducha y atrapó entre sus brazos a Hakyeon, lo besó de manera apasionada y arrinconó—. He querido hacer esto desde esta mañana.
—Pero con calma, bebé. Me estás lastimando —dijo apartando un poco los brazos de Hyuk de su adolorida cadera, las mordidas que el menor había dejado seguían doliendo.
—Perdón.
Hakyeon sonrió ante el tierno puchero que Sanghyuk le regalaba, lo tomó entre sus brazos y esta vez fue el menor quien quedó pegado contra la pared de lozas blancas. No tardaron en entregarse nuevamente a los besos fogosos y a las duras caricias. Hyuk tomó con una de sus manos la semi–erección de Hakyeon y la masajeó contra la suya, podía escuchar los pequeños jadeos del moreno al compás de los suyos. Sus movimientos adquirieron fuerza y sus gemidos más volumen, no pasó mucho tiempo para que ambos se vinieran.
Una hora después salieron de la habitación, completamente arreglados y sin rastros de lo que había acontecido en la ducha. Sunjae y Minhyuk los esperaban en el pasillo, ambos estaban abrazados y mirándose como si fueran lo más maravilloso del mundo.
—¡Hey, chicos! —los llamó Hakyeon—. ¿Los demás ya se fueron?
—Sí y de milagro, o hubieran tenido que escuchar a Sanghyuk gemir mejor que un actor porno —dijo Sungjae.
—¿Qué? —las mejillas de Hyuk adquirieron diferentes tonalidades de rojo hasta llegar a uno muy escandaloso.
—Uy, no te hagas el inocente que bien que te escuché.
—Mejor vámonos antes de que los muchachos se preocupen —dijo Minhyuk halando a Sungjae.
Los chicos fueron a la parte del jardín donde había una piscina y varias mesas donde las personas cenaban a la luz de la luna. Los muchachos los esperaban amontonados en una mesa con varios platillos ya servidos y un gran escándalo armado.
—Me dices a mi bullicioso cuando este gemía “ah, ah. Azótame, daddy” —Sungjae no se dio cuenta que en ese momento pasaba detrás de Hongbin haciendo que el castaño casi se ahogara con su jugo.
—Deja la broma pesada, Yook Sungjae —comentó Taekwoon con una mirada asesina.
—¿Eh? ¡No, no, no! No me refería a ustedes —dijo alarmado.
—Ya, niños. Mejor coman que esto se va a enfriar —advirtió Hakyeon tomando asiento y Sanghyuk junto a él.
La cena transcurrió entre una divertida y amena plática, los más jóvenes parecían en extremo contentos por el viaje y los mayores más relajados. Desconectarse de la vida cotidiana era un lujo que pocas veces podían darse.
Hakyeon observaba a sus amigos felices, a esas personas con quienes había compartido momentos importantes de su vida. Claro que no todos estaban allí, faltaban Chanyeol, Jongin, Kyungsoo, Minah, Seohyun, Jackson, Key, Sandeul, Eunkwang y una infinidad de personas importantes para él, pero no podía lamentarse por ello, ya vendrían más momentos importantes en que todos estén para él. Ahora, debía darle la exclusiva a este pequeño grupo que lo acompañaba.
Apretó la mano de su pareja por debajo de la mesa para obtener el valor suficiente para hablar, Hyuk le regresó el gesto.
—Chicos, tengo algo importante que decirles —el silencio se instauró en la mesa y toda la atención se centró en el moreno, ahora no estaba tan seguro de querer seguir hablando. Con el corazón lastimándole las costillas tomó una bocana de aire y prosiguió—. Ustedes saben que son personas muy importantes para mí, han estado a mi lado en los buenos y malos momentos. Han compartido muchos momentos significativos y quiero que también sean parte de este.
La sonrisa que Ken mantenía en ese momento se tensó, sentía como los ácidos estomacales tenían una revolución en su interior. ¿Y si sus sospechas se hacían realidad? Pedía internamente que se tratara de cualquier cosa menos de eso.
—Creo que para nadie es sorpresa mis preferencia, por eso quiero decirles que estoy en una relación con un chico que me ha hecho muy feliz en estos tiempos tan difíciles —declaró haciendo que la sonrisa de Hyuk se ensanchara, las manos entrelazadas de ambos se hicieron ver sobre la mesa como prueba inapelable de que lo que diría a continuación era la verdad absoluta—. Chicos, Han Sanghyuk y yo somos novios, y esperamos que nos apoyen en esto.
El grito de júbilo de parte de Sungjae, Jimin, Taehyung y Jungkook se hizo oír por todo el lugar, mientras Ravi, Minhyuk, Namjoon y Yoongi aplaudieron por la grata noticia (aunque Ravi y Minhyuk ya la supieran), Jin había quedado en shock por lo que solo pudo aplaudir de manera mecánica aun procesando lo que ocurría.
Ken, por su parte, no supo cómo reaccionar ya que si se alegraba estaría traicionando a Taekwoon y si no lo hacía lastimaría a Hakyeon. No quería voltear a ver al segundo de los mayores, no quería ver como su corazón se caía a pedazos y que él no pudiera hacer nada para ayudarlo, pero si pudo apreciar a Hongbin sentado al frente con una expresión que solo podía describirse como decepcionado. ¿Acaso Hongbin sentía algo por alguno de los dos que conformaba esa extraña pareja? No podía saberlo y tampoco se molestó en averiguarlo, un gimoteó llamó su atención.
Taekwoon miraba con los ojos vacíos de vida sus temblorosas manos, sus labios fruncidos también temblaban intentando contener el llanto que se manifestaba en dolorosas lágrimas que bajaban por sus mejillas. Su mundo se había fragmentado y destruido por las palabras de la persona a la que aun, pese a todo, seguía amando.
En ese momento, el trago amargo del amor no correspondido había acabado con todas sus esperanzas.