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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Taekwoon llegó a su casa agotado, tuvo que usar todo su autocontrol para no mirar en dirección a Hakyeon y morir de los celos. Tomó un baño y se recostó en su cama, sentía el estómago revuelto así que decidió no comer.  Era difícil tener que aparentar ser un buen amigo, un hermano, aunque la idea le desagradara. Todo lo hacía por el bien de Hakyeon y su felicidad.

 

Cerró los ojos e intentó recordar, necesitaba saber que había dicho. Necesitaba saber porque Hakyeon lloró en su pecho de forma desconsolada. En su cabeza oía la suave voz de su amigo pidiéndole dormir pero él se negaba, luego de eso todo era tan borroso.

 

No te vayas. No me dejes, Hakyeon… Eres… lo más importante para mí… —su voz se escuchaba rota, quizás por el llanto. También sentía los brazos de Hakyeon envolverlo—. Te amo.

 

—¿Qué… dijiste?

 

Te amo, te amo… ¡Te amo! —gritó.

 

Taekwoon se irguió en la cama, asustado, con el corazón emitiendo latidos acelerados. No podía ser posible, no pudo haber dicho eso. Volvió a recostarse en la cama, se cubrió con las sábanas y se hizo un ovillo. Su mente se negaba a creer que aquello sucedió pero cuando cerraba sus ojos la escena se repetía una y otra vez. Su confesión, las lágrimas de Hakyeon, su extraña actitud, la incomoda tensión entre ambos.

 

¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo pudo botar a la basura todo su esfuerzo por mantener su amistad intacta? Ahora, ¿cómo podría ver a Hakyeon a los ojos?

 

 

 

 

 

La cena fue un tanto tediosa, como ya venía siendo costumbre desde hace varias semanas. Su padre se empeñaba en que escogiera una universidad de SKY*, que optara por ser un ingeniero o médico como su otra hermana. Él no quería nada de eso, ni siquiera estaba seguro de querer iniciar en la universidad tan pronto.

 

Tomó su medicina, el estrés que le produjo esa conversación estaba haciendo que su riñón doliera. Este nuevo medicamento era muy fuerte y hacia que tuviera agruras, por suerte eso iba a acabar pronto.

 

Su cuerpo se estremeció al recordar que faltaba poco para su operación y en las pesadillas que día a día se hacían más frecuentes. La más frecuente, la menos sangrienta pero de igual forma terrorífica, era en la que se veía a sí mismo en la camilla de operaciones. Su cuerpo pálido y sin vida siendo cubierto por sábanas blancas, los doctores anunciando la hora de su muerte y él gritando a todo pulmón que estaba vivo.

 

Se abrazó a si mismo, estaba asustado y ansioso de que ese día llegara. Cada vez que monitoreaban su estado temía que le dijeran que había empeorado, que su condición era problemática o simplemente que ya no podían hacer nada por él. Tenía la suerte de que todo estuviera bien, de que su cuerpo fuera resistente y saludable. Si, tenía mucha suerte.

 

Su celular sonó indicando un mensaje, Hakyeon limpió las lágrimas acumuladas en sus ojos y tomó el aparato. Vio el nombre de Hyuk y una sonrisa se iluminó en su rostro, su niño llegaba justo para apartar sus temores de su mente.

 

Aunque el mensaje no era lo que esperaba.

 

—¿Qué?

 

Hyuk había enviado una imagen con el mensaje “¿Qué demonios significa esto?”. La imagen era de él y Taekwoon besándose, ¿Cómo era posible eso? ¿Cuándo sucedió?  No tenía sentido. Revisó la imagen nuevamente, tenía que cersiorarse de que era verdadera.

 

Cayó al suelo y su teléfono a un lado de él, llevó sus manos a su cabeza y suspiró con frustración. Eran sus rasgos, eran los rasgos de Taekwoon, eran ellos. Fue aquel dia cuando lo hospitalizaron, lo supo por las sabanas de la camilla —que era lo poco que se podía apreciar—. Se sentía enojado, traicionado. ¿Cómo pudo hacerle eso en aquel estado? ¿Cómo? Ese no era el Taekwoon que conocía.

 

Intentó llamar a Hyuk pero este se negaba a contestarle, debía estar molesto y no lo culpaba. Hyuk debía estar herido, pensando lo peor de él. No quería que su niño sufriera, preferiría ser golpeado hasta morir antes de que Hyuk volviera a derramar alguna lágrima. Así tuviera que pedirle perdón a su niño de rodillas, lo volvería a hacer feliz.

 

 

******

 

 

La mañana llegó con una lentitud infernal, Hakyeon casi no había podido dormir la noche anterior. Cuando su despertador sonó, ya tenía el uniforme puesto. Desayunó y salió de casa tan rápido que olvidó su celular. Excelente, aunque eso era lo de menos. Estaba más preocupado por la reacción de Hyuk, por lo que debería estar pensando, por todo.

 

Cuando llegó vio a su novio correr adentro de la edificación como si algo lo persiguiera. Fue tras él, pasando entre los estudiantes que recién llegaban, pero un fuerte agarre lo detuvo. Giró su cabeza para encontrar a la persona que lo sostenía.

 

—Tenemos que hablar, Cha Hakyeon —Taekwoon lo miraba con su típica inexpresividad pero había algo en sus ojos, una tenue tristeza brillando en ellos.

 

La campana sonó alejando todos sus pensamientos incoherentes.

 

—Si, tenemos mucho de que hablar —dijo serio. No quería sonar rudo, ni arremeter contra él sin antes obtener una explicación por aquella foto.

 

Ambos entraron a su respectivo salón. No cruzaron palabras a lo largo del día, solo cuando presentaron su proyecto en donde Hakyeon demostró su capacidad actoral. Lucía tan sereno, alegre y despreocupado como si una tormenta no se hubiera cernido sobre él, aunque sus hombros estaban tensos.

 

Taekwoon, por otro lado, no pudo disimular tan bien. Su voz se perdió en varias ocasiones, su mente se quedaba en blanco, pero pudo terminar su ponencia con éxito.

 

Minhyuk y Eunkwang se miraron a los ojos con extrañesa, ambos sabían que algo pasaba con sus amigos. Taekwoon muy pocas veces fallaba en alguna prueba y Hakyeon siempre que aperentaba estar de lo mejor de la vida era cuando peor estaba.

 

Prueba tras prueba, sin descanso que les permitera pensar, así transcurrió ese día tan problemático. Hakyeon esperaba con ansias la mínima oportunidad para salir corriendo por Sanghyuk, sabía que ese día él saldría temprano y probablemente no podrían hablar. La campana no terminó de sonar cuando Hakyeon ya estaba atravesando la puerta a toda velocidad.

 

Los pies le punzaban y los oídos le latían, pero no le importo. Llegó al aula de Sanghyuk solo para encontrarla vacía, volvió a correr esta vez hacia la salida. Aun tenía oportunidad, se dijo, no podría haber ido tan lejos.

 

Se encontró con Jimin en el portalón, estaba distraído con la música que salía a través de sus auriculares.

 

—¡Jiminnie!

 

—Hyung —Jimin se quitó uno de los auriculares—, ¿Qué sucede?

 

—¿Y Hyukkie? —preguntó tratando de recobrar el aliento.

 

—Se fue hace rato con Binnie–hyung —comentó—. Más bien, todos se fueron. Incluso TaeTae. Yo me quede esperando a Suga–hyung.

 

—¿Con Hongbin? —Jimin asintió. Una fuerte molestia se instaló en su pecho, no le agradaba para nada la idea de Sanghyuk con Hongbin—. Ni siquiera pudo esperarme.

 

—¿Pasó algo?

 

—Si, pero ya lo resolveré con él —dijo y le sacudió el pelo a Jimin—. No te preocupes.

 

El chico iba a decir algo pero una potente y molesta voz lo hizo saltar asustado.

 

—Cha Hakyeon —Taekwoon se aproximó a ellos a paso agigantado—, tenemos que hablar.

 

Sujetó su muñeca fuertemente y se lo llevó a la fuerza edificio adentro. Jimin los observaba alejarse, se llevó una mano al pecho por el fuerte susto, nunca había visto a Taekwoon comportarse así y mucho menos con Hakyeon.

 

—¿Qué pasa con esos dos?

 

 

******

 

 

Entraron al aula de música, estaba solitaria y eso era muy extraño. ¿Por qué todo se empeñaba en dejarlo en una incomoda situación?

 

Taekwoon se colocó frente a él, se veía nervioso, parecía buscar las palabras para iniciar la conversación. Hakyeon rascó su brazo, temía que todo terminara, que todo se rompiera y se quemara en ese momento. Su amistad nunca volvería a ser igual.

 

—¿Por qué...? —fue Hakyeon quien romío el silencio—. ¿Por qué lo hiciste?

 

—Porque te amo —dijo tímido pero contundente. Las palabras habían calado por completo en Hakyeon—. Porque te amo más que a mi vida.

 

—No... —negó con la cabeza una y otra vez—. No, tú estás confundido. Eso que sientes...

 

El pelinegro se acercó a él y tomó su muñeca, lo haló contra su pecho acortando toda distancia posible.

 

—No digas que estoy confundido, no digas que no sé lo que siento porque sé muy bien lo que siento por ti, Cha Hakyeon.

 

—Sueltame —intentó zafarse pero fue inútil—. ¿Cómo puedes ser tan cruel en decirme eso?

 

—Te lo digo con la misma crueldad con la que me dijiste que eras novio de Hyuk —dijo con el dolor plasmado en su voz—. ¿Sabes cuanto me heriste? ¿Sabes lo destruido que estaba? ¡Quería morirme! —gritó sorprendiendo al moreno—. Quería golpearte para que sintieras todo el dolor que me causabas, quería golpearte por cada lágrima que derramé.

 

—¿Y por eso ahora quieres destruír mi relación con Hyuk? ¿Por eso envíaste esa foto? —reclamó con el labio inferior tembloroso.

 

—¿Qué foto? ¿De qué hablas? —preguntó consternado.

 

—No te hagas el inocente. Hyuk recibío una foto tuya, besándome, cuando estaba hospitalizado. ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿Te volvíste loco?

 

—Hakyeon, yo nunca hubiera hecho eso por más loco de amor que esté por ti.

 

—Cállate —siseó—. Deja de decir que me amas, no voy creer en eso luego de lo que me hiciste.

 

—¿Qué debo hacer para que me creas? —Hakyeon se quedó mudo. Incapaz de respoder, dio un paso atrás—. Dime, Hakyeon. ¿Cuántas más lágrimas debo derramar? ¿Cuánto más tengo que romperme para demostrarte que te amo?

 

—Basta —exclamó empujándolo para alejarse pero logrando el efecto adverso, Taekwoon lo sujetó de la cintura con un brazo y con la otra mano tomó el rostro de Hakyeon estampando un beso en sus labios.

 

Le tomó un segundo darse cuenta de lo que pasaba. Puso sus puños contra el pecho de Taekwoon, lo empujó con todas sus fuerzas y logró separarse por un corto momento. Taekwoon utilizó sus dos manos ejerciendo presión en las mejillas del moreno, volvió a besar con más fuerza y violencia. Su lengua batalla por entrar en la boca contraria, profanarla y explorar cada rincón de ella.

 

El beso se rompió lento y doloroso. Las mejillas de Hakyeon estaban empapadas con sus lágrimas, su mirada perdida y su rostro completamente pálido. Se veía tan débil, tan frágil.

 

—Te juro que yo no envié esa foto —dijo Taekwoon secando las mejillas de su amado—. Te juro que yo quería llevarme este secreto a la tumba y no hacerte llorar nunca. Te amo, pero no soy tan sínico como para darte un golpe tan bajo como ese.

 

—Aun no puedo creerte... —dijo sin vida en su voz.

 

—Yeonnie, mi amor, sabes que yo no soy así...

 

—¡No me digas mi amor! —gritó llevándose las manos al rostro, cubriéndolo y dejando salir su llanto contenido. Estaba cansado de aparentar ser fuerte—. ¿Por qué ahora, Woon–ah? ¿Por qué ahora? —el llanto hacía que su voz saliera amortiguada, casi inentendible—. ¿Por que ahora y no antes...?

 

—¿Cómo que no antes? —interrogó apartando las manos de Hakyeon—. Hakyeon...

 

Pero el moreno salió corriendo, lo dejó en aquel salón con aquella duda.

 

Taekwoon no se sentí tan mal después de todo. Pensó que el día que se confesara sería rechazado y se sumiría en la depresión, pero no estaba triste. Estaba aliviado, sentía como si el peso que yacía en su corazón fuera retirado y le permitiera respirar.

 

«¿Por qué no antes? Porque soy un idiota».

 

 

Hakyeon corrió lejos de Taekwoon, lejos de esos sentimientos que volvían a hacer mella dentro de su corazón. Se sentía sucio. Él estaba con Hyuk, quería a Hyuk, pero no podía ignorar que aun se sentía atraído por Taekwoon. Todo estaba completamente mal.

 

Llegó a la salida, casi no habían estudiantes cercas, pero lo que lo tomó desprevenido fue el auto negro tan familiar estacionado en frente. El auto de su padre.

 

El chofer bajó de él y abrió la puerta trasera, incitandolo a entrar.

 

—¿Qué haces aquí? —preguntó Hakyeon lo más neutral posible, aunque seguro el hombre se dio cuenta de sus ojos rojizos.

 

—Su padre me envió a buscarlo, necesita tratar un tema urgente con usted —respondió el hombre cortésmente.

 

—¿No pudo esperar aque llegara por mi cuenta?

 

—No sé los detalles, solo se me envió a buscarlo.

 

Hakyeon no discutió más y simplemente abordó el vehículo, tenía un mal presentimiento caminandole por la garganta.

 

 

******

 

 

Hyuk caminaba desganado detrás de Hongbin. No se molestaba en disimular su tristeza, su desilusión. Su hyung había hecho lo posible por alegrarlo pero nada funcionó, en su mente aun rondaba esa imagen de Hakyeon y Taekwoon besándose. Su más grande miedo se hizo realidad.

 

—Hey —llamó Hongbin—. ¿Hasta cuando piensas lamentarte por él?

 

—No es tan fácil asimilar algo así, Hongbin–hyung —suspiró cansado—. Aun no puedo hacerme a la idea de que me engañó.

 

—Lo hizo. Él no te merece y tampoco me esperaba algo así de Taekwoon–hyung, pensé que sería más respetuoso con su relación —Hyuk no dijo nada, solo parpadeó varias veces para alejar las lágrimas—. ¡Ash! Ven.

 

Hongbin sujetó su brazo y lo llevó en dirección al Río Han. Las personas empezaban a reunirse a la orilla de este, esperaban que la noche se hiciera presente y el espectáculo de colores diera inicio. Ambos amigos se quedaron de pie entre el pasto y el asfalto, con sus manos entrelazadas y con sus miradas puestas en el puente.

 

Hongbin sabía que inevitablemente haría infeliz a Hyuk enviándole esa fotografía, pero era mejor que supiera la verdad a que viviera engañado. No podía tolerar que a la persona por la que se sentía atraído le hicieran algo tan ruin.

 

Los aspersores se encendieron cuando ningún rayo de sol surcaba el cielo, los colores vivos y variados aparecieron como un arcoíris sobre sus cabezas. Las personas a su lado suspiraban de emoción, otras fotografiaban y otras simplemente lo admiraban en silencio como ellos.

 

La revolución de sentimientos dentro de Hyuk se calmó un poco, aun seguía dolido pero no tenía la necesidad de golpear a alguien o echarse a llorar como niño pequeño en ese lugar. Se dio cuenta qe Hongbin lo observaba detenidamente, casi con adoración.

 

—¿Por qué me ve así, hyung?

 

—No se, te vez hermoso —Hyuk ladeó su cabeza, ¿había escuchado bien? —. Pienso que eres más bonito que este espectáculo de colores.

 

—Está loco —comentó con un leve tono de humor.

 

—Gongchan me lo dijo también, y creo que es posible que lo esté —se inclinó cerca del rostro de Hyuk y besó su mejilla tomándolo por sorpresa—. Voy a cuidar de ti muy bien, Hyuk.

 

—No... No creo que a su novia le guste eso, h–hyung —Sanghyuk se tocaba la mejilla que antes había sido besada. Se sentía caliente, todo su rostro lo estaba.

 

Hongbin negó con su cabeza y sonrió, sus hermosos oyuelos se marcaban dándole esa apariencia angelical. Sus manos se posaron en el rostro de Hyuk y lo atrajo para darle un beso, esta vez en los labios.

 

El menor quedó paralizado, su cerebro aun no comprendía lo que sucedía. El besó se cortó pero rápidamente le sucedió otro, más largo y profundo. Hyuk no sabía que hacer. ¿Corresponder? ¿Rechazarlo? Claro que debía rechazarlo, pero su cuerpo no le hacía caso a los comandos de su cabeza.

 

Terminaron el beso y simplemente se miraron a los ojos. Algo demasiado grande había ocurrído entre ellos, algo que estaba mal a los ojos de cualquiera. Asustado y confundido, así se sentía Hyuk. Su cuerpo apenas pudo reaccionar cuando una figura conocida posó su mano en el hombro de Hongbin, lo volteó y estampó un golpe en su mandíbula.

 

Hakyeon estaba allí de pie con la mirada ardiendo y la respiración agitada. Hongbin, aun en el piso, acariciaba la zona golpeada. Nunca se esperó eso.

 

El moreno agarró del cuello de su camisa a Hongbin y lo levantó.

 

—¡No! ¡Hyung, dejalo! —gritó Sanghyuk sujetándole los brazos a Hakyeon e intentando seprarlos.

 

—¿Qué demonios hacías, Lee Hongbin? ¿Cómo te arevíste a besarlo? —su tono de voz era amenazador.

 

—Mira quien habla, él que se estaba besando con Taekwoon–hyung —dijo con ironía—. Creo que no estás en posición de reclamar nada...

 

Recibió otro puñetazo mucho más fuerte que el anterior. Hyuk los separó y se interpuso entre ambos.

 

—Basta, hyung.

 

Hyuk le sostuvo la mirada, estaba asustado por la reacción que podría tener su hyung. Hakyeon soltó una carcajada amarga, muerta, al ver a Sanghyuk de espalda a Hongbin, protegiéndolo. Su cabeza simplemente conectó los cables.

 

—¿Esto es lo que estabas esperando?

 

—¿Qué?

 

—No esperaste una explicación, ni una palabra de mi y te fuiste corriendo a sus brazos —señaló a Hongbin detrás de Hyuk—. ¿Tan poco te importó lo nuestro?

 

—No, hyung... tú fuiste quien...

 

—¿Yo qué? ¿De verdad crees que te traicioné? ¿Qué nunca respeté nuestra relación? —preguntó dolido, su corazón estaba resquebrajado—. Puedes preguntarle a Taekwoon si te da la gana, aunque dudo que te tomes la molestia —su tono de voz se volvió ácido, venenoso—. Después de todo, ya tienes lo que querías. Todo este tiempo no has dejado de amar a Hongbin.

 

Hakyeon se fue, subió al auto de su padre y dejó a Hyuk atrás. El chico lloraba, estaba destrozado. Lo había arruinado todo.

 

Hongbin solo se quedó mirándolo, fue incapaz de consolarlo, de darle una palabra de alivio. Él era el único responsable de las lágrimas de Hyuk, de su corazón roto y del de su hyung.

 

Todo se había venido abajo de la peor manera.

 

 

******

 

 

Hakyeon llegó a casa, sabía que tendría que dar muchas explicaciones del porque de su estado, pero no quería pensar en eso. La casa estaba sumida en un silencio sepulcral, ni el cantar de los grillos se escuchaba.

 

Entró al despacho de su padre, el hombre estaba sentado detras de su escritorio con el teléfono de Hakyeon en sus manos. Ls alarmas se dispararon en su cabeza.

 

—Papá...

 

—Creí que podía confiar en ti, Hakyeon —dijo con su gruesa y autoritaria voz—. Creí que después de lo ocurrido en China ibas a enderezar tu camino, me equivoqué.

 

—Papá, no te entiendo...

 

El hombre colocó el teléfono, encendido, sobre su escritorio. La imagen de Taekwoon y él, besándose, adornaba la pantalla.

 

—Ese amiguito tuyo es tan... indecente —dijo el hombre con asco—. Pensar que alguien como él estuvo tanto tiempo cerca de ti, o... ¿eres tu el defectuoso?

 

Sintió los pasos de su padre acercarse a él, no podía levantar su rostro y encararlo. Estaba aterrado.

 

—Eso... fue una equivocación...

 

—¿Una equivocación? —el volumen de su voz subió y el rostro de Hakyeon fue girado de una fuerte cachetada—. Una equivocación es llevarte mi coche para ver a tu novia y chocarlo en el camino, o contestar mal la respuesta de un examen. Eso es una equivocación, ¡esto es una aberración! —una nueva bofetada impactó contra su otra mejilla—. ¡Yo no crié a un hijo marica! Te di todo para que fueras un hombre de bien ¡¿Y me pagas con esto?!

 

El cuerpo de Hakyeon cayó contra el suelo de un fuerte golpe propinado por su padre, el sabor metalico de la sangre inundó su boca. Intentó ponerse de pie, replicarle a su padre, inventar alguna mentira y salvar su vida. El ardor en su espalda disipó todas sus ideas y le arrebató el aire, su padre se había quitado el cinturón de cuero y repartió varios golpes en su espalda.

 

Dolor, humillación, tristeza. Hakyeon se retorcía intentando huir de los golpes de su padre. Sus piernas y brazos también fueron afectados por el impacto del cuero.

 

—¡No! —escuchó la voz de su madre entrar al salón—. ¡Dejalo! ¡Es tu hijo y está enfermo! —gritaba desesperada abalanzandose sobre el hombre—. ¡Por favor!

 

—¡Si! Está enfermo pero de aquí —golpeó su sien repetidas veces—. ¡Debí verlo antes pero fuí un estúpido y me confié!

 

—¡Dejalo! ¡Ya no lo golpees! —la mujer empujaba a su marido para alejarlo de su hijo.

 

Hakyeon se arrastró hasta el sofá que estaba en el despacho y reposó su cabeza allí. Su alma y su corazón estaban destrozados, su cuerpo herido por las manos de la persona que debía cuidarlo, sus esperanzas y sueños desaparecieron de su futuro.

 

Las puertas de su infierno personal se habían abierto esa noche.

Notas finales:

Hermosuras, sé que me van a querer asesinar después de esto pero yo solo quiero decirles que... NO ME ARREPIENTO DE NADA!(?)

Ok, no.

Fue horrible escribir esto y más cuando soy de las que se meten mucho en la historia a la hora de escribir. Esto es el inicio del infierno que vivira nuestro querido Yeonnie :c

Hongbin tomó una mala decisión y desató algo terrible aunque él no tenía la intención de que llegara tan lejos. No lo culpen.

¿Ahora que pasará? ¿Habrá reconciliación? ¿Ruptura definitiva? ¿Parejas nuevas?

No hablé de Ravi ni de Ken en este cap pero en el próximo si lo haré.

SKYUniversidad de Seúl, Universidad de Corea y la de Yonsei.

Comenten que les pareció y denme mucho amor para seguir escribiendo y arreglar esta situación. Nos leemos en el próximo capítulo.Feliz año nuevo Lunar o/


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