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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

*Se abre el cielo y entra Kris con un nuevo capítulo acompañado de cánticos celestiales* 

Hola, hermosuras. Traje sensualidad~ con agonía y sufrimiento, lo usual(?)

Sé que dije que actualizaría cada dos semanas y ya casi se hace un mes, me disculpo por eso pero la universidad me ha estado asfixiando el alma y todo el estrés acumulado no ayuda. ¡Pero ya estoy aquí! Hagamos fiesta(?)

Sin más que decir, disfruten el capítulo.

Hakyeon estuvo todo el día alternando entre dormir y estudiar, perdió muchas pruebas por lo que debía presentarlas cuando se reintegrara a clases. Apenas había comido, lo hacía solo para tomar los analgésicos y los fijadores.

 

Su padre le prohibió salir y le prohibió contactarse con sus amigos, probablemente estarían preocupados. Se estaba volviendo loco encerrado y a la vez tenía miedo de salir. Su padre dijo que hablarían cuando volviera de trabajar, pondrían reglas y un horario. Ya no podría hacer lo que quisiera hasta que pudiera mantenerse por sí mismo.

 

Eso no le preocupaba.

 

Hakyeon tenía un plan, lo había ideado desde antes que él y Sanghyuk tuvieran una relación. Él tendría su operación, y si todo salía bien, viviría por su cuenta. Había ahorrado una buena cantidad de dinero, buscó los departamentos más baratos y que se amoldaran a él. Trabajaría porque no podría vivir de sus ahorros toda la vida y debía pagar la matrícula de su universidad.

 

Ese era otro dolor de cabeza, no sabía que estudiar. Su amor era el baile y la actuación, pero sabía que su padre no aprobaría eso. No quería arriesgar su poca estabilidad. Intentó concentrarse nuevamente en su libreta, debía aprobar los exámenes finales y el examen de admisión. Un gran alboroto en la calle lo desconcentraba de su labor, ¿qué no sabían que ese era un vecindario tranquilo?

 

Un grito, un timbre de voz que él podría reconocer al otro lado del mundo, atravesó la noche y llegó hasta sus oídos. Se puso de pie como un resorte, empezó a hiperventilar.

 

—Taekwoon... —corrió fuera de su cuarto, fuera de su casa. Los latidos de su corazón recorrían de pies a cabeza su cuerpo, se sentía mareado y la boca del estómago dolía.

 

Vio a sus dos amigos, Taekwoon y Minhyuk, del otro lado de la cerca. Todo se movió en cámara lenta, sus pasos, el viento, el eco, era una tortura. Por un momento pensó que le faltaba el oxigeno cada vez que la distancia se acortaba entre ellos.

 

Se quedó a cinco pasos de distancia entre sus amigos y él, aun estaba aturdido.

 

—Estas bien —afirmó Taekwoon con una media sonrisa.

 

—¿Qué hacen aquí?

 

—Faltaste a clase —señaló Minhyuk—. Estábamos preocupados por ti cuando nos dijeron que te asaltaron.

 

—¿Asaltaron? Eh… si, claro. Pero ya estoy bien —sus ojos empezaron a arder, no quería llorar frente a ellos y preocuparlos—. Deben irse.

 

—Espera. Acabamos de llegar ¿y ya quieres que nos vayamos? Por lo menos deja…

 

—No es buen momento ahora, por favor.

 

Taekwoon tomó su brazo haciendo que Hakyeon se encogiera, el dolor y los moretones eran aun peores que el día anterior. Taekwoon al ver esa reacción se alarmó.

 

—¿Te golpearon?

 

—No es nada —dijo rápidamente apartándose.

 

—Dejame verte —insistió acercándose, Minhyuk lo detuvo.

 

—Calmate, Taekwoon.

 

—¿Cómo quieres que me calme cuando está herido? —apartó a Minhyuk y se acercó a Hakyeon tomándole el rostro entre sus manos y acariciándolo—. ¿Qué te hicieron, mi amor?

 

Hakyeon ya no podía sentirse feliz o confundido por las muestras de cariño de Taekwoon, ahora solo podía sentirse enojado. Todo lo que estaba sufriendo, su dolor y humillación, era culpa de Taekwoon.

 

Apartó las manos del pelinegro y con voz solemne habló.

 

—Vete —dijo—. Vayanse los dos.

 

—Yeon…

 

—Taek, es mejor irnos. Hakyeon debe descansar, ya mañana nos contara que sucedió —expresó Minhyuk tratando de conservar la calma. Sabía que su amigo estaba asustado y a punto de derrumbarse frente a él, y a Hakyeon nunca le gustó verse débil delante de las personas que quería. Él mejor que nadie lo conocía.

 

—¿Aún estás molesto? Ya te dije que no fui yo —se justificó pensando que por esa razón Hakyeon lo rechazaba—. Fue Hongbin, él me lo confesó.

 

Hakyeon se quedó mudo, sorprendido. Su otro bebé lo había traicionado de esa manera. Sus piernas flaquearon y casi cae contra el pavimento de la acera, Taekwoon y Minhyuk lo sostuvieron antes de que pasara.                   

 

—¡Yeon–ah!

 

El moreno se quejó, lo estaban lastimando pero ellos no lo sabían y no quería que lo supieran.

 

—Vayanse —murmuró mordiendo su tembloroso labio inferior—. Por favor… no me siento bien…

 

Escuchó el sonido de unos neumáticos deslizarse contra el pavimento, parar, un motor siendo apagado y el estruendo de una puerta al cerrarse. Hakyeon se irguió rápidamente, él no podía tener tan mala suerte pero la tenía.

 

Se giró encontrando la figura de su padre apróximarse a ellos. Empuñó sus manos a los costados, pues sabía que sus temblores lo delatarían.

 

—¿Qué hace este hombre aquí? —señaló hacia Taekwoon.

 

Minhyuk y Hakyeon se interpusieron entre el hombre y su pelinegro amigo.

 

—Ellos ya se iban —dijo Hakyeon lo más calmado posible—. Solo querían saber porque falte a clases.

 

—Te dije que no salieras de la casa, Hakyeon

 

—L–Lo siento... solo vine a despedir a los chicos... —hizo señales a su espalda para que Minhyuk se llevará a Taekwoon pero este no parecía verlo.

 

—Ve adentro ahora mismo, Hakyeon —citó entre dientes más que molesto.

 

Hakyen dudó. Miró a sus amigos con temor pero también estaban otras personas en la acera del frente, quizás su padre no atacaría ni haría un escándalo innecesario.

 

—Hakyeon —el nombrado tembló ante el sonido de su voz.

 

—Ya voy —susurró—. Nos vemos mañana. Papá —lo llamó reuniendo todo el valor que pudo—, vamos a dentro.

 

—No. Necesito hablar con este hombre —dijo el hombre sin apartar la vista de Taekwoon.

 

—Papá, por favor, no hagas un escándalo y vamos adentro —no sabía de donde había sacado el valor para hablarle así a su padre.

 

El hombre lo tomó del brazo, presionando una de sus heridas. Hakyeon siseó mordiéndose el labio.

 

—Jung Taekwoon —el nombrado lo miró estoico, no quería demostrarle al hombre que estaba asustado de su presencia—, no te quiero cerca de mi hijo. No lo busques, no lo llames, ni te acerques a él —dijo conteniendo se gritar, de ir y golpear a ese hombre que había osado tocar a su hijo—. Hakyeon tiene un futuro brillante. No tienes ningún derecho a estropearlo, mi hijo no será un desviado como tú. Ahora, lárgate y no vuelvas nunca.

 

El padre de Hakyeon arrastró a su hijo dentro de la casa.

 

Taekwoon a pesar de haber sido protegido por Minhyuk y Hakyeon de la cercanía de aquel hombre, no pudieron protegerlo de sus hirientes palabras. Respiró con dificultad, llevó una mano a su pecho y cayó sobre sus rodillas.

 

—Taekwoon, ¿qué pasa? —Minhyuk lo sostuvo por los hombros, su amigo se veía muy mal como si el aire no llegara con normalidad a sus pulmones.

 

El pelinegro no pudo hablar, su llanto contenido le impedía pronunciar palabra alguna. ¿Cómo podría decirle a Minhyuk que sentía a ese hombre capaz de arrebatarle a Hakyeon de su vida para siempre?

 

 

 

 

 

Hyuk intentó por décima vez llamar al teléfono de Hakyeon pero este no contestaba. Tiró el apartado a la cama con rabia, luego pateó su bolso, un cojín y otras cosas que no se molestó en mirar que eran. Sungjae entró a la habitación y lo tomó por la espalda para luego arrojarlo a la cama.

 

—Cálmate —exclamó—. Sé que estás molesto por lo de Hakyeon–hyung y Taekwoon–hyung pero no te desquites con todo —regañó a su amigo aunque él no estaba en mejores condiciones.

 

—No entiendes, Sungjae. A Hakyeon–hyung le gustaba Taekwoon–hyung y ahora que sabe que a él también le gusta, va a dejarme —chilló enojado, frustrado.

 

—Pero a Hongbin–hyung ahora le gustas, y él te gustaba antes —señaló su amigo.

 

—No, no soy tan ingenuo —negó con su cabeza, ya tenía demasiado de esa situación—. Hongbin–hyung solo está confundido. Cuando Yura–noona lo perdone, él va a regresar a ella... y yo ya no lo amo como antes —confesó con lágrimas en sus ojos—. A quien amo es a Hakyeon–hyung.

 

Sungjae se sentó a su lado, pasó su brazo por el hombro de su amigo e intentó consolarlo.

 

—Mi madre decía... que somos muy jóvenes como para saber que es el verdadero amor —relató frotando su hombro—, que somos muy tontos como para creer que cualquier enamoramiento durará toda la vida y jamás se extinguirá —su voz se quebró y sus ojos se cristalizaron—. Voy a casarme...

 

—¿Qué? —Hyuk detuvo su llanto, limpió sus ojos con el dorso de su mano—. ¿Qué di–dijiste?

 

—Mi padre quiere que me case con la hija de uno de sus socios, voy a verla el sábado —dijo frotando sus irritados ojos—. Me dijo que la conociera, que congeniara con ella, porque quería un buen futuro para mí. Dime si eso no es una cita de matrimonio

 

—Tal vez... tal vez no sea eso... —Hyuk intentó verlo por otro lado aunque ni él estaba convencido de ello.

 

—No, si mi padre sugiere algo es para llegar a un fin. Mi cita con esa chica es para que ambas familias se unan y se vuelvan fuertes, pero ellos no están pensando en nosotros y en lo que queremos —tomó aire, llenó sus pulmones, pero no fue lo suficiente como para detener su llanto—. ¿Cómo voy a decirle esto a Minhyuk? ¿Cómo voy a decirle que todo nuestro amor, nuestros buenos momentos, nuestros deseos para el futuro, hay que tirarlos lejos y olvidarlos?

 

Hyuk envolvió el tembloroso cuerpo de su amigo entre sus brazos, ambos lloraron su dolor y tristeza. La vida se estaba encargando de poner baches difíciles de pasar en sus caminos, el amor era tan doloroso de soportar.

 

 

******

 

 

Taekwoon estaba inquieto, hacía diez minutos que la campana había sonado pero Hakyeon no aparecía, tampoco el profesor y eso era algo bueno. Su pierna no paraba de subir y bajar, sus manos temblaban. Pasó gran parte de la noche llorando, el terror corría con sus lágrimas. Estaba completamente asustado del padre de Hakyeon, de sus palabras, de la gran posibilidad que ese hombre tenía de separarlos.

 

La puerta del salón fue abierta y todo mundo volvió a su puesto en silencio. El profesor pasó a través de ella con su caminar pausado y, detrás de él, entró Hakyeon. Se veía cansado, serió, triste.

 

A Taekwoon se le paralizó el pulso al verlo, por un momento pensó en que sería mejor si él no hubiese asistido a clases. ¿Qué le había pasado?

 

El moreno tomó asiento delante de él sin mirarlo. Taekwoon quería hablarle, tocarlo, pero se vio incapaz de realizar un movimiento o emitir palabra alguna.

 

Los minutos pasaron lentos, tortuosos. Hakyeon no había volteado a verlo un solo segundo, ignoraba su existencia como nunca lo hizo. Ni siquiera lo miró cuando le devolvió el borrador que había caído junto a su silla, solo emitió un inaudible “gracias”.

 

La campana sonó anunciando el receso intermedio. Todo mundo abandonaba el aula menos ellos dos, Hakyeon guardaba sus cosas con extrema lentitud como si el minimo movimiento le produjera dolor. Taekwoon volvió a tener control de su cuerpo y se puso de pie delante de Hakyeon, el moreno lo miró por unos segundos para luego concentrarse en guardar sus cosas. Lo volvió a ignorar.

 

—¿Te sientes bien? —preguntó queriendo acabar con ese extraño silencio entre ellos.

 

—Si —fue lo único que respondió.

 

Taekwoon suspiró y se arrodilló.

 

—¿Estás tomando tus medicinas? —volvió a preguntar aunque no eran esas las interrogantes en su cabeza.

 

—Si.

 

Vio las manos de Hakyeon temblar mientras cerraba su mochila. Harto de ser ignorado, harto de su silencio y temblores, posó su mano en la mejilla del moreno ganando su atención.

 

—¿Tu padre te hizo algo? —su mejilla estaba caliente, ardiendo—. Dimelo, mi amor. Estoy muriéndome por saber que te pasa.

 

No esperó que Hakyeon apartara su mano con brusquedad y se pusiera de pie haciéndolo caer sobre su trasero.

 

—No vuelvas a tocarme, ni a llamarme de esa forma ¡Yo no soy tu amor!

 

Salió corriendo del salón dejando a un desorientado Taekwoon atrás. Al chico solo le tomó unos segundos en darse cuenta de lo que pasaba y seguirlo. Tuvo la suerte de ser más rápido que él y poder alcanzarlo, lo sujetó del brazo logrando retenerlo. El mayor se encogió quejándose.

 

—¿Qué te pasa? ¿Por qué estás actuando así? —interrogó Taekwoon elevando su tono de voz.

 

—Dejame… en paz… —articuló casi sin aliento.

 

—Estoy preocupado por ti, quiero saber que te pasa y tu solo me apartas. No te entiendo, Hakyeon —reclamó dolido.

 

—No… definitivamente… no entiendes… que tan problemático… es…

 

Cayó desmayado sobre los brazos de Taekwoon producto de toda la presión que estaba aglomerándose en su interior.

 

—¡Hakyeon! —lo llamó palmeando su rostro sintiéndolo arder, tenía fiebre.

 

—¡Taek! —Minhyuk se acercó a él al ver a su amigo desvanecerse de esa manera—. Hay que llevarlo a la enfermería.

 

No tardó en acatar la orden, tomó a su amigo entre sus brazos y siguió a Minhyuk hasta la enfermería. Algunos estudiantes lo veían sorprendidos, otros empezaron a murmurar pero le restó importancia. Hakyeon era su prioridad.

 

—¡Hyung! —escuchó que alguien lo llamaba pero no se detuvo. Al ver la puerta de la enfermería aumentó la velocidad de sus pasos.

 

Taekwoon entró a la enfermería con Hakyeon en brazos. La enfermera se puso de pie y le indicó que lo recostara en la camilla.

 

—Tiene mucha fiebre, creo que está deshidratado —dijo Taekwoon nervioso mientras apretaba sus manos temblorosas.

 

La enfermera se acercó a Hakyeon con un termómetro, murmuró algo que no logró entender por los nervios y se alejó.

 

—Quitenle la camisa, voy a aplicarle una inyección para que baje más rápido la fiebre.

 

Minhyuk se apresuró a hacer lo indicado por la mujer ya que Taekwoon no parecía capaz de moverse. Quitó la corbata y fue desabotonando la blanca camisa con sus manos temblorosas, nunca había visto a su amigo tan mal.

 

Se apartó de él como si fuera una pira ardiente y lo observó con espanto, en su brazo se encontraba dibujado con todo el odio posible una mancha purpura y rojiza. Escuchó a sus espaldas un grito y un peso caer. Se giró asustado encontrando a Taekwoon tiritando en el mismo sitio donde lo dejó, pero también se encontraban Sungjae, Hyuk, Hongbin, Ken y Ravi.

 

El menor del grupo cayó al piso de la impresión, su rostro estaba empapado en lágrimas. Sungjae lo abrazaba, sirviéndole de apoyo. Ken ocultó su rostro en el pecho de Wonsik, ambos temblaban. Y Hongbin estaba sorprendido, sus ojos bien abiertos y rojizos.

 

—Sacalos de aquí, necesito revisarlo —dijo la enfermera apartándolo de la camilla.

 

Minhyuk hizo lo que pudo, los chicos no querían irse ni escucharlo. Los entendía a la perfección, estaban preocupados, pero la salud de Hakyeon era lo importante. Los mantuvo fuera y cerró la puerta, los escuchó golpearla en repetidas ocasiones pero su atención estaba puesta en su amigo. Los moretones en sus brazos eran horribles, ¿Cómo pudieron hacerle eso?

 

—Esto es lo más que puedo hacer por él —articuló la mujer administrando el medicamento en el suero que le había colocado. Sentía tanta pena por el chico, seguramente pasó por algo muy cruel para tener semejantes hematomas.

 

Tomó un vaso de agua y un sobre de azúcar, lo vertió en este y se lo entregó a Taekwoon. El chico tardó en reaccionar y lo bebió.

 

—¿Él va a estar bien? —se atrevió a preguntar Minhyuk.

 

—En lo que cabe decir bien. Su fiebre va a bajar, tal vez el dolor de su cuerpo va a desaparecer pero no así esos hematomas y las laceraciones en su espalda.

 

—¿Qué laceraciones? —Taekwoon casi salta de su silla al escuchar esa palabra.

 

La enfermera suspiró.

 

—¿Su amigo tiene problemas en casa? ¿O con alguien en específico? —los chicos negaron no muy seguros—. Las heridas que tiene parecen haber sido hechas por un cinturón de cuero. Cuando despierte, deberían hablar con él. Ahora, dame su información para elaborar un informe de porque no asistirá las siguientes horas a clases.

 

Taekwoon se acercó a la camilla donde estaba Hakyeon, mientra que Minhyuk le daba la información pertinente a la mujer. Tomó la fría mano de Hakyeon, sus ojos detallaron el cuerpo de su amigo. Para ser más especifico, los moretones. Sus brazos estaban llenos de ellos, hematomas entre purpura, rojizo y azulado.

 

Minhyuk le murmuró algo a la enfermera y enseguida corrieron las cortinas que ocultaban la camilla de Hakyeon, un momento de privacidad para ellos.

 

Taekwoon se sentó en el taburete adyacente a la camilla, sus piernas aun temblaban al igual que el resto de su cuerpo. Besó la mano de Hakyeon con devoción mientras dejaba que sus lágrimas cayeran, se sentía tan miserable.

 

—Perdóname —susurró en medio de sus lágrimas—. No pude protegerte, solo te causé problemas… perdóname.

 

En su inconsciencia, Hakyeon se aferró a la mano de Taekwoon. Parecía como si quisiera consolarlo aun cuando no estaba despierto. Dejó que su mejilla reposara contra la morena mano de su amigo, lo observó dormirtar y se veía tan hermoso, pacifico, adolorido. Una pequeña marca oscura adornaba su pómulo, ni siquiera pudo ver eso.

 

Acarició la mejilla de su amado, un roce suave porque no sabía hasta que grado estaba lastimado. Se inclinó sobre él, su nariz rozó la de Hakyeon y con un suspiro besó sus labios. Fue el besó más triste, más doloroso, que nunca pensó dar.

Notas finales:

CHANN CHANN CHANN! 

No actualizo rápido y solo traigo sufrimiento pero we.

Nuestro Hakyeon está sufriendo mucho al igual que Taekwoonie ;-;

Sungjae se nos casa, ¿cómo reaccionará Minhyuk? (no muy bien, eso es seguro)

¿Qué va a pasar con los chicos ahora que saben que su amigo está viviendo un infierno?

¿Cómo soportará todo esto Hakyeonie?

Todo eso lo veremos en los siguientes capítulos (si es que la universidad me deja actualizar, ¿alguien me ayuda a quemarla? :v)

Disculpen cualquier horror ortográfico, últimamente escribo de la patada.

Comenten que les pareció y denme mucho amor para sobrellevar todo este estrés y tristeza que cargo en el alma (ya me puse EMOtiva) Nos leemos pronto~


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