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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje dolor, agonía y sufrimiento... pero con amor c:

Sinceramente no quería subir este capítulo precisamente hoy por todo lo que está aconteciendo en mi país pero luego de salir y ver la escases de personas en los centros de votaciones me subió un poco la moral, no lo suficiente pero algo es algo peor es nada.

Bueno, sin más que decir disfruten el cap *se esconde*

La lluvia caía estrepitosamente sobre la ciudad, sobre él. No sabía cuánto había caminado, cuantos pasos había dado luego de salir del recinto hospitalario y no le interesaba en lo más mínimo saberlo. Sus pies se arrastraban por el frío y resbaladizo asfalto, ¿a dónde había llegado? No podía saberlo, todo estaba oscuro y las gotas eran demasiado gruesas.


 


Se dejó caer de rodillas en medio de la acera.


 


—Cha Hakyeon... ¿Dónde estás? ¿A dónde has ido? Vuelve... Vuelve... No puedes irte así... No puedes dejarme así... Vuelve y dime que es mentira, que todo es mentira —el llanto se apoderó de su voz—. ¡CHA HAKYEON!


 


Despertó abruptamente con el rostro empapado en sudor y el corazón latiendo desbocado. Miró el reloj en el buró, eran las 3:12 am y hacía mucho frío. Sabía que día era, estuvo recordándolo durante toda su jornada en el estudio, Ravi intentó distraerlo infructuosamente. Tomó su teléfono observando la fiel imagen de él y Hakyeon el día de su graduación.


 


—Han pasado 8 años y te sigo extrañando como el primer día, Yeon–ah.


 


Encendió la lampara cercana a la cama y sacó la carta que años atrás Gayoon le entregó antes de marcharse.


 


"Para mi querido Taekwoon:


 


Woonnie, si esta carta llega a tus manos quiero que me perdones y quiero que sepas que te amo como un amigo, como un hermano, como un hombre, y así será por siempre.


      


Sé que las palabras no me alcanzaran para agradecerte todo lo que has hecho por mí, a pesar de los sinsabores y los corazones rotos, tú nunca me abandonaste. Taekwoon, te amé mucho y lo sigo haciendo aun ahora. Cuando me diagnosticaron mi enfermedad, fui a tu lado y me abrazaste, me diste la fuerza necesaria para continuar. Perdóname por no poder retribuir todo lo que me has dado a lo largo de nuestra amistad. Debo confesar que estoy asustado pero nuestra promesa me motiva a seguir con la operación y volver a tu lado como un hombre sano. Quiero que así sea.


 


Por favor, sin importar lo que pase, conviértete en un hombre maravilloso y continua siendo ese Taekwoon puro del que me enamoré. Cuida bien de Ken y Ravi, Hongbin también necesita de ti y no pelees con Sanghyuk, es nuestro bebé, ¿recuerdas? Apóyate en Minhyuk, es un gran amigo, y deja que él se apoye en ti, es muy sensible. Quiero que también cuides bien de ti mismo, no preocupes a las personas a tu alrededor ni las alejes. No odies al mundo, ni culpes a nadie ni a ti mismo por lo que pasó. No vivas con resentimientos ni lleves cargas innecesarias sobre tus hombros, vive la vida minuto a minuto como si fuese el último. No desperdicies las oportunidades que te da la vida.


 


Att. Tu fastidioso Cha Hakyeon"


 


Taekwoon apretó la hoja contra su pecho, el papel arrugado por los años. Gimoteó con el corazón dolido, con una tristeza imposible de menguar. No importa si los años pasaran, jamás podría dejar de amar a Hakyeon.


 


La mañana lo sorprendo sentado en su cama aun sosteniendo la carta contra su pecho, el despertador lo trajo devuelta de sus cavilaciones y dolorosas memorias que permanecían incrustadas tras sus parpados. Tomó una ducha, se calzó un modesto pantalón de vestir color negro, una camisa de botones blanca y un saco negro con zapatos de vestir. Usualmente vestía casual para ir a su estudio pero esa tarde tendría una importante con el Ceo y Co–Ceo de una compañía relativamente nueva, Hex Sign.


 


Últimamente su nombre se estaba ganando un gran prestigio, no sabía que tan bien le sentaría asociarse a una compañía pequeña. Bueno, solo debía producirles un disco a ese grupo rookie de chicas.


 


Salió de su habitación al reconocer el sonido de la cafetera trabajando.


 


—Buenos días, productor Leo–nim —saludó Minhyuk desde la cocina donde lo esperaba con dos tazas de café—. Que elegante te ves.


 


—Buenos días, entrenador Minhyuk–nim —devolvió el saludo y recibió una taza de café—. Tengo una reunión.


 


—Otro buen trabajo que se añade a tu hoja de vida.


 


—Eso espero ya que es una compañía de la que nunca he escuchado hablar, lo poco que pude averiguar es que están patrocinando a varios solistas y actores, y ahora quieren debutar a un grupo de chicas —tomó un largo sorbo de su café—. Creo que se llamará MooMoo o algo así.


 


—Suena a una vaca —señaló Minhyuk, no pudo evitar hacer reír a Taekwoon.


 


—Pensé lo mismo. Bueno, voy de salida —dijo poniéndose de pie—. Suerte con los chicos, no pierdas la cabeza.


 


—Pero aun es temprano —Minhyuk observó la hora en su reloj de muñeca.


 


—Lo sé —y cerró la puerta.


 


 


 


 


 


Hyuk apagó de un golpe el despertador. Debía levantarse, desayunar, alistarse e ir a la universidad pero no tenía la fuerza necesaria para hacer ninguna de esas cosas.


 


Estaba recostado boca abajo observando embelesado el anillo que ahora colgaba de una fina cadena en su cuello, justo como lo hacia Hakyeon cuando eran novios. No había día en que no pensara en él, los mínimos ademanes de las personas le recordaba a los que solía hacer. Aun ahora se preguntaba ¿Cómo conseguía la fuerza suficiente para seguir respirando, sonriendo y viviendo sin Hakyeon? El día en que lo perdió, pensó que iba a morir. Se recordaba llorando como un niño pequeño, gritando su nombre hasta que un desmayo le sobrevino. Fue duro, fue cruel, fue un castigo demasiado doloroso como para soportarlo.


 


Aquella noche fría fue acompañado de constantes pesadillas que torturaban su cabeza.


 


—8 años... y todavía no tengo una tumba donde llorarte —musitó al anillo con el nombre de su amado perfectamente visible. ¿Qué habría sido del anillo con su nombre? ¿El padre de Hakyeon lo habría tirado a la basura o su madre habría sido tan piadosa de colocarlo en su dedo antes de ser cremado?—. ¿Dónde estás, mi amor? ¿A dónde fuiste que ni en sueños puedo verte?


 


Se irguió en la cama y limpió las pequeñas lágrimas que bordeaban sus ojos al escuchar un toque incesante en su puerta, esta fue abierta dejando ver a un chico de lisos y castaños cabellos.


 


—Hyuk, ¿aun no te alistas? Vas a llegar tarde a la universidad —reprendió el mayor.


 


—Lo siento, Hongbin–hyung. ¿Hoy puedo faltar? No me siento bien.


 


Hongbin suspiró y se acercó a él, se sentó a su lado y lo abrazó por sus hombros dándole un espacio para refugiarse. Desde el día en que perdieron a Hakyeon no había abandonado a Hyuk ni un solo momento. Cuando Seungho se casó y Hyuk decidió que era momento de independizarse, le propuso vivir en un departamento como roommates. Fue una buena idea, el menor en ese momento estaba pronto a entrar a la universidad y necesitaba un lugar que le quedara cerca de ella.


 


—Se que es difícil, pero no puedes faltar, Hyukkie.


 


—Le diré a Jeonghwa que me pase los apuntes. Solo por hoy, hyung, ¿si?


 


—Esta bien —se resignó—. Te dejé comida en el refrigerador, solo tienes que calentarla —depositó un pequeño osculo en su frente—. Me iré a trabajar, cuídate.


 


—Lo haré, hyung.


 


Hongbin abandonó la habitación, decaído, triste, no solo por el hecho de que era el aniversario de la pérdida de Hakyeon sino también porque, pese a que habían transcurrido 8 años, él no había dejado de amar a Hyuk.


 


Hyuk se quedó envuelto en las sábanas que ya no le transmitían calidez alguna, estaba solo y eso era algo que ponía un gran peso sobre él. Sabía que debía continuar y vivir su vida como le pidió Hakyeon en esa carta que Gayoon le entregó hace varios años, en donde estaban plasmadas esas palabras que él tanto añoró escuchar de la boca de su novio.


 


El sonido de su celular lo trajo de vuelta al mundo.


 


—¿Aló? —exclamó con pereza sin ver el remitente de la llamada.


 


Hello, my friend —canturreó una voz conocida al otro lado de la bocina.


 


—¡Sungjae! Pensé que me habías olvidado —comentó Hyuk con un puchero que el otro no podía ver.


 


Nada de eso, solo me puse a hacer un intensivo con la tesis para poder volver.


 


—Espera... ¿Volverás a Corea? ¿Cuándo? —inquirió algo asombrado.


 


Cuando tenga la constancia de que mis esfuerzos rindieron frutos, Ingeniero Sungjae me llamaran —el chico sonaba orgulloso de su logro, y pensar que hace casi cinco años ambos lloraban en el aeropuerto porque el pelinegro no deseaba marcharse. Sin embargo, Sungjae tomó la decisión de marcharse luego de terminar definitivamente con Minhyuk, ya nada lo ataba a su ciudad natal además de sus padres, quienes insistían en que se fuera al extranjero—. Quizás en una semana nos volvamos a ver, Sanghyukkie.


 


—¿Tan rápido te entregaran el título?


 


Pues sí, aquí la gente necesita trabajar igual que en Corea —dijo con alardes de grandeza—. En realidad, es una constancia de tramitación de título. Esas cosas llevan tiempo, Sanghyukkie.


 


—Ya lo sé, bobo —lo escuchó reír animado—. Me alegra que al fin nos volvamos a encontrar, te extraño mucho.


 


—Y yo, my friend. Han sido días duros sin mi mejor amigo a mi lado, me hace falta tu contribución a mis locuras.


 


Hyuk quería decirle tantas cosas, preguntar tantas cosas, pero nada salía de su boca y no deseaba arruinar el momento.


 


—Eso será pronto, mi amigo.


 


Las ansías me comen porque llegue el día. Bueno, no me extiendo más. Ya tendremos tiempo para hablar —dijo cantarín—. Nos veremos pronto, Hyuk. Ah, y ya sabes lo que te dije.


 


—Copiado.


 


La llamada se cortó y Hyuk suspiró observando la pantalla, se sentía mejor luego de escuchar la voz de Sungjae. Él siempre fue su confidente cuando inició su relación con Hakyeon, cuando sus sentimientos estaban confusos y cuando lo amó con cada pedazo de su alma. Se sintió tan mal amigo ya que no pudo compensarle cuando él lo necesitó.


 


Tomó el anillo entre sus manos enterrándose nuevamente entre las sábanas, debía reunir la fuerza necesaria para hacerle frente al mundo ese día y más porque había prometido a Wonsik que iría a su Live Party para presentar su nuevo disco. Tan solo debía esperar a que Hongbin volviera.


 


 


******


 


 


Terminó de leer el contrato, no había nada fuera de lugar. En realidad era una oferta muy buena, tenía mucha libertad para desarrollar hasta la fecha límite. Tomó el bolígrafo del bolsillo de su abrigo y firmó sobre la línea al final de la página.


 


—Me alegra tanto que hayas decidió trabajar con nosotros. Tu reputación te pone en la cima de los mejores productores, señor Leo —dijo el joven hombre frente a él. Tenía una apariencia adorable y sonrisa risueña, una imagen poco común para el Co–Ceo de una empresa.


 


—Es un placer que me alague de esa manera, Minseok. Estoy ansioso de poner a trabajar.


 


—Oh, llámame Xiumin ya que conviviremos a menudo —el hombre tomó el folder con el contrato entre sus manos—. Bien, solo falta que nuestro PD–nim lo revise y firme.


 


—¿Está muy ocupado?


 


—Asuntos familiares —respondió Xiumin poniéndose de pie—. Es complicado pero que no te afecte, él no mezcla su vida privada con el trabajo.


 


—Me gusta que sea profesional —extendió su mano a Xiumin y este correspondió el apretón—. Te mantendré actualizado sobre las pistas.


 


—Cuento contigo, Leo–nim.


 


Taekwoon salió de aquel modesto edificio, lo suficientemente espacioso para las oficinas administrativas, los estudios y las salas de ensayo. No dudaba en que crecería cuando hiciera de su grupo novato lo más codiciado en el mercado musical.


 


Recorrió a ciudad para despejar su mente, se acercó a una floristería y pidió una rosa roja como la sangre en sus venas.


 


Se sentó a la orilla del Río Han como hacía cada año, solo él y una rosa roja en sus manos. Una pequeña oración susurrada de sus labios y dejó que la corriente se llevara la bella flor. Se quedó allí un rato más y evocó recuerdos de su amado, eso era lo único que le quedaba de él.


 


—Me pregunto qué sería de nosotros si estuvieses vivo —dijo a la nada—. Tal vez habríamos huido a China con ese tal Jackson y habrías estudiado danza como querías al principio, tal vez fueses un bailarín muy reconocido. Yo... no me perdería ninguna de tus presentaciones así repitieras la misma coreografía una y otra vez —pestañeó varias veces por las molestas lágrimas en sus ojos—. Te extraño, te necesito... no sabes cuánto.


 


Se puso de pie y respiró profundamente, reteniendo y disipando el llanto que se aglomeraba en su garganta. No era momento de llorar.


 


Se alejó del río, de sus recuerdos en él y el dolor de sus recuerdos. Un rayo de luz casi lo ciega y, en medio de la excesiva blancura, vio la silueta de Hakyeon. Este iba acompañado de una chica que sostenía su mano y le sonreía con entusiasmo, él apenas la volteaba a ver y no podía comprobar que fuera su Hakyeon.


 


No, era absurdo. Su cabeza ya había hecho este tipo de juegos antes. Cuando conoció a aquel cantante en el ejército, una vez cuando viajó a Japón y también confundió a un viejo amigo de su hermana, aunque no eran tan parecidos de espalda era otra historia. Sacudió su cabeza y caminó en sentido contrario. Le escribió a Minhyuk para que lo acompañara a la Live Party de Ravi, era un evento importante para su menor y no pensaba decepcionarlo.


 


 


 


 


 


El lugar estaba abarrotado de personas casi excediendo la capacidad de albergue. Ken sonrió orgulloso mientras se colaba entre los presente, una que otra chica lo reconoció y pidió su autógrafo antes de poder ingresar al camerino tras el escenario. Allí su novio lo esperaba.


 


—¡Larva! —exclamó acercándose al muchacho sentado esperando a que se hiciera hora del espectáculo—. El lugar está que revienta, mi amor.


 


—¿Lo está? —inquirió con un leve toque de nerviosismo en su voz, se abrazó a la cintura de su novio y reposó su cabeza contra su abdomen—. Eso me hace tan feliz pero siento calambres en el estómago.


 


—Oh, no te pongas nervioso. Todo saldrá de maravilla.


 


Ken besó a Ravi con amor, adoración y seguridad, todo lo que su novio necesitaba en ese momento tan importante de su vida. 8 años atrás se encontraba inseguro de aceptar a Wonsik como pareja pero, después de tanta insistencia por parte de su menor, por los regalos y por su trato dulce como si fuera lo más valioso en la tierra, aceptó ser su pareja. Actualmente vivían juntos en un departamento que ambos compraron cuando obtuvieron un trabajo adecuado, Ravi como productor y Ken como actor de teatro y diseñador de ropa. Ahora el menor se lanzaría como rapero y no dudaba en que sería todo un éxito.


 


Unos insistentes golpes en la puerta los obligaron a separarse, sus amigos habían llegado.


 


—¡Hyung! —Hyuk y Hongbin se acercaron a él y lo abrazaron con efusividad, Taekwoon también pero sin tanto escándalo y Minhyuk le dio un cálido apretón en el hombro.


 


—Chicos, me alegra tenerlos aquí.


 


—No íbamos a dejarte en un día tan importante, sabemos lo que te has esforzado en este disco —dijo Hongbin, su amigo del alma.


 


—Es por eso que debes dar lo mejor de ti, Wonsik —dijo Taekwoon con orgullo, él mismo fue testigo de todo el proceso de elaboración del disco de su dongsaeng.


 


—Lo haré, hyung.


 


—¡Un minuto para salir! —exclamó una de sus coordinadoras desde a puerta.


 


Wonsik respiró profundo y después de una ola de palabras de aliento, abrazos y ánimos, el nuevamente pelirrojo (porque había teñido su cabello de plateado hace unos años) salió al escenario y el DJ no tardó en hacer sonar las pistas.


 


Hyuk, Hongbin y Minhyuk se encontraban en una zona exclusiva donde podían observar todo el espectáculo del rapero, Taekwoon y Ken formarían parte del show por lo que se mantuvieron esperando detrás del escenario. Los ánimos estaban por las nubes, las personas disfrutaron y corearon cada una de las canciones. Ravi interpretó junto a su amado una canción llamada Rose, mientras que con Leo interpretó Remember.


 


Tal y como Ken predijo, fue lo mejor de lo mejor. En el after party fue el centro de atención de productores, periodistas y cantantes que deseaban una colaboración con él sí o sí. Sus amigos brindaron por los éxitos venideros para Ravi y comenzaron a compartir anécdotas del pasado, recuerdos que muy pocas veces tocaban.


 


—Hyuk —Minhyuk se sentó a su lado y recitó la pregunta que le quemaba la garganta y tensaba sus cuerdas vocales—, ¿Sungjae no te ha dicho cuándo volverá?


 


Sanghyuk lo miró con ojos de cachorrito y negó suavemente con su cabeza —No.


 


—Ya veo. Creo que le gustó la vida por allá.


 


—¿Quién sabe? Tal vez llegue de sorpresa algún día.


 


Minhyuk asintió y tomó un largo sorbo de su bebida. A Hyuk le dio pena mentirle pero Sungjae le había pedido expresamente que no dijera nada relevante de él a Minhyuk, el mayor nunca debía saber por medio de nadie sobre su persona. Esa sería su pequeña venganza por lo que había hecho.


 


Antes de la medianoche, Hongbin y Hyuk se marcharon ya que el mayor debía trabajar temprano al día siguiente. Taekwoon y Minhyuk se quedaron otro rato pero, cuando el de menor estatura ya no supo ni como se llamaba y solo lloraba como niño pequeño, Taekwoon decidió que era momento de marcharse. Pidió disculpas a Ravi aunque este no se molestó y menos viendo el estado de Minhyuk.


 


Llamó un taxi que los dejó justo en frente de su edificio.


 


—¿Por qué, Taek? ¿Por qué no vuelve? —preguntaba mientras el pelinegro intentaba cerrar la puerta—. Yo solo quiero verlo. Quiero… quiero saber si no… —hipó— si no me odia.


 


—Ya, hermano. Mejor ve a descansar —dijo Leo conmovido por la condición de su amigo.


 


—Mi mejor amigo murió… y él se fue sin despedirse, me dejó solo con este gran vacío.


 


Taekwoon abrazó a Minhyuk y le permitió desahogar su dolor, él también lloró todas las lágrimas que contuvo durante el día. Al final, ambos estaban destrozados por una causa similar pero Minhyuk tenía oportunidad de rehacer su corazón. Sungjae vivía, solo era cuestión de tiempo para que volviera y pudieran reconstruir su relación. Minhyuk había madurado sus pensamientos y fortalecido su espíritu, ahora estaba dispuesto a luchar contra el mundo por el joven Yook.


 


Pero Leo era un caso perdido. No importaba cuanto se esforzara y luchara, Hakyeon no iba a volver.


 


Esa noche, para ellos, la más fría del año, dejaron que sus cuerpos durmieran envueltos en ese halo de frialdad y dolor. La mañana, igual de helada, le sobrevino con una llamada telefónica que lo despertó de un sueño con Hakyeon. En él, el moreno sonreía vivaz y sostenía en sus manos un pastel decorado con una estrella dorada en el centro.


 


Felicidades, Woonnie —le dijo con su dulce voz, tan clara como el agua. Creyó que había olvidado como sonaba.


 


Xiumin fue el responsable de esa llamada, le pidió que se apersonara a la empresa lo más pronto posible ya que el Ceo deseaba conocerlo y finiquitar ciertas cosas en el contrato. Ese día no tendría nada importante que hacer así que accedió de inmediato.


 


Dejó una nota para Minhyuk junto a unas pastillas para la resaca y el desayuno preparado, algo sencillo, aunque dudaba que su amigo se levantara en lo que restara del día.


 


Salió a la calle abrigado con una chaqueta de la línea de invierno de Ken, de brillantes colores azul y vino tinto. El frío viento le pegó de lleno en el rostro, el cielo se encontraba nublado por nubes negras. Un mal día para salir, eso pensó mientras se dirigía a Hex Sign a bordo del taxi.


 


Al llegar a la empresa e ingresar al edificio, se topó con Xiumin quien hablaba animadamente con dos chicas, quizás las trainees próximas a debutar. Al verlo, corrió rápidamente a su encuentro.


 


—Llegas a tiempo.


 


Lo guió hasta el ascensor que los llevó al último piso. Leo sintió las piernas acalambradas extrañamente, nunca se había sentido nervioso al conocer al Ceo de una empresa. Tampoco es que eso sucediera con frecuencia.


 


—Me sorprendió tu llamada —le comentó a Xiumin unos pasos detrás de él.


 


—A mí también me sorprendió, pero PD–nim te vio anoche en el show de ese rapero y se entusiasmó por conocerte. Muy pocas personas logran ese efecto en él —Leo parpadeó varias veces confundido, nunca se esperó que ese Ceo fuera a ver la presentación de Ravi. No pudo formular más preguntas puesto que Xiumin entró, sin tocar, a la oficina del Ceo y se anunció con una voz cantarina—. N–ie~, te traje al productor Leo como me lo pediste.


 


Leo se sorprendió al contemplar la modesta oficina decorada de muebles, archiveros y papeles, pero lo que más le sorprendió fue el hombre tras el escritorio. Su garganta se secó, sus piernas se sintieron como plomo. El hombre de castaños cabellos perfectamente peinados, una camisa blanca y pantalones de vestir, se puso de pie y fue a su encuentro con caminar agraciado. El mismo caminar, el mismo perfil, quizás más alto y estilizado, pero todo en ese hombre gritaba Cha Hakyeon.


 


—Es un gusto conocerte, Productor Leo. Me llamo Choi Enseung, pero puedes simplemente llamarme N —se presentó con una perfecta sonrisa de esos dientes perlados—. Es un placer poder trabajar con usted.


 


Leo no supo de sí mismo, ni del mundo que lo rodeaba. Su panorámica pasó de tonos opacos y una luz radiante al negro total, desmayándose.

Notas finales:

Solo me queda decir que los trollee y no me arrepiento de nada *huye*

¿Qué ocurrió aquí?

¿Algun plan macabro de el señor Cha o de verdad Hakyeon murió?

¿Leo está loco?

¿Nacerá el Hyukbin?

¿El Raken será feliz por siempre?

¿Minhyuk recuperara a Sungjae?

¿La autora dejará el drama? ¡Nunca!

Creo que a estas alturas se sobreentiende que soy de Venezuela, ¿de qué lugar me leen ustedes? C:

Disculpen cualquier horror ortográfico.

Comenten que les pareció y mandenme buenas vibras para seguir escribiendo esta cosa macabra. Nos leemos pronto~


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