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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje dolor~(?)


Ok, fue una semana bastante agitada para mi y todavía no he vuelto a la universidad. Estuve a punto de no actualizar y dejarlo todo para la próxima semana pero no me lo permití y aquí me tienen :D


Además que se presentaron varias sorpresas, una de ella fue que VIXX está en la KCONLA y yo no pude ir porque soy pobre ;-; Rowoon y N se encontraron (mi corazón putifandom llora de felicidad), solo faltaba la foto con el Johnny y soy eternamente feliz. Y, al parecer, no sé si sea verdad, VIXX y ASTRO estarán en el mismo grupo en los ISAC. Voy a hacer party si resulta ser verdad.


Ahora si, al fic~

La cafetería esa tarde no estaba muy llena, pero si habían varios estudiantes hablando escandalosamente. Eso a Sungjae le trajo recuerdos de su tiempo con Hyuk, Jimin y Taehyung cuando aun eran estudiantes de secundaria, es tiempo había pasado rápido ahora que caía en cuenta.


 


El mesero dejó sus bebidas en la mesa y allí fue cuando se dignó a mirar a Minhyuk, decir que su corazón no se agitaba cada que lo veía era mentir. Aun habían sentimientos bailando dentro de su pecho pero, a la vez, había un gran dolor que le impedía correr a sus brazos y besarlo como si su vida dependiera de ello.


 


—Hyung, dime algo. No me trajiste aquí solo para mirarnos ¿o si? —inquirió algo desesperado por escucharlo hablar, inconscientemente quería escuchar su voz.


 


—Lo siento. Es que aun me parece increíble que hayas vuelto —dijo con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios—. ¿Cómo te ha ido? ¿Ya te graduaste?


 


—Si, ya lo he hecho. Regresé para la inducción en la empresa de mi padre, pero debo volver cuando entreguen mi titulo y lo validen internacionalemente. Seré un ingeniero sin fronteras —dijo tomando un trago de su expreso—. De lo otro, me ha ido bien. Al principio fue algo difícil adaptarme a una nueva cultura pero, de resto, me fue mejor de lo que esperaba.


 


—Ya veo. Me alegra que te haya ido bien.


 


—¿Y tu, hyung? ¿Qué has hecho en estos años?


 


—Entré a la selección nacional de fútbol antes de terminar la universidad, fue un milagro. Aunque tuve una lesión y no pude volver durante un año, me dediqué a entrenar a equipo juvenil.


 


—Me alegra que hayas logrado llegar tan lejos, hyung. Recuerdo que jugabas mucho al fútbol cuando estábamos en la secundaria.


 


Minhyuk no pudo evitar sonreir al recibir un alago por parte de Sungjae, estaba esperando más bien un acto de indiferencia de su parte.


 


—Sungjae —el mayor empleó un tono bajo y suave, acariciando cada silaba de su nombre con dulzura—, no sé si esté en condiciones de decirlo pero también me siento muy orgulloso de lo que has logrado.


 


—Sí. Todo es gracias a ti, hyung. Si no hubiésemos terminado, tal vez me habría aferrado a la idea de quedarme —dijo como si aquello no le molestara o doliera, cuando era todo lo contrario pero debía ser fuerte—. Como dicen por ahí, de algo malo se puede sacar algo bueno.


 


Minhyuk sentía cada palabra clavarse dolorosamente en su pecho.


 


—Fue un muy mal momento —dijo casi sin voz—. Yo me sentí herido por todo lo que me había enterado pero ahora entiendo que no debí reaccionar de esa manera —confesó apenado—, perdóname.


 


—No hay porque disculparse, hyung —dio una media sonrisa pero, internamente, pensó que una disculpa no era suficiente para sanar su corazón—. Como dije, si no termináramos yo no habría ido a Inglaterra. Fue algo que tenía que pasar.


 


—No, fue algo estúpido lo que hice. Te dejé ir cuando más te necesitaba por culpa de... de mi orgullo —no podía decirle que fue su padre quien puso esa idea en su cabeza—. Sungjae, yo todavía te am-


 


—No lo digas —lo interrumpió—. Por favor, hyung. Han pasado 8 años y las cosas han cambiado. Estoy comprometido, ¿lo olvidas? Fue esa la razón por la que terminamos.


 


—Tu no la amas —afirmó Minhyuk intentando no quebrarse.


 


—¿Quién lo dice? Joy estuvo para mí, me comprendió y apoyó cuando quise que nuestro compromiso terminara. Ella entendía que te amaba en ese momento y fue quien secó mis lágrimas cuando me heriste de la peor manera —las palabras de Sungjae eran un reclamo—. ¿Quién dice que no la amo si ella comprende hasta las partes más oscuras de mi alma? Cada vez que creo perder la paciencia, ella logra que mis sentidos vuelvan a funcionar. Cuando discutimos, ella no me aparta y siempre logra solucionar los problemas de la mejor manera.


 


—Ya no sigas, solo estas diciendo eso porque estás herido —Minhyuk no podía soportar esas palabras y no podía aceptarlas como verdad.


 


—Si eso es lo que crees, está bien. No voy a sacarte de tu burbuja —tomó los últimos sorbos de su café. Sintió la mano de Minhyuk sujetar la suya con cierto grado de fuerza, aunque intentó apartarla no lo logró—. Minhyuk...


 


—Te conozco, sé que estás herido y quieres desahogarte. Lo entiendo, me preparé para ello pero... no me preparé para escuchar de ella —se sentía sofocado, herido. Las palabras de Sungjae calaban profundo en él—. No hables de ella cuando estemos juntos. No hables de ella como si fuera importante en tu vida. No hables de ella como si me hubiese desplazado de tu corazón.


 


—8 años, Minhyuk. 8 putos largos años y no recibí ni siquiera un mensaje de tu parte. ¿Pensaste que me quedaría vistiendo santos? ¿O qué me convertiría en un altar viviente para tu amor? No, soy un ser humano. Tengo derecho a sentir, a llorar y amar otra vez —tomó un respiro, se estaba alterando y no quería montar una escena—. Por favor, olvida esto. Lo nuestro fue algo bonito mientras duró, es un recuerdo que siempre atesoraré y debe quedar allí como solo eso, un recuerdo.


 


—Lo dices como si lo que siento no importara, como si todos estos años fueran una pérdida de tiempo.


 


—A ti no te importó escucharme o creerme cuando te dije que solo te amaba a ti y que no quería casarme, incluso iba a proponerte huir —Sungjae detuvo a Minhyuk antes de que dijera nada— pero ya no importa. Estos años me han hecho reflexionar demasiado, me han hecho ver la vida desde otra perspectiva. Mis sentimientos y pensamientos han madurado. Por eso, hyung, no te aferres a un sentimiento del pasado. Las cosas no hubiesen surgido bien y quizás habríamos terminado odiándonos.


 


—No puedes saberlo, yo habría hecho hasta lo imposible por ti —Minhyuk tuvo que apretar la tela de su pantalón para no golpear la mesa y soltar sus verdades, todo lo que tuvo que hacer por el bien de Sungjae.


 


—Es gracioso escuchar eso luego de como terminamos. Lo siento por nosotros, hyung, pero ya es muy tarde para luchar por algo que ya no existe desde hace años —Sungjae se puso de pie e hizo una pequeña reverencia—. Debo irme, Minhyuk–hyung. Voy a ver a mi novia y a mis suegros... mi familia me espera.


 


Minhyuk se quedó allí observando su café que apenas fue probado. Sentía tanto dolor, tanta desdicha acumulada. Sungjae lo había rechazado, se había deshecho de su amor y fue a los brazos de su prometida. Quizás se lo merecía por ser tan cobarde y no luchar, era su precio a pagar por el bienestar de Sungjae.


 


 


 


 


 


N entró casi corriendo a la sala de conferencias de aquel hotel en el que se llevaría la presentación, se acercó a la muchacha que esperaba impaciente en una de las blancas sillas tras el escenario.


 


—Lo siento, se me hizo tarde. No quería hacerte esperar —susurró a su novia quien lo recibió con un abrazo.


 


—Sabes lo importante que es esto para mí —dijo separándose un poco para mirar a su pareja— por eso esperaba que llegaras. Uff.


 


Eunyoung llevó una mano a su pecho y dio pequeños golpecitos, N se alarmó por ello.


 


—¿Te duele? ¿Te sientes mal?


 


—Calma, solo son los nervios —acarició el rostro se su novio para transmitirle un poco de paz—. Mi madre llamó, quiere que pase unas semanas allá por el cumpleaños de mi padre. Yo… lo he pensado —su semblante adquirió un ligero matiz de tristeza.


 


—Deberías ir, hace mucho que no ves a tus padres —aprobó N.


 


—No es que no quiera ir a verlos pero siempre es la misma historia, y no quiero que un par de semanas se conviertan en meses. Se que voy a discutir con mi madre nada más llegar al aeropuerto.


 


—No le des razones, Eunyoung. Vas a ir por tu padre, no tocaras el tema con tu madre y abordaras el avión de regreso lo más rápido posible —N tomó su rostro y plantó un beso en su frente—. Eres una chica fuerte.


 


—Todo era más sencillo cuando la idea del matrimonio ni le cruzaba por la cabeza —suspiró derrotada.


 


—Dale las gracias a Dongmin, él como siempre empujándome a cumplir su divina voluntad —dijo irónicamente.


 


—Es un hombre de temer.


 


—Ya vamos a empezar, Eunyoung —dijo uno de sus editores.


 


—¡Voy!


 


—Suerte —N besó sus manos y la dejó subir a la tarima para dar inicio a la conferencia.


 


Fue a sentarse rápidamente para contemplar a su novia y saber más de esa misteriosa historia de la cual él nunca pudo leer ni siquiera el borrador. Seguidores de sus obras, reporteros de medios de comunicación y algunos escritores colegas se hicieron presentes. Eunyong en el podio se veía tan neutra, como si todo su nerviosismo desapareciera en un parpadeo.


 


—Bienvenidos sean todos a la presentación de mi nueva obra —dijo con su voz solemne—. “Recuerdos de una Vida Olvidada” surgió de improvisto para mi pero fue un golpe que no pude dejar pasar, cada vez que cerraba los ojos me imaginaba esta historia cobrando vida día tras día. En esta etapa que en la cual me he querido embarcar está tan ligada a mis trabajos anteriores como distanciada, es un tema que me ha parecido interesante y triste —sus ojos se dirigieron a donde estaba N y pasó saliva por su garganta.


 


»En resumen, esta obra abarca el regreso de un soldado después de la guerra que no puede recordar más allá de sus últimos días en el campo de batalla. Al llegar a su hogar se encuentra con un mundo que no puede aceptar y enfrenta difíciles pruebas para volver a ser el hombre que fue antes de la guerra. No es un drama más lo que presento, es la superación personal y emocional del ser humano. La psicología juega un papel muy importante, los sentimientos y la aceptación. Hoy en día nuestros jóvenes se ven presionados a ser la imagen mejorada de sus padres, olvidando sus propias metas y sueños para llenar las expectativas de otros. Quiero que cuando cada uno de ustedes lee mi obra piense, replantee y acepte a su verdadero yo y no al que han implantado los demás.


 


La habitación se llenó de aplausos, las preguntas no se hicieron esperar y Eunyoung adquirió una postura más relajada para proceder a contestar las entrevistas.


 


N, por su parte, se había quedado absorto observándola. Algo en sus palabras habían removido algo en su cabeza, como si de un deja vú se tratara, como si olvidará algo muy importante. Se sentía sofocado y su pecho dolía, se inclinó y colocó su cabeza entre sus piernas para disipar la sensación de mareo. Escuchaba el sonido de un reloj, ecos, voces distorsionadas, latidos, llantos.


 


La imagen del reloj apareció sobre un fondo negro, el constante tic-tac se hizo escuchar nuevamente.


 


—“Voy a esperar por ti, ¿de acuerdo?”


 


Parpadeó varias veces y volvió a colocarse recto, ¿qué había sido eso? Esa voz tan familiar, ¿dónde la había escuchado antes? Enfocó su atención nuevamente a donde estaba Eunyoung y se extrañamente se sintió culpable.


 


—¿Cuál fue la inspiración para escribir esa novela, además de la presión en los jóvenes? —preguntó una reportera.


 


—Fue una... anécdota que me contó una persona cercana a mí, alguien de su familia había perdido la memoria y su vida se transformó completamente...


 


N se puso de pie y abandonó la sala, el malestar persistía en su sistema y en lo único que podía pensar era en llamar a Leo lo antes posible. Leo, Leo, Leo... su nombre se repetía incesante en su cabeza nublando todo pensamiento razonable en él, pero no solo era su nombre el que resonaba en su cabeza.


 


Otro eco que se hacía escuchar a la distancia también susurraba un nombre diferente.


 


"Hyuk".


 


 


******


 


 


Esa noche todos se reunieron en un bar–restaurant para celebrar que Sungjae estaba de vuelta. Taehyung, Jimin y Suga habían hecho la reservación del lugar y Hyuk, Ken, Jin y Namjoon pagaron la comida y las bebidas. Ravi, Leo, Minhyuk y Jungkook también estaban presentes.


 


—¡Yaaaa! —exclamó Taehyung al ver entrar a su amigo acompañado de una hermosa muchacha—. ¡Yook Sungjae cuanto has cambiado!


 


Todos fueron a abrazar a su recién llegado amigo, abrazos calurosos que denotaban cuanto habían extrañado al joven frente a ellos.


 


—Chicos, ella es Joy, mi prometida —presentó a la muchacha.


 


Aunque para algunos fue una sorpresa, otros ya sabían de la existencia de la chica, así que la saludaron con amabilidad. Todos comenzaron a hacerle preguntas al respecto de su estadía en el extranjero y Sungjae contestaba a través de sus vivencias todo lo acontecido en esos años.


 


Hyuk, pese a ello, no paraba de mirar su reloj ya que Hongbin aun no había llegado.


 


—¿Estas bien con esto? —Taekwoon le susurró a Minhyuk desde una distancia prudente.


 


El más bajo parecía sufrir con solo escuchar a Sungjae reír al lado de aquella chica, sabía que ella iba a estar con Sungjae y aun así insistió en ir a esa reunión porque, en su cabeza, aun había una oportunidad de pelear por el amor de su dongsaeng.


 


—Estoy bien, no voy a rendirme tan fácilmente —le contestó el más bajo.


 


—Eres terco, ¿no?


 


—Eso lo aprendí de ti, Productor Jung —ambos rieron por ello, una dosis relajante para el tenso ambiente.


 


Al cabo de media hora, Hongbin entró al local y fue hasta donde estaban los demás.


 


—Hyung, ¿Dónde estabas? Te tardaste —le dijo Hyuk acercándose a él.


 


Hongbin plantó un besó en sus labios dejándolo desconcertado y al resto, la mayoría de los presentes contuvieron el aliento como si estuvieran ante un gran acontecimiento. Leo no pudo reprimir una sonrisa, internamente estaba feliz de ver esa escena.


 


—¡Yo lo sabía! ¡Mi instinto no me falla! —exclamó Jimin desde su asiento.


 


Hyuk cortó el beso y bajó la cabeza tímidamente, sus mejillas estaban coloradas. Hongbin sonrió.


 


—Perdón por llegar tarde —dijo el modelo.


 


—Mmmm… s–si…  —dijo Hyuk bajito.


 


Ambos fueron a sentarse pero la curiosidad de los demás no los dejó disfrutar de la comida.


 


—¿Desde cuando están juntos? —preguntó Taehyung.


 


—¿Cuándo pensabas decírnoslo? —esta vez fue Jimin.


 


—Te dije que la vida te iba a compensar de buena manera —dijo Sungjae—. Brindemos por su felicidad.


 


—¡Salud! —gritaron al unísono alzando sus bebidas.


 


La pareja se mantuvo discreta pero, por debajo de la mesa, unían sus manos y entrelazaban sus dedos. Hyuk nunca pensó en volver a hacer eso con alguien más y, la verdad, es que se sentía demasiado bien hacerlo.


 


Por su lado, Hongbin desviaba de vez en cuando la mirada hacia Taekwoon. Necesitaba hablar con él pero a la vez temía, ¿Qué podía decirle sin sonar como un loco? Ni siquiera estaba completamente seguro de lo que vio y pudo haber sido solo un invento de su cabeza cansada. Además, no podía hablar de eso con Hyuk presente, no iba a lastimarlo de nuevo ni a poner en riesgo su felicidad.


 


Decidió callar, era lo mejor para todos hasta que consiguiera averiguar quien era ese hombre que se parecía tanto a su hyung.


 


Un grupo de personas entraron al local y pasaron justo frente a ellos, uno de los chicos se detuvo y se acercó rápidamente.


 


—¿Pero que tenemos aquí? —exclamó al verlos.


 


—¡Hobie! —Ravi se puso de pie y se acercó hasta el chico saludándolo con un cálido abrazo—. ¿Qué milagro te trae por aquí?


 


—Que al fin mi manager se digno a darme un día libre —comentó con su radiante sonrisa.


 


A ellos se les sumaron Namjoon y Suga ya que reconocieron a J–Hope, un gran amigo en sus tiempos de universitarios. El chico era un rayo de sol y su sonrisa los contagiaba, no tardaron en iniciar una amena charla separándose de su grupo.


 


Ken sintió una puntadita en su pecho pero intentó calmarla al decirse que solo eran amigos, que Ravi solo lo quería a él.


 


—Hey, te pusiste blanco. ¿Pasa algo? —Jin se inclinó contra su oído y susurró.


 


—No, nada. Ese… ¿no es el rapero que está siendo muy famoso últimamente? —preguntó a su amigo.


 


—Si. Apareció en Star King y todo el mundo se volvió loco por él —le informó—. Ten cuidado, no vaya a ser que Ravi tenga un flechazo con él.


 


Ken codeó a su amigo en son de broma, aunque internamente si  tuvo ese miedo. Su teléfono sonó y vio la pantalla con el ceño fruncido, era de la casa hogar. Se alejó de sus amigos y fue al baño para poder contestar.


 


—¿Diga?


 


Ken–ssi… —una vocecita amortiguada salió por el parlante.


 


—Jinwoo–ah, ¿Qué sucede? —preguntó alarmado.


 


—Myungjun… no se siente b–bien y está… m–muy caliente, tengo miedo…


 


—Tranquilo, ¿si? Voy para allá. No lo dejes solo —colgó y salió corriendo del baño. Fue por sus cosas a donde estaban los muchachos, dándose cuenta que Ravi aun seguía hablando con ese tal J–Hope—. Lo siento, chicos. Me surgió una emergencia y me tengo que ir —le informó a sus amigos.


 


—¿Es algo malo? —preguntó Hyuk.


 


—Espero que no.


 


—Esta bien, ve. No te preocupes por nosotros —le dijo Sungjae.


 


—Lo siento y me alegro de verdad de que hayas vuelto —dijo Ken para luego irse.


 


No se molestó en avisarle a Ravi pues no quería importunarlo. Sabía que se enojaría porque se trataba de aquellos niños que tenían a Ken enamorado y que le robaban toda su atención. Encendió su auto y condujo hacia la casa–hogar a ver sus niños, como él ya los consideraba.


 


Adentro, Taekwoon observaba a sus niños reir, hablar, divertirse como hacía mucho no los veía. Él mismo se sentía extrañamente feliz y más al ver a Hongbin y Hyuk, su cercanía y los pequeños besos que el de hoyuelos dejaba en el hombro de su menor.


 


Silenciosamente pidió que Hongbin hiciera extremadamente feliz a Hyuk y que este olvidara todo lo vivido al lado de Cha Hakyeon.


 


—Te veo sonreír desde hace rato y no se si asustarme por ello —le comentó Minhyuk empinándose una botella de Soju—. ¿Qué sucede?


 


—Solo… estoy feliz porque mis niños están felices —dijo.


 


—No todos. Yo no estoy feliz —Minhyuk hizo un puchero.


 


—Oh, no. Tú eres más como el tío solterón que duerme en el sofá.


 


Minhyuk lo golpeó suavemente y ambos rieron por eso, uniéndose así a la risa de los demás. De pronto, el celular de Taekwoon vibró en su pantalón. El lo extrajo encontrándose un mensaje de parte de N, su corazón saltó desbocado dentro de su pecho al leerlo.


 


“Necesito verte”


 


—Uh… ¿es ese el Ceo que te trae loco? —inquirió su amigo al ver el remitente.


 


—Calla, él es mío —dijo poniéndose de pie.


 


—Hasta marcado y todo lo tienes. Ve, anda, yo me quedo otro rato.


 


—¿Seguro?


 


Miró a Sungjae, quien pasaba su brazo por los hombros de Joy, y asintió. —Si, he estado peor.


 


Leo asintió apenado por él para luego acercarse a sus niños, despidiéndose de ellos con un beso en la frente.


 


—¿Te vas tan temprano, hyung? —preguntó Hongbin.


 


—Si, cosas del trabajo. Nada de que preocuparse.


 


—¿Me traes algo rico? —preguntó Hyuk como un niño pequeño, el soju le estaba haciendo efecto.


 


—Aja —dijo sonriendo.


 


—Appa, yo también quiero algo rico —Taehyung hacía pucheros desde los brazos de Jungkook.


 


—Recuérdamelo mañana —le dijo Taekwoon abandonando el lugar, no sin antes alborotarle el pelo a Sungjae y a Jungkook, y despedirse de Ravi, Nam y Suga a la distancia.


 


Taekwoon recorrió su camino sin borrar la sonrisa de su rostro, incluso algunas personas lo miraron extraño al pasar por su lado. Se sentía como un chiquillo que va a visitar a su primer amor, como cuando vio por primera vez a Hakyeon bailar y le dijo que le enseñaría. Lo hizo pero Taekwoon no tenía su soltura, su destreza, aun así disfrutaba cada momento a su lado.


 


Se detuvo y contempló la imagen frente a él. N miraba al cielo con sus brillantes ojos, sus manos metidas en los bolsillos de la chaqueta y el cabello ligeramente despeinado. Era una imagen melancólica que lo devolvía ocho años atrás cuando despertó inquieto y corrió por la ciudad encontrando a su amor herido.


 


Caminó hasta él y se detuvo a unos seis pasos dejos de él, N le devolvió la mirada y lucia aliviado.


 


—Hola —saludó con su bonita sonrisa—. Yo… siento haberte molestado. Necesitaba tanto verte y ahora… he olvidado porque.


 


Parecía confundido, apenado, nervioso, perdido.


 


Taekwoon acortó la distancia entre ellos y lo rodeó en un abrazo, enterrando su rostro en el hueco entre su hombro y cuello. Los brazos de N se anclaron a su espalda y se presionó más contra su cuerpo como si buscara su calor. Se separó un poco de él pasando su nariz por su pelo aspirando su aroma, sus labios su posaron en la frente del moreno con suavidad e intimidad.


 


—No me molestas —dijo Taekwoon mirándolo a los ojos—. Yo también quería verte pero no encontraba la escusa perfecta para llamarte, me la has dado.


 


—No me sigas el juego que a veces pienso que estoy loco —hizo un pequeño puchero—. ¿Estuviste bebiendo?


 


—Un poco. Un amigo volvió de su viaje y estábamos celebrando.


 


—Y yo te interrumpí —señaló—. Lo siento.


 


—No te disculpes, ya te dije que también quería verte sino no habría venido —volvió a besar su frente.


 


—Leo —N acarició la mejilla y el cabello de Taekwoon con ternura—, no se que me pasa. Me siento confundido, tengo este ferviente deseo de aferrarme a ti como mi salvavidas y olvidarme del mundo. ¿Por qué? ¿Qué me hiciste? —Leo no respondió, solo lo observó como la pintura más hermosa en una sala de arte. N se apartó—. Lo siento, estoy hablando incoherencias otra vez.


 


N se llevó las manos a la cabeza, estaba apenado por su comportamiento. Leo nuevamente se acercó a él y sujetó su brazo para que lo encarara.


 


—Si supieras… que yo también estoy loco por tomarte y llevarte lejos de todo, alejarte de todo lo que conoces y lo que yo conozco —tomó el rostro de N entre sus manos—. Seré capaz de hacerlo si me lo pides, haré cualquier cosa por ti. Tómame ahora si lo deseas.


 


Nuevamente lo abrazó, lo sujetó con más fuerza como si fuese a desaparecer. Le sujetó la cabeza con una de sus manos, enterrando sus dedos en el sedoso y liso cabello.


 


—¿Quieres ser mio, Leo? —preguntó N cerrando los ojos y dejándose llevar por las caricias del más alto.


 


—Soy tuyo… completamente tuyo.

Notas finales:

Primero que todo, YO QUIERO UNA COLABORACIÓN ENTRE RAVI Y J-HOPE. LO DESEO. LO EXIJO CON TODAS MIS FUERZAS, OK? OK.


Acabo de agregar a uno de los hombres más hermosos de este planeta porque se me hacia una injusticia no hacerlo desde el principio. Denle mucho love a mi caballo de la esperanza.


Volviendo al tema, este capítulo hablé más del MinJae. Es que lo necesitaba, ellos necesitaban hablar aunque no terminó como esperaba. Sungjae es muy orgulloso y Minhyuk lo sabe por eso no se va a rendir.


N está teniendo visiones... o más bien recuerdos, ¿Eunyoung sabe algo?


¿Leo podrá ayudarlo a recordar? ¿Habrá Neo al fin?


¿Hongbin hablará con Leo?


Y el nene de Ken omma está enfermito, pero él va a ir a su rescate /o/


Disculpen cualquier horror ortográfico.


Comenten y denme amor para seguir escribiendo esta historia de horror. Nos leemos pronto o/


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