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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje agonía~(?)


Agonía pase yo escribiendo esto, cada que quería escribir algo o alguien se interponía y pues fue una odisea escribir. Tampoco la pasé muy bien, me enteré que un amigo se va del país y me ha puesto un poco triste, entiendo sus razones para irse pero eso no evita que duela.


Pero bueno, la vida sigue.


¡Pronto será el comeback de LR así que hay que apoyarlos!


Sin más que decir (que creo que si tenía algo más que decir pero lo olvidé), disfruten el cap~

Faltaban cinco minutos para su vuelo y el silencio se había instaurado entre ellos, solo se dedicaron a tomarse de las manos. Eunyoung observaba a su novio, tenía días actuando extraño pero siempre negaba cuando le preguntaba la razón de su comportamiento.


 


—Cariño —lo llamó y él pareció despertar de su ensoñación—, ¿vas a estar bien sin mí?


 


—Sabes que voy a extrañarte demasiado —le contestó él— pero sobreviviré.


 


Eunyoung sonrió. Quiso ignorar la voz de su suegro en su cabeza diciéndole y repitiendo que si dejaba a N en Seúl lo perdería para siempre. No quiso darle importancia a su amenaza, desde que se hizo pareja de Enseung la había llenado de ese tipo de advertencias para obligarla a contraer matrimonio con el moreno.


 


Indicaron por el alto parlante que su vuelo saldría así que ambos se pusieron de pie.


 


—Cuídate mucho, Youngie —le dijo N a su pareja sosteniendo sus manos—. No te molestes ni disgustes, cuida mucho tu corazón, cariño.


 


—Voy a hacerlo porque tú siempre estás en él —le contestó la joven—. ¿Sabes? Tal vez sea bueno pensar en la idea del matrimonio —le sugirió y vio en él una mirada de confusión—. Hemos estado mucho tiempo juntos, y sé que solo se trata de firmar un papel y ya, pero creo que sería algo hermoso.


 


—Cariño...


 


—No, no me lo digas ahora. Piénsalo. No me hagas creer que solo es un capricho tuyo para llevarle la contraria a Dongmin–ssi.


 


—Nada de eso, ya no soy un adolescente rebelde —le dijo besando sus manos—. Hablaremos de esto cuando vuelvas del viaje. Cuídate y salúdame a tu familia.


 


—Está bien —ella le otorgó una sonrisa amorosa, besó sus labios y se marchó por las puertas de cristal para abordar su avión.


 


N se quedó allí hasta que la figura de Eunyoung se perdió de su vista, suspiró. Quería mucho a Eunyoung, fue su compañera y pareja por cuatro años pero no se sentía capaz de casarse con ella. No era un capricho, no era miedo, solo no se veía a si mismo vistiendo un traje de gala y encaminándose al altar para unirse a ella.


 


Su cabeza y corazón lo rechazaba con fervor, no lo veía correcto.


 


 


 


 


 


Hyuk se removió en la cama, un fuerte dolor le martilla la cabeza. Dio varias vueltas hasta toparse con un fuerte pecho y unos brazos que lo apresaron, se forzó a abrir los ojos por la impresión.


 


—¿Hyung...?


 


—Buenos días —dijo Hongbin con su radiante sonrisa.


 


—Buen día... agh, me duele la cabeza.


 


—Pues anoche llegaste un poco pasado de copas, creo que ya no voy a dejarte salir con Sungjae —le advirtió.


 


—Va a casarse, hyung. Quiere aprovechar su tiempo de soltería antes de ser un esposo entregado —le comentó restregando sus ojos.


 


—Me pregunto si está bien con eso y con Minhyuk aun enamorado de él —Hongbin pasó su mano por sus cabellos, sintió pena por el mejor amigo de su pareja.


 


—No está bien, me dijo que se va a volver loco con todo lo que le está pasando y la presión de sus padres —dejó escapar un suspiro—. Me preocupa su situación y… arh… no aguanto la cabeza.


 


—Mejor sigue descansando, yo debo salir —besó su boca y se levantó.


 


—¿A dónde vas? Pensé que era tu día libre —tomó su mano para que no se marchara—. Quédate.


 


—Mi amor, perdón, pero fue algo improvisto —se inclinó sobre él para atrapar sus labios nuevamente— pero te juro que haré todo lo posible por regresar temprano y compensártelo —pasó sus manos por debajo de la camisa de Hyuk y acarició su piel con suavidez.


 


—Mmmm… —gimió bajito—. Hy–Hyung… no… no hagas eso…


 


—Entonces —volvió a besarlo— no me tientes… —unos toques en la puerta principal los obligó a separarse—. Creo que hyung ya llegó —besó su frente—. Volveré temprano y podemos hacer lo que quieras.


 


—¿Vamos al cine?


 


—Pensaba en algo más íntimo —dijo para luego salir y dirigirse a la puerta principal. Tal y como pensó, Leo estaba tras ella—. Hola, hyung.


 


—Hola, Bin —lo estrechó en un abrazo fraternal—. ¿Trabajo?


 


—Algo así y voy tarde. Te encargo a Hyuk., le duele la cabeza. Nos vemos.


 


El frijol salió cual bala por la puerta, Leo suspiró y fue a la cocina por un vaso de agua. Tomó una de las pastillas para la resaca —que había comprado a petición de Hongbin— y fue hasta la habitación que compartía con Hyuk, no le pareció extraño puesto que ellos ya llevaban mucho tiempo viviendo juntos.


 


Ingresó a la habitación y vio a Hyuk hecho un ovillo cubierto por las sábanas. Dejó el vaso con agua y las pastillas sobre la mesita de noche, quitó su chaqueta poniéndola sobre el espaldar de la cama y removió las sábanas para acostarse a su lado.


 


—Leo–hyung —llamó al sentir la mano del mayor sobre sus cabellos.


 


—¿Desde cuándo bebes tanto? —inquirió el mayor.


 


—Fue culpa de Sungjae.


 


—Aja, cúlpalo a él. ¿Tú no tienes voluntad para negarte?


 


—No me regañes —dijo el menor removiéndose en la cama—. Se veía muy mal y no podía dejarlo solo.


 


—Si sigue así se va a volver alcohólico y su matrimonio va a acabar antes de empezar —Leo negó con su cabeza. Tanto Minhyuk como Sungjae eran unos idiotas y él tenía que soportarlos combatiendo en una guerra innecesaria—. ¿Por qué no deja el orgullo de lado y va con Minhyuk?


 


—Porque aún tiene el orgullo herido. Minhyuk–hyung lo lastimó mucho con sus palabras y acciones, él no quiere que lo vuelva a lastimas. Además —sacó su cabeza de entre las sábanas para poder ver a la cara a Leo—, les prometió a sus padres casarse con Joy y darles nietos. No veo a Sungjae siendo padre sinceramente.


 


—Pues deberías hablar con él, no dejes que cometa una locura de la cual no pueda volver —le advirtió el mayor.


 


—Ya lo he hecho pero es un terco de primera —suspiró—. Hyung, ¿fuiste al médico? —preguntó al percibir ese característico olor de consultorio.


 


—Sí, solo fue un chequeo. Mi presión está normal —contestó.


 


—¿Y… lo otro?


 


Leo sabía a lo que se refería, muy pocas veces tocaban ese tema desde que se lo confesó cuando pelearon hacia ocho años atrás.


 


—Sabes que la terapia acabó hace unos años, ahora solo voy cuando mi estado de ánimo no es adecuado —se recostó boca arriba sobre la almohada— y porque Minhyuk me obliga.


 


—Lo siento —susurró adquiriendo la misma posición que Leo.


 


—Han pasado ocho años, no fue tu culpa ni de nadie.


 


—Pero te golpeé sin saberlo —aclaró—. Te acusé por lo que le pasó a… Hakyeon–hyung sin preguntarte que había sucedido, hice mal.


 


—No, solo reaccionaste al momento. Fue un impulso, yo habría reaccionado igual —confesó—. Muchas veces me he torturado pensando que lo que le pasó a Hakyeon, que su salud empeorara, fue porque salí corriendo sin escucharlo.


 


—No estabas pasando por un buen momento, hyung. Tu reacción fue normal, no te culpes… por lo que pasó —Hyuk sostuvo su mano como un silencioso apoyo.


 


Leo apretó los dedos de Hyuk con su mano sin ejercer mucha presión.


 


—Si todo esto fuera solo un sueño y cuando abriera los ojos él estuviera aquí, ¿qué le dirías? —Taekwoon no le regresó la mirada a Hyuk, no podía.


 


—Le diría que lo extraño mucho, que me hizo mucha falta todos estos años —escuchó su voz como un delicado murmullo—. Le diría que lo amo mucho.


 


—No creo que eso le guste a Hongbin —dijo Leo—. ¿Se lo has dicho a él?


 


—Aun no, quiero que sea especial. Además, el amor que siento por Hakyeon–hyung no es el mismo que siento por Hongbin–hyung. Es… complicado —Hyuk parecía pensar lo que estaba por decir—. Hakyeon–hyung y yo pudimos haber sido felices pero nuestro camino juntos se cortó, la vida no nos permitió seguir avanzando, por eso siempre voy a recordarlo con adoración, y con Homgbin–hyung… él fue mi primer amor y ahora quiere hacerme feliz otra vez, lo está logrando. Me está regresando las ganas de vivir.


 


—Entiendo —fue lo único que Taekwoon pudo decir.


 


—En su carta, hyung me pidió volver a empezar y enamorarme de alguien más, sé que también te lo pidió a ti.


 


—Lo hizo —confirmó.


 


—Pero no has hecho lo que te pidió y yo me tardé mucho en hacerlo, creo que lo decepcionamos un poco —se irguió en la cama y bostezó—. ¿Puedes pasarme las pastillas? Mi cabeza duele mucho.


 


Taekwoon le alcanzó las pastillas y el vaso de agua, entregándoselas. Hyuk las bebió esperando aliviara el dolor en su cabeza.


 


—¿Sabes? —inquirió Taekwoon—. Hakyeon fue mi único amor, lo amé con todas mis fuerzas y no me importaba salir lastimado si él era feliz. Yo… no puedo olvidarlo tan fácilmente ni entregar mi corazón a alguien más, siento que voy a amarlo por el resto de mi vida.


 


—Eso es muy triste, hyung.


 


—Cha Hakyeon era mi felicidad y solo vivo por la promesa que hicimos, por ustedes. Aun si pasan los años, él será el único para mí porque… tengo la firme creencia que nos encontraremos algún día.


 


Hyuk no dijo nada y se abrazó a su hyung. Ambos habían sufrido por la misma causa y curaron sus penas a través de los años con su mutua compañía. Leo se sintió triste como si traicionara a Hyuk pero no podía decirle acerca de N, no quería su desdicha al ver a un hombre que era la perfecta imagen de Hakyeon y, a la vez, egoístamente, no quería que se aferrara al único atisbo de felicidad que tenía el mayor.


 


Aun si era solo una falsa felicidad.


 


 


 


 


 


—¿Otra vez dormiste aquí? —Hani llegó temprano ese día y, tal como hace varios días, encontraba a Ken en el estudio trabajando o dormido en el sofá.


 


—Ehh… —la chica lo miró con una ceja elevada—. Sí.


 


—¿Hasta cuándo van a estar peleados? Me preocupas, Ken. Tú y Ravi eran mi ejemplo de pareja ideal —le dijo cruzada de brazos.


 


—Pues, al parecer, no éramos tan ideales —dejó su lápiz de dibujo con el cual hacia los bocetos de sus trajes y se acercó a la chica—. ¿Por qué es tan difícil entender algo tan básico del ser humano? ¿Por qué desprecia tanto la idea de ser padres?


 


—Quizás no se siente capacitado para ser padre —le contestó Hani sentándose en el sofá del estudio de su amigo.


 


Ken se dejó caer en el sofá junto a su amiga y rememoró lo sucedido la noche de la fiesta de Sungjae. Myungjun tenía una elevada temperatura y tuvo que ir a la farmacia más cercana por su medicina, Jinwoo lo acompañó pues se sentía inútil solo sentándose a esperar. Recordó haberlo cargado entre sus brazos mientras pedía las medicinas para la fiebre, una joven muchacha los atendió.


 


—¡Que adorable! ¿Es su hijo? —preguntó la muchacha.


 


—Eh… algo así.


 


Tomó la bolsa con las medicina, dejó a Jinwoo en el asiento del copiloto (no sin antes ponerle el cinturón) y condujo de regreso hasta la casa–hogar. Jinwoo estuvo callado todo el camino y movía sus piecitos con inquietud, pensó que eso se debía a la preocupación por el estado de su hermano.


 


Al llegar a la casa–hogar, subió rápidamente las escaleras con Jinwoo en brazos y se adentró a la habitación donde estaba Myungjun. Administró la medicina y se quedó a esperar si el estado del niño mejoraba, no quería simplemente irse dejándolos solos. Su corazón se estrujaba de solo pensar que sus niños debían enfrentar esa larga noche solos.


 


Tocó la frente de Myungjun y comprobó, para su buena suerte, que la fiebre había bajado. Se dejó caer aliviado contra la silla junto a la cama del menor, sintió a Jinwoo treparse a él y sentarse en sus piernas quedándose fijamente mirando a su hermano.


 


—Ken–ssi —llamó su atención el menor sin voltearlo a ver—, ¿usted nos adoptaría? ¿A los dos?


 


—¿Cómo dices? —Ken parpadeó no creyendo lo que había oído.


 


—Myungjun dijo hace unos días… que quería vivir con usted y… y usted dijo que yo era como su hijo… así que… pensé… ¿Nos adoptaría a Myungjun y a mí?


 


—¿Eso quieres? ¿Quieres ser mi hijo? —lo acomodó mejor en su regazo para que estuviera de frente a él.


 


—Si quiero y Myungjun también quiere, no nos separe —pidió con un puchero y sus ojos brillantes.


 


—No voy a separarlos nunca, ustedes serán mis hijos y voy a amarlos con todo mi corazón —le dijo mientras lo abrazaba y el niño le correspondía.


 


—¡Sí! ¿Puedo llamarlo “Appa”?


 


—Si puedes.


 


El niño gritó de felicidad y empezó a corretear por toda la habitación, Myungjun despertó en el proceso.


 


—¿Qué pasó? —preguntó inocente el mayor de los hermanos.


 


—¡Myungjun! —Jinwoo se subió a la cama de su hermano para abrazarlo—. ¡Tenemos appa! ¡Tenemos appa! ¡Ken–appa va a ser nuestro appa!


 


Myungjun comenzó a llorar de felicidad y extendió sus bracitos hacía él.


 


—Ken–appa… Ken–appa…


 


Sus ojos se cristalizaban de tan solo recordar ese momento en que los estrechó entre sus brazos y los llamó “hijos” por primera vez. Se sintió tan lleno, tan perfecto, ellos eran la pieza faltante en su vida.


 


Lastimosamente Ravi no compartía ese sentimiento. Su menor lo esperó sentado en la sala cuando llegó a casa al día siguiente, estaba muy cansado por haber dormido en una silla con Jinwoo sobre él, lo menos que esperaba era una reprimenda por parte de su pareja.


 


—Bonita la hora en que llegas —le dijo Wonsik envuelto en una bata de dormir y el pelo despeinado—. Pensé que mi novio estaría en casa esperándome pero no, el niño va y se pierde toda la noche.


 


—¿Qué eres? ¿Mi mamá? —el menor lo miró mal—. Ya, lo siento. Me surgió algo importante y estoy cansado. Déjame dormir y lo discutimos más tarde, ¿sí?


 


—¿Y que fue eso tan importante que te surgió? Ni te atrevas a decir que es del trabajo porque Jin se quedó con nosotros y Hani me dijo que no estabas con ella —le reclamó el menor poniéndose de pie.


 


—Myungjun tenía mucha fiebre y Jinwoo estaba muy asustado, me necesitaban —confesó.


 


—¿Otra vez esos niños? ¿Hasta cuándo dejarás el capricho con ellos?


 


—¡No es un capricho! —exclamó—. Esos niños se han robado mi corazón y si te dieras la oportunidad de conocerlos sabrías porque.


 


—No, Ken. Ya te has inmiscuido lo suficiente con ellos, no eres su padre.


 


—¡Pero quiero serlo! —aquello dejó a Ravi petrificado—. Ellos necesitan tanto el amor de un padre y yo estoy dispuesto a dárselos, quiero que sean mis hijos.


 


—No —Ravi negó con la cabeza  elevando sus manos y caminando por la sala como león enjaulado—. No, no, no… estás loco si piensas así.


 


—Larva…


 


—Basta, Ken. Basta. No quiero discutir esto, no está en mis planes ser padre.


 


—Pero...


 


—Nada de peros. Nada de nada. Solo es… un capricho, como cuando quieres un juguete nuevo. Ni tu ni yo estamos capacitados para ser padres, deja que maduremos un poco y lo pensemos con calma. Quizás en unos años…


 


—Lo entiendo —cortó el mayor—. Tú y yo… tenemos prioridades diferentes, Wonsik.


 


Pasó por su lado y se encerró en la habitación de invitados, por el resto del día se negó a salir. Al día siguiente fue a su estudio y se dedicó a confeccionar trajes y vestidos, descansaba solo para llamar a sus niños.


 


Hani miraba con preocupación a su amigo, nunca lo había visto devastado a ese grado.


 


—Kenny, no llores —limpió las traicioneras lágrimas que escapaban de los ojos de su amigo.


 


—Es que he estado tan ilusionado con ser padre y darle a esos niños un hogar pero... es imposible —dijo resignado—. Estuve averiguando los requisitos y debo estar casado...


 


—Ravi no va a querer casarse contigo para que adoptes —señaló Hani lo obvio.


 


—Aun no es legal la adopción para parejas del mismo sexo aquí, debe ser con una mujer.


 


Hani lo miró con pesar pues su amigo era abiertamente homosexual y ni en sus más locos sueños saldría con una mujer, sería como un suicidio para él.


 


—¡Kenny! —gritó la chica haciendo que Ken saltara en su asiento.


 


—¿Qué? ¿Qué te pasa? Me vas a matar de un susto —dijo llevándose una mano al corazón.


 


—¡Yo!


 


—¿Tu qué?


 


—Seré la madre de tus hijos —Ken ladeó su cabeza sin entender—. Se lo mucho que adoras a esos niños y eres mi mejor amigo, solo quiero tu felicidad. Voy a casarme contigo y voy darte a tus hijos.


 


—¿E–Estás segura?


 


—Completamente. Tú me has ayudado mucho, creíste en mi cuando nadie más lo hizo, así que es mi turno de devolverte lo que has hecho por mí —tomó la mano de su amigo y con una brillante sonrisa continuó—. Lee Jaehwan, ¿te casarías conmigo y así adoptar a Myungjun y Jinwoo?


 


Ken se llevó una mano hasta su boca para contener el llanto. Las cosas podían resultar, él podría adoptar a sus niños. Era una pequeña parte de su felicidad, solo faltaba Ravi en ella.


 


—Sí, acepto.


 


 


 


 


 


Xiumin estaba entretenidamente revisando las piezas que Leo compuso para sus chicas, eran verdaderamente buenas. Había decidido ir hasta el estudio del productor, aunque sintió pena inicial por interrumpir su momento en familia —o eso le dijo el pelinegro— había valido la pena.


 


La última nota sonó y se quitó los audífonos, debía decirle a Leo para iniciar las grabaciones lo antes posible. El productor había ido al baño por lo que no se molestó en esperarlo unos minutos.


 


El teléfono de Leo -que había dejado a un lado del tablero- se iluminó y Xiumin, curioso, lo tomó leyendo el remitente de un mensaje, un tal "Ken", pero eso no fue lo que llamó su atención. El fondo de pantalla, la imagen que allí se plasmaba, lo dejó sin aliento. Su amigo estaba allí, mucho más joven, al lado de Leo con una sonrisa de felicidad.


 


—Siento la demora —Taekwoon entró acomodando su ropa pero se apresuró a dirigirse a Xiumin—. ¿Qué haces con mi celular?


 


—Yo... tú... ¿conocías a N desde antes? —le entregó dudoso el aparato a Leo.


 


—No es N, el que está aquí es mi amigo Cha Hakyeon —le aclaró.


 


—No, yo conozco a mi amigo de pies a cabeza —le dijo Xiumin poniéndose de pie—. Tiene los mismos rasgos, la misma simetría y complexión. Es la copia exacta de mi amigo.


 


—Cuando te lo dije me tachaste de loco pero tienes razón, son iguales pero no la misma personas... Yeon–ah murió —respondió con amargura y resignación.


 


—¿Cuándo murió?


 


—...Hace ocho años.


 


Xiumin dejó escapar una larga carcajada y Taekwoon frunció el ceño ante tal acción, no le parecía gracioso la muerte de alguien querido.


 


—Yo lo sabía, lo sabía —dijo Xiumin.


 


—¿Qué sabías? —preguntó ya de malas con el chico.


 


—Yo sabía que ese hombre ocultaba algo, siempre tan misterioso y esquivo con su vida. Ni siquiera Enseung está seguro de muchas cosas.


 


—¿Puedes ser más claro? No te entiendo.


 


—Hablo del padre Enseung. Él nunca quiso hablar de la infancia de Enseung, de su madre o hermanos, nunca quiso que viniera aquí a Seúl. ¡Ellos han estado en Boston desde hace ocho años!


 


—¿Quién es el padre de Enseung? —Leo sentía su estómago como una piedra y su garganta ardía, tenía un mal presentimiento.


 


—Choi Dongmin, o así dice llamarse.


 


La adrenalina se disparó en su sistema, la ira se apoderó de él. Jamás un nombre sonó tan grotesco en sus oídos.


 


—¡Ese miserable! —exclamó sintiendo tanto odio por aquel hombre—. ¡No puedo creer lo que hizo! Esta demente si se atrevió a hacer algo tan ruin, tan... —su voz se quebró, llevó sus manos a donde estaba su boca y mordió con nerviosismo la manga de su suéter, las lágrimas descendían copiosas empapando sus mejillas.


 


—Leo, si esto es verdad. Si Enseung es... es Hakyeon, él...


 


—No puedo creerlo... está vivo —Leo aun no salía del shock, secaba sus lágrimas pero sus mejillas y nariz seguían rojizas—. Si Enseung es mi Hakyeon... debo... debo hacer todo lo posible por recuperarlo. Xiumin déjame hablar con él.


 


—Leo, esto es delicado. N no va aceptar esto que hemos descubierto, se negará. Debemos reunir las pruebas suficientes para demostrárselo.


 


—Yo las tengo, Minhyuk me ayudará con ello. Reuniré todo lo necesario para hacer recordar a Hakyeon —dijo determinado y Xiumin, de un modo amable, apretó el hombro de Leo transmitiéndole confianza y compañerismo.


 


Ambos debían ayudar a su amigo y, además, descubrir lo que estaba pasando.


 


 


 


 


 


Hongbin se encontraba escondido en uno de los tantos sanitarios de aquel gran edificio, tuvo que hacer una conferencia que desembocó siendo una pequeña fiesta y terminó siendo su pesadilla. Su "admirador" se encontraba entre los invitados y no desaprovechó en hacer sus acostumbradas insinuaciones pero no se quedó solo en eso, también aprovechó en tocarlo indebidamente. Sabía que Hongbin, al ser modelo en ascenso, no podía hacer un escándalo y tocó todo lo que pudo su cuerpo.


 


En un descuido, Hongbin aprovechó de huir y adentrarse en el ascensor. No sabía que botón apretó solo supo que pasó rato dentro del rectángulo metal hasta llegar a donde estaba, su cuerpo aún se encontraba tiritando por lo acontecido. Necesitaba un baño, uno largo, para borrar la sensación de las manos de ese hombre pasearse por sus lugares privados. Sentía tanto asco de sí mismo por permitirlo.


 


Contuvo el aliento al sentir pasos acercarse, terror puro caminó por su espalda extendiéndose por todo su cuerpo e intensificando sus temblores. Los pasos se detuvieron y Hongbin estuvo a punto de entregarse a la locura.


 


—¿Hongbin–ssi? —no esperó escuchar esa voz que hizo que su cuerpo se confortara como si de un relajante se tratara—. ¿Te encuentras bien?


 


La rapidez con la que abrió la puerta y se lanzó a los brazos de esa persona no fue normal, parecía una gacela a punto de perder su presa y, a la vez, parecía un koala asustado.


 


—H–Hyung...


 


Se vio nuevamente arrastrado dentro del cubículo y fue puesto contra la tapa del escusado pero no lo soltó.


 


—Hongbin-ssi, no respiro...


 


Poco a poco fue soltando al moreno y lo contempló, el rostro familiar que lo atormentaba en sueños por no haber podido decir suficiente.


 


—¿Te sientes mal? ¿Llamo a alguien para que venga por ti? —N tocó el rostro del modelo sorprendiéndose de la manera en como Hongbin se presionaba contra su palma, como si quisiera fundirse en ella—. Voy... a buscar a tu manager.


 


—No, no llames a nadie. No quiero que me encuentren, hyung.


 


—No sabía que éramos tan cercanos para que me llamaras así —no fue un reclamo puesto que el honorifico le causaba cierto grado de ternura, aun así era raro—. ¿Estás seguro de querer quedarte aquí?


 


—No quiero que nadie me encuentre —sujetó la cintura del moreno y apoyó su cabeza contra el estómago de este—. ¿Puedes quedarte así un momento?


 


La mano de N cayó en la cabellera castaña del modelo, lo acarició intentando transmitirle algo de calma. La verdad es que él había visto un poco de lo que le pasó a Hongbin y quiso golpear con todas sus fuerzas a ese tipo pero no podía permitirse un escándalo, tanto él como Hongbin saldrían perjudicados.


 


—¿Quieres que te lleve a algún lado?


 


—Llévame con Hyuk...


 


—Hyuk... Hyuk... ¿quién es Hyuk? —otra vez aquel nombre que se repetía constantemente en su cabeza como un rezo.


 


Hongbin se puso lentamente de pie y abrazó a N posesivamente, hundiendo su nariz en el pecho del mayor impregnándose de su delicioso y característico olor. Ascendió por su cuello y se detuvo a pocos centímetros de su rostro, sus miradas se encontraron.


 


—Hyuk es mío —declaró solemne.


 


No supo porque, pero la declaración de Hongbin hizo que una fuerte presión apareciera en su pecho.


 


N abrió rápidamente la puerta del sanitario y se llevó a Hongbin de la mano, sentía su presión correr descontrolada por sus venas. Su mente solo quería mantenerlo a salvo.


 


Entraron al elevador y presionaron el botón que los llevaba a la planta baja. Se mantuvieron callados en el elevador, el envolvente silencio pesaba a su alrededor. Hongbin miraba de reojo al moreno, sentía escalofríos.


 


—¿Qué sucede? ¿Te has enamorado de mí? —preguntó N con una sonrisa.


 


—Para nada, no es mi tipo —contestó con una sonrisa coqueta.


 


—¿Con que no lo soy? —N se acercó peligrosamente a él y lo acorraló contra la fría pared de metal.


 


—No, no lo es —se mantuvo firme tratando de no ver demasiado pero sus ojos se desviaban por el pecho y cuello del hombre frente a él, tuvo que contener el aliento un segundo—. ¿De dónde es, Enseung–ssi? ¿Cómo llegó aquí?


 


—Boston y llegué en avión —dijo para luego separarse del castaño.


 


El elevador se detuvo por lo que ambos bajaron, N sin soltar la mano de Hongbin.


 


Un hombre, de elegante vestir y mirada confiada, se acercó a ellos al ver su intento de salir de aquel lugar. Hongbin se estremeció nuevamente y apretó aún más el agarre en la mano de N, su “admirador” iba por él.


 


—Oh, Ceo N, Hongbin, ¿A dónde creen que van? —preguntó con voz amistosa pero N pudo detallar cierta tensión en los músculos de su rostro.


 


—Tenemos asuntos que atender… en privado —dio una sonrisa ladina y sostuvo con su mano la cintura de Hongbin apegándolo más—. Lamento no poder quedarme más tiempo pero debo atender esto con urgencia.


 


El hombre frunció su labio disgustado para luego ofrecer una sonrisa hipócrita.


 


—Que le vaya bien —fue su respuesta.


 


N y Hongbin salieron del edificio lo más rápido que pudieron y fueron al estacionamiento abordando el auto de N, un lujoso convertible. Hongbin no se detuvo a admirar la belleza de aquel auto, simplemente cerró sus ojos para obtener algo de calma no sin antes haberle dado la dirección de su hogar al moreno.


 


En el camino tenían esporádicas conversaciones. Hablaban un poco de la vida de N y un poco de la vida de Hongbin, datos que a simple vista no parecían muy relevantes pero que si lo eran.


 


—¿Tuviste un accidente? —inquirió Hongbin curioso.


 


—Sí, hace casi ocho años. No recuerdo mucho de lo que pasó, solo el fuerte golpe y que era de noche. De resto, es como un borron difuso en mi cabeza.


 


—Ocho años… —Hongbin miraba fijamente sus manos que ahora temblaban. Eran demasiadas coincidencias para ser una casualidad, era demasiado increíble como para ser verdad.


 


—Si pero al cabo de un año estuve recuperado, tuve que ir a terapia para borrar las secuelas pero todo está bien ahora —dijo para luego estacionar su auto junto a la acera—. Llegamos, bonito.


 


—Gracias, hyung —salió del auto ignorando el meloso apodo.


 


—Hongbin–ssi, quería decirte que he estado pensando que sería bueno que aparecieras en el video musical de mis chicas. ¿Qué dices?


 


—Eso suena… muy bien.


 


—Me pondré en contacto con tu manager, posiblemente tengamos una reunión dentro de dos días.


 


—Está bien, hyung, y gracias por traerme —hizo un reverencia y se alejó.


 


N lo vio entrar a su edificio y estuvo dispuesto a irse cuando una enorme tristeza se apoderó de él, su corazón dolía y quiso romper en llantos pero se contuvo. Una lágrima descendió por su mejilla, tuvo que hacer ejercicios de respiración para no lanzarse a llorar allí mismo. Cuando se hubo calmado por lo que puso su auto a andar pero en vez de ir a su empresa —que es a donde debería ir— tomó el camino al estudio de Leo, necesitaba verlo lo antes posible.


 


Mientras, Hongbin estaba de camino a su departamento. Se abrazó a si mismo y se repetía mentalmente que debía ser fuerte y mantener la compostura, que no debía preocupar a Hyuk innecesariamente. Él no debía saber sobre aquellos toques indebidos, esa humillación.


 


Respiró profundamente y tomó el pomo de la puerta pero no la abrió, aun había otra preocupación: N. Era algo demasiado perturbador, todas las coincidencias que él y su hyung vivieron le hacían pensar en la descabellada posibilidad de que fueran la misma persona pero ¿cómo? Su hyung no sería tan cruel como para fingir su propia muerte, ¿o tal vez era un doppelgänger? Eso era incluso más descabellado.


 


También pensó en la posibilidad de que Hyuk lo viera y pensara que era Hakyeon, y lo abandonara. El pensamiento cavó un oscuro hueco en su corazón, no quería que algo como eso sucediera pero tampoco podía ser egoísta. Debía averiguar primero lo que sucedía, ya luego, y tal vez, hablaría con Hyuk sobre N.


 


—Debo decírselo a Taekwoon–hyung —susurró para sí mismo.


 


Abrió la puerta y encontró a Hyuk tirado en el sofá, boca abajo, y con tres envases vacíos de chocomilk en la mesita de la sala.


 


—Hyuk, ya llegué —el menor hizo el amago de levantarse pero se rindió antes de lograrlo—. Pensé que hyung seguía aquí.


 


—Tenía trabajo que hacer —dijo con la voz pastosa.


 


—Ya veo… ¿y no me vas a dar un beso de bienvenida?


 


Hyuk nuevamente hizo el esfuerzo de acomodarse en el sillón, lográndolo esta vez. Extendió sus brazos y Hongbin se acomodó entre ellos, ambos se besaron con dulzura y anhelo. Las manos de Hyuk se pasearon por la espalda de su mayor hasta llegar a sus cabellos donde se enredaron y presionaron para profundizar el beso.


 


Cortaron el beso por falta de oxígeno y se envolvieron en los brazos del otro como una necesidad de sentirse más cerca, una prisión de piel de la que no querían escapar. Hyuk hundió su nariz en el cuello de Hongbin esperando encontrarse con el perfume de cualquier otra persona, era fácil que se le pegaran fragancias ajenas y ya estaba acostumbrado a ello, pero no esperó encontrarse con uno que olía desde hace muchos años. Aquella fragancia solo podía describirla como la sensación de correr por un campo minado de fresas y mentas, tan refrescante y dulce a la vez.


 


Todo su sistema se descontroló.


 


—¿Qué sucede? —Hongbin elevó un poco su cuerpo al percibir el latir descontrolado del corazón de Hyuk y su respiración volverse errática.


 


—Hueles… hueles como a Hakyeon–hyung...

Notas finales:

¡ALERTA EL RAKEN PELIGRA! ¿Ken se casará con Hani para adoptar a sus niños? ¿Cómo reaccionará Ravi? ¿Por qué creen que la larva se niegue a adoptar?

¿Alguien más ama a Myungjun y a Jinwoo? 💕

Eunyoung sacó las garras, quiere amarrar a nuestro canela pasión, ¿lo logrará?

Leo ya ató cabos, Xiumin va a ayudarlo, ¿N recordará todo? ¿O algo lo impedirá?

Hongbin está pasando por un mal momento y también tiene sus sospechas en cuanto a N, ¿qué hará ahora que Hyuk reconoció el olor de Hakyeon en él? (El Hyukbin se está poniendo intenso 7u7)

Aunque no aparecieron como tal en el cap, Minhyuk aun sigue luchan por su amor a Sungjae y al parecer lo tiene enloquecido XD

Disculpen cualquier horror ortográfico.

Comenten que les pareció y denme mucho amor para seguir escribiendo esta historia de horror XD. Nos leemos pronto~


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