Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje sensualidad con un poquito de drama XD


Como siempre, mi vida es una montaña rusa y una lucha constante por no sucumbir a la locura (más de lo que ya lo he hecho). Como cosa irónica las líneas del banco no funcionan y no hemos podido comprar nada para la casa, tampoco hay efectivo por lo que no tengo ni para el autobús, así que imagínense lo frustrada que estoy (súmenle a eso mis dramas familiares). Además de que salió la noticia de que Hoya dejará INFINITE y Casper deja Cross Gene (¿QUE MÁS QUIERES DE MI, DIOS?)


En fin, lo único bueno que me ha traído esta semana fue el comeback de LR (YO SÉ QUE CHOCOLATIER ES PARA N, A MI NADIE ME ENGAÑA) y el de Hyuna kuin, Jungkook cumplió años y sacó cover, y GOT7 está grabando el vídeo de su comeback.


Sin más que decir (creo), disfruten el cap~

N llegó sin previo aviso al estudio de Leo, se veía en mal estado y Taekwoon no estaba mejor que él. Xiumin se había marchado hace poco con la firme promesa de ayudarlo a recuperar a Hakyeon por lo que, viéndose solitario, decidió terminar de drenar su dolor e impotencia a través de las lágrimas.


              


No se esperó que el moreno llegara como si lo persiguieran.


 


—¿Qué te pasó? —preguntó N alterado entrando al estudio y cerrando con llave la puerta—. ¿Quién te ha hecho llorar así?


 


—N–No es nada —desvió la mirada como un cobarde, no se sentía capaz de enfrentar su realidad. Estaba temeroso de que solo fuese una ilusión que se desvanecería nadamás tocarla.


 


—Taekwoonie… —Leo sintió como miles de dagas se clavaran simultáneamente en su pecho, era un dolor indescriptible. Su llanto volvió a aparecer, ¿Cómo fue capaz de hacerle eso? Llamarlo de esa forma tan cariñosa solo hacía que su esperanza y miedo aumentaran—, ¿Qué te hicieron? Por favor, dímelo. ¿No ves que también me duele verte llorar así?


 


N se acercó a él y tomó entre sus manos el lloroso rostro, con sus pulgares limpió las gruesas lágrimas. Él también se sentía desdichado, herido, triste sin razón aparente.


 


Leo se aferró al cuerpo del moreno, se presionó contra él con tanta desesperación que creyó capaz de romperlo con sus brazos.


 


—Leo, por favor, háblame. Estoy desesperado, ¿Qué ocurre? ¿Por qué me duele tanto verte así? —ambos cayeron al suelo sin darse cuenta, N con su espalda contra las patas del sillón y Taekwoon aferrándose a él con las piernas a cada lado de su cuerpo—. Dime que pasa, dímelo.


 


Taekwoon se separó un poco de N para poder encararlo por fin pero sus ojos se detuvieron en su cuello, en unos puntos que llamaron descomunalmente su atención. La vez anterior creyó estar alucinando pero ahora podía verlos con mayor claridad, los mismos lunares de Hakyeon y estaban en la misma posición.


 


Con su mano tocó los lunares, una parte de él aún se sentía incrédulo pero eran reales.


 


—Eres tú… —susurró Leo.


 


—Soy yo... ¿Quién soy? ¿A quién ven tus ojos? Tú no estás mirándome, Taekwoon. No puedo tolerar que veas a otro hombre en mi cuando soy yo, Enseung, quien está frente a ti —aquellas palabras salieron con reproche y frustración, sus mejillas se empaparon de lágrimas rápidamente.


 


—Te veo a ti, siempre te veo a ti. No hay nadie más al que yo pueda ver con estos ojos, mi amor. Siempre has sido tú.


 


Leo acercó su rostro al de N y atrapó sus labios, una corriente eléctrica surcó todo su cuerpo creando explosiones en determinados lugares. Era su misma textura, su mismo sabor, algo que estaba marcado a fuego en su memoria. Era su Hakyeon.


 


Sintió sus manos viajar a lo largo de su espalda y reposar en sus caderas, apretándolas. El besó pasó a ser apasionado, demandante, húmedo, hambriento. Quería más, necesitaba más. Sus manos inquietas buscaban a tientas el límite de la camisa de N, logrando filtrarse por debajo de esta y tocar su piel. Sus labios fueron bajando por el cuello hasta llegar a las clavículas y morderlas. Lo escucha gemir delicioso, audible, necesitado, aunque sus palabras demostraban lo contrario.


 


—Para... Leo... para ¡ah! —iba a desnudarlo, a arrancar esa molesta tela que los separaba. Necesitaba urgentemente tocar la piel de Hakyeon, saborearlo, morderlo hasta llegar a los huesos—. No, no, no. Leo, ¡para! No puedo hacerlo... no puedo...


 


—¿Por qué no puedes? —inquirió separándose en contra de su voluntad del cuerpo de N.


 


—Eunyoung... no puedo hacerle esto a ella...


 


Leo se apartó de él como si le quemara, se llenó de enojo y desagrado.


 


—¿Por qué la mencionas? Ella no tiene nada que ver entre nosotros, olvídala —le dijo con claro tono de reproche.


 


—Es mi novia, Leo. No puedo hacer como si no existiera.


 


—Entonces termina con ella —exigió con dolor—. No toleraré que seas de otra persona, yo te amo y te quiero solo para mí. ¿Estoy mal? ¿Estoy pidiendo demasiado? ¿Debo salir un más lastimado para que comprendas que te amo con cada célula de mi cuerpo?


 


—No, no, es... Leo, ¿qué estamos haciendo? ¿Cómo llegamos a esto? —ocultó su rostro entre sus manos, exhalando fuertemente. Sentía que iba a explotar de amor, de tristeza, de desagrado por si mismo. Era una bomba de tiempo—. ¿Por qué te deseo tanto cuando ya estoy con alguien más? No entiendo que es esto que me lleva a ti como un imán.


 


—Es un cruel déjà vu —susurró dejando salir una risa amarga.


—¿Qué? ¿Estás pensando en otro hombre de nuevo? Tú también eres cruel conmigo —reprochó con tristeza, su pecho dolía por el amargo sentimiento de desamor—. No quiero que pienses en otro hombre, ni que estés con alguien más, te deseo para mí pero yo estoy atado y no soy nadie para pedirte que no estés con alguien más... ¿Qué estoy diciendo? Sueno como un idiota.


 


—Eres un idiota —N levantó su rostro y lo miró con una expresión que oscilaba entre la desdicha y un puchero—. Uno tierno.


 


—No digas nada, babo —no sabía si era involuntario pero se veía casi como un niño haciendo un berrinche.


 


—N–ah...


 


—No me llames así.


 


—N–ah —repitió pero con un tono meloso—, voy a desaparecer todas tus frustraciones y tus confusiones. Voy a aclarar todas las dudas sobre tu vida y tus sentimientos, esclareceré la oscuridad en tu cabeza.


 


—¿Cómo? —preguntó temeroso.


 


—Tengo mis métodos —dijo Leo volviendo a acercarse a él, juntó sus frentes—, pero debes prometerme algo.


 


—¿Qué?


 


—Si yo tengo razón y logro mi cometido, tú terminarás con Eunyoung y vendrás a mí. No voy a hacer todo esto para que al final me abandones y me destroces el corazón.


 


Se vio la determinación en sus ojos, el dolor, la culpa por exigir algo tan cruel pero era necesario, no estaba dispuesto a perderlo como años atrás. Iba a pelear por Hakyeon hasta las últimas instancias, no le importaba perder la vida en el proceso.


 


—¿Y si... no lo logras? ¿Y si no quiero estar contigo?


 


—¿No acabas de decir que me quieres solo para ti?


 


—B–Bueno si... pero... yo... No sé qué estoy diciendo —volvió a ocultar su rostro. Leo apartó las manos del rostro de N y besó sus labios, un beso tierno cargado de sentimientos como el amor y la adoración—. Me gustan tus labios... creo que voy a volverme loco —susurró cuando se separaron—. Ha–Hace un momento dijiste que me amabas... ¿cómo amas a alguien que apenas conoces?


 


—Solo sé... que tú eres el único que despierta esto en mí y me descontrolas de una manera inexplicable, me encantas en todo los sentidos —susurró sobre sus labios para tomarlos nuevamente.


 


Ambos acabaron en el piso desatando una guerra por el dominio del beso, acariciándose de manera brusca y demandante. Una necesidad por tocarse en cada lugar posible los enloquecía.


 


—Lloramos, nos necesitamos, peleamos y nos besamos como si no hubiera un mañana, y todo en unos minutos. ¿Qué clase de discusión bipolar tuvimos? —dijo N acariciando los despeinados cabellos negrizcos de Leo, quien estaba sobre él apoyándose en su codo para no apoyar su peso y una de sus piernas rodeando su cintura—. ¿Qué me haces para desearte tanto, para... hacerme necesitarte como el oxígeno en mis pulmones o la sangre en mis venas? ¿Qué clase de hechizo pusiste en mí para solo pensar en ti cuando algo me pasa?


 


—Tal vez soy demasiado irresistible y por eso me piensas como un lunático, voy a demandarte —bromeó robándole un beso—. ¿Por qué llegaste tan alterado? ¿Qué te ocurrió?


 


—No lo sé, me sentí horriblemente triste sin razón alguna y solo pensaba en venir a verte —una sonrisa se extendió por el rostro de Leo—. ¿Es raro?


 


—No, ¿sabes cómo le llaman a eso? —N negó—. Almas gemelas, yo me sentía muy triste y tu sentiste eso también gracias a mí. ¿Ves? Si eso no es suficiente para unirnos, no sé qué más hace falta.


 


—Eso... es algo loco. ¿Por qué estabas triste?


 


—Algo de lo que me enteré pero no importa, bésame ¿o no quieres besarme?


 


N atrapó los labios de Leo, fue un beso igual de demandante y salvaje. Bebió de él, se fundió en sus labios mientras sus manos desesperadamente tocaban el cuerpo del pelinegro. Leo se acomodó entre las piernas de N, dejó que sus piernas se anclaran a su cintura y lo apresaran. Era una escena perfecta y pudo haber continuado de no ser por la fastidiosa llamada que llegó a su teléfono.


 


—Contesta —dijo N sobre sus labios, Leo se quejó pero fue a contestar la llamada.


 


Frunció el ceño al ver el nombre de Hongbin en la pantalla.


 


—¿Qué sucede, Bin?


 


—Hyung, es algo importante... no puedo decírtelo por aquí pero necesito que nos encontremos, es de suma urgencia.


 


Taekwoon no entendía que era eso tan importante que debía decirle pero su voz lo puso en alerta, temía que algo le pasara.


 


—Está bien, podemos encontrarnos en el café de siempre. Ah, y te odio. Interrumpiste algo importante, babo.


 


—Perdón, hyung —lloriqueó el menor.


 


—Ya, no llores. Nos vemos —y colgó. Se acercó a N quien se había puesto de pie y arreglaba su ropa, sus mejillas y labios estaban rojizos—. Lo siento, era un amigo que me necesita.


 


—Entiendo, ve. Yo debo ir a la empresa para arreglar unas cosas —dijo esquivando su mirada y dirigiéndose a la puerta con pasos torpes.


 


Leo lo sujetó por la espalda, sus brazos rodeaban su pecho.


 


—Por favor —dijo contra su oído—, piensa lo que dije. Piensa... en mi propuesta y dame una respuesta pronto.


 


—¿Me... Me dejarías hablar personalmente con Eunyoung? No quiero ser cruel con ella mientras está lejos, debo cuidarla.


 


—Has lo que tengas que hacer pero vuelve a mí, no me lastimes de nuevo —susurró besando su hombro y cuello.


 


N se giró entre sus brazos y atrapó los labios del pelinegro, sellando así su promesa.


 


 


******


 


 


Hongbin miraba impaciente su reloj, había dejado a Hyuk dormido por su dolor de cabeza y no podía despertar en cualquier momento exigiendo su presencia.


 


Soltó un suspiro de alivio al ver a Taekwoon entrar.


 


—Más te vale que lo que tengas que decir sea importante —advirtió Leo sentándose frente a él.


 


—Lo es... es sobre Hakyeon–hyung —eso captó completamente la atención del mayor—. Perdón, sé que es algo doloroso para ti y para todos pero... lo vi. Es decir, es una persona idéntica a nuestro hyung y sé que suena como una locura pero podría jurar que es él...


 


—Hongbin.


 


—Tienes los mismos lunares en el cuello. Su cuello, hyung, es larguísimo, ¿qué otra persona tiene el cuello tan largo? Su color de piel también es el mismo.


 


—Hongbin —volvió a llamarlo pero el menor lo ignoró.


 


—Y su trasero también es enorme, esas nalgas no cabrían en mis manos. Definitivamente son de hyung...


 


—¿Le andabas viendo el trasero a Hakyeon? —preguntó molesto.


 


—No... Bueno, sí. Bailábamos juntos y era inevitable no verlo, ¿sabes? ¡Y no fui el único! —retrocedió un poco al ver la expresión asesina en el rostro de Taekwoon.


 


—Dame una buena razón para no matarte —expresó amenazante, quién le iba a decir que sus maknaes andaban tras las carnes de su moreno.


 


—Porque me amas —sonrió mostrando sus bonitos hoyuelos pero eso solo hizo que el ceño de Taekwoon se profundizara—. Perdón, ¿pero me crees?


 


—Si porque ya lo he visto y trabajo con él. Somos cercanos ahora —declaró.


 


—¿Qué? —Hongbin lo miró con ojos como platos—. Espera, ¿lo sabías y no nos dijiste nada? ¿Es en serio?


 


—No es algo que pudiera decir sin estar seguro —respondió un poco más calmado. Cuando lo vi, pensé que me había vuelto loco… pero era él. Es Hakyeon.


 


—¿Es él? ¿Estás completamente seguro de ello? —Leo asintió—. Daebak... —Hongbin se dejó caer contra el respaldo de la silla—. ¿Cómo... es posible?


 


—Yo te diré cómo es posible, todo es gracias a Cha Dongmin.


 


Hongbin tuvo que tomar varias respiraciones profundas para no empezar a maldecir a diestra y siniestra, sentía tanta rabia e impotencia entremezclada.


 


—¿Qué le hizo? Él actúa como una persona completamente diferente, se hace llamar Enseung...


 


—No tengo la menor idea pero voy a hacer lo que esté en mis manos para hacerlo recordar —dijo Leo determinado.


 


—Yo te ayudaré en todo lo posible, cuenta conmigo —dijo Hongbin—. Pero ¿no te da miedo que recuerde a Hyuk?


 


—¿Y a ti no te da miedo?


 


—Sí, lo tengo pero confío en que tú sabrás que hacer —se sinceró—. No le diré nada a Hyuk, yo no quiero hacerlo sufrir y tampoco quiero que me abandone. Estamos construyendo nuestra relación y si puedo hacer que se fortalezca, no voy a arruinarlo con esto.


 


Los días siguientes se suscitaron diferentes reuniones a espaldas de Hyuk, el menor tenía sus sospechas pero no decía nada más allá de pequeñas "puntas". Hongbin a veces reía por lo tierno que se veían sus celos mal fingidos.


 


Sus reuniones no estaban completas sin la pieza principal que ayudaría a traer de vuelta Hakyeon: Minhyuk. Con la mayor sutileza posible, que no era mucha, Leo le fue contando todo lo que averiguaron.


 


—¿Me estás diciendo que ese Ceo que te trae loco es Hakyeon, no tiene memoria y que el culpable es su padre? —recapituló Minhyuk sentado al otro extremo de la mesa del comedor.


 


—Sí, exactamente eso —confirmó Taekwoon.


 


—Ok. Sí. Entiendo. Dame un minuto —el de baja estatura se puso de pie y fue a su habitación, Taekwoon pensó que Minhyuk estaría llamado a un psiquiatra para que lo fuera a atender de urgencia hasta que escuchó un ruido estrepitoso. Segundos más tardes, Minhyuk regresó con el rostro humedecido y la ropa desarreglada—. Hipnosis.


 


—¿Qué?


 


—Es la única respuesta que tengo ante lo que me dices, aunque la práctica no se debe llevar acabo sin un acuerdo firmado. Las personas se disponen a hacerse ese tipo de hipnosis para olvidar eventos traumáticos en su vida pero también se puede manipular los recuerdos. Hakyeon nos recordaba cuando fuimos a verlo después del accidente, su padre nos prohibió la entrada al hospital como por tres días y después nos salen con que "murió" pero jamás vimos su cuerpo o una tumba —puntualizó Minhyuk intentando sonar calmado—. Llévame a ver a N. Si hay alguien que conoce a Hakyeon hasta en su forma de caminar además de su familia, soy yo.


 


—Sí, claro. Lo haré pero si dices que manipularon su memoria, va a ser delicado tratar con él —ahora Leo sentía temor en que sus esfuerzos fallaran.


 


—Es delicado, sí, pero existen ciertos factores que hacen que los recuerdos dormidos vuelvan a surgir como lugares, fotos y personas. Claro que le tomara cierto tiempo asimilar la información y asociarla a él, pero tengamos fe en que todo saldrá favorablemente —expresó Minhyuk de forma positiva—. Ahora, si me disculpas, voy a ir a gym para drenar esta ira contenida.


 


—¿Y luego irás a ver a Sungjae? Es solo para saber si debo hacer cena para dos o solo para mí.


 


—Sabes que nunca falto a mis citas con él —dijo saliendo por la puerta principal.


 


Y eso hizo. Tal y como venía haciendo días atrás, esperó a Sungjae en la entrada de su empresa, o la de su padre. El joven salía acompañado de varios ejecutivos que, luego de cinco pasos, se dispersaban a otros lugares dejando su objetivo solo.


 


Minhyuk lo interceptó arrancándole un susto al pobre chico.


 


—¿Me quieres matar o qué? —gritó Sungjae llevándose una mano al corazón—. Deja de hacer esto, Minhyuk.


 


—Lo siento pero moría por verte, me ha pasado algo increíble y necesito que me controles —recitó estrechándolo entre sus brazos.


 


—¿Pero qué te-? ¿Minhyuk, por qué tiemblas? —inquirió al percibir el cuerpo de su hyung tiritar—. ¿Qué sucedió? —tomó el rostro del mayor entre sus manos para contemplarlo, Minhyuk sonrió ante la acción de su amado.


 


Sungjae aun sentía algo por él.


 


—Me gusta la forma que ha adquirido tu rostro, te hace ver maduro pero sin haber perdido esa ternura de la que me enamoré...


 


—Veo que ya estás mejor —dijo alejándose unos pasos de Minhyuk—. Que tenga buen día, hyung. Debo irme.


 


—Espera, Sungjae —Minhyuk lo tomó del brazo antes de que pudiera alejarse.


 


—Joy me está esperando, debemos ver el lugar donde se hará la recepción.


 


Una puntada de dolor se clavó en el corazón de Minhyuk, sabía que Sungjae metía a esa chica solo para que él se rindiera pero eso no evitaba verla como una piedra en el camino.


 


Un súbito recuerdo llegó a su cabeza de semanas atrás cuando Sungjae quiso enterrar por completo su amor pero hizo lo contrario y avivó aún más la llama que albergaba en su pecho. En su fiesta de bienvenida, tomó a Joy de la mano y se puso de pie para luego recitar palabras que lastimaban en sus oídos y prefirió olvidar, más no olvidó la acción que llevó acabo después.


 


—Joy, hoy, y sin la intervención de nuestros padres, quiero pedirte sin presión alguna que te cases conmigo —dijo para luego sacar un anillo con un diamante incrustado y arrodillarse ante ella.


 


—Ya sabes mi respuesta aceptó —Sungjae colocó el anillo en su dedo anular y se puso de pie para besarla en la frente con ternura.


 


Todos aplaudieron y felicitaron a los novios. Minhyuk brindó por ellos con desgano, tomó un trago de su copa y salió de aquel bar–restaurant. Pensó en irse, huir como un cobarde herido, pero arcadas le sobrevinieron y terminó vomitando en uno de los arbustos. Sintió una mano acariciar su espalda, con una infantil esperanza deseó que fuese Sungjae pero no era él.


 


—Minhyuk–ssi —era Joy, la mujer que le arrebató su felicidad—, ¿por qué hace esto? ¿Por qué no lo detiene?


 


—No te entiendo, ¿no es esto lo que querías, a Sungjae? Ya lo tienes, felicidades. Has ganado.


 


—¿Ganar? ¿Eso cree? No hay día en que Sungjae no le piense, lo sé. Lo conozco muy bien y sé que aún lo ama pero es un terco y orgulloso. Si usted no lucha por él, lo perderá para siempre.


 


—¿Por qué me dices eso? ¿No quieres a Sungjae? ¿Tu familia no anhela que te cases con él?


 


—Si quiero a Sungjae pero como un gran amigo. Sí, mi familia anhela que me convierta en una Yook para beneficiarse de todo lo que ellos posean. Pero yo no quiero eso, Minhyuk–ssi —declaró con total sinceridad—. Quiero que Sungjae sea feliz y esté con alguien por amor no por obligación u orgullo, redímase con él y demuéstrele que lo ama antes de que el día de nuestra boda llegue. Si no lo hace antes de esa fecha, no pienso regresarle nunca más a Sungjae.


 


La chica regresó al bar–restaurant dejando a Minhyuk afuera, pensativo y melancólico. Ella tenía razón, ambos se amaban pero eran muy orgullosos al fin y al cabo, aun así podían volver a empezar. Podía mantener la esperanza cuando sus ojos curiosos aun lo buscaban por toda la habitación y después desviaba la mirada cuando se topaba con él.


 


—Sungjae —lo llamó anhelante de que su mirada lo buscara—, no vayas. ¿Por qué continuas con esto? ¿Qué sentido tiene? Lo veo en tus ojos y tú no deseas esto.


 


—Ya basta, tú no sabes nada. Tu preferiste echarme de tu vida como si fuese lo peor que pudo haberte ocurrido y aquí me tienes, justo donde me enviaste.


 


—Lo hice por tu bien, Sungjae —dijo y esta vez su lengua no pudo callar su verdad—. Lo hice porque tu padre me lo pidió.


 


Sungjae lo observó con una expresión de sorpresa y confusión— ¿Qué?


 


—Tu padre vino a mí, me dijo todos los planes que tenía para ti y tu futuro. Llenó mi cabeza de ideas y al final me dijo "si fueras padre, entenderías que es lo mejor para un hijo", esas palabras me trastocaron mucho. Pensé en ti y en lo que vivirías si te quedabas a mi lado, en todas las carencias y los baches que podían truncar tu camino y que podrías evitar si seguías el camino de tu padre. Luego, con el pasar de los años, comprendí que esos pensamientos eran estúpidos. La vida se trata de luchar por lo que uno quiere.


 


De pronto, la calle que parecía muy transitada parecía vacía y ambos eran los únicos que estaban allí con el corazón expuesto y los sentimientos a flor de piel. Minhyuk quiso tentar a la suerte, se acercó a Sungjae y rozó sus labios, solo un roce pues un sollozo sobrecogedor se apoderó del menor.


 


—¿Cómo puedo... Cómo puedo creer esto que dices?


 


—Ve y pregúntale. Confirma si es un buen padre que deseaba solo tu bienestar o si solo es un cínico que no toleraba que estuvieses con un hombre y solo me mintió para abandonarte, confirma si no es un monstruo como el padre de Hakyeon.


 


—Lo que le pasó a hyung fue espantoso pero mi padre no es así —replicó el menor.


 


—Entonces que te lo diga él porque ya yo no puedo confiar en hombres como él.


 


El silencio los envolvió, ya no sabían que decir o cómo actuar. Fueron tantos roces, tantos rechazos, tantas insistencias, que cuando llegabas a ese punto de sinceridad el camino se tornaba incierto.


 


 


 


 


 


No se suponía que debía hacer eso tan a la ligera, había vuelto a casa por insistencia de Ravi y porque a la vez lo extrañaba. Hablaron, o lo intentaron. Ravi pidió perdón de mil formas y en varios idiomas, y Ken no pudo evitar que su corazón doliera al verlo arrepentido.


 


Ahora, se encontraba empotrado sobre el tocador sin su pantalón y siendo besado por su fornido novio. Algunas de sus cosas cayeron al suelo pero su cabeza no se permitía preocuparse por ello, solo quería besar y ser tocado por Wonsik. Los botones de su camisa fueron arrancados cuando su menor intentó abrirla, las enormes manos de Ravi lo sujetaron por la cadera apegándolo más sin dejar de besarse.


 


Ken apenas podía razonar, sus manos bajaron por la amplia y desnuda espalda hasta llegar a los pantalones de su dongsaeng. Lo necesitaba con urgencia dentro de él. No necesitaron de palabras ni miradas, sus acciones hablaban por si solas. Ken fue tomado entre los brazos de Ravi y llevado rápidamente a la cama, las pocas piezas de ropa en sus cuerpos fueron lanzadas a algún lugar en el piso.


 


El mayor gimió agudamente cuando Ravi se adentró en él y mordía su clavícula dejando una marca roja, él nunca había perdido la oportunidad de marcar a Ken. Las embestidas adquirieron fuerzas, los gemidos se hacían más sonoros, más besos y mordidas aparecían. Ken arañó la espalda de Ravi enloqueciendo por el placer.


 


Cambiaron de posición, ahora Ken estaba sobre Ravi cabalgándolo de forma violenta. El menor enterraba su cabeza entre las desordenadas almohadas mientras sus manos sujetaban las caderas de su pareja, faltaba poco para que ambos llegaran al orgasmo. Más movimientos fuertes, Ravi se irguió para estrechar a Ken entre sus brazos y besar su cuello, casi comerlo.


 


Ambos gimieron cuando el orgasmo los atrapó, cayeron contra la cama aun temblando por el impacto del éxtasis. Sus frentes estaban perladas de sudor y sus respiraciones eran erráticas. Ravi besaba el rostro de Ken apartando los desastrosos mechones de su rostro y repitiéndole una y otra vez que lo amaba.


 


Un cómodo silencio los rodeó. Ken dibujaba círculos en el pecho de su menor mientras se dedicaba a escuchar sus latidos y Ravi acariciaba sus cabellos y besaba su frente con ternura, era un momento perfecto.


 


—Vuelve a casa, no soporto el tenerte lejos por una estupidez —dijo el menor.


 


—No es una estupidez, es algo que necesito. ¿No estás dispuesto a dármelo? —Ken se inclinó para mirarlo directo a los ojos.


 


—¿Por qué estás tan obsesionado con ser padre?


 


—¿Por qué tú te niegas a serlo?


 


—No estoy preparado para eso, ¿sí? No creo ser un buen ejemplo para unos niños que… que probablemente no estén de acuerdo con tener dos padres —se irguió en la cama y coloco sus manos en su cabeza—. Por favor, desiste de esa idea. No arruinemos nuestra relación.


 


—¿Tienes miedo? —el menor no respondió—. Lo siento pero yo no puedo sacrificar esto, no por ti —sentenció y observó como el menor se estremecía—. Me hiciste sufrir mucho en el pasado y estaba bien porque era a mí, no me importaba salir lastimado. Ahora no soy solo yo, también hay dos niños que anhelan con su pequeño corazón que les de una familia y un hogar en el cual crecer. No voy a romper sus ilusiones, no estoy dispuesto a sufrir ni hacerlos sufrir por tu miedo. Lo siento, larva, pero si esa es tu decisión no voy a obligarte a cambiar de parecer. Terminemos con esta relación antes de terminar odiándonos.


 


Ken se puso de pie y fue al cuarto de baño dejando a Wonsik desecho, ¿de verdad su miedo era más grande que su amor por Ken? ¿Estaba dispuesto a dejarlo ir sin intentarlo siquiera? Su cabeza y corazón estaban en discordancia como para dar una respuesta definitiva a sus preguntas.


 


Así pasaron los días, crueles, agitados, solitarios, cansados.


 


El día del debut llegó más rápido de lo previsto, la presentación a la prensa fue un éxito pese a que las chicas aún eran algo tímidas frente a las cámaras. N, Leo y Xiumin estaban orgullosos de todo el trabajo que hicieron con ellas, recibieron muchos halagos por parte de los críticos. Otro logro también se figuró por parte de Hongbin, quien apareció en el video de las chicas, lloviéndole así muchas propuesta para otros videoclips, incluso para un drama.


 


Tuvieron una pequeña fiesta después con personal de la empresa y de otras, artistas interesados en las nuevas rookies.


 


Xiumin se mordía el pulgar para no dejar ver si emoción. A su lado, su novio, Chen, lo observaba con una ceja elevada.


 


—No quiero preguntar porque me da miedo tu respuesta pero ¿Por qué estás así?


 


—Oh, cariño, ¿no te das cuenta de lo que se desarrolla ante tus ojos?


 


—No.


 


Xiumin suspiró. —Mira allí, el productor Leo está siendo cortejado por ese guapo hombre —señaló a donde estaba Taekwoon quien, a pesar de mantener una distancia prudente, sonreía coquetamente al hombre frente a él— y del otro lado tenemos a N–ie, quien está de manos atadas porque no puede reclamar a su hombre —esta vez señaló a donde estaba su amigo rodeado de muchas personas pero que no dejaba de ver a donde estaba Leo, en su rostro se podía leer la palabra “celos”—. Nunca había visto a mi amigo así, ni por Eunyoung.


 


—Hablando de ella, ¿terminaron? —preguntó Chen, ya que conoció a Eunyoung en una cena que tuvo con Xiumin y N hace algunas semanas atrás.


 


—Eh… algo así… ¡Sandeul! —exclamó al ver al joven acercarse acompañado de otros chicos.


 


—Xiumin, es bueno verte. Hola, Chen —saludó al otro chico—. Te presento a mis socios Ken y Jin —dijo señalando a los chicos a su lado.


 


—Es un placer. ¿Tú no eres amigo de Leo? —preguntó al recordar que Leo lo había mencionado hace un tiempo.


 


—Sí, el me invitó.


 


—Me alegra entonces, aunque él está algo ocupado —señaló más allá de él.


 


—¿Ese es el Ceo del que me hablaba? ¡Es guapo! —exclamó Ken a lo que Jin lo secundó.


 


—Oh, no. N–ie ni se parece a él —le informó—, aunque si es guapo —Chen carraspeo con su garganta ante el comentario.


 


Ken se puso tenso al ver una figura conocida acercarse a ellos y eso Xiumin lo notó.


 


—Hyung —Ravi apareció haciendo gala de su look de rapero, con la camisa entre abierta mostrando su tatuaje—, me alivia verte. ¿Te encuentras bien? Hace días que no hablamos.


 


—Si... estuve ocupado con el trabajo y los niños —su respuesta fue casi mecanica e incómoda.


 


—¿Tienes hijos, Ken–ssi? —preguntó Jongdae curioso, el diseñador se veía muy joven como para ser padre.


 


—Pronto —respondió con una sonrisa.


 


—Sigues con eso... —dijo Ravi entre dientes.


 


Todos podían sentir el tenso ambiente, ellos mismos se sintieron incomodos con la extraña platica entre la pareja disfuncional. De no ser por la aparición de Taekwoon, todos seguirían en su mutismo tenso.


 


—¿Qué hay? —dijo rodeando los hombros de Ken y Jin con sus brazos.


 


—¿Qué hay contigo? Te vi coqueteando con ese actor —le dijo Xiumin con un deje de burla.


 


—¿Siwon? Para nada, yo solo tengo ojos para N–ah —declaró.


 


—Claro, claro, y N también tenía sus ojos en ti como una fiera hambrienta, probablemente tengas que dar ciertas explicaciones -le comento Xiumin.


 


—A todas estas, ¿dónde está el famoso N? Hongbin no ha parado de hablarme sobre él —dijo Ravi recordando que la mayoría de las conversaciones con su amigo giraban en torno a ese Ceo.


 


—Hablando del Rey de Roma, hay viene —todos siguieron a donde señalaba Chen quedándose sin aliento en el proceso.


 


N se acercaba a paso veloz sin perder la gracia de su caminar, sus pantalones ceñidos y la blanca camisa acompañada de una chaqueta de vestir, le hacían lucir elegante y delicado pero su mirada era un cuento diferente. El moreno se mostraba serio, imperturbable, como si la escena de coqueteo entre Leo y ese actor no le afectaron cuando si le afectaba.


 


—Buenas noches, caballeros —saludó a los presentes con una sonrisa para luego dirigirse a Taekwoon borrándola de su rostro—. Jung Taekwoon, necesito hablar contigo.


 


—Nada me gustaría más —respondió el nombrado con una sonrisa que solo puso nervioso a N.


 


—Permiso, voy al baño —escuchó a Jin hablar a sus espaldas con la voz quebrada y siendo seguido por un agitado Sandeul.


 


Wonsik tuvo que poner una mano sobre su boca y alejarse lentamente hasta refugiarse en la oscuridad del pasillo adjunto, Ken fue el único que no tuvo una reacción. El chico estaba absorto, pensativo, como si no procesara lo que sus ojos veían. Rememoraba las innumerables veces que Taekwoon le contó lo parecidos que eran Hakyeon y ese Ceo y que él desestimaba, ahora se daba cuenta de lo equivocado que estaba.


 


—N–ah, quiero que conozcas a un gran amigo. Él es Lee Jaehwan, todos le decimos Ken de cariño —presentó Taekwoon a su amigo que apenas parecía salir del trance en el que se encontraba sumergido.


 


—Es un gusto en conocerte, Ken–ssi —dijo N haciendo una reverencia.


 


—E–El gu–gusto es mío —dijo devolviendo el saludo.


 


—¿Qué le pasó a tu amigo? —inquirió N al ver correr a Ravi en dirección al baño.


 


—Está embarazado —contestó Taekwoon en tono de burla ganándose un codazo por parte de N—. ¿Qué? No he dicho mentira, Jaehwannie y Ravi van a ser padres pronto.


 


—P–Pero no así —se excusó su menor.


 


—Como sea, Xiumin,¿podría robarme a N–ah por esta noche? -preguntó rodeando la cintura de N con su brazo, el moreno lo miró sorprendido.


 


—¿C–Cómo que robarlo? —Ken aun no daba cabida a su sorpresa para que Leo le saliera con eso.


 


—Es todo tuyo, yo me encargo delo demás —dijo Xiumin restándole importancia.


 


—¡Espera, Leo! —pero Leo no escuchó las quejas de N y se lo llevó a rastras lejos de la fiest, lejos de sus amigos.


 


Ken no pudo detenerlo, sus pies se habían transformado en plomo y su cuerpo petrificado. Sabía que debía ir tras ellos y exigir una explicación, o ir tras Ravi para confirmar su estado, pero no podía. Se sentía incrédulo, maravillado, aliviado y triste, sentía que iba a explotar de tantas emociones aglomeradas en su interior.


 


N, o como quiera que se llame, era la viva imagen de su hyung. Era casi su doble exacto, como si la vida se los hubiese devuelto. Ken no sabía cómo reaccionar ante ello y menos cuando, por la puerta principal, entraron Hongbin y Hyuk con una resplandeciente sonrisa.


 


¿Qué debía hacer? ¿Cómo podía decirle a su menor, su pequeño bebé entre sus amigos, que aquel hombre al que amó había vuelto a sus vidas sin causarle una cruel y a la vez hermosa herida?

Notas finales:

Yo les dije que el Neo se venía con todo, se los dije. 

Leo anda exigente, quiere monopolizar a N. Al fin está haciendo algo para hacer a N recordar, Minhyuk se une al plan, ¿qué sucederá cuando se encuentren? ¿Qué hará el ardillo?

El Raken tuvo su momento Hot pero no terminó de buena manera, ahora sabemos porque Ravi no quiere ser padre, ¿podrá superar su miedo y apoyar a Ken? ¿Conocerá a nuestras estrellitas?

Hyukkie sospecha, sabe que Hongbin le oculta algo y el frijol andaba mirando lo que no debía (hasta yo¿)

Minhyuk al fin pudo decirle la verdad a Sungjae, Joy lo apoya. ¿Qué hará Sungjae? ¿Lo perdonará o insistirá en casarse con Joy?

¿Cómo avanzará esta historia ahora que casi todos saben que Hakyeon está vivo? ¿Hyuk también se enterará o lo mantendrán oculto? 

Nota: Disculpen cualquier horror ortográfico.

Comenten que les pareció y denme amor para continuar escribiendo esta locura. Nos leemos pronto o/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).