Hyuk había esperado encontrarse a cualquier persona en el mundo, incluyendo a la novia de su hermano, pero no Hongbin. ¿Por qué tenía que aparecerse él en ese preciso momento? ¿Por qué justo cuando estaba olvidándose de lo doloroso que era verlo al lado de Yura?
Él, Hongbin, dijo que había ido porque Yura tenía ganas de ir y él no podía negarle nada a su preciosa novia. La chica en respuesta ocultó su rostro en su pecho y susurró algo inentendible que hizo reír a Hongbin.
Hyuk sintió un calambre atacar su estómago, así que tuvo que morderse la lengua para distraerse de esa sensación. ¿Realmente era tan difícil dejar de estar enamorado? Él estaba allí, feliz y sonriente con su novia, se amaban, ¿por qué su corazón no entendía que no podía seguir amando a Hongbin? No era para él.
—¿Hyukkie, pasa algo? —la voz de Hakyeon lo trajo de vuelta a la realidad, dándose cuenta de que estaba en una fila. ¿Cómo habían llegado allí?
—N–No… solo… solo pensaba…
—Pues no pienses mucho. Te pierdes tanto en tus pensamientos que ni sabes dónde estás parado —la voz de Sungjae llegó estruendosa a sus oídos haciendo que saltase de la impresión. Nota mental: no meterse tanto en sus pensamientos o causaría un accidente.
—No lo regañes tanto —dijo Hakyeon—, además ya vamos a entrar y después de esto nos vamos a casa.
¿Entrar? Hyuk miró que solo quedaban dos chicos por pasar a través de unas cortinas y luego ellos, instintivamente elevó su cabeza hacia arriba logrando ver, dificultosamente, el título. Casi sale corriendo, de no ser porque la mano de Sungjae lo metió casi a la fuerza por ese pasillo oscuro ya estaría lejos. ¿Cómo demonios se le ocurrieron entrar a un túnel del amor?
—No me vas a dejar solo en esto —le dijo su amigo en un susurró peligroso—. Si me hundo, tú te hundes conmigo.
—¿La nueva moda no es “si ardemos, tu arderas con nosotros”? —Hyuk intentaba disimuladamente huir de nuevo pero, como siempre, Sungjae no lo dejó.
—Las cosas aún no se ponen calientes aquí.
—¿Todo el día se la pasan calientes o qué? —escuchó a Hongbin decir por lo que él menor, nuevamente, tomo una respiración profunda—. Hakyeon–omma, debes controlar a estos niños.
El mayor iba a soltar una carcajada pero se abstuvo al colocarse un puño sobre sus labios.
—¡Aún somos adolescentes hormonales! —exclamó Sungjae antes de ser halado por unas cortinas, luego fue el turno de Sanghyuk.
—Estos mocosos —exclamó Hongbin—. Quisiera saber a quién le robó un beso Sanghyuk, ¿Lo sabes, hyung?
—¿Eh? N–No. Apenas y me vengo a enterar —si no fuera porque todo estaba oscuro, Hongbin se habría dado cuenta de la palidez en el rostro del mayor. Aun así, le regaló una mirada de “no te creo nada” antes de adentrarse a uno de los túneles.
Hakyeon esperó cinco segundos para adentrarse también, no sabía a donde iba, todo estaba mortalmente oscuro. Dio gracias a Dios que una buena alma se apiadara de él y lo guiara hacia uno de los botes o si no, habría tropezado estúpidamente. Una tenue luz roja se encendió dándole, al fin, la capacidad de ver a su acompañante y grande fue su sorpresa al verlo.
—¿Hyung?
—¿Hyukkie? ¿Qué? Se supone que vendría Seohyun–ssi del otro lado.
—Pensaba lo mismo pero…
El bote empezó a moverse al igual que las pantallas a los costados, que mostraban corazones y muchas cosas melosas que prefirieron no prestarles atención. La melodía de una canción conocida se hizo oír, recordaba haberla escuchado en el IPod de su hermana.
Sintió el roce del hombro de Hyuk contra el suyo, no pudo evitar que sus bellos se erizaran por el contacto.
—¿Hyung, aquel beso no significó nada para ti? —aquella pregunta lo tomó desprevenido, con las defensas bajas—. Solo tienes que responder si o no.
—Me gustó —susurró haciendo que su voz se confundiera con la voz del cantante. No miró a Sanghyuk, no tenía valor después de lo dicho.
Aunque Hakyeon no lo supiera, Hyuk si lo escuchó y eso hizo que su corazón se acelerara. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Tomó valor y se recostó aún más de su hyung, ahora sintiéndolo estremecerse.
—¿Te gustó mucho?
—Si —esta vez Hakyeon habló más fuerte, escondiendo su cabeza entre sus piernas, un gesto que Sanghyuk consideró adorable.
En ese momento mandó al otro lado del mundo su racionalidad y su amor no correspondido, quería a ese hombre en ese momento.
—¿Puedo besarte otra vez?
Hakyeon elevó su rostro no creyendo haber escuchado lo que escuchó pero allí estaba su niño, viéndolo con esos ojos suplicantes. Se inclinó hacia él atrapando sus labios. Una de las manos del menor se enredó en su cabello y la otra acariciaba su espalda. Sus lenguas jugaban, se masajeaban, haciendo que el beso subiera de intensidad. Ambos se separaron para poder tomar aire, juntando sus frentes se miraron a los ojos, estaban vidriosos y llenos de pasión.
—¿Qué fue eso? —cuestionó Hakyeon con la voz un poco ronca.
—No lo sé, hyung. Pero, sea lo que sea, me encantó.
Luego de unos minutos, que pasaron entre besos y risas, llegaron al final del recorrido donde sus amigos y las chicas los esperaban. Solo faltaban Wonsik y Taekwoon.
—No me digan que…
—Toqué con Hongbin —interrumpió Ken algo molesto—. No paraba de quejarse.
—Tú fuiste el que empezó a molestar gritando como hurraca a mitad de camino.
—¡Que no es hurraca, es pterodáctilo! —exclamó molesto Jaehwan.
—¿Y Seo? —Hakyeon ignoró la extraña discusión que sus “hijos” tenían en ese momento.
—Aquí estoy, oppa —dijo la chica acercándose—. Me tocó con Sungjae. Me sorprendió pero fue divertido.
—Soy el rey de la diversión, noona —dijo el chico acercándose a su amigo para susurrarle una pequeña pero significativa pregunta al oído—. ¿Y?
Hyuk solo le sonrió cómplice.
—Luego te cuento.
—Oh, hay vienen Taekwoon–hyung y Ravi —dijo Ken para luego poner una cara de confusión.
Taekwoon miraba seriamente el frente, mientras tanto Wonsik tenía recostada su cabeza en el hombro del mayor claramente dormido. Cuando el bote se detuvo, Taekwoon empujó con su hombro la cabeza del rubio teñido haciendo que el menor despertará abruptamente.
—¿¡Qué!? ¿¡Quién!? ¡Yo no fui! —Ravi miró a todos lados encontrándose con sus amigos y las chicas riéndose—. Oh… me dormí —aclaró lo obvio.
—No, caíste en coma que no es lo mismo —Taekwoon extendió su mano para que su dongsaeng la tomara y ambos bajaron del bote.
—Tampoco eres muy comunicativo, hyung.
—Bien, es hora de irnos. Ya va a oscurecer y las chicas no deben estar hasta tarde solas —dijo Hakyeon haciendo que las chicas hicieran un puchero diciéndoles que ya eran “grandes”, aun así Hakyeon no dio su brazo a torcer y todos se dirigieron a la parada de autobuses.
Las chicas tomaron uno en dirección contraria al de los chicos, junto a Yura quien no se quería despegar de Hongbin. Hyuk rodó los ojos al escucharlos discutir sobre las chicas que los acompañaban, que lo miraban mucho y que seguro gustaban de él, y mucha palabrería sosa que el menor no soportaba. Pateó descuidadamente el asiento, más por impulso que por quererlo hacer realmente. La chica se quejó y lo volteó a ver enojada.
—¿Qué te pasa?
—Disculpa, algo se atoró en mi zapato. Fue un accidente —dijo el castaño aparentando estar apenado—. No volverá a pasar —la chica solo se lanzó contra el asiento, aun molesta y sin ganas de hablarle ni al menor ni a su novio, que trataba de tranquilizarla—… bruja —susurró.
Sungjae le extendió su teléfono con un mensaje escrito en el blog de notas, claramente no quería que nadie escuchara lo que iba a decirle.
“Tenemos planes esta noche, Hyukkie”.
—¿Qué?
El chico volvió a escribir, dejando a su amigo boquiabierto.
“Tu calentura y la larva van a un lugar de clasificación +19.
Ok, es solo una discoteca pero aun así hay que estar listos para lo que sea”.
—¿Cómo lo sabes?
“Los escuche hablar. Todo es por el puto despecho. En la siguiente parada nos bajamos”.
Veía a Sungjae caminar en círculos, parecía desesperado. Él por su parte estaba cansado de esperar, su hermano tuvo guardia nocturna nuevamente por lo que no se preocuparía por él si se “quedaba en casa de su amigo”. Claro, el señor Sungjae no pensaba en quedarse en su casa a jugar videojuegos sino en ir a una discoteca a vigilar a sus mejores amigos, por no decir que ahora Hyuk estaba sintiendo el estómago estrujado. Ha de ser la cena, pensó él.
—¿Dónde estará Ilhoon? Le dije claramente a las 9:30 y ya son las 10 —bufaba molesto el pelinegro.
Unos brazos lo apretaron por la espalda y el menor dio un salto asustado, más al sentir un beso en su cuello. Se apartó y vio al sujeto por el que llevaba más de media hora esperando.
—Lo siento, cariño. Problemas de transporte.
—Aja, y te creí —dijo el menor rodando los ojos—. Como si no pudiera oler la loción a hombre de negocioso en tu ropa.
—Soy un hombre de negociosos —Sungjae elevó la ceja acusadoramente e Ilhoon solo soltó un suspiro—. Ok, el “hombre de negocios” se puso intenso y no me quería soltar, pero tengo lo que querías, dulzura —sacó dos identificaciones, falsas, y se las extendió a Sungjae—. Por lo menos espero recibir un beso francés por esto.
Hyuk volteó a ver hacia otro lugar al escuchar eso y ver a su amigo aproximarse a la boca de ese desconocido, lo único que llegaba a sus oídos era el sonido húmedo del beso y los suspiros de Sungjae.
—Woow, eso estuvo mejor de lo esperado.
—Por supuesto que sí, estás hablando de mí. Gracias por esto, Ilhoon.
—Lo que quieras, cariño, y más si me pagas así de bien —tomó a Sungjae por la cintura y le plantó otro beso—. Nos vemos.
El chico se marchó y Sungjae le indicó a Hyuk que lo siguiera. Tomó la identificación y vio el nombre.
—¿Peniel?
—Creo que era su ex —dijo Sungjae—. La verdad, no interesa, de todas formas no las volveremos a usar.
—¿No te acostaste con ese tal Ilhoon o sí?
Sungjae se detuvo abruptamente haciendo que Hyuk tropezara con él y casi cayera, para su suerte tenia buen equilibrio y eso no pasó.
—¡Claro que no, Hyuk! Recuerda que… que aún estoy enamorado de Minhyuk —susurró dolido—. No importa, ya. Definitivamente me lo sacaré del corazón y me olvidare de él, así que esta noche si o si me encuentro una conquista.
Sin darse cuenta, ya habían llegado a la discoteca. Hyuk se acobardó un poco pero Sungjae no, así que el pelinegro se acercó al guardia y mostró su identificación, pidiendo la de Hyuk en el proceso. El castaño pensó que el guardia se había dado cuenta de que eran identificaciones falsas, ya que las miró por un largo tiempo. El sujeto se apartó y devolvió las identificaciones, Hyuk tuvo que contenerse de soltar un suspiro aliviado.
La música llegó a sus oídos estruendosa, los cuerpos en la pista eran muchos y se movían violentamente a ritmo de la música. Siguió a Sungjae entre el laberinto de personas hasta llegar a una mesa algo apartada, sintió la mirada de dos chicos sobre ellos pero simplemente los ignoró.
—¿Estás seguro que están aquí? —dijo elevando moderadamente su voz para que lo escuchara.
—Claro. Mira hacia allá.
Hyuk le obedeció y, efectivamente, Hakyeon y Ravi estaban en una mesa, al otro extremo, acompañado de varios chicos, entre ellos Jongin. Vio como uno de los chicos le susurraba algo al oído a Hakyeon y se pegaba mucho a él. Su estomagó se contrajo, quería pararse e ir a golpear al tipo por acercarse a su Hakyeon.
Puso sus manos sobre la mesa golpeándola, Sungjae lo miró extrañado por su repentina acción.
—¿Pasa algo, Hyuk?
—¿Viste a ese tipo cerca de mi hyung? Parece una sanguijuela.
—¿Qué no es ese Chanyeol? Creo que van a la misma clase —Sungjae abrió grandemente los ojos dándose cuenta de algo—. ¿Estás celoso?
El corazón de Hyuk martilleó fuertemente contra su pecho, ¿Qué había dicho?
Un mesero llegó con dos vasos llenos de una bebida alcohólica de color rosa.
—Los caballeros de allá se las envían —dijo el mesero a lo que Sungjae solo agradeció. Hyuk vio que se trataban de los mismos chicos que los habían observado desde que llegaron.
—No vamos a beber eso —dijo determinado.
—¿Por qué? Son gratis.
—Primero, porque aun somos menores de edad. Segundo, ni siquiera sabes si le pudieron haber echado algo a la bebida.
—¿Y tercero?
—Tercero… —Hyuk lo pensó por un segundo, la verdad no había planeado decir tres cosas— no te sabes controlar y además estamos solos.
—Oh, shit —exclamó Sungjae encogiéndose, casi escondiéndose, en el sillón—. Minhyuk también está con ellos… y Minah. ¡Ash! —tomó el vaso de licor y si lo bebió sin respirar siquiera—. Pues si le gusta, bien por él.
—¡Sungjae, no vas a emborracharte otra vez!
—¡Pues vamos a bailar! —el pelinegro se puso de pie y fue a la pista. Sanghyuk, resignado, lo siguió. No iba a quedarse allí aburrido y muriéndose de los celos.
La música estaba en su máxima potencia, o eso creía Hyuk. Su amigo se movía de un lado a otro siendo guiado por el ritmo, él igual se dejó llevar, haciéndose espacio entre las personas. El ritmo era fuerte al igual que los movimientos de las personas, algunos brazos y piernas ajenas daban contra él, solo esperaba no amanecer con moretones al día siguiente.
Give It To Me de SISTAR empezó a sonar haciendo que muchas personas, entre ellas Sungjae, dejarán salir un gritó de júbilo.
—¡Este DJ es de los míos!
El chico bailaba algo parecido a la coreografía de la canción solo que a su estilo, pues nadie bailaría tal cual bailaban las chicas y menos si estaban concentrados en otra cosa.
“¿Me puedo casar pasado los treinta?
Mi corazón está herido de solo dar amor, ¿Qué debo hacer?
Mi corazón duele con el persistente sonido de la lluvia
Todavía soy joven y de buen corazón
Inocente y de buen corazón, tengo muchas lágrimas.”
Al escuchar detenidamente la letra, Hyuk supuso que por eso era la favorita de Sungjae, porque de cierta forma lo describía a él. Aunque, sin quererlo, también pensó en su situación con Hongbin.
Sintió unas manos rodearlo por la espalda y una suave voz aterciopelada hablarle al oído.
—¿Me concedes esta pieza?
Giró su rostro encontrándose con aquel chico que lo veía desde que entró, era guapo, no tan alto, pero sus facciones eran llamativas. Sin querer también vio más allá de él, justamente a donde estaba su hyung y el tipo ese. ¿Qué le veía? Sinceramente él estaba mejor que ese tal Chanyeol.
—Claro, ¿Por qué no?
Ambos fueron envueltos en una danza demasiado provocativa. No conocía a esa persona y no le interesaba en lo más mínimo, solo quería bailar y olvidarse de todo, de Hongbin y de Hakyeon, que muy de lo lindo se la estaba pasando con otra persona.
“Dámelo a mí. Oh bebé, dámelo a mí (dámelo a mí)
Dámelo a mí. Oh bebé, dámelo a mí (Oh bebé, dámelo a mí)
Oh oh oh oh oh oh oh oh oh oh oh oh.
No importa lo mucho que te quiera y pida
Solo está ese espacio vacío, lleno de lágrimas
Quiero que me des amor
Eso es todo lo que necesito.
Oh bebé, dámelo a mí.”
Sintió las manos del chico pasearse por su cintura, pegándolo más a él. Hyuk, discretamente, se zafaba del agarre provocando así que él chico fuera tras él nuevamente. En parte era divertido, ver la expresión de frustración de aquel chico le resultaba gracioso y familiar, estaba persiguiendo algo que no podía tener. Así como Hyuk cuando intentaba llamar la atención de Hongbin pero este no captaba las indirectas.
Nunca podía llegar a Hongbin por más que lo intentara, y ahora estaba Hakyeon. Aquel que siempre estaba para él, que lo protegía y adoraba como a un tesoro, se estaba metiendo profundamente en sus pensamientos, confundiéndolo. Sentía que si no estaba bajo su mirada, si dejaba que se alejara solo un poco, perdería ese foco de amor que lo hacía olvidar su dolor por Hongbin.
“¿Quieres venir antes de que llegue la mañana?
Solo te miro a ti como una tonta.
Lloro, lloro hasta que la mañana llega
No sé si es el sol o la luna, no sé si es de día o de noche
Oh bebé, dámelo a mí. Lo siento, es todo lo que necesito.
Oh bebé, dámelo a mí. Oh bebé, dámelo a mí.”
Escuchó una conmoción tras de sí por lo que se giró sorprendió, encontrándose una escena un poco impactante. Minhyuk había golpeado al chico con el que Sungjae bailaba, su expresión era de total y completa furia. A su lado, su amigo yacía tembloroso y con las manos apoyadas en su boca. ¿Qué había pasado?
Sin previo aviso, Minhyuk cargó a Sungjae y se lo llevó. Sanghyuk iba a ir detrás de él pero su acompañante no lo permitió.
—¿A dónde crees que vas?
—Suéltame, debo ir por mi amigo.
—Él y su novio pueden arreglárselas solos, ¿o acaso tú también tienes un novio agresivo?
Hyuk tragó duro el nudo que se había formado en su garganta, no por la pregunta hecha sino por la figura que los apartó.
—Si lo tiene. ¿Hay algún problema? —Hakyeon apareció interponiéndose entre Hyuk y el otro chico.
—No. No quiero problemas —el chico alzó las manos en son de paz y se alejó, perdiéndose en la multitud como si allí no hubiera sucedido nada.
Para su suerte se libró del posible problema, pero Sanghyuk no.
—¿Qué haces aquí, Han Sanghyuk?
—¿Divertirme? —se encogió de hombros como si esa insegura respuesta fuera a salvarlo.
—Es una discoteca y ni tú ni Sungjae tienen edad para entrar aquí —se encaminó lejos de la multitud para poder hablar mejor con su dongsaeng, quien lo seguía como un cachorrito regañado.
—Pues tú no cumpliste la mayoría de edad hasta el año pasado y venías con Taekwoon–hyung, Jaehwan–hyung y Wonsik–hyung desde antes —Hyuk se cruzó de brazos lanzándole una mirada retadora a su hyung.
—Es muy diferente, tú y Sungjae aún son bebés.
—¿Y esa es la razón por la que no puedes ser serio conmigo? —dijo en un tono de reproche—. Pensé que había algo entre nosotros pero, ¡Oh! que sorpresa me lleve cuando te vi con ese… ese que estaba contigo.
—¿Qué? ¿Hablas de Chanyeol?
—¡Y no soy un bebé! —lo interrumpió antes de poder defenderse—. Puedo demostrarte que soy todo un hombre.
—¿No arriesgándote a altas horas de la noche?
—No. Así.
Acorraló a Hakyeon contra la pared y asaltó sus labios. El mayor estaba un poco consternado, tardó unos segundos en responder al beso. Pasó sus manos por la espalda del menor uniéndolo más a su cuerpo, sus labios ardían al igual que su piel.
—¿Podemos intentarlo? —preguntó luego de separarse por falta de oxígeno—. ¿Qué dices, hyung? ¿O acaso sigo siendo un bebé para ti?
—No, Sanghyukkie… no puedo hacer esto —dijo bajando sus brazos, dejándolos caer a sus costados.
—¿Qué quieres decir?
—Que no creo que esto sea lo que realmente quieres —dijo el mayor sosteniéndole la mirada, dolido—. Tú no quieres tener algo conmigo porque te sientas atraído a mí, lo haces por Hongbin. Lo haces para olvidarlo. No voy a ser tu plato de segunda mesa, lo siento.
Hyuk se quedó petrificado. En parte las cosas que decía su hyung eran ciertas, él quería olvidarse del amor que le tenía a Hongbin pero también sentía algo por Hakyeon. No le gustaba verlo cariñoso con alguien más, prestándole atención a alguien más, eso hacía que su pecho se contrajera. No pensaba en el como un peor es nada, pensaba más seriamente en él por estar más accesible.
—Vete a casa, yo volveré con los muchachos —la voz de Hakyeon lo trajo de vuelta a la realidad. Sin pensarlo dos veces lo tomó del brazo y lo haló fuera del establecimiento—. ¡Hyuk!
No le prestó atención a sus quejidos, aprovechó ser más fuerte que él para llevarlo a un lugar más privado. Sungjae le dijo que tipo de lugar era ese y lo que hacían muchas personas en la parte superior del edificio, no tenía que ser un genio para saber eso.
Abrió la puerta de una de las habitaciones, para su suerte estaba vacía, y empujó al mayor dentro cerrando la puerta tras de sí. El seguro hizo clic, por lo que supo que ya nadie los molestaría.
—Te quiero, hyung —susurró acercándose a él, abrazándolo. Aferrándose lo más que podía a Hakyeon, ¿por qué sentía como si lo estuviera perdiendo? —. Tú eres a quien quiero ahora.
—Ten cuidado con lo que dices, Hyukkie —el menor sintió como los brazos de su hyung se anclaban a él con un poco de presión—. También te quiero —besó su cuello y su mejilla, Sanhyuk solo se estremecía ante el contacto de los labios del mayor con su piel— pero a quien amo es a Taekwoon.
Los ojos de Hyuk se tornaron acuosos, que estúpido había sido al olvidar ese gran detalle. Solo estaba pensando en sí mismo, en su deseo de olvidar a Hongbin, que no pensó en el mayor que también sufría por su amor.
—Esto nos está haciendo daño, hyung —articuló casi sin voz.
—Lo sé, pero no puedo obligar a mi corazón a que deje de sentir esto.
Hyuk empujó a Hakyeon, obligándolo a sentarse al borde de la cama. Posicionó sus piernas a cada lado de las del mayor aprisionándolo, sus manos rodearon su cuello y juntó sus rostros. Sus respiraciones se mesclaban haciendo un fuerte sonido que opacaba al de la música fuera de la habitación. Hyuk nuevamente tomó la iniciativa de besar a Hakyeon, el mayor enredó su mano en el cabello y la otra en su cintura. Sus lenguas luchaban por el dominio del beso, explorando la cavidad del contrario con violencia.
Luego de unos minutos que parecieron segundos, se separaron. Sus respiraciones eran rápidas, sus labios estaban sonrosados e hinchados.
—Hyukkie, ¿te gusto?
—Si…
—Pero no me amas —el menor negó despacio bajando la cabeza—. Es lo mismo conmigo.
—¿Pero te gusto? —hizo un leve puchero al concluir la pregunta.
—Sí, me gustas mucho —sonrió por aquella tierna acción—, pero no te amo como a una pareja.
—¿Podemos intentarlo? Hablo de… olvidar y empezar otra vez, intentar querernos como algo más, ¿O estoy pidiendo mucho?
—Sí, estas pidiendo mucho —el menor cerró los ojos avergonzado, regañándose internamente—. Yo no quiero olvidar el beso que nos dimos en tu habitación… ni los de esta tarde en el túnel del amor.
Ambos rieron ante aquel comentario. Unieron sus labios nuevamente, esta vez lanzándose contra la cama. Se acariciaron, se besaron, se hicieron reír y disfrutar de un momento de cariño. Complacieron sus necesitados corazones con un poco de afecto, un poco de amor.