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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola hermosuras, traigo sensualidad 7u7

Avtualización en una semana!? Si, lo hice y espero no atrasarme con el otro fic x.x

Criticas, sugerencias y cositas darks son bien recibidas.

Disfruten el cap~

Era más de media noche cuando todos decidieron irse. Hyuk veía graciosa la escena de Sungjae siendo cargado por Minhyuk, su amigo bebió tanto que casi queda inconsciente, aunque balbuceaba algunas cosas pero nada para preocuparse.


 


—Definitivamente lo llevaré a mi casa, si sus padres lo ven así nos asesinan —dijo Minhyuk acomodándolo mejor.


 


—Me avisas cuando llegues —le dijo Hakyeon.


 


—Ok, mamá —y así se fueron acompañados por Minah.


 


—Nosotros también nos vamos, debo llevar a Yura a su casa —dijo Hongbin sosteniendo la mano de su novia—. Nos vemos luego.


 


El menor salió rápidamente dejando solo a los cinco amigos, quienes recogían el desastre que se había formado en la sala.


 


—Gracias por la fiesta, chicos. En serio. Pensé que la pasaría solo este año —dijo Ken con un tono de voz muy suave como si fuera a llorar.


 


—Sabes que nunca te dejaríamos pasar un cumpleaños solo, hyung —dijo Wonsik colocándose a su lado y abrazarlo por el cuello. Del otro lado Taekwoon, más que ebrio, hizo lo mismo pero enroscando su brazo en la cintura de su amigo y pegando su cabeza contra esta, sonriendo como idiota.


 


Hakyeon y Sanghyuk miraban esa escena con una sonrisa, el mayor esperaba a que no se fuera a notar lo forzado de esta ya que aún sentía un poco de celos al verlos juntos.


 


—Bueno, Ken–ssi, debo llevar a Hyukkie a su casa —dijo Hakyeon rodeando los hombros del menor.


 


—Yo creí que se quedarían otro ratito —dijo Ken haciendo un puchero.


 


—Ya quisiera yo quedarme toda la noche pero aún no me gobierno solo —dijo el menor del grupo y todos rieron—. Nos vemos el lunes.


 


—No me esperen despierto, chicos —dijo a viva voz Hakyeon para luego irse con Sanghyuk.


 


Hakyeon caminaba al lado de Hyuk, no sabía si preguntarle acerca de la persona que le había roto el corazón. Estaba curioso, no podía negarlo, pero entendía que no era agradable hablar sobre eso.


 


—Hyung, ¿puedo preguntarte quien esa persona de la que estás enamorado? —Hakyeon se hizo una nota mental: nunca suponer nada con respecto a Hyuk ni anticiparse a él.


 


—Solo si tú me dices de quien estas tu enamorado también —el menor asintió. Hakyeon miró detrás de sí, ya que a Taekwoon se le había pegado la manía de aparecer como fantasma, pero como era de esperarse no estaba allí—. Creo que es muy obvio, es Taekwoonie.


 


—Wow —dijo Hyuk—. Así que por eso te la pasas pegado a él.


 


—Aja. Ahora dime quien es el tuyo.


 


—Pues, también es un poco obvio. Es Hongbin–hyung —Hakyeon abrió los ojos ampliamente pero no dijo nada, no esperaba que la amistad de ellos dos desembocaría en el enamoramiento del menor. Nunca lo esperó, aunque él tampoco se esperaba enamorarse de Taekwoon—. Pero yo no voy a decirle de mis sentimientos, él se ve muy feliz con Yura y no quiero que nuestra amistad se arruine.


 


—Te entiendo, yo tampoco quiero que mi amistad con Taekwoon se acabe.


 


Después de caminar tres cuadras y media, llegaron al departamento que Hyuk compartía con su hermano. Ambos subieron al quinto piso, Hakyeon no recordaba si alguna vez entró al departamento de Hyuk, probablemente no, ya que sus acostumbradas reuniones eran en la casa de Wonsik o en la de Taekwoon.


 


Cuando estuvieron frente a la puerta, y Hyuk a punto de introducir la llave en la cerradura, esta se abrió dejando ver al hermano de Sanghyuk medio despeinado con el teléfono en mano.


 


—Estaba a punto de llamarte —dijo este soltando un suspiro—. Tengo que suplantar a un compañero hasta por la mañana, te iba a decir que te quedaras en la casa de Jaehwan.


 


—Hakyeon–hyung podría quedarse conmigo —dijo Sanghyuk y su hermano lo vio cómo su salvación, no quería dejar al menor solo.


 


—¿Podrías hacer eso?


 


—Si, por mí no hay problema —dijo con una sonrisa el moreno.


 


—Gracias. Bien, ya me voy. Que tengan buenas noches y no le abran la puerta a extraños —diciendo esto, el mayor se fue rápidamente dejando solo a los dos amigos.


 


Hyuk hizo pasar a su hyung. Hakyeon se dio cuenta que el departamento no era tan grande pero si era acogedor. Había una pequeña sala y justo al lado estaba el comedor y la cocina. Habían dos puertas que supuso eran las habitaciones y un baño. Hakyeon se quitó la chaqueta mientras seguía a Hyuk a su habitación, que estaba muy ordenada para suerte del menor, y una cama matrimonial estaba en el centro.


 


—Cuando hyung compró el departamento, las dos habitaciones tenían camas así de grandes.


 


—Eso es bueno, así no dormiré en el piso.


 


—Ah… sí. Sí. Tienes razón.


 


Hakyeon notó las mejillas sonrojadas del menor.


 


—Oh, Hyukkie, no te apenes que ya hemos dormido juntos antes.


 


—Si pero no solos… —susurró el menor.


 


El moreno se situó detrás de su dongsaeng y lo abrazó por la espalda.


 


—¿Tienes miedo que te haga cositas? —no dejó que respondiera ya que empezó a hacerle cosquillas—. ¡No deberías dudar de tu hyung!


 


 Hyuk no se quedó atrás y también, como pudo, le hizo cosquillas al mayor. Entre risas y ataques de cosquillas, ambos cayeron a la cama. Hyuk se situó sobre Hakyeon, aprovechando que este tomaba un respiro, acorralando sus manos sobre su cabeza y haciéndole más cosquillas. El mayor se destornillaba de la risa sin poder hacer nada, el menor tenía mucha fuerza.


 


La pierna de Hakyeon subió dándole justo en el trasero a Hyuk, este casi cae contra el mayor. Ambos se miraron durante unos segundos de manera penetrante para, luego, lanzarse a reír como desquiciados. Hyuk soltó los brazos de su hyung para abrazarlo sobre la cabeza, las manos de Hakyeon se movieron suaves por su espalda, de arriba hacia abajo, haciendo que se relajara.


 


—Creo que deberíamos dormir —susurró el mayor contra su oído, Hyuk solo emitió una especie de ronroneo en respuesta. Se levantó rápidamente y fue hasta el interruptor para apagar las luces, todo quedó a oscuras.


 


Como pudo llegó a la cama, aunque no se notara el alcohol lo había dejado un poco torpe así que agradeció no haberse caído. No tenía ánimos de ponerse su pijama así que solo se quitó el pantalón y se acomodó bajo las sabanas, al igual que Hakyeon a su lado.


 


Como un impulso que no pudo controlar, abrazó a su hyung y escondió su rostro en el pecho del mayor. Aspiró el aroma de él, era muy masculino y característico de él. No era como Hongbin, quien siempre olía a algún perfume para caballeros y al perfume de su novia, una mezcla muy extraña y que el odiaba. En cambio, Hakyeon olía como él, como si ningún aroma, masculino o femenino, pudiera marcarlo y eso podía comprobarlo al ver que el mayor siempre abrazaba a sus amigos.


 


Escuchaba como Hakyeon tarareaba una canción mientras acariciaba sus cabellos, parecía no tener intenciones de dormir.


 


—¿Hyukkie? ¿Qué sucede? —el moreno se puso nervioso al sentir temblar al menor, luego se dio cuenta de que estaba llorando al escuchar los gimoteos que crecían y crecían hasta transformarse en un descontrolado llanto.


 


Sanghyuk se sentía desdichado. Su mente solo se llenaba de pensamientos de la persona causante de su tristeza y llanto, Hongbin. Desde que se hicieron amigos por casualidad, hasta que sin ser consciente de ello le fue atrayendo su forma de ser, de hablar y expresarse, de sus angelicales hoyuelos y todo lo que él representaba hasta el día en que su corazón empezó a fracturarse lentamente.


 


Se había esperanzado en vano cuando escuchó a Hongbin decirle que se había enamorado de alguien muy cercano a él y que pensaba declararse a esa persona, por unos instantes pensó que se trataba de él pero no fue así. Hongbin se marchó y al otro día llegó radiante, feliz, casi saltaba de la emoción que lo embargaba, allí fue cuando lo dijo. “Le dije a Yura que me gustaba, le pedí que fuera mi novia, y ella me dijo que si, que me quería…”, eso fue suficiente para hacerlo miserable y aquel sentimiento perduró durante todo ese año que llevaban de relación.


 


Se dijo que no lloraría por él, que no se dejaría morir por esa persona que claramente no correspondía sus sentimientos, pero allí estaba, llorando en el pecho de Hakyeon quien, probablemente, era la única persona que lo entendía de todo sus amigos.


 


—Tranquilo, Hyukkie. Estoy aquí —le dijo mientras le chucheaba para que se tranquilizara. Poco a poco su llanto se aplacó, toda su frustración, miedo, dolor, lo dejó salir en ese momento y ya no quedaba nada.


 


Las manos de Hakyeon subían y bajaba por su espalda, su barbilla estaba apoyada sobre la cabeza de Sanghyuk, le dolía ver a su niño así, escuchar su llanto lo torturaba. Deseaba poder quitarle ese sufrimiento al más pequeño pero ni el mismo podía quitarse el suyo. Muchas noches estuvo como Hyuk, llorando por Taekwoon hasta quedarse dormido, sin nadie a su lado para consolarlo.


 


De pronto, sintió las manos de Hyuk entrelazarse con sus cabellos, masajeando el cuero cabelludo, para luego asaltar sus labios con violencia. Eso lo tomó por sorpresa, petrificándolo al principio, intentó separarse de él pero era inútil ante la fuerza que ejercía el menor. Sin darse cuenta estaba sobre Hyuk, luchando por el dominio del beso. Tenía las piernas del más joven entrelazadas en sus caderas, sus pelvis presionándose duramente, íntimamente.


 


Perdiendo la cordura por un momento.


 


Su mente le decía que debía olvidarse de lo demás y así lo hizo, concentró toda su atención en ese beso ignorando todo el ruido de la ciudad y de su teléfono celular cuya pantalla brillaba con el mensaje de Minhyuk.


 


 


*****


 


 


Taekwoon despertó con un dolor de cabeza infernal, su garganta estaba completamente seca, incluso sentía que la habitación daba vueltas. Cerró los ojos unos diez segundos para luego abrirlos nuevamente, el mareo había pasado. Se irguió en la cama comprobando que se encontraba en la habitación de Ken, reconocería ese Choper de peluche donde sea, Hakyeon se  lo había regalado para navidad, además el individuo estaba durmiendo a su lado y Wonsik en una colchoneta a los pies de la cama.


 


Apenas recordaba cómo llegó a esa habitación, ayudado por sus amigos claro estaba, él ni siquiera podía caminar correctamente. Recordaba a Hakyeon salir junto a Sanghyuk, se suponía que él iba a volver pero no lo veía por ningún lado. Tomó su teléfono, que por suerte aún estaba en su pantalón, comprobando la hora, faltaban quince minutos para el mediodía. Pensó que tal vez, por la hora que era, Hakyeon estaba en la cocina preparando algún platillo delicioso que había aprendido en algún viaje con sus padres.


 


Se puso de pie y caminó hasta la cocina, con cuidado de no despertar a los otros que aun dormían profundamente. Se llevó la sorpresa de que la cocina estaba completamente vacía, frunció el ceño y fue hasta el baño que estaba de igual forma: vacío.


 


El cuarto de invitados, la sala, la terraza, recorrió todos ellos y ni rastros de Hakyeon.


 


—Buenos días —un adormilado Ken entraba a la cocina bostezando.


 


—Buenos días, Ken–ah. ¿Dónde está Hakyeon?


 


—Mmm… creo que se quedó con Hyuk ya que no volvió anoche —dijo abriendo el refrigerador y metiendo la cabeza en él—. Como que vamos a tener que salir a comer, se me olvidó hacer mercado. ¿Hyung?


 


Observó como Taekwoon tenía el teléfono pegado a la oreja, frunció el ceño y volvió a marcar.


 


—No contesta.


 


—Debe seguir durmiendo.


 


El mayor lo ignoró y siguió marcando. Ken solo suspiró y se dio la vuelta gritando:


 


—¡Larva, apresúrate y sal del baño!


 


 


 


 


 


La nube del sueño se iba despejando, su cuerpo se sentía liso así como creía estar acostado sobre un malvavisco gigante. Abrió los ojos con pereza y soltó un pequeño bostezo, luego las imágenes de la noche anterior aparecieron en su cabeza de golpe. Se irguió de un salto en la cama, miró en todas direcciones pero no había rastro de su amigo. Hyuk pasó sus manos por sus cabellos alborotándolos, ¿Qué había hecho? Y sobre todas las cosas, con su hyung. ¡Era un idiota por hacer eso! ¿Qué iba a pensar de él?


 


La puerta fue abierta, impidiéndole así seguirse maltratando internamente.


 


—Hyukkie, el desayuno está listo —dijo Hakyeon con una reluciente sonrisa—. Bueno, es “desayuno” barra “almuerzo. Ya casi son las doce. Tu hermano llegó hace rato pero se fue a dormir, estaba agotado.


 


Sanghyuk solo asintió, su hyung estaba actuando normal después de lo que hicieron. Pensó por un momento dejarlo así, olvidar que existió ese apasionado beso entre ambos, pero no pudo hacerlo. Antes de que Hakyeon saliera nuevamente él lo detuvo.


 


—Hyung, tenemos que hablar. Nosotros… anoche… lo que paso… yo… —su lengua se trababa, no conseguía poder decirle lo que estaba sintiendo. Lo que pasaba en ese momento por su cabeza.


 


—Tranquilo, Hyukkie. Entiendo. No quieres que nadie sepa sobre lo que pasó anoche, tranquilo. Podemos simplemente hacer como si no hubiera ocurrido nada —articuló despacio, quizás esperando a que el menor lo interrumpiera pero este solo lo miraba—. Ahora, vamos a comer que la comida se enfría —y sin más salió de la habitación.


 


Hyuk se quedó de pie, mirando la puerta. ¿Eso había sido todo? ¿Ese beso no significó nada? Bueno, no era que le molestara, no podía simplemente olvidarse de sus sentimientos por Hongbin de la noche a la mañana por un beso. Quizás era mejor así, no darle importancia a ello y seguir con su vida.


 


Hakyeon salió de la casa de Hyuk después del desayuno/almuerzo, lo vio un poco decaído. Quería quedarse un poco más con él pero sabía que el lunes tendría examen y no quería ser un estorbo mientras el pequeño estudiaba, así que como buen hyung que era le dijo firmemente que estudiara mucho y lo hiciera sentir orgulloso, eso le sacó una carcajada al menor que graciosamente le dijo “Está bien, Omma”.


 


El día estaba fresco pero él, extrañamente, se sentía frío. Estaba solo, ya no tenía ni una gota de alcohol que lo distrajera, estaba sobrio y algo adolorido. Aunque no quería pensar en el beso, aún permanecía fresco en su memoria. Se sentía como si le hubiera sido infiel a Taekwoon, a sus sentimientos por él aunque este nunca supiese de ellos.


 


Una fuerte punzada lo atravesó por lo que tuvo que inclinarse y sostenerse de sus muslos, que horrible había sido eso. Tanteó los bolsillos de su chaqueta por si había puesto allí su frasco de pastillas pero no los tenía, seguro estaba en su mochila que había dejado en casa de Jaehwan. No quería ir allá, no sabiendo que Taekwoon podría estar durmiendo al lado de otra persona.


 


—¡Yeonnie–hyung! —se irguió rápidamente al escuchar la voz que lo llamaba, solo había una persona que lo llamaba de esa forma y era por algo. Se dio la vuelta siendo apresado por un fuerte abrazo que lo hizo tambalearse—. Sálvame la vida —dijo al borde de un llanto falso.


 


—¿Ahora qué hiciste, Wonsikie?


 


—¡No huyas, Larva! —escuchó la afinada voz de Ken a lo lejos.


 


—Quieren que pague el desayuno —miró a su hyung con sus ojos de cordero a medio degollar. Hakyeon solo puso su boca en línea rectar, haciendo un gesto que al menor le parecía muy gracioso.


 


—Cha Hakyeon, ¿Por qué no me contestabas el teléfono? —la voz de Taekwoon llamó su atención, claramente estaba molesto. Ese gesto frío y sus brazos cruzados sobre su pecho se lo decían todo.


 


Buscó su celular en el bolsillo y se dio cuenta que se había quedado sin batería.


 


—Está muerto —dijo—. Jaehwan–ssi, ¿me prestas la llave de tu departamento? Dejé mi mochila en tu cuarto anoche.


 


—Claro, hyung —el chico sacó la llave de su bolsillo y se la entregó al moreno.


 


—¡Voy contigo, hyung! Deje mi billetera —Ken y Taekwoon lo miraron con los ojos entrecerrados—. ¿Qué? ¡Es cierto! Revísenme si quieren.


 


Jaehwan se acercó a su dongsaeng, revisó todos sus bolsillos.


 


—Está limpio —dijo Jaehwan como si hubiera hurgado en el en busca de drogas—. Está bien, puedes ir. Pero te quiero devuelta, ni se te ocurra escaparte —articuló Ken en tono demandante.


 


—Entendido, mi capitán —dijo el menor.


 


Con esto tomó a su hyung prácticamente arrastrándolo con él.


 


Luego de correr por un largo trayecto, se detuvieron y caminaron más despacio. Wonsik solo quería huir de sus otros hyungs. El chico miró a Hakyeon notando que este se sostenía el abdomen con una mueca de dolor en su rostro, eso lo alarmó.


 


—¡Hyung, ¿estás bien?!


 


—Me duele —dijo casi sin voz—. Tengo que buscar… mis pastillas…


 


Ravi pasó el brazo de su hyung sobre su hombro para darle apoyo, así caminaron a paso acelerado hasta llegar al departamento de Jaehwan. Como pudo abrió la puerta, los suaves quejidos de Hakyeon lo ponían nervioso. Dejó que el mayor fuera hacia la habitación mientras el buscaba agua en la cocina, igual que el día anterior.


 


Hakyeon entró a la habitación de Ken, esta aún conservaba el fuerte aroma a alcohol. Vislumbró su bolso debajo de la cama así que tuvo que sentarse en esta para tomarlo, el dolor lo estaba matando. Sé recostó en la cama sosteniendo su abdomen, fui allí cuando un aroma familiar se filtró por su nariz e hizo clic en su cerebro.


 


—¡Aquí está el agua, hyung! —Wonsik entró a la habitación casi derribando la puerta—. ¿Hyung…? —Hakyeon no respondía, miraba fijamente el techo de forma ausente—. ¿Hakyeon–hyung? —se acercó al mayor y lo zarandeó, ya se había asustado.


 


—Wonsikie… —la voz de Hakyeon salió demasiado suave y demasiado rota. Wonsik solo podía pensar que el dolor que sentía era demasiado, que estaba realmente mal. Grande fue su sorpresa al escuchar la pregunta que salió de sus labios—. ¿Taekwoon durmió aquí?


 


—Ehh… claro, todos lo hicimos. Aunque yo dormí en el piso mientras mis adorados hyungs estaban muy bien abrigados en la cama —dijo en tono de reproche, pudo ser muy el cumpleaños de Jaehwan pero él estaba soportando el frío suelo solo.


 


—Ah… —fue lo único que obtuvo en respuesta. El mayor sacó su frasco de pastillas tomando una e introduciéndolo a su boca, luego tomó el vaso para pasar la amarga tableta.


 


Ravi miraba el raro contenedor que aun descansaba en su mano, nunca había visto esa marca de pastillas para el dolor, se dijo que a lo mejor serían una nueva presentación. Vio cómo su hyung jugaba con el vaso, donde vueltas en su mano, como si eso fuera muy interesante. Le quitó el objeto colocándolo en la mesa a su lado, plantándose frente a Hakyeon, pero este no lo veía.


 


—Hyung, ¿Qué te pasa? ¿Sucedió algo con Sanghyuk? —el mayor solo negó con la cabeza viendo directamente sus manos vacías—. ¿Entonces? Di algo, me preocupas.


 


—Vas a decir que soy un idiota…


 


—Pues ya de por si lo eres —el mayor golpeó el hombro de su dongsaeng, este solo rió por la acción, al menos había reaccionado—. Dímelo. Ya hemos cometido muchas idioteces a lo largo de nuestra vida, una más no hará la diferencia.


 


—Estoy enamorado y esa persona no me corresponde, aun así no puedo evitar sentir amor por él —suspiró resignado agachando la cabeza—. ¿Puedes hacer el favor de matarme?


 


—No —dijo Ravi cruzado de brazos—. Hakyeon–hyung, no deberías ponerte mal por algo así. Si esa persona no te quiere pues él se lo pierde, tú eres una persona maravillosa. Sé que siempre te molesto y hago bromas pesadas pero eso no quiere decir que no te aprecie. Hyung, no soy el más indicado para decir esto pero, allá afuera, hay miles de personas, ¿Quién dice que una de ellas no está esperando por ti?


 


Hakyeon sonrió, más una media sonrisa que una completa de felicidad, pero algo era mejor que nada.


 


—¿Así que a ti te pasa lo mismo? —cuestionó Hakyeon con una ceja elevada y una sonrisa de lado.


 


—¡No! Bueno, si… p–pero ya no importa. No vale la pena mencionarlo, es… —suspiró—. Es un caso perdido, hyung. A veces pienso que debo seguir adelante pero él toma de mis hilos y me atrae de nuevo —pasó sus manos por su cabello con frustración, el rostro de aquella persona se instaló en sus pensamientos y alborotó sus emociones—. Te dije que no soy el más indicado para dar consejos, pero sí puedo decirte que tenemos elección.


 


—¿Tenemos? —preguntó el moreno al ver la habitual sonrisa pícara del menor.


 


—¡Claro! ¿No has escuchado el dicho “un clavo saca a otro clavo”? Para olvidarse de una persona es mejor conocer a otra. ¿Qué dices, hyung?


 


—¡Eres un caso perdido! —exclamó Hakyeon con una marcada sonrisa en su rostro.


 


—¡Siempre lo he sido!


 


Ambos salieron del departamento, para su suerte Wonsik encontró su billetera. El moreno tenía el brazo de su dongsaeng rodeando sus hombros mientras hablaban de muchas cosas. Sabía que el menor lo hacía para que él se olvidara del dolor y de su corazón roto, pero algunas cosas eran casi imposibles de olvidarse y menos si la causa de tu dolor esta frente a ti, haciendo hasta lo imposible por pulverizarte completamente.


 


Justo como en ese momento.


 


Hakyeon observaba desde la otra calle como Taekwoon y Ken conversaban en una mesa dentro de un cafetín. La mano de Taekwoon descansaba sobre la de Jaehwan, y ambos sonreían y cuchicheaban muy cerca del otro.


 


Sintió la mano de Wonsik hacer presión en su hombro, él lo volteo a ver encontrándose con una sonrisa conciliadora plasmada en su rostro.


 


—Las cosas van a mejorar —le dijo.


 


Hakyeon entendió muchas cosas en ese momento, a través de los ojos de Wonsik, así que él también tomó su decisión y con su rostro más sereno le respondió:


 


—Tienes razón.

Notas finales:

¿Y ahora que pasará? Averiguenlo en el siguiente capítulo que creo, y espero, actualizaré el próximo fin de semana... creo.

 

Sus reviews alimentan mi oscura y desalmada alma, es enserio 7u7


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