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Break Up por keny_shawol

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Notas del capitulo:

¡Hola!


Sé que ha pasado mucho tiempo, y siento que me estoy volviendo repetitiva en esto… esta vez pueden culpar a mi maestro de cálculo financiera, impuestos… y todas las demás que me quitan el tiempo.


Trataré de actualizar la otra historia pronto, ya tengo el capítulo a la mitad, y justo hoy – que tenía un poco de tiempo – quise terminarlo, pero me encontré un prompt en Tumblr que era algo como ‘no puedo dormir solo más, ¿puedo dormir contigo?’ o algo así, y escribí esto. Es cortísimo, pero es algo.


Espero leernos de nuevo pronto. 

Tal vez no debo estar aquí, Kibum piensa, mientras sus manos arrugan la almohada en sus manos.

 

Tal vez debe dar la vuelta y regresar a su habitación y tratar de dormir una vez más.

 

Kibum suspira, su mano levantándose lentamente. Quiere tocar la puerta, golpear suavemente y esperar a que sea abierta, pero está seguro que eso no sucederá.

 

—¿Kibum? —Kibum brinca cuando su nombre es pronunciado. Gira y el rostro de Jinki golpea su mirada. —¿Estás bien?

 

No lo está, pero eso Jinki no tiene por qué saberlo. No lo ha estado en los últimos días, no desde que termino con Minho y todo en su vida ha dado un giro.

 

—Estoy bien.

 

—¿Es así? —La sonrisa de Jinki es compasiva, y Kibum no quiere que sea así. No ha sido un secreto para ninguno de los miembros que Minho y él han terminado, y Kibum se siente realmente mal por hacerles estar en esta situación incómoda. —Simplemente deberías tocar, estoy seguro que Minho te abrirá.

 

Pero es más que eso, Kibum decide. No sólo es tocar la puerta de Minho y esperar a que sea abierta, es más como regresar a los viejos tiempos.

 

—No es eso. —Muerde su labio inferior, la almohada siendo y torturada por sus dedos. —Es sólo… en realidad, es difícil.

 

—Está bien. —Jinki le da un apretón en su hombro y sonríe. —Lo sé, es difícil.

 

Jinki se marcha después de esas palabras, sonriéndole una vez más y Kibum agradece silenciosamente su salida. Él no quiere lidiar con la compasión de los miembros en ese momento, él sólo quiere dormir, descansar y decidir que debería hacer con la situación, con Minho.

 

Minho.

 

Sus dedos recorren la madera y Kibum está a punto de dejar caer su mano suavemente y llamar. Quiere ver a Minho, como lo hacía días atrás.

 

Kibum toma un respiro y cuando está a punto de llamar a la puerta, ésta es abierta.

 

Minho está del otro lado, su torso desnudo y el cabello ligeramente despeinado. Se ve adorable y guapo y Kibum sonríe sin pensarlo al verle así.

 

—¿Kibum? —Minho pregunta, y su voz suena ronca, justo como suena después de una noche de sueño. —¿Qué sucede?

 

Minho bosteza, y Kibum muerde su labio inferior una vez más.

 

Tal vez es el momento de huir, decide, tal vez debería dar la vuelta y regresar a su habitación y tratar de dormir.

 

Aunque no está seguro de poder lograrlo. Su habitación se siente demasiado sola, y Kibum no recuerda cuando fue la última vez que durmió ahí. Sus noches siempre eran en la pequeña y azul habitación de Minho, en donde se acurrucaban en la cama y descansaban para un día más.

 

Pero ahora que no están juntos, Kibum siente su propia habitación solitaria.

 

Dios, tal vez debería colarse a la habitación de Taemin, acurrucarse con el menor y evitar esa extraña e incómoda situación.

 

—Yo sólo… —¿Qué debería decirle? Kibum no está seguro de que un ‘oye, no puedo dormir, necesito abrazarte, ¿puedo dormir contigo?’ suene bien. En realidad, está seguro de que estar parado frente a su ex-pareja en ropa de dormir no es buena idea en lo absoluto. —Es sólo…

 

—¿Sí? —Minho recuesta su cuerpo contra el marco de la puerta, y ladea el rostro para verle.

 

—Es… —La almohada en sus manos se mueve y Kibum niega con la cabeza, dejando escapar un suspiro después. —Sabes, sólo olvídalo.

 

Kibum gira, dispuesto a marcharse, pero los dedos de Minho se cierran contra su muñeca e impiden su huida.

 

—Puedes decirme. —La voz de Minho es suave esta vez.

 

—Es una locura. —Kibum murmura. Los dedos de Minho le dejan ir, y Kibum le mira de nuevo.

 

—He escuchado tus locuras muchas veces, ¿no? —En los labios de Minho baila una sonrisa y Kibum sonríe también. La sonrisa de Minho es hermosa, y cuando sonríe y le mira, Kibum no puede pensar en otra cosa más que en lo mucho que lo ama.

 

—Sí, creo que sí.

 

—Entonces puedes decirme.

 

Sí, puede, ¿Qué más puede perder, aparte de quedar avergonzado frente a Minho? Pero han sido pareja el tiempo suficiente para conocer las cosas vergonzosas del otro, decide, y Minho siempre ha estado ahí para él.

 

—Yo sé que terminamos, pero ¿puedo dormir una vez más contigo? No puedo dormir y estoy seguro que me he acostumbrado lo suficiente a ti. —Las palabras escapan torpes de sus labios y Kibum no está seguro de si mucho de lo que ha dicho tiene sentido. Mira a Minho. Él tiene la ceja enarcada y Kibum cree que ha sido más que una locura, ha sido una estupidez. —Te dije que era una locura, sólo olvídalo, ¿bien?

 

Kibum le da la espalda de nuevo y esta vez está dispuesto a correr a su habitación y cubrirse con las mantas hasta la cabeza. Pero de nuevo, los dedos de Minho se cierran contra su muñeca y una vez más e impiden que huya.

 

Minho tira de él y Kibum cree que pudo haber escuchado un ‘no es una locura’. Kibum se encuentra de nuevo en la habitación de Minho. El color azul, las botellas de vino y esa sensación de estar en casa de nuevo le golpea.

 

Minho se deja caer en la cama, justo como en los viejos tiempos y el cuerpo de Kibum quiere dejarse caer en la cama, a su lado, y acurrucarse una vez más. Pero es diferente, porque ya no son pareja y ¿no se supone que ellos deberían estar ignorándose?

 

—Bueno, ¿vas a dormir o qué?

 

Ah, es tan tentador verle ahí recostado con el torso desnudo y esa sonrisa que sólo es de él. Kibum camina tentativamente hasta la cama y se deja caer sobre ella, a un costado de Minho.

 

Es bueno y relajante, piensa. Y ha extrañado tener a Minho todas las noches a su lado.

 

—Yo tampoco he podido dormir, es como si necesitara que estés sobre mi sin dejarme respirar.

 

Kibum ríe y golpea el brazo de Minho también. Se siente bien bromear con él y escucharle reír. 

 

—Es extraño. —Kibum murmura. —Se supone que debemos estar evitándose, no debemos estar tratando de dormir juntos otra vez.

 

—Bueno, ¿acaso hemos sido una pareja normal?

 

Minho tiene un punto. Dios, ellos han sido la pareja más dispareja entre todas. Y cuando ellos comenzaron a salir, Kibum estaba seguro que no durarían. Minho es gimnasio y futbol y bueno, él es compras y moda.

 

Sin embargo, Kibum decide, mientras sus dedos caen justo a un costado de los de Minho, sus diferencias eran buenas entre ellos, y se habían complementado bien. Kibum no está arrepentido de nada de su relación con Minho, excepto, pelear y terminar.

 

—El punto es, que ya no somos pareja. —Kibum gira para ver el perfil de Minho, éste suspira mientras niega con la cabeza. —Debería acostumbrarme a esa cama en mi habitación. —El pecho de Minho, sin duda, ya no es una opción de almohada. —Y no volver a tocar la puerta de tu habitación a media noche. Es una locura.

 

—No es una locura. —Minho gira, para verle también. Un mechón de su cabello cae contra su frente y Kibum quiere enredar sus dedos ahí, acomodarle el cabello y sonreírle como en noches pasadas. —Y pensé que había quedado claro que sé respecto a tus locuras, yo siempre las apoyo.

 

Minho sonríe y es como si todo estuviera bien por un momento. Como si todos esos días no hubieran ocurrido.

 

—Te extraño. —Confiesa y muerde su labio inferior mientras encuentra la mirada de Minho.

 

Los labios de Minho se curvan suavemente y su corazón late como siempre que mira a Minho.

 

—Te extraño también. —Minho dice y tira de él hasta tenerlo de nuevo entre sus brazos, Kibum siente que un peso cae de sus hombros y se relaja contra el cuerpo de Minho, inhalando ese aroma único de él. —Y no importa que no puedas dormir por las noches, siempre puedes venir.

 

—¿Qué quieres decir?

 

Minho sonríe de nuevo, y él deja caer sus dedos contra el pecho de Minho, tocándole, con miedo de perderle una vez más.

 

—Justo eso. —Minho besa su frente y Kibum cierra los ojos, él puede sentir al sueño tratar de llevárselo. —puedes regresar todas las noches, siempre.

 

Kibum suspira y se relaja y sí, dormirá bien por primera vez en días.

 

 


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