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No quiero amar por Ayumi Kuran

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Notas del fanfic:

Bueno, pues quiero aclarar que está historia está inspirada en el fic de la misma temática que ha echo mi queridisima Val, te quiero hermanita <3

 

Notas del capitulo:

Bueno, sé que llevo muchos proyectos que están empezados y ninguno está finalizado (?) lo cierto es que no recuerdo bien jajaja. Pero lo cierto es que voy a acabarlos todos pero no podía dejar ir está idea, necesitaba mostrarla y aquí está nwn

también es una forma que tengo de dejar MUY claro que me gustan todas las parejas de KHR aunque tenga mis favoritas, lo dejo claro porque siempre me estñan diciendo que no me gustan las parejas como el 8059...y eso va para una persona que sabe muy bien quién es.

Ahora sí os dejo disfrutar nwn

Los prostíbulos eran los barrios marginales, los lugares donde tanto hombres como mujeres satisfacían sus deseos más lujuriosos con una persona a la que no conocían, teniendo el orgasmo que tanto anhelan con otra persona a cambio del más simple y sucio dinero.

En ocasiones una persona trabaja en este tipo de negocios por necesidad, otras veces porque la simple idea de que le paguen a cambio de tener sexo con otra persona, un rollo de una noche le gustaba…total, en esta época había muchas personas que tenían entre sí una noche de mero placer sabiendo que al día siguiente harían como si no se conocieran, que nada paso entonces… ¿por qué no aprovecha y conseguir a cambio dinero?

- Es repugnante

- Supongo que llevas razón, es decir, no todos pueden ejercer este tipo de oficio. Creo que es más por lo del “qué dirán”.

- Sigue siendo un trabajo repugnante

- Por eso se paga tan bien

Su compañero le dio una radiante sonrisa mientras se terminaba de cambiar de ropa, una cómoda que le permitía una mayor movilidad, provocativa que atraía la atención de sus clientes.

Yamamoto Takeshi era un prostituto agradable, de gran sonrisa y amabilidad, uno que conquistaba a todos aquellos que le llegaban. Las mujeres se peleaban por compartir su cama mientras que los hombros simplemente lo deseaban con lujuria, consiguiendo el anhelo de tenerlo en su cama, a veces de pasivo y otras de activo, todo dependiendo de quién fuera su cliente y la forma en la que lo deseará.

Él no era un hombre que hubiera deseado tener ese destino a futuro, él no quería vender su cuerpo por dinero algo que pronto se le escapaba de las manos ya que se sentía sucio y vulgar y sin embargo el destino no le había dado más alternativa que resignarse y hacerlo…todo por sobrevivir.

Flash Back

Yamamoto Tsuyoshi se encontraba tras la verja de la prestigios mansión de los Minamoto, poderosa y rica…todo lo que una persona deseará lo poseían ellos, todos menos Tsuyoshi.

A él nunca le importaron los lujos, solo con tener un humilde trabajo y ser capaz de sacar a su familia adelante le bastaba para ser feliz, estar orgulloso de sí mismo. Sin embargo esa familia aún no llegaba pues no la quería formar con cualquier persona, solo con la mujer que le había robado el corazón…Sakura.

Sakura era una hermosa mujer de cabellera plateada y ojos miel, dulce y bondadosa que había robado el corazón del cocinero, haciéndolo sentir especial…enamorado. No había dudado en iniciar una relación con ella, una que los enamoraba cada vez más, las ansias de estar juntos los dominaba…hasta que al final paso.

Ninguno de los dos fue capaz de contenerse aquel día, estaban solos y se amaban con locura…ya se habían comprometido a matrimonio aunque los padres de ella no lo supieran. Su momento fue único, un acto de amor que los hizo estremecer y sentir la gloria, lo que nunca antes habían sentido, se amaban y eran felices así. Nunca esperaron que ese día concibieran a su hijo pero eso solo los hizo más dichosos, decidiendo que era momento de adelantar los planes de boda…y contarles a los padres de la chica.

- ¡¿Cómo que te vas a casar?! ¡¡Y encima con un pobre!!

- Madre es un gran hombre, amable, amoroso…es todo lo que yo deseo, lo amo

- ¡Tonterías! ¡¿Te das cuenta del escándalo que eso supondría?!

- ¡De seguro que él solo va tras tu dinero!

- ¡Eso no es cierto! Nunca le dije quién era, me ha amado de la misma forma en la que yo lo hago con él, deseo casarme y permanecer toda mi vida a su lado.

- ¡Jamás! ¡Esa relación es algo que nunca consentiremos!

- ¡Pues deberán de hacerlo porque yo deseo casarme con él, me casaré con él!

Tras esas palabras la puerta fue abierta con brusquedad, los ojos mieles estaban empañados de dolor pero determinación mientras se acercaban a su pareja, abrazándola mientras él la acunaba de forma amorosa y protectora.

- ¡Ni se te ocurra hacerlo niñata malcriada!

Sus padres no tardaron en aparecer, la furia y odio pintaban sus facciones…no estaban de acuerdo con su decisión, Tsuyoshi entendió esto casi de inmediato.

- ¡Lo amo, deseo estar con él y no pienso renunciar a él!

- ¡Si te vas por esa puerta en este instante te desheredamos! ¡¿Nos oyes?! ¡Haremos como que estás muerta, no tendrás ningún derecho de tocar lo que nos pertenece!

El humor de Sakura cayó en picado y es que a ella no le importaba el dinero pero otra cosa muy distinta es que no la consideraran ni su hija, que dijeran que había muerto... ¿Tan poco les valía?

- Sakura

El agarré en su mano hizo que girara su mirada, viendo al hombre que amaba sonreírle de forma dulce, con amor…dándole el valor y firmeza que necesitaba.

- Estoy embarazada, vamos a tener un hijo juntos y lo amo…no renunciaré a ellos. Podéis desheredarme, no me importa.

Las miradas de las personas de mayor edad vieron impactados a su hija, nunca pensaron que realmente renunciara todo por ese hombre…pero eso solo los enfureció más.

- ¡Bien! Vete con él pero te arrepentirás de tu decisión.

Ninguno de los dos dijo nada, marchándose de ese lugar, juntos, ambos sabiendo que tendrían unas nuevas vidas juntas, una de amor pues no habría nada en esta vida que los separará.

Tal y como ellos planearon se casaron, una boda rápida e intima para sus pocos amigos ya que Tsuyoshi no tenía padres y los de ella... era mejor no recordarlo. Al pasar los meses se dieron cuenta de que ella tenía un embarazo riesgoso que solo conseguía que su marido la tratará como una muñeca de porcelana, haciéndola sentir preciada y amada…pero no todo era felicidad.

Los padres de Sakura estaban furiosos y vengativos, decidiendo mostrarle a su hija lo que ocurría por desobedecerlos…destruyeron el restaurante de sushi de Tsuyoshi, dejándolo en la más miserable ruina, sin dinero sin…nada.

Ante esto el mundo de la pequeña familia se derrumbo, no tenían un lugar donde iba a crecer su hijo no nato, no tenían dinero para poder pagar los tratamientos de su esposa durante el embarazo…no tenían una forma de conseguir ese dinero pues su única fuente se vio destruida…pero eso no los desanimo, no se podían hundir en un momento como ese.

Con esfuerzo consiguieron un pequeño piso donde quedarse, los pocos ahorros que tenían en el banco les permitirían pasar el mes en ese lugar, pero el dinero lo necesitaban más que nunca. El joven de mirada castaña se echo a las calles al día siguiente pidiendo empleo, todos sabían lo buen trabajador que era, su honradez y como podía alegrarlos a todos, cada uno de ellos lo adoraban…pero el miedo de tener la furia de los Minamoto era demasiado, viéndose obligados a rechazar sus ofertas, haciendo la búsqueda cada vez más desesperada pero era inútil…el mes casi se le acababa,  el dinero del apartamento les había subido a causa de aquellos infelices que querían hacerles la vida imposible, el momento del parto estaba cada vez más cerca y la salud de su amada decrecía…solo le quedaba una solución.

En su completa desesperación le pidió dinero a la yakuza, poniendo su propia vida a los pies de esas personas, jurando pagarles todo lo que les dejara con los intereses… y ellos aceptaron.

El piso pudo ser pagado, el restaurante reconstruido y su esposa pudo recibir los tratamientos adecuados…pero era demasiado tarde, su salud había decaído demasiado. El día en el que nació Takeshi fue el más feliz y doloroso de todos pues tenían a su pequeño bebé pero perdía a su amada esposa.

Tsuyoshi trabajo con esmero dispuesto a dejar a su hijo en una buena vida, la salud en su persona al igual que una buena educación, sacarlo de la vida en la que se vio obligado a introducirlo para que pudiera vivir: la mafia. Pero todo eso fracaso cuando por un error perdió una mercancía muy importante para los yakuzas, costándole su propia vida y perder a su hijo.

Takeshi se vio obligado a vivir bajo sus órdenes, siendo capaz de liberarse solo a los catorce años, momento en el que empezó a trabajar en el prostíbulo no solo para poder mantenerse sino para poder pagar la deuda que les debía, para poder vivir en paz…

Fin Flash Back

- Takeshi, ¿no te gustaría pasar está noche conmigo?

Una mujer de cabellera rubia se había colgado del cuello del chico, sentándose sobre sus piernas mientras el joven de dieciséis años le sonreía, coqueto, seductor.

- Sabes que me encantaría Eli pero me temo que ahora no podrá ser…está por llegar un cliente que me pidió desde hace una semana

El joven cogió la barbilla de la chica, sus ojos chocando mientras la atraía de forma lenta a sus labios, lamiendo los de la chica con suavidad antes de meter su lengua en esa boca, jugando con esa lengua que se le ofrecía. Al acabar el beso la mujer estaba sonrojada y agitada, la lujuria se desprendía por su piel.

- Sin embargo puede ser cuando acabé con él.

Le guiño el ojo de forma coqueta antes de dejarla sentada en el sofá, levantándose y dejando que su traje de cuero acentuara su cuerpo, enmarcando todos y cada uno de sus músculos a la vez que se acercaba a un joven de cabellera plateada que estaba apoyado en la pared, tomando una copa de forma indiferente.

- ¿Me echaste de menos Hayato?

El azabache lo miró de forma coqueta durante unos segundos antes de que su verdadera personalidad saliera a la luz, la calma y la inocente sonrisa en sus labios, eso solo enfurecía al albino y de alguna manera lo atraía a su vez.

- Déjate de tonterías y vamos al punto

- Vaya estás muy impaciente. Acaso…-El azabache se acercó a él, juntando sus cuerpos hasta que solo parecían uno. Su aliento chocó contra la piel contraria, mandando deliciosas corrientes eléctricas por todo su cuerpo.- ¿Extrañaste que te hiciera mío, que te poseyera…que te hiciera ver las estrellas?

- ¡Cállate imbécil!

El rostro del albino se sonrojo, mirando al azabache de manera fulminante pero no por ello lo alejo de su cuerpo. Yamamoto solo sonrió mientras juntaba sus labios con los del oji esmeralda, sus manos viajando hasta aquellas estrechas caderas y lo impulsaba hasta su cuerpo, disfrutando de los deliciosos labios que se le presentaban y es que esos labios le parecían adictivos…pero como siempre ignoró esté pensamiento, concentrándose en mezclar sus salivas, sujetar el cuerpo contrario contra el suyo, sintiendo las piernas del más bajo temblar.

- Vamos a la habitación

- Como desees

Su gran sonrisa no se hizo esperar mientras cogía de la muñeca al otro, avanzando entre la gente hasta llegar a la habitación que le correspondía. Como cada semana iba a tener un rato a solas con el albino al que intentaba por todos los medios ignorar…aunque él mismo admitía que también había mucho que pensar sobre ello.

 

Notas finales:

bueno, espero que os haya gustado. ¿Actualizaciones regulares? No lo sé, quizás sí y quizás no jajaja. Solo emq ueda decir ¿comentarios?


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