Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La razón de mis lágrimas por Kurenai_801

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mi primer y único gore xD o lo que se acerca a ello.

Notas del capitulo:

canción: Ringo ame, de SID

 

 

 

Namida no wake

(La razón de mis lágrimas)

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo Único: manzanas acarameladas

 

 

Escondía tristeza en el fondo de su corazón al no ser querido ni amado. El lazo que solamente era político, el tercer y último hijo no querido. Al igual que su padre fue ignorado y rechazado, criado como un soldado más, sin sentimientos. Incluso ahora, el Maou repugnaba su amor. Todos esos años de soledad, cuando su madre lo ignoraba por completo y prestaba más atención a aquel hombre que llevaba el apellido Weller. Ni siquiera tenía padre… había muerto, dijeron que fue por una daga en el cuello, solo él sabía que había muerto de amor. [1]


Cuando pequeño paseaba por el palacio y ni siquiera, según él, lo miraban las mucamas, ni los soldados. Weller, Conrad Weller, ese asqueroso humano que detrás de esa sonrisa aparentemente sincera, escondía una de perversión; aún recordaba cuando entró a su habitación e intentó tocarlo, quien varias veces intentaba acariciarlo cínicamente. Su hermano Gwendal, aunque siempre frío y respetable también era apático para con él. Stoffel y Adalberto, Günter y Anissina, quienes solamente lo miraban como el mocoso egoísta, ese niño que solamente arruina las cosas interponiendo sus caprichosos sentimientos. Y encima de todo el Maou, quien solamente, como todos, ignora sus sentimientos, asqueado por ellos, asqueado por qué un hombre le ame. Humillándolo cuando están solos, sobre sus manías de celarlo y sobre ese camisón rosa, que Wolfram usa solamente para empalagarlo, para su propia diversión, aunque para el Rey es absurdo y hastioso.

Incluso su existencia en esas flores es opacada, su brote se detuvo al ser asfixiada por el Secreto de Gwendal y Conrad Resiste en la Tierra, La Inocencia de Yuuri vino a cambiarla de lugar; para él mismo su mundo estaba de cabeza por esa persona…
Pero ya estaba cansado de tanto ser ignorado y ridiculizado. Ser solamente, según Adalberto, una persona nada preparada en el campo de batalla, un pacto entre familias nobles, una Ofelia que llora por ser abandonada. [2]


Miraba como los nuevos soldados eran entrenados por Gisela, sus ojos los observaban fríamente. Se relamió los labios, fijándose en La Mirada Roja de Chery, el rojo como si fueran Manzanas Acarameladas. Empezaba el frio, y al igual que este, una fría y macabra idea relució desde sus dolorosos pensamientos anteriores… Esas personas…  Un sentimiento pesado lo corrompió, dejando salir todas las emociones. Empuñó su mano, sintiéndose furibundo, al grado de querer llorar.

Una mano se posó sobre su hombro.

 

—Es mejor que entres, ya está oscureciendo y te puedes resfriar. —dijo el Maou, tratando de sonreír.

 

 

 

No necesito pequeños actos de bondad….

 

 

 

Lo miró hacia arriba. Miró nuevamente hacia el campo sin césped donde entrenaban los soldados.

 

Definitivamente, esta persona… estas personas no merecían nada de él. Les había ofrecido varías cosas, para el Maou, su tiempo y su corazón… todo lo que había brindado para el Rey, pero lo que había hecho era en vano, entonces ahora era doloroso… y lo soportaba en silencio….
Lo miró nuevamente y luego se levantó, le dio la espalda y caminó hacia el pasillo para ir a su habitación, Yuuri caminaba detrás de él.
En silencio pensó nuevamente en el amor que sentía hacia el Maou ¿Sentía? La displicencia  del Rey lo había vaciado de aquel amor, este amor que ahora se convertía en inquina. Muchas veces había expresado sus sentimientos, a cambio de nada…


La idea cruzó nuevamente por su mente, acompañada de odio, los rostros de aquellas personas burlándose de él lo hacían enfurecer, incluso Yuuri parecía venir con una sonrisa burlona atrás de él. No lo veía pero lo podía sentir. Al mismo tiempo su idea lo deprimió, estaba actuando bipolarmente.

 

 

Si solo yo dejara de existir…

 

 

 

Entró silenciosamente a su pieza, seguido por Yuuri. Observó cada detalle de la habitación, pero no quería recordar nada… quería conocerla…
Tanto había amado al enclenque que no conocía donde dormía…
Sonrió.
Después tendría que irse.

El frío era más pesado, se podía predecir una lluvia recia.
Dejó durmiendo a Yuuri… era el momento del resarcimiento.

 

Al momento que empezó el fuerte temporal, empezó la lluvia de manzanas acarameladas:
La sangre de Gwendal que caía como gotas de lluvia, sugerían pequeñas manzanas con caramelo. Su traje militar azul se tiño de algunas de esas…
Lo había apuñalado por la espada, como el cobarde que era… aun así le dejó ver su rostro.
Cuando Gwendal vio quien era su asesino, abrió los ojos e intentó gritar cuando una daga atravesó su garganta…

 

—Ya no me gritarás, querido hermano mayor…. —musitó con ironía.


La siguiente era su adorada madre…
Había despertado dando de gritos que fueron callados rápidamente por un trozo de tela tapando su boca. La mujer gritaba al ver amputado su brazo.

 

—“Lo siento, eres hermosa pero no vales nada…” —Wolfram citó las palabras que alguna vez le dijera su madre. Siempre humillándolo y rebajándolo.

 

La pobre mujer lloraba a cantaros, pero de nada hubiera servido gritar ya que la fuerte lluvia no dejaba escuchar lo que ocurría en las recamaras.
Mientras moría desangrada, Wolfram le dibujó unas líneas en su rostro.

 

 

El maldito Conrad era el siguiente.
Para su propia diversión entro seduciendo al castaño, quien lo recibió contento y excitado. Se levantó de la cama, abrazó a Wolfram besándolo. El asesino metió su mano en el pantalón del castaño, frotando el pene de este… cuando Conrad  suspiró y cerró los ojos, Wolfram aprovechó y con la daga en la otra mano le cercenó el pene. Cayó al suelo maldiciendo a Wolfram, sus gritos eran fuertes, pero la lluvia estaba a favor del rubio… apuñaló a Weller en el estómago mientras le decía lo repugnante que era… lo asquerosamente incestuoso que era… que además merecía morir por ser de esa especie humana mugrienta… la que tanto odiaba.

 

—Asqueroso e hipócrita Conrad. —le susurró al oído, luego se retiró, dejando al mestizo retorcerse en el suelo.

 

Anissina tuvo la misma suerte. Degollada y sus manos mutiladas. Miró el cuerpo y el rostro aún aterrorizado de quien minutos antes le rogaba no le hiciera daño. Sus peticiones fueron calladas por la espada que cortaba su cuello.

Definitivamente era una suerte para él  que ni un soldado se encontrara en los pasillos.

 

—¡¿Pero qué estás haciendo, Wolfram?! —el susodicho sonrió al notar el toque de pánico en la voz del peli-lila.

Por un momento hubo un enfrentamiento con las espadas, Günter intentó salir a pedir ayuda. Wolfram mostraba una sonrisa siniestra. Con su conjuro de fuego, sin mayor movimiento, quemó al consejero, mientras caía y gritaba de dolor en el suelo.

…ya sin poder moverse, movió lo que le quedaban de ojos y miró a Wolfram, este pateo la cabeza del lacerado y preguntó con ironía:

 

—¿Quién te hizo esto? ¿Fue el mocoso egoísta? —le dio una última patada y salió de la recamara de Günter.

 

 

 

Los pasillos estaban oscuros y fríos. La lluvia seguía cayendo, tratando de ocultar la catástrofe que Wolfram von Bielefeld había creado.

Entró a la habitación de su amor, el Maou.

 No… su ex amor.
Un rayo lo iluminó, Yuuri se percató de él, mirando solamente la sombra, al rayo le siguió un trueno que sobresalto a Yuuri… después del trueno otro rayo, con este pudo notar las manchas rojas en las mangas y en la chaqueta azul del rubio. Se dio cuenta. La espada que el soldado sostenía con la mano derecha también reflejó la luz. Yuuri se sintió asustado, luego pensó que Wolfram no le haría daño… ¿Cómo lo haría? Si me ama tanto,  pensó.
Quiso respirar tranquilo pero no pudo. Wolfram caminaba cautelosamente hacia el Rey, mientras musitaba:

 

—Yuuri… no sé cómo matarte…

—¡¿Q-Qué quieres decir con eso?! —Yuuri se pegó más a la cabecera de la cama.

—Maté a todos, Yuuri. —musitó mientras subía a la cama.  —pero… no sé cómo matarte a ti.

—¡¡¿Quéeeeee?!! —gritó aterrado, su mente empezó a dar vueltas, tenía que salir de ahí.

—Eres tan lejano, después de todo. —musitó para sí mismo Wolfram.

 

Yuuri, como pudo, saltó de la cama, pasando a Wolfram, quien ni siquiera quiso seguirlo… fue corriendo a revisar  las habitaciones… entró a la de Conrad y miró horrorizado el cuerpo sangriento de su padrino… lo mismo fue en la de Gwendal y la de Chery… Aterrado se dio cuenta del cuerpo calcinado de Günter y la cabeza decapitada de Anissina…
¿Qué sucedía con Wolfram?
Sin querer regresó a la habitación, pero no encontró al rubio, en la mesa había una nota:

 

 

 

Iré a por Adalberto y Stoffel…

Alcánzame y detenme si puedes, M A O U.

 

 

 

Pudo sentir su burla en las últimas cuatro letras.

Enfierecido por lo que estaba haciendo Wolfram, con todo y pijama se puso los zapatos y corrió al establo. Se estremeció al sentir la tormenta que parecía quemar con cada gota, no podía ver nada, estaba oscuro, pero por una extraña razón pudo saber dónde estaba, extendió su mano como si con ella pudiera ver algo y caminó seguro hacia el establo. [3]

 

Cabalgó toda la noche. Y durante toda la noche la lluvia y la oculta luna nueva lo acompañaron. Empezaba a tiritar del frío, Ao no quería seguir; se refugió cerca de un árbol hasta que la lluvia terminara. Como si eso fuera a ocurrir… Llovía porque estaba triste y enfurecido.

 

 

 

////////////////////////////////////////
////////////////////////////////////////
///////////////////////////////////////
///////////////////////////////////////

 

 

 

 

Amaneció. Todo estaba fresco, incluso se podía ver el color azul de la frescura. El humo de la niebla que rebasaba del suelo también era azul. Sintió en sus ojos rastros de lluvia… no, de lágrimas.
A pesar de estar mojado pudo dormir ¿O acaso había sido el cansancio mental? Recordó las imágenes brutales de la noche.
 Ahora que podía ver hizo que Ao siguiera el camino en línea recta. Se dio cuenta de que el camino dirigía a Grantz, su sentido o lo que fuera seguía a Wolfram, y si este no se equivocaba, el soldado se dirigía hacia Adalberto.

 

Aún la mañana expulsaba el frio, era azul y con neblina densa, cada segundo era más claro, pero no perdía la frialdad. El sol tampoco quería aparecer, si lo hacía tal vez lo haría detrás de las grises nubes.

 

 

 

Anticipando que viene el doloroso momento de la despedida….

 

 

 

Ao corrió lo más que pudo. No pasó mucho tiempo para ver a Wolfram sobre su caballo, mirando la mañana que venía por delante, Yuuri lo llamó, él se giró a ver… tenía el rostro lleno de lágrimas… Yuuri se acercó sigilosamente sobre su caballo, hacia Wolfram, quien lo miraba con el entrecejo fruncido, pero, con rastros de llanto en los ojos.

 

—Es mejor que sea yo. —dijo casi en susurro, pero Yuuri lo escuchó, no lo pudo entender…. —Porque si eres tú, a mí me va a doler…. En cambio… a ti no te importo, entonces está bien. —musitó, bajando la cabeza.

 

Yuuri no entendió, pero de todas formas se preocupó.

 

 

 

Si solo yo dejara de existir….

…entonces nada quedará, ni después ni nunca….

 

 

Entonces me voy… con este amor unilateral, que es tan grande como mi soledad… No, la supera… terminaré con esto.  —sacó su filosa espada apuntándola contra Yuuri, quien enseguida se preparó para salir corriendo sobre Ao, ya que no traía espada. —¡Porque tú eres la razón de mis lágrimas!

 

Regresó la filosa espada hacia su cuello y con un solo movimiento marcado y grande cortó su propia garganta... cayendo del caballo segundos después.

 

 

 

Por eso me voy, aunque me sienta solo,
abandonaré este amor que está más allá de la soledad…. 

 

 

 

Yuuri gritó un terrible “NO”, miró como Wolfram cayó de su caballo estrellando su exánime ser contra el suelo. Bajó rápidamente de Ao y corrió hacia donde Wolfram. Lo abrazó y trató de detener el sangrado con su mano, con su majutsu curativo también… pero ya era tarde. Lo abrazó fuertemente mientras imploraba porque Wolfram viviera. Lloraba y lloraba como un crío… con sus lastimeras lágrimas llegó nuevamente la lluvia, pero ya nada podía hacer, hasta entonces se dio cuenta de cómo se quebró su corazón, por ese niño rubio, a pesar de lo que había hecho con su familia.
Se percató de sus propios sentimientos... lloró más al saberlo. Nuevamente, se dio cuenta.

 

 

 

…Y tú seas quien no pueda acabar con este amor…

 

 

 

 

 

 

FIN

 

 

 

 

 

 

Rincón emo-kawaii, febrero 2014

Edición, 2016

Notas finales:

 

[1] …”dijeron que fue por una daga en el cuello, solo él sabía que había muerto de amor…” Extracto sacado y adaptado del poema “La niña de Guatemala” José Martí: “...dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor…”

[2] Ofelia, personaje de la obra “Hamlet” de William Shakespeare.

[3] “…extendió su mano como si con ella pudiera ver algo y caminó seguro hacia el establo…”. Como saben que el alma de Yuuri era Susanna Julia y ella era ciega, él puede tener ese sentido que tenía Julia, en el manga y novela dice también, cuando lee con los dedos y cuando se queda medio ciego el pobre xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).