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Desde las sombras por Yami no Deshite

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Notas del fanfic:

 

Alistar es propiedad de Luna Shinigami, el resto es mío. Aunque Daphiel se pertenece a sí mismo.

 

 

 

Ella sale de las sombras su pelaje negro azabache brilla bajo los rayos plateados de la luna. Sus ojos felinos y raramente pardos, la hacen diferente. No era una pantera normal como esos gatos enormes que retozan por el bosque. Ella era un demonio habitante del mundo oscuro. Alma perturbada y leal a su señor Daphiel Kuroryu. Amo de las tierras cercanas al monte Hiei.
Un castillo cuya atmósfera no irradiaba nada bueno. Al galope la veloz criatura llega hasta el puente levadizo. Traspasa las puertas externas. Los guardias se corren a su paso.

Sobrevuela sobre ella una sombra más oscura que las demás. El ángel negro baja sobre la torre más alta del castillo. Ella se planta en mitad del patio y mira hacia lo alto presintiendo esa presencia. Unos ojos cafés la observan. Con curiosidad le atrae esa criatura salvaje. Ella ruge helando a los que la oyen. Él sonríe con franqueza. –Ares.

Un destello refulge en sus iris pardos. Se desliza de forma sensual hacia dentro del castillo. Con paso tranquilo camina hacia el salón del trono. Los pasillos anchos y llenos de cuadros la observan. Allí se encuentra la historia en retratos de generaciones de los Kuroryu. Daphiel es el último de su linaje, tendrá que casarse antes de la primavera. Un heredero necesita y el niega, no desea esa unión que está escrita en el libro ancestral de su familia.

La arpía Daphne espera a su señor junto al trono. Ares entra al momento en que él se hace presente. Los ojos agudos y la mirada siniestra de ese ser que la desprecia, la miran con ganas de cazar a esa pantera.

-Daphne. Déjala en paz. –Sentándose en su lugar el ángel oscuro.

El felino sigue hasta los pies de su amo. Comienza a temblar. A gruñir de dolor. La transformación es dolorosa. Está agotada después de la batalla que ha tenido protegiendo a su señor. Él la encierra y la pantera se escapa. Y lo encuentra donde quiera que esté.

 

Un sentimiento triste que recorre mi ser...

Se complica en la atmósfera pesada

Que circunda la dimensión oscura

De nuestro mundo tan siniestro..


Los predadores rodean el castillo. Ares la pantera duerme acunada en los brazos de su señor. Aquel ángel oscuro de frío corazón.

 

En el reino de las bestias el rey Alexander Kurosawa junto a su Comandante Alistar Johannes planean el próximo movimiento. Deben despertar a la pantera del hechizo del Shinigami.

-Ese ángel caído me las pagará. –Alex enfurecido por la pérdida de la felina.

-Durante mucho tiempo defendió nuestro reino de los enemigos y ahora se pasó a ese bando. –Alistar totalmente frustrado hubiera querido que dicho animal se dejara dominar por él. Pero ese bicho es inteligente parece mujer.

-Tendremos que apelar a los seres del mundo celeste. –Pensativo le digo al pelirrojo en sus ojos se ve la ira como si estuviera ahí.

-Aquí en el mundo profundo debemos mantener el equilibrio sin intervención de los seres celestes ni humanos. Somos criaturas de la oscuridad lo has olvidado. –El de ojos grises odiando a todo lo angelical.

-Tienes razón. No tenemos que permitir intervención divina esa manga de aburridos que viven pregonando ese tedio sobre el amor y la paz. -Tomo aire y continúo.- -ni humana esa peste que condena la naturaleza viviente.

-Como si tu no creyeras en eso. –Un tanto escéptico, Alistar.

-Que crea no quiere decir que lo pregone. –Sonrío.- -Como esos humanos idiotas que se ponen a cantar en ronda.

-Pero se supone que un ente de la noche y de este mundo no ama. –Mirándolo dubitativo el pelirrojo.

-Justamente... tu lo dices... Alistar. No me mientas... y no diré más. –Lo miro de forma inquisidora está vez.

-Que extraño que no continúes con lo que estabas diciendo tal vez porque te sientes implicado. –Sus orbes grises cada vez más oscuras recordando al plomo.

-¿Eso piensas? –Le interrogo un tanto irónico.

-Por supuesto. –Afirma sumamente seguro.

-Te duele acaso que no sea por ti. –Ya  molesto.

-Ese maldito pajarraco negro. –Alistar comenzando a perder la paciencia.- -Por eso vives reclamando a Ares.

-Ares se fue por culpa tuya y si la reclamo es porque es necesario para nuestro reino. –La seriedad se ha instalado en mi rostro.

-¡Cómo tu digas! –Los celos atormenta al pelirrojo.

-No me crees ¿no? –Un poco harto.

-No. –

-¿Acaso estás celoso?

-¡Sólo tu puedes creerlo!

-No lo creo, lo demuestras constantemente persiguiéndome.

-Si, claro, como si tú fueras el único que me interesa.

-Eso lo decís ahora porque te lo digo pero él que no se separa de mi. Eres tú.

-Está bien iré al frente así te sientes mejor y espero que no me extrañes.

-Por supuesto que no lo haré.

-¡Claro estarás pensando en ese ángel oscuro! Por eso me quieres mandar al frente.

-Pero tú lo dijiste y te quieres ir solo. Yo no te dije que te fueras. -Empezando a sulfurar.- -Me estás haciendo que pierda la paciencia. ¿Qué te pasa?

-No, mejor no la pierdas. –

-¿Qué infantil que sos?

-¡Cómo si vos no lo fueras!

-Tal vez por eso nos llevamos tan bien. ¿No crees? –Sonreí. Sus orbes tormentosas brillaban adorándome. Sabía que su corazón rebelde me pertenecía. Ese gran tonto celoso que es Alistar. Al que amo desde siempre. Pero aquel ángel oscuro estaba calando en mi alma aquella que hacía siglos vivía en la oscuridad. Recordé la primera vez que lo vi.

--------------------------------------------------Flash Back-------------------------------------------

La tristeza reinante en el bosque de los espíritus torturados. Pesaba hasta en las almas más fuertes del averno. Camino junto a Ares en su forma salvajemente animal. Su pelaje negro reluce bajo los destellos rojos de ese atardecer que teme morir pero que fenece sin poder evitarlo en los brazos de la fría noche. Sus ojos felinos centellean ante aquella aparición que me deja helado por la belleza casi celestial devenida en ángel oscuro. Me llama la atención que su alma sigue con un grado alto de pureza a pesar del lugar donde se encuentra. Hay algo que no cierra allí pero él se encuentra aquí. Me hechiza con sus orbes cafés sonrío sin poder quitar mis ojos de él. Su cabello castaño mediano le llega hasta la mitad de su cuello y esa sonrisa franca no muy típica en los de su especie.

Siendo el rey de las bestias no puedo hincarme ante esa belleza de la oscuridad. Pero mi corazón si lo hace al devolver aquella sonrisa con una mía por caer rendido ante él. La brisa húmeda del anochecer trae recuerdos de otros tiempos que ya no están pues mueren en la noche. La cabellera sedosa del ángel se mece con la tranquilidad que mi corazón no tiene. Mis cabellos caobas y largos hasta la cintura también lo hacen. El pelaje de Ares se eriza pues escucha los pasos de Alistar que se acercan rápidamente. Gruñe ante esa bestia comandante de mis legiones. El pelirrojo y ella no se llevan desde siempre.

El ángel al sentir la presencia de ese ser bestial tan conocido por estos lares decide de forma inteligente irse. Me sonríe por última vez. Despliega sus alas cuyo plumaje es un negro azabache más oscuro y profundo que el pelaje de Ares. Remonta vuelo sin dejar de mirarme el último vestigio del atardecer muere tras el batir de sus alas.

----------------------------------------------------Fin de Flash Back---------------------------------

-Ya que no piensas irte Alistar ¿por qué no vamos a tomar té al balcón? –Mirándolo con picardía. Mi mente sigue el vuelo del ángel...

Continuará...

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Notas finales:

Éste fics está dedicado a Daphiel, un amigo muy querido a quien se lo debo desde hace mucho tiempo. Espero que les guste.


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