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~No me dejes~ por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

Este fic. participa en el concurso MuraAka del 04/09.

Espero les guste. *0*/

Notas del capitulo:

Gracias por leer. C:

Akashi estaba en casa de Murasakibara, pero había un ambiente muy tenso.

—¡Ojalá nunca te hubiera conocido!

Akashi se paralizó con esas crueles palabras, nunca creyó que Murasakibara sería capaz de decirle algo así. Siempre tan fiel y obediente y ahora... ¿Ahora le hablaba de semejante modo? Algo no estaba bien y ambos lo sabían... Akashi habló con dificultad y un fuerte nudo comenzó a formarse en su garganta.

—No... No digas tonterías, At-Atsushi.

—¡Ya basta! ¡Sal de aquí, Akacchin!

Akashi bajó el rostro y comenzó a llorar, mientras su ira y tristeza iban en aumento, ante la cruel mirada de Murasakibara.

—... Eres un... ¡Idiota!

Akashi le soltó una fuerte bofetada y se fue tras azotar la puerta.

—¡A-Akacchin!

Murasakibara estaba sorprendido. Nunca había visto a Akashi perder la compostura de ese modo y mucho menos le había visto llorar.

—*Mierda. Será mejor que lo deje solo por ahora.*

Al día siguiente, durante la práctica, Murasakibara fue capaz de ver a Akashi, quién lo había estado evitando todo el día.

—A-Akacchin, quisiera hablar contigo antes de que lleguen los demás.

Murasakibara intentó abrazarle por la espalda, pero sólo recibió un leve empuje por parte de su amado.

—Déjame en paz, por favor.

—Akacchin. En verdad lamento haberte hablado así ayer, por favor escúchame.

—No tengo nada que hablar contigo.

—Pero-

—¡Ya basta! ¡Ayer me dejaste las cosas en claro!

—Estaba enojado. Sólo hablé tonterías.

—¡Ya no eres un niño! ¡Ya estoy harto de intentes excusarte!

—¡No me estoy excusando!

—¡Ya déjame!

—¡Sólo si me escuchas!

—Largate.

—¡¿Ehhh?!

—¡¿Quién fue el que dijo: “Ojalá nunca te hubiera conocido"?!

—Pero-

—¡No te me acerques!

Murasakibara llegó a su límite y volvió a gritar una estupidez.

—¡De acuerdo! ¡No me importa lo que te pase de ahora en adelante!

Ajenos a ellos, se encontraban el resto de la “Generación Milagrosa”, observando sorprendidos, el fuerte puñetazo que recibió Murasakibara en el estómago, mandándole al suelo.

Tras un rato, decidieron entrar y comenzaron la práctica, pero había un ambiente demasiado tenso, gracias a la pelea. Tras terminar su práctica, decidieron volver juntos para ir por algunos bocadillos, pero como era de esperar, Akashi y Murasakibara, no se dirigían ni siquiera la mirada.

—Ya es tarde.

—¡Ah! Tienes razón, Kurokocchi. Será mejor que regresemos.

Se comenzaron a despedir para poder irse, pero ellos dos tenían que ir juntos, ya que sus casas quedaban casi en la misma dirección. Y a Murasakibara no le agradaba mucho la idea por ahora, así que caminó antes que el resto y atravesó la calle sin ver a los lados, por lo cuál casi lo atropellaba un carro que se voló el semáforo.

—¡Atsushi!

Akashi lo empujó con fuerza y él recibió el impacto del auto.

—¡Akashi-kun! / ¡Akacchin! Todos corrieron hacia él y se tuvieron que apartar cuando llegó la ambulancia.

—Sólo pueden subir dos personas.

—Iré yo.

—Y-Yo también.

—No. Iré yo. Tú estás demasiado alterado.

Kuroko y Midorima subieron a la ambulancia y dejaron a Murasakibara en compañía de Kise y Aomine, que llegaron un poco más tarde al hospital.

—¿Cómo estará, Akashicchi?

—No te preocupes. Él estará bien, Kise.

Pasó un buen rato y finalmente salió el doctor.

—Me temo que estará inconsciente algunos días, pero se encuentra bien. Afortunadamente no hay problemas por el golpe en el cráneo y sólo presenta una fractura en el pie derecho y la rodilla izquierda, algunos moretones y cortadas, aunque sería mejor que por ahora no haga esfuerzos físicos.

—Gracias, doctor.

Murasakibara se fue a casa, pero no logró descansar en toda la noche, debido a la culpa que sentía, la cuál lo acompañó por una semana, hasta que fue capaz de ver a Akashi, ya que no le permitían pasarlo a ver.

—¡Akacchin!

—¿Atsushi?

—Lo lamento.

Murasakibara abrazó con cuidado a Akashi, ya que estaba usando muletas.

—¿Lo lamentas? ¿Lamentar qué?

—La pelea que tuvimos. Fui un idiota y por mi culpa estás así.

—¿De qué hablas? No nos hemos peleado y fue mi culpa por no ver al atravesar la calle. Además... ¿Por qué me estás abrazando?

—Eso no es divertido, Akacchin. No hagas bromas así.

—No estoy bromeando.

Murasakibara se sorprendió al escuchar eso y se separó un poco de él.

—A-Akacchin, dime ¿qué soy para ti?

—¿Eh? Mi compañero obviamente.

Murasakibara comenzó a llorar y se abrazó nuevamente a Akashi, que parecía no entender nada.

—¿Atsushi? ¿Qué te pasa? Sueltame. Esto es ra-

Murasakibara tomó el rostro de Akashi y lo besó tiernamente, pero al separarse de él, notó que Akashi se sonrojó inmediatamente.

—¡¿Qué haces?!

Murasakibara se alejó de Akashi sin decir nada y se fue llorando.

—*¿Acaso perdió la memoria por el golpe?*

Murasakibara siguió su camino, aún llorando y al no fijarse chocó contra Kuroko.

—¡¿Murasakibara-kun?! ¡¿Estás bien?!

—Kurocchin...

Se abrazó a Kuroko y comenzó a llorar, mientras le explicaba la situación.

—No te preocupes. Tal vez... Sólo es una broma de mal gusto.

Pasaron los días y sólo faltaba una semana para su graduación. Al ver que Akashi realmente no recordaba lo recordaba, Murasakibara decidió que tal vez lo mejor, sería dejar que las cosas pasaran como era debido, sin presionar a Akashi.

—Akacchin. ¿Realmente no recuerdas que somos novios?

—Lo siento.

—...Todo esto es mi culpa.

—No llores. Por lo que escuché, al parecer, fui yo quien se lanzó a salvarte.

—Pero sí yo... Sí yo no me hubiera comportado así, esto podría haberse evitado.

—Atsushi. Todo estará bien.

Akashi abrazó a Murasakibara, intentando calmarle y al parecer funcionó, pero había algo que no dejaba de inquietarle.

—*¿Por qué no puedo recordar? ¿Qué demonios ocurrió?*

—Akacchin...

—¿Qué pasa?

—Perdón. Dejaré de... Molestarte.

—¿De molestarme?

—Sólo... Recuerda lo que siento por ti y comprende que no quiero que me odies.

—¿Qué sig-?

Murasakibara lo besó fugazmente y se apartó de él.

—Creo que... Aquí nos despedimos. El viernes es nuestra graduación, ¿no?

—¿Qué te-?

—Adiós, Akacchin.

Murasakibara se fue cabizbajo y los siguientes días, se los pasó evitando a Akashi, pero nunca se esperó que su amado, se las arreglara para que se quedasen a solas en el gimnasio.

—Ya me... Ya me tengo que ir.

—Espera. Lo lamento.

—¿Qué lamentas?

—El no poder recordar lo que pasó entre nosotros.

—No pasa nada.

—¿Podríamos volver a casa juntos, Atsushi?

—Supongo...

Finalmente llegó el día de la graduación y parecía ir todo mejor entre ellos dos. Akashi se curó después de vacaciones y decidió vol er a jugar en el equipo de su nueva escuela. Las cosas fueron mejorando entre ellos y a pesar de haber ido a diferentes escuelas, se las arreglaron para poder seguir viéndose.

—Akacchin, ¿ya lo recuerdas?

—Lo siento. Aún no.

Akashi seguía sin recordar su relación con Murasakibara, pero intentaba que eso no arruinara su presente.

—Akacchin, jugaras contra Kurocchin, ¿no es cierto?

—Sí. Espero que sea algo interesante.

—Ánimo. Iré a verte.

Aquel día, Akashi perdió por primera vez y eso le afectó demasiado, pero después de esa derrota podría descansar un poco en sus vacaciones de invierno. El tiempo pasó muy rápido y sus vacaciones terminaron, pero al venir de regreso, él y su familia sufrieron un accidente automovilístico, que dejó a Akashi en coma y a sus padres en estado de gravedad. Murasakibara se enteró y él, al igual que sus ex-compañeros, visitaban a Akashi muy seguido.

Kise y Kuroko decidieron visitar a Murasakibara, al ver que estaba cayendo en depresión.

—¿Murasakibara-kun?

—Estoy bien, Kurocchin.

—No lo parece.

—Kurokocchi tiene razón. Desde que él está internado, te la pasas todo distraído. Ya han sido cuatro meses desde el accidente.

—Tienes que mejorar, Murasakibara-kun.

—Estaré bien... Lo prometo.

Optaron por dejarlo descansar y se fueron. Los días pasaban y Murasakibara seguía su rutina; ir a la escuela, practicar, volver a casa, detenerse a comprar bocadillos y seguir su camino. Esa era su rutina de lunes a viernes, ya que fines de semana, se la pasaba en el hospital visitando a su amado. Todos estaban preocupados por él. Ya casi no comía, no dormía y se la pasaba distraído la mayor parte del tiempo, pero no podían hacer nada por él.

Ya estaba cayendo la noche. Todo parecía ir normal. Caminar de regreso a casa tras la practica, detenerse a comprar dulces y seguir su camino. Ningún cambio en la rutina, pero había algo. Algo que inquietaba a Murasakibara, sentía que alguien estaba viéndolo.

—¡Disculpe!

Murasakibara se petrificó. Esa melodiosa voz le era tan familiar, tan inconfundible, tan añorada. Era esa voz que llevaba meses esperando poder escuchar y que ahora le llamaba. Murasakibara se giró con temor hacia aquella voz.

—¿A-Akacchin?

Él se quedó de piedra al ver a ese joven de vestimenta blanca, test pálida, ojos de color y cabello rojizo. ¿Cómo era posible? Esto no era normal. Akashi... Él estaba en coma desde hace cuatro meses y él lo sabía mejor que nadie.

—Atsushi. Lo siento.

—... —Finalmente lo recordé... Pero lo cruel, es que dentro de poco... Partiré.

—¿Q-Qué?

—Sólo quiero que sepas que realmente lo siento. Te amo.

Murasakibara seguía en shock, así que Akashi se acercó a él y lo abrazó.

—Por favor. Tienes que olvidarte de mí.

—N-No digas eso.

—No quiero que sufras, por favor. Debes olvidarme.

—No. Por favor. No me dejes.

Murasakibara comenzó a llorar y Akashi desapareció. Aquella noche, Murasakibara no pudo dormir y al amanecer, corrió hacia el hospital, donde ya estaban los demás, al recibir la noticia de que Akashi había despertado.

—¿Puedo pasar a verlo?

—Claro, pero él está muy débil. No haga tanto ruido.

Murasakibara pasó a verlo y si corazón aceleró de la emoción, pese al hecho de que Akashi estaba conectado a un respirador artificial.

—A-Akacchin.

—¿Atsushi?

BEEP. BEEP. BEEP. BEEP.

Murasakibara lo abrazó y comenzó a llorar.

—Estoy tan feliz. Te extrañé demasiado.

—Perdón por preocuparte.

—Está bien. No fue tu culpa.

—Atsushi... Lo recordé.

BEEP. BEEP. BEEP. BEEP.

—¡¿Enserio?!

—Sí.

Murasakibara lo abrazó y después se separó de él. Se quedaron hablando un poco, pero de repente el electrocardiograma, comenzó a emitir sonidos cada vez más lentos.

BEEP... BEEP... BEEP... BEEP... BEEP...

—Atsushi. Me siento mareado.

—¡¿Akacchin?!

Akashi notó que su ritmo cardiaco bajaba gradualmente y comprendió la situación.

BEEP... BEEP... BEEP... BEEP... BEEP...

—Atsushi. Dame un abrazo.

Murasakibara acató la petición de su amado, y Akashi con la poca fuerza que le quedaba, habló.

—Lamento irme así. Por favor, sé fuerte.

BEEP... BEEP... BEEP... BEEP... BEEP...

—N-No estés jugando, Akacchin.

—Atsushi. Muchas gracias por todo. Te amo.

Akashi lo besó en los labios, mientras sus ojos se cerraban y dejaban caer esas gotas saladas, poco después se escuchó un sólo ruido, que inundó la habitación, seguido por el llanto de Murasakibara.

BEEEEEEEEEEEP....

En ese instante, llegaron corriendo algunas enfermeras y un doctor, mientras trataban de apartar a Murasakibara de su amado. El doctor intentó hacer reaccionar a Akashi y al ver que no funcionaba, Murasakibara entró en pánico y forcejeó más, así que Aomine y Kagami tuvieron que intervenir para poder sacarlo. Tras unos minutos salió el doctor y habló con pesar.

—Lo siento. No pudimos hacer nada.

Esas palabras rompieron a Murasakibara, que comenzó a llorar fuertemente, al igual que Kise, Kuroko, Kagami, Momoi, Midorima y Aomine.

—Dentro de poco sacaremos al joven.

—Calma, Kuroko.

Kagami abrazó a Kuroko, que parecía comenzaba a palidecer. Segundos después, salieron algunas enfermeras con el cuerpo de Akashi cubierto y Murasakibara comenzó a gritar y forcejear, mientras Kagami y Aomine lo detenían.

—¡Akacchin! ¡No me dejes! ¡Akacchin!

En ese momento, él escuchó un leve susurro y comenzó a gritar con más fuerza y a forcejear, mientras su vista se tornaba negra, hasta no dejarle divisar nada.

—Olvídate de mí.

—¡Akacchin! ¡No me dejes! ¡Akacchin! ---------------------------------------------- ----------------------------------------------

—¡Akacchin! ¡No me dejes! ¡Akacchin!

—¡Atsushi!

Murasakibara abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de que estaba llorando, sudando y estaba demasiado agitado.

—Atsushi. Tranquilízate.

—¡Akacchin!

Murasakibara abrazó a Akashi con fuerza y comenzó a llorar, pero lo que no notó, fue que Akashi también tenía rastros de haber llorado.

—Calma. Sólo fue un mal sueño aquí estoy.

—Te amo, Akacchin. Te amo. Te amo. Te amo.

—Yo también te amo.

Akashi y Murasakibara se quedaron abrazados, hasta que Murasakibara se calmó, pero antes de que Akashi se durmiera, susurró.

—Yo también, soñé lo mismo. Akashi besó con ternura a Murasakibara y se volvió a recostar.

Notas finales:

Gracias por leer. Espero y les haya gustado.


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