Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo hago por él por Akira Uchiha

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Título: Lo hago por él

· Autora: Akira Uchiha. 

· Rating: M [Apto para adolescentes maduros y adultos].  

· Géneros: Drama  

· Pareja: Stony

· Advertencias: Escenas sexuales explícitas e implícitas, vocabulario vulgar, un poco de violación. Universo Alternativo: sip, aquí voy a explayar todas mis ideas locas y como mi mentecita ha ideado una historia extraña sobre mi Stony. . . decirlo en otras palabras. Soy el dios en este fics. Mundo dentro del MCU 

· Descargo de responsabilidad: Naa. . . no tengo derecho de nada sobre Marvel ni los Vengadores ni hago esto por fin de lucro [Porque si fueran míos, haría super canon el Stony en todos los mundos]

Notas del capitulo:

Me siento como una mala persona, haciendo un fics sabiendo que tengo otros fics pendientes. Pero buano solo quería publicar esta historia puesto que me emociono hacer mi primer fics en esta categoria. Voy a probar (tengo mello). 

 

Disculpen si hay faltas ortográficas y. . . ¡Feliz lectura!

 

 

Hacía mucho frío, pero el dolor gélido no se comparaba con el sufrimiento en la cual estabas viviendo justo en aquel momento. Mirabas de manera suplicante, pero el tono de tu voz denotaba enojo con toques de desesperación, un grito silencioso pidiendo que se detuviera y volviera hacia ti, que cubriera su cuerpo y extinguiera el frio que te atormentaba.

Pero no resultó como esperabas, el amor de tu vida se había detenido; pero no te daba la cara. Aun sosteniendo al asesino de tus padres con una mano, pudo deshacerse del escudo del cual reclamabas. El sonido hueco del metal chocar contra el piso no fue lo que fracturó tu corazón. Fue el sonido siguiente que te dejo sin palabras y con el alma en la boca. Un pequeño tintineo de un anillo tocar bruscamente el piso.

 

¡Venga! Señor

Te pareces a un niño

Déjese llevar, mi señor

Entre a mi reino

 

Recuerdas cuando le propusiste matrimonio, fue hace unos dos meses atrás. Quién iba a pensar que el playboy, Ironman, quería casarse y entablar una relación seria con el Capitán América. Fue difícil llegar al corazón del buen patriota norteamericano y amante de la libertad, vaya que ninguna de tus conquistas anteriores pudo sacar algún provecho para acercarse al líder del equipo, puesto que eran mujeres superficiales y vacías; excepto Pepper, eso era obvio, aquella rubia parecía la reencarnación de tu madre y es por eso que siempre ha tenido un lugar dentro de tu corazón, pero no como amante.

 

Steven Rogers, un hombre con costumbres chapado a la antigua. Recuerdas el estado de shock cuando en una de sus peleas cotidianas le declaraste tu amor hacia él. Hubo tiempos difíciles, como aquellos que pasaste cuando el Capitán te evitaba a toda costa, como un conejo le teme a un cazador.

 

Cuando estabas por rendirte, fue el mismo Capitán que te pidió que no lo hicieras; con una suave disculpa ante su actitud, te reveló que le comprendieras y le dieras tiempo para volver a retomar la comodidad al estar junto a ti.

 

Le diste tiempo, también amor y dejaste las armaduras a un lado para que conociera al verdadero Tony.

Steve se enamoró de ti. Eran felices. Claro que las peleas aún seguían presentes, pero eso re fortalecería su relación. Las parejas superan sus problemas juntos.

Eso pensaste. . .

Bucky. Así se llamaba el pequeño problema. No te quejaste de la poca atención que tu pareja te dedicaba cada vez que él pensaba en su anterior amigo, su antiguo amor.

 

“Él me necesita”

 

No quejaste. No peleaste. Pensaste que era comprensible, harías lo mismo si Rodhey estuviera en su lugar. . . pero no lo estaba.

Le propusiste matrimonio, sabias que la relación estaba avanzando demasiado rápido. Sabías que Steve te amaba, pero aquel compromiso no era por amor; era como una cadena en el cuello del Capitán. Estabas comenzando a desesperarte cuando estabas de rodillas con el anillo en mano, diciendo las más cursis palabras nunca antes dichas por tu boca. Todo porque te sentías solo. Amabas a Rogers tanto que te daba miedo. Es por eso que lo presionaste a que acepte. Elaboraste el escenario perfecto y como eras un maldito genio, ingeniaste las palabras correcta para llegar al corazón del Capitán. Lo lograste. Él acepto.

 

“Él me necesita”

 

Siguió con su búsqueda. Tenía la argolla de compromiso en el dedo anular. Él aceptó. ¿Por qué aún dolía? No volviste a quejarte ni pelear. Te decías una y otra vez que confiaras en Steve, que él no te iba a dejar como las demás personas lo hicieron. Tenías una familia con Los Vengadores. Una familia que creíste nunca haberla merecido, pero ahí estaban.

 

Llego los acuerdos de Sokovia.

 

“Él me necesita”

 

No aguantaste. La culpa de las muertes de inocentes te golpeaba duramente contra la mente, odiabas poder tener memoria fotográfica, porque no podías dejar de pensar en los nombres de los fallecidos ni en sus rostros.

Firmaste porque creías que eras un monstruo y un peligro en potencia, eso era lo que te hicieron pensar. Firmaste porque querías cuidar al mundo de personas malas con mentes retorcidas y eso te incluía a ti, jamás te perdonarás por lo de Ultron.

¿Y dónde estaba Steve? Aún te preguntas dónde estaba el amor de tu vida, porque aquel hombre que se rehusaba a cooperar, lo empezaste a odiarlo poco a poco.

 

“Él me necesita”

 

Maldeciste. Gritaste. Peleaste. Estabas herido y querías acabar con aquella maldita existencia de ese asesino que te manchó tu pasado, te golpeó en el presente y al parecer. . . se robó tu futuro.

No te importó luchar contra Steve, querías golpearlo aún más a ese tonto Capitán al no poder comprenderte, al no poder escucharte. . .  Al no haberlo detenido y abrazado. . . por no haber secado tus lágrimas después de salir del lugar, dejando la argolla de oro que le habías dado, con una inscripción que detallaba perfectamente tus sentimientos: Eres mi mundo.

 

Yo cuido los remordimientos

Yo le canto al romance

Yo les canto a mis señores

Que no tuvieron suerte

 

Colocaste el escudo en tu cuarto; estaba maltratado, pero no lo mandaste a arreglar. En tu bolsillo derecho, guardabas fielmente el anillo de oro con la fiel esperanza que el dueño de este viniera a reclamarla.

Pero no paso. . .  solo te mandó un feo celular y una carta de apoyo. . . Mas no su presencia.

Renunciaste a ser Ironman ante una conferencia de prensa. Jugando con tu sortija en mano, hablabas sin mirar a las cámaras. Confesando que no estabas bien actualmente; que querías unas vacaciones para volver a ser fuerte como antes; que el traje podía adaptarse a ti, pero pesaba y dolía al utilizarla.

 

Le dio todo el cargo al Estado, no querías saber nada más de superhéroes, de Los Vengadores ni mucho menos de él.

 

Pepper volvería a encargarse de las empresas Stark, después de haber confirmado tus sospechas. Ella estaba en una relación amorosa con Happy, su chofer. Los felicitaste. Sonreíste amargamente como tus conocidos emprendían caminos que comenzaban a tomar distancia de ti.

Rodhey estaba con sus tratamientos para poder caminar correctamente. Visión apoyaría trabajando para el Estado y tú. . . bueno, tú ya no querías pelear. Querías paz y un hogar. Pero la última cosa te fue quitada. Como si no te merecieras un hogar. Aún soñabas con una todas las noches.

Le agradeciste enormemente a tu equipo que peleo junto a ti en aquella confrontación contra Steve: Rodhey, Vision, Natasha - antes de que huyera-.

Hubieras querido agradecer personalmente al rey de Wakanda, pero perdiste comunicación con él y también no te esforzarte en encontrarlo.

Decidiste alejarte de todos y de todo. Te desaparecerías por un largo tiempo y pediste a tus conocidos que no traten de buscarte, cuando tú estuviera recuperado tanto psicológica, física y emocionalmente, volverías.

 

Míreme, mi Señor

Usted nunca me ha visto. . .

Pero ¿Estás llorando mi señor?

Eso nunca lo habría creído

 

Pasaron tres años, tres maravillosos pero horribles años. No querías pelear más.

Pero estabas allí, con tu brazo de metal perforando el pecho de un hombre. La sangre te había salpicado el rostro, pero no mostraste ninguna expresión.

Te sacaste de encima al pobre hombre y seguiste con tu misión.

 

-Bien hecho, traidor

 

Ese apodo ya no duele, te has acostumbrado. Miraste con detenimiento al hombre de traje militar color negro con un símbolo de una calavera con tentáculos rojos, quien se posó al frente tuyo.

 

Eh bueno, veamos, mi Señor

 

El frío de tus manos junto con los de tus pies dolía ligeramente. No sabes cómo te has metido en esto. No eras el pobre de Bucky, quien le lavaron el cerebro para ser el títere de Hydra. No, tú haces estas cosas por conciencia. Traicionaste a todos tus amigos.

 

Y lo peor de todo esto, es que no te importa.

 

Sonríame, mi Señor

 

Aún recuerdas los momentos vividos hace unos dos años atrás. Nunca pensaste que Hydra te diera lo que tanto necesitabas. Una familia. Un hogar.

 

¡Algo mejor! Un pequeño esfuerzo. . .

 

-Los refuerzos están llegado ¡Stark, prepárate! ¡Mátalos a todos!

 

Cerraste los ojos, eso era lo que necesitabas en ese momento: No pensar. No escuchar los gritos desgarradores de los soldados cuando fueron vencidos fácilmente ante ti. No ver la sangre que dejabas como sendero atrás tuyo. Solo tienes que dejarte llevar, con el único propósito es que al final del día, podrás verlo a “él”; tu razón de vivir, porque si no fuera por su existencia, ya hubieras jalado el gatillo con la pistola en la boca, en ese entonces.

 

¡Ya está, eso es!

Venga, ríase, mi Señor

Vamos, cante, mi Señor

Eso. Sí, baile mi Señor

 

No más arrepentimiento, no más culpas. Solo eras tú contra el mundo. Así lo fue siempre y ahora lo comprendes.

Con un peso menos encima, afrontas tus miedos y arrasas con todo a tu alrededor. Los soldados de Hydra te felicitan, pero sigues sin escuchar. Solo quieres volver a tu cuarto. Quieres verlo a él y hablarle de sus viejos tiempos. Es él quien te mantiene cuerdo en este loco mundo.

Le cantas y abres tu corazón como una vez lo hiciste con el hombre incorrecto.

 

¡Bravo, mi Señor!

 

Él es tu muerte y tu vida. Por él harías cualquier cosa: si es de matar a Steve Rogers, lo harías; si es dejar en bancarrota a tu empresa, lo cumplirías; si es suicidarte, sin chistar lo realizarías; Si es de traicionar a todo el mundo. . .  bueno, es por él que lo estás haciendo.

Lo amas tanto que te has aferrado a su presencia. Por él estas caminando de nuevo. Por él has vuelto a pelear.

 

¡Otra vez, Mi Señor!

 

Cerraste tus ojos, dejaste de pelear contra el frío que te carcomía por dentro. Lo aceptaste.

Eras como un robot para tus superiores, pero tu lado humano salía a flote cuando él estaba presente.

Él es tu familia. Es tu hogar. . . la única que te queda y tienes.

Porque por Richard Parker. . .  cumplirías todas tus promesas.

Notas finales:

Canción: Milord -  Edith Piaf


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).