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Marca por cho-chan

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Notas del fanfic:

Prometo será corto.

Notas del capitulo:

¡Hola! Si, sé que tengo otro fic que esta al punto del hiatus pero esta idea lleva meses en mi cabeza y tenía que sacarla a pesar de todo. He tenido muchos problemas de salud que me han imposibilitado escribir, sin embargo, voy mejorando y creo que puedo seguir escribiendo aunque demore un poco de tiempo.

En fin, este es un tema nuevo para mí como escritora, lo he leído muchas veces en fanfics de otras series pero es la primera en la que me aventuro a manejarlo tal cual. Me disculpo si hay errores ortográficos.

Esta serie no me pertenece así que tengo que conformarme con escribir sobre ello.

 

 

 

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Había tomado mucho de su valor venir a este lugar en específico; no lo habría hecho en una situación normal pero, esto era una verdadera emergencia. Necesitaba saberlo, comprobar que lo que él pensaba no era un simple error y así, poder tomar alguna medida para enfrentar su futura situación.

Sea cual sea el resultado; estaba completamente jodido.

Por un lado confirmar este hecho le causaba un inmenso júbilo que difícilmente podría contener. Por otra parte, tenía miedo. Temía el rechazo de la otra parte, de todos, de sí mismo.

¿Podría hacerlo? ¿Sería un digno ejemplo a seguir?

Él lo dudaba seriamente.

Soltó un largo suspiro y al final se decidió por llamar a la puerta golpeándola un par de veces. Permaneció estático esperando una aprobación del otro lado y rogó a Shinou que nadie más se encontrase en aquella habitación. No quería decirle a nadie, ninguna persona debía enterarse. Sólo podía confiar en alguien en estos momentos y era quien dentro de ese lugar se encontraba.

-adelante- se escuchó la voz femenina que distinguía a la perfección y decidió ingresar a la enfermería con vacilación –Wólfram que sorpresa- la mujer de cabello verde le sonrió ligeramente mirándole desde su asiento, al parecer revisaba algunos papeles -¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? ¿Te has lastimado?- se levantó de su lugar dejando de lado su trabajo dando un par de pasos en dirección al de cabello rubio

-no- su mirada bajó y se encontró observando el piso, no sabía cómo decirlo –yo sólo…- vaciló –necesito que me revises, no estoy herido ni tampoco me siento mal- continuó hablando sin alzar su vista –es muy importante-

-seguro- parpadeó con confusión –siéntate en la camilla y podré revisarte- le indicó el lugar y esperó a que tomase asiento –necesito que te desvistas- le pidió mientras se acercaba a él para revisarle, sin embargo, se detuvo a un par de pasos de distancia cuando un aroma peculiar invadió sus fosas nasales –Wólfram…tú…- le notó incomodo y ella misma le miró con incredulidad; ahora entendía la razón del porque quería ser valorado medicamente.

Gisela cerró los ojos unos instantes y después los abrió dejando de lado su asombro inicial. Era una profesional y no tenía tiempo para esto cuando tenía un paciente al cual atender.

-voy a revisarte- repitió con seriedad, el rubio parecía desconfiado pero terminó por obedecerla y retirar la parte superior de sus prendas dejando al descubierto su blanca piel.

Gisela acortó su distancia y comenzó checando los latidos de su corazón. No había problema alguno, parecía latir con normalidad y sin ningún problema. Sospechando que no tendría algún otro problema le pidió que girara su cuerpo para poder comprobar sus dudas. Renuentemente el blondo obedeció y ella pudo apreciarlo mejor.

 Ahí estaba claramente una marca de emparejamiento.

La mujer contuvo su expresión de asombro y mantuvo su semblante impasible. Antes de hablar debía pensar bien sus palabras.

-¿Cuándo ocurrió?- preguntó en un tono de voz bajo aunque no sabía porque lo había hecho, en la enfermería no había nadie más.

-hace un mes- contestó después de un silencio momentáneo

-pero hace un mes tú…-

-sí, tuve mi celo…- respondió él cortando con las palabras que ella estaba a punto de mencionar –sucedió durante el mismo-

La peli verde se mantuvo en silencio después de aquella revelación sin saber que decir sobre esa situación o sin cuestionar más acerca de algo tan delicado para Wólfram en esta situación. Muchos acontecimientos habían transcurrido en últimas fechas y no tenía que ser demasiado inteligente para saber cómo estos habían afectado (y afectarían en el futuro) de muchas maneras al tercer hijo de la ex reina.

-recuéstate- le pidió para poder palpar su abdomen -¿Has notado algún cambio?- continuó con su revisión superficial –por ejemplo ¿Has tenido antojos de comidas que usualmente no pruebas o un incremento en tu apetito? ¿Experimentas mareos? ¿Tienes nauseas?- una luz comenzó a rodear sus manos y al hacerlo pudo sentirlo; las sospechas de ambos eran completamente acertadas.

Wólfram asintió débilmente –he tenido algo de mareo y pocas nauseas es por eso que….- “que pensé que debía venir” terminó en su mente pero fue algo que la mujer entendió a la perfección sin tener que escucharlo.

-entiendo- Gisela apartó sus manos y se separó unos pasos del otro continuando con seriedad –hiciste bien en venir, aunque no sé como tomarás lo que voy a decirte…- tomo aire antes de proseguir –efectivamente tú….estas en estado de gestación-

Wólfram se incorporó para poder sentarse en la camilla. Sus ojos reflejaron una profunda tristeza al escucharle –ya veo- fue lo único que salió de sus labios antes de bajar su mirada pensativo.

La habitación se llenó de un incomodo silencio entre ambos. El rubio se sumergió en sus propios pensamientos y la mujer no sabía cómo empezar a hablar de nuevo. Ella se sentó a su lado y colocó su mano sobre la del otro en un gesto comprensivo.

-¿Quieres tenerlo?- soltó de repente captando su atención de inmediato –No sé como sucedió todo pero te ayudaré en la decisión que elijas- habló condescendiente –piénsalo ¿Está bien?- le mostró una cálida sonrisa

-Yo….- Wólfram volvió a bajar su mirada pensando, recordando cómo fue que las cosas llegaron a este punto.

“Desearía regresar el tiempo” pensó mientras evocaba los recuerdos de los sucesos de algunos meses atrás. Cuando todavía era el prometido del maoh.

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Era poco más de medio año desde que se había comprometido con el nuevo gobernante de Shin Makoku. Había vivido muchas aventuras con él y, con el pasar del tiempo sus sentimientos por el nuevo rey  se volvieron tan inmensos como el mundo en el que habitaban. Estaba enamorado sí, no podía negarlo más. Yuuri había logrado cautivar su corazón de múltiples maneras y conseguía engrandecer su amor cada día un poco más.

Aunque esto debía ser obvio.

Yuuri era su pareja destinada.

Lo supo desde el instante en el que lo vio y lo reafirmo al conocerlo mejor y convivir con él cada día. Wólfram decidió entonces seguirle a cualquier parte sin importar el lugar, sin tomar en cuenta nada sólo para estar con él y protegerle como correspondía  a pesar de que alguien de su naturaleza tenía prohibido hacerlo.

A veces maldecía esta condición. Se sintió limitado en muchas ocasiones, siempre relegado a tareas que según otro, eran propias de su especie, Sin embargo, él había demostrado que la condición sólo era un estado mental que otros implantaban en tu mente para rebajarte, etiquetarte y menospreciarte. Wólfram se unió a las fuerzas militares con un gran esfuerzo y el doble de trabajo duro sin importarle las palabras e impedimentos que la sociedad tuviese con él o con su esencia.

Él era un omega pero no era uno que fuese débil ni uno que podías mirar abajo. Wólfram jamás creyó en todas las patrañas de “sé sumiso y obediente ante un alfa”. Él no quería ser emparejado a nadie, no quería ser obligado a casarse con un alfa desconocido y terminar pariendo sus crías. No, eso jamás le pasaría. O eso fue lo que pensó hasta que el rey Yuuri llegó a su vida.

El de cabellos oscuros le había demostrado que existía gente diferente, que había alfas distintos a los que conoció en toda su vida. Yuuri, aunque algo torpe era bastante amable, era un hombre justo y que no veía como menos a nadie.

Por eso y mucho más estaba enamorado de él.

Pero, a pesar de que el destino les indicaba que debían permanecer juntos el joven rey no pensaba lo mismo. Yuuri le rechazaba ante cualquier avance que hiciese, incluso Wólfram llegó a pensar que el gobernante era inmune a sus feromonas. Había ocasiones en que pensaba haberse equivocado al pensar que eran destinados y pensó que Yuuri no poseía una naturaleza alfa. Sin embargo todos decían lo contrario. El mismo Shinou lo decía.

¿Podía el rey considerado una deidad estar equivocado?

No, no podía. Era completamente absurdo. Debía existir una explicación lógica que explique la razón del porque Yuuri no percibiera nada. Además de su despiste natural claro.

Quizá sus instintos yacían dormidos al haber nacido y vivido en otro mundo. Pero, el Gran Sabio también fue criado otro mundo y este, a diferencia del rey, si mantenía muy presente su naturaleza.

¿Qué sucedía entonces con Yuuri? ¿Qué era lo que estaba mal?

Wólfram soltó un suspiro con cansancio y continuó su camino hacia la oficina del debilucho que era su prometido. Resolvería ese misterio tarde o temprano.

Alzó su mano para tomar la perilla de la puerta pero se detuvo al escuchar algo que captó completamente su atención.

-¿Has notado alguna vez ese aroma?-

Yuuri levantó su mirada de los documentos que se encontraban en su escritorio enfocándose en la persona de pie a su costado.

-¿A qué clase de aroma se refiere?- cuestionó el hombre de cabello castaño a su lado mirándole con cierta confusión. Levantó un poco el cuello de su uniforme para aspirar el aroma que pudiese desprender, era probable que hubiese sudado debido al intenso calor que venía sintiéndose desde unos días antes y ese era el aroma al cuál se refería el rey. No encontró nada extraño. Bajó su prenda y olfateo el aire, quizá alguna clase de aroma diferente rondaba y no se había percatado de ello –no noto nada inusual- contestó al concluir su inspección. Bajó su mirada a su ahijado e hizo una pausa esperando escuchar a lo que este se refería.

-es algo suave- respondió subiendo su brazo derecho y sujetando su mentón pensativo –es como…- lo meditó unos instantes antes de continuar –…algo dulce, agradable, como flores y un poco de miel- su mirada se poso en la persona a su lado -¿Sabes de que hablo? Quizá son las flores del jardín ¿Pero la miel de dónde proviene?-

-¿Miel?- parpadeó un par de veces el castaño sin dejar de observarle –creo que nunca lo he notado, pero es probable que en la cocina tengan un poco de esta o la estén usando en algo-

-Si debe ser eso- sonrió con ligereza y volvió su mirar los documentos para continuar en su labor con cierto desgano. Yuuri  había pasado toda la mañana firmando la interminable pila de papeles y necesitaba un pequeño descanso, su mano había dejado de sentirse desde un largo rato atrás –pero…- intento continuar con la conversación esperando relajarse con ello –el aroma es más fuerte cuando estoy con Wólfram ¿Le gusta comer miel? Aunque no recuerdo haberle visto haciéndolo ¿Es algún jabón nuevo? ¿Un perfume?- continuó moviendo su mano sobre el papel dejando su firma en este, lo colocó por un lado junto a los demás previamente revisados y continuo con uno nuevo –nunca le he preguntado sobre ello porque no sé cómo hacerlo, pero tengo curiosidad-

Conrad abrió los ojos con sorpresa al escucharle -¿Desde cuándo lo ha notado?- cuestionó manteniendo cierta calma aunque por dentro sentía una enorme curiosidad. Esto era algo nuevo y definitivamente importante.

-desde que llegue aquí- respondió con simpleza -¿Es algo malo?- volvió  enseguida su vista a su padrino -¿Hay algo que deba saber referente a ello?- ladeo la cabeza confuso esperando contestación a su interrogante.

-Majestad…-

-Yuuri, llámame Yuuri- le interrumpió -¿Qué sucede?- enarcó una ceja esperando una respuesta clara a su pregunta

-Creo que es mejor que hable con Gunter- habló con seriedad –le sugiero que lo haga cuanto antes-

-¿Porqué? ¿Es algo malo?- parpadeó aún sin entenderlo

-Lo sabrá cuando hable con él….- el castaño pensó en ir él mismo por el mencionado, debía pedirle que le enseñara a Yuuri acerca de ese tema cuanto antes, era importante que lo hiciera o de lo contrario….no, no, no debía pensar en ello, era mejor resolverlo cuanto antes y hablar con Wólfram más tarde. Era hora de que este dejara de dormir en la misma habitación que el pelinegro.

La puerta fue abierta de repente mostrando a la persona que en ese momento era necesaria –Gunter- sintió un gran alivio al verle entrar en la habitación –justo a tiempo, hay un tema muy importante que su majestad debe conocer y eres el único que puede enseñarle con propiedad-

-¿En serio?- el de cabellos lila se sintió repentinamente feliz ante esa palabras –por supuesto, puedo enseñarle cualquier cosa que desee, nada me haría más feliz que instruir a nuestro majestuoso rey para convertirle en una persona culta y de gran conocimiento- se acercó al escritorio con evidente emoción -¿Y bien? ¿De qué se trata? ¿De qué forma puedo ayudarle a nuestro amado maoh? Prometo que haré todo lo posible y le responderé con toda claridad y veracidad-

-hay un aroma que me parece muy agradable- respondió con una sonrisa nerviosa, Gunter siempre era tan apasionado en algunos temas que tuviesen que ver con él –comentaba que este es más fuerte cuando Wólfram esta cerca, no estoy seguro si deba preguntarle a él mismo y Conrad dice que tú debes explicarme sobre ello-

-¿Aroma?- parpadeó unas cuantas veces antes de asimilar lo dicho -¡No puede ser!- exclamo apoyando sus manos sobre el escritorio golpeándolo y causando un fuerte sonido -¡Su majestad no puede estar unido a ese mocoso!- alzó su tono de voz mientras su rostro reflejaba la alteración por la que pasaba -¡Es imposible!-

-¿De qué estás hablando?- preguntó confuso sin entender ni una sola de sus palabras.

-¡De que su majestad es un alfa y él un omega!- se alejó del escritorio y se puso en cuclillas sujetando su cabello asimilando la situación en la que ahora se encontraban –pero se supone que está tomando ese medicamento para suprimir su lado omega, debería pasar siendo un beta ¿Cómo es posible que su majestad pueda notarlo aún así?-

-¿Alfa? ¿De qué hablas? No entiendo nada- el pelinegro hizo un leve mohín con sus labios –por favor explíquenme de que va todo esto-

El castaño suspiro, camino unos pasos, se puso en cuclillas y coloco su mano sobre el hombro del peli lila –será mejor que se lo expliquemos detalladamente, tenía que enterarse sobre ello en algún momento- comento al consejero brindándole una sonrisa de apoyo –no podemos esconderlo pro siempre, menos ahora que está consciente de ello-

-pero…- algunas lágrimas adornaron el rostro del hombre –está bien…- comento resignado y poniéndose de pie al igual que el castaño –debe saberlo, es por su bien y para evitar que algo suceda- saco un pañuelo de su bolsillo y limpio el resto de lágrimas de su rostro, tomó aire antes de proseguir –es probable que en su mundo no sea así pero en este la sociedad está dividida en tres clases-

-¿Clases?- le miro con atención el pelinegro -¿Tiene que ver con el aroma que mencione?-

-Así es- asintió el de cabello lila –existen tres clases que dividen a las personas en este mundo, los alfas, los betas y los omegas- comenzó a explicar con seriedad –los alfas son personas fuertes, atractivos, con un gran instinto de protección y están a la cabeza de los demás, son buenos lideres y maravillosos como nuestro gran rey Yuuri- a pesar de sus palabras su semblante serio no cambio –sus sentidos son bastante desarrollados y cuentan con una voz de mando la cual puede someter a otros, incluso a otros alfas si es un alfa poderoso-

-Espera…dices que yo soy un alfa…. ¿Soy eso?- preguntó asimilando las palabras y viendo asentir a ambos hombres dentro de la habitación -¿Qué hay de las otras personas?-

-los betas son las personas comunes, en su mayoría los humanos pertenecen a esta clase- continuó –no tienen ningún sentido desarrollado ni alguna cualidad diferente-

-yo soy uno- habló el castaño –quizá por eso no he podido percibir el aroma que mencionó- comentó con una ligera sonrisa

-ya veo….-

-la última clase pertenece a los omega, estos suelen ser más raros que los alfas ya que su natalidad es menor a la del resto y nacen de la unión de un alfa con un omega- comenzó a hablar de nuevo –estas personas ya sean hombres o mujeres pueden engendrar vida dentro de sus cuerpos, lo pueden lograr al tener su periodo de celo, que es cada 3 meses y dura aproximadamente 3 días, durante este tiempo sueltan muchas feromonas que atrae a los alfas e incluso betas si son demasiado fuertes, al igual que los alfas desprender un aroma característico que los diferencia del resto, este varía dependiendo de la persona-

-entiendo…espera ¡¿Qué?!- el rey se levantó de su asiento tirando la silla donde permanecía sentado hacia atrás -¡¿Los hombres pueden embarazarse?!- preguntó con los ojos abiertos -¿Es eso posible?-

-lo es- respondió el mayor de los tres –su cuerpo está adaptado para ello, no están limitados, sólo sus cuidados durante la gestación deben ser mayores ya que suelen ser delicados-

-esa es la razón por la que en este mundo el matrimonio entre personas del mismo sexo está permitido- habló esta vez Conrart –es por eso que su compromiso con Wólfram sigue vigente y fue fácilmente aceptado-

-¡¿Wólfram es un omega?!-  se sorprendió aún más -¡¿Él puede….-

-así es- le respondió con una pequeña sonrisa su padrino, aún había cosas que Yuuri tenía que conocer respecto al tema y esperaba que Gunter le aclarara todo, se giró  a verlo “Quizá no terminará la explicación….”  Pensó con una gotita resbalando por su frente, la seriedad había abandonado al hombre y en cambio el dramatismo había tomado su lugar.

-es por eso que su majestad debe alejarse de ese mocoso- decía mordiendo levemente su pañuelo mientras las lágrimas comenzaban a salir de  sus ojos–un omega y un alfa durmiendo en la misma habitación es indecoroso, seguro Wólfram lo hace para seducir a su majestad y corromperlo en cuerpo y alma ¡No permitiré tal cosa!- gritó con impotencia -¡Jamás lo aprobaré! ¡Su majestad merece a un omega recatado, dócil, tierno….- el hombre continuó con su monólogo por un largo rato.  Él no pensaba rendirse tan fácilmente y terminaría por hablar con el omega rubio para alejarlo de su amado rey antes de que lo inevitable sucediese -¡Nooooooo!- gritó con dramatismo siendo escuchado en todo el castillo aquel grito.

Mientras tanto,  en la habitación real un rubio reflexionaba sobre las palabras que escuchó de su prometido .Yuuri SI estaba consciente del instinto alfa dentro de él, quizá sólo no sabía lo que era ni cómo manejarlo. Ahora esperaba que Gunter o Conrart le explicaran sobre ello. Él no había podido saberlo ya que en cuanto escuchó al hombre de cabello lila hablarle se retiro sin ingresar a la oficina del rey ni hablar con este.

Wólfram se recostó sobre la amplia cama y cerró los ojos. Sería maravilloso si Yuuri se sintiera realmente  atraído hacía él pronto. Rogaba a Shinou por ello ya que, de no hacerlo terminarían alejándose.

 El compromiso terminaría en 3 meses.

 

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Notas finales:

 

 

Espero les haya gustado, intentaré que sea un fic corto para poder terminarlo pronto, quizá tenga menos de 10 capítulos.

En fin, les agradezco por haber llegado hasta aquí y prometo que trataré de terminarlo al igual que el otro fic de perdido.

Si tienen alguna duda o comentario no duden en hacérmelo saber.

 


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