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Lo que él decide. por Adri6

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Kal asumió ser la cordura que Bruce perdió desde el día en que sus ojos vieron al Joker no como enemigo sino como su pareja. Entre otras cosas, ejerció tal presión que el joven millonario no pudo controlar lo que pasaba a su alrededor, todo había cambiado tan drásticamente que le parecía que era tan solo un mal sueño… esto no podía ser verdad… aun no entendía como lo había perdido todo en manos de quien alguna vez considero su amigo.

Dentro de la bañera, Bruce rodeaba sus piernas con sus brazos mientras que mantenía los ojos cerrados, sentía cual desagradable era que Kal estuviera detrás de él acariciando su espalda, lo hacía como si tuviera derecho hacerlo, como si fuesen algo.

“Tienes demasiadas cicatrices” --susurro Kal con la mirada fija en la espalda de Bruce, recorría cada contorno de ellas e imagino como debieron de haberle dolido. Sentía odio por aquellos que dejaron una marca y un recuerdo en su vida. Pero lo bueno de todo, es que desde ahora podía protegerlo, podía controlar quien o que cosa se acercaba a Bruce.

“¿Por qué?” –susurro Bruce de forma cansada, llevaba días sin poder dormir tratando de encontrar tan siquiera una respuesta a aquella pregunta-- “¿Por qué?”

“Porque así debe ser” –contesto a secas. Aparto su mano y tomo la esponja, la estrujo y la espuma se genero de forma generosa, con cuidado comenzó a limpiar aquella piel ultrajada, pero que aun así, era aun pálida y tersa en varias zonas. Para Kal, Bruce no solo es alguien con elegancia y prestancia, era más que eso, es un ser tan bello que debe mantenerse puro, libre de la maldad del mundo que lo rodea.

Kal, estaba seguro que tardaría algún tiempo en borrar cualquier rastro de ese asqueroso vagabundo, sobre todo de forma sentimental, ¿qué le vio?, se preguntaba sin ninguna posible respuesta. “Eso ya no importa” –pensaba, estaba seguro que desde ahora, lograría tomar a Bruce como suyo, solo tenía que ser paciente para que este volviera a ser el de antes y cuando eso suceda, entenderá que su verdadera pareja destinada no era otro más que Kal-El.

“Por favor… dime que le hiciste” –suplico sin importarle parecer o escucharse patético, en verdad necesitaba saberlo, su corazón se hundía día tras día en la incertidumbre, de no saber si debía esperarlo o no.

“… ¿vas a seguir así?... aun estas muy confundido” –continuo limpiando su piel con cuidado

“¡No estoy confundido!” –Grito dolido pero en seguida controlo sus palabras, no era bueno que Kal se enfadara— “…por favor… solo dime si está vivo o muerto… al menos dime eso” –dijo usando un tono de voz algo más bajo de lo normal y de forma conciliadora

Kal pensó detenidamente, ¿era buena idea decirle?... aquello lo mantuvo abstraído en sus pensamientos por un largo tiempo, ¿o era mejor aprovecharse de aquella información?... fue tanta su indecisión que al final no afirmo o negó nada, simplemente se quedo en silencio a modo de respuesta. Retomo su labor de limpiar a Bruce, seguir pensando en ese payaso era sencillamente perder el tiempo, Kal no quería perder el tiempo, al contrario quería enfocarse solo en Bruce, quería disfrutar tenerlo bajo su protección y solo para él.

Bruce comprendió que debía vivir con la incertidumbre de ahora en más, era una terrible carga emocional, casi tan insoportable que no pudo evitar apoyar su frente en sus rodillas y nuevamente llorar de forma amarga. En Joker había encontrado lo que nunca pensó, felicidad, por fin era feliz y de pronto, todo se esfumo para volver a tener una vida sin razón de ser, vacía y angustiante, era como si estuviese destinado a eso y solo a eso.

“No llores Bruce, todo estará bien… me tienes a tu lado” –se acerco hasta que su pecho, abdomen y pelvis rozo en toda su extensión la espalda del murciélago, lo abrazo y con paciencia espero que se calmara. Las piernas de Kal a ambos lados de Bruce generaban una muralla que no podía demoler aunque tuviera kilos y kilos de dinamita.

“No me toques” –susurro enojado y a su vez, intento apartarse

“Bruce… no digas eso… no estoy haciendo nada malo, somos novios así que podemos tener este tipo de contacto” –susurro sobre su oído y después sin evitarlo le beso el cuello, era demasiado tentador tenerlo cerca y no demostrar afecto alguno, sintió cuan agradable era el aroma de su piel y eso le fascino. Cientos de veces había estado a su lado siendo compañeros de justicia pero los detalles íntimos solo se obtienen de esta forma, solo se obtienen cuando dos cuerpos están prácticamente unidos.

Cada noche, Kal usaba su visión para inspeccionar la habitación de Bruce en busca de objetos que pudiera ayudarle a escapar, sabia cuan escurridizo podía ser Batman así que era cuidadoso en ese aspecto. También limpiaba el piso de cualquier rastro de vidrio y objetos que lastimaran a su novio, no quería que este se lastimara o peor aún, intentara atentar contra su vida. También había convencido a Alfred de que su joven amo no estaba mentalmente competente para tomar ninguna decisión sobre su vida, por ese motivo, el mayordomo le dejaba solo con Kal. Ante sus ojos, el Señor Kent amaba a su joven amo y solo quería su bien.

“… aun no puedo entenderlo… sino lo hubiera visto no lo creo… aquel mugriento delincuente se atrevió a tocarte… que horrible debió ser para ti… pero ya paso, afortunadamente lo aparte de tu vida y desde ahora, tu y yo podremos amarnos por siempre” –nuevamente aspiro su aroma y sintió como la dicha invadía su corazón, por fin tenia a quien desde el principio debió ser suyo. Había cometido un tremendo error al esperar que él se diera cuenta por sí mismo de que debían estar juntos, había esperado tanto que otro se le adelanto, ese sucio había ensucio a Bruce.

Aun con la esponja en su mano derecha, la deslizo sobre la rodilla de la pierna derecha de Bruce y continuo avanzando de forma lenta y segura por el muslo, de pronto este se removió al darse cuenta de lo que quería hacer Kal, pero de nada le sirvió, el brazo izquierdo de Superman le tenía atrapado de forma definitiva.

“¡No me toques!” –grito nervioso

“Tranquilo, no lo hare… solo quiero limpiarte… quiero quitar cualquier rastro que pueda haber de ese en tu cuerpo… ya verás que poco a poco te sentirás mejor, mi amor” –beso su cuello con delicadeza mientras su mano por fin llegaba y frotaba la pelvis de Bruce.

“Por favor… somos amigos… ¿recuerdas?... por favor Kal esto no está bien… no puedes estar conmigo de esta forma” –suplico angustiado

“¡¿Y por qué no?! –Pregunto enfadado de que pensara de esa forma—“¡¿Por qué él puede tenerte y yo no?!”

“¡Porque le amo!... me entregue a él por amor” –trato de huir pero finalmente termino derramando lagrimas como si fuese alguien débil y no lo era, no era alguien que vencieran fácilmente pero en cuanto a lo sentimental, su corazón le había jugado una mala jugada, se había vuelto demasiado vulnerable desde aquel día que lo vio por última vez.

Estaba molesto pero al ver a Bruce en ese estado se controlo, sin esfuerzo hizo que se recostara sobre su cuerpo, quería que este se fuera acostumbrando a su cercanía y comenzara a reconocer el cuerpo de quien que desde ahora, le tocaría por las noches por el resto de su vida.

Las burbujas volvían un ensueño aquel momento, los dos ex amigos, lucían como una feliz pareja aun cuando no eran ni felices ni pareja. Kal continúo usando el pretexto de que lo limpiaba para aprovechar de tocar y admirar el cuerpo que siempre estuvo privado para él. El millonario respiraba nervioso, se sabe de más, que el hombre tiene una facilidad enorme para excitarse sexualmente y eso exactamente era lo que temía, no sabía qué hacer si llegase a sentir que Kal tuviera una erección.

“Déjame… ya estoy limpio” –fue lo único que se le ocurrió decir para que esto terminara lo antes posible.

“Aun no… ¿sabes?... creo que esta parte está sucia… muy sucia” –froto la entrada de Bruce con algo de rudeza pero aun así, la esponja se deslizo suavemente generando un tacto extremadamente excitante.

Bruce arqueo un poco la espalda de forma involuntaria pero segundos después, a toda costa trato de controlarse, no debía bajo ninguna forma mostrar placer, eso sería provocarlo y alentarlo para que continuara. Sus miedos se estaban volviendo reales y eso lo obligaba a pensar en alguna solución rápida. Sin más, grito lo suficientemente fuerte para llamar la atención de Alfred, cosa que sucedió, este entro sin anunciarse al baño.

“¿Sucede algo malo?” –pregunto el mayordomo preocupado

Ante aquella presencia, Kal aparto su mano y fingió que nada pasaba, con voz seria le ordeno que preparara la cena, Alfred asintió y se retiro en silencio, cuando nuevamente quedaron solos, la tensión en el aire contrarrestaba con el aroma de las sales de baño.

“… se me olvidaba que eres un chico listo” –susurro sobre su oído— “y eso me encanta” –nuevamente beso su cuello pero esta vez con deseo.

Kal tomo la cintura de Bruce y levantándolo fácilmente, le giro y lo volvió a recostar sobre su cuerpo, al quedar frente a frente, Bruce opuso resistencia poniendo sus manos en el pecho de Kal pero nada pudo hacer contra aquella fuerza sobre humana, sintió como este le besaba en la boca con posesión. Superman había secuestrado un poco de espuma y con ella sobre su mano, recorrió la espalda y nalgas de su novio. Podía escuchar como el corazón de Bruce comenzaba alterarse de forma involuntaria por el tacto y la cercanía, pero aun así, el joven millonario externamente no demostraba nada, seguía obstinadamente rechazando al kriptoniano.

“No soy listo como tu… pero en cambio soy muy fuerte… así que ambos tenemos una ventaja respecto al otro… así que este juego no es desigual” –sonrió y acaricio la mejilla de Bruce, su expresión no era para nada tranquila y era fácil deducir el porqué— “tienes razón… es mejor que salgamos de aquí… porque si continuas estando desnudo sobre mí, querré tenerte… querré hacerte gemir más fuerte de lo que lo hiciste con él”

Aquel comentario hizo que Bruce se sensibilizara, recordarlo era sentir alegría y tristeza a la vez, estar lejos de él y no poder hacer nada, era el peor castigo de todos. Trago saliva y abrió la boca para una vez más preguntarle: “¿está vivo o muerto?”

Kal mantuvo un semblante serio, estaba cansándose, estaba harto de que el Joker siempre estuviera entre ellos. Suspiro y le miro fijamente, su príncipe de Gotham merece a un hombre decente, un hombre de bien. A sí mismo, Kal-El proviene de una raza fuerte por lo que debe buscar una pareja acorde a sus habilidades y su estatus. De los humanos, Bruce es el mejor prospecto de todos, es superior a los demás porque puede salvar al mundo sin siquiera dudar de hacer lo que se debe hacer, eso lo vuelve tan fuerte como lo es Superman.

“…quizás algún día… te lo diga” –aquellas palabras fueron el castigo perfecto para Bruce y su rechazo.

Notas finales:

gracias por leer!!

besos!!


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