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eres mi esposo por kansagisama

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Notas del fanfic:

hola a todos!! luego de escribir mi primer fic de kagehina deseaba tener mpreg a si que aqui mi primer intento de ello. 

bueno les comento: deje el nombre de kenma (como nombre y no apellido) porque me gusta mucho mas como suena asi en vez de su nombre kozume.  tambien tal vez la personalidad de los personajes cambien a como estan acostumbrados verlos en otros fic que lean, de energeticos (hinata) pero no me sale tambien.

 

Notas del capitulo:

ojala y les guste <3

Esa mañana Hinata se despertó a su hora habitual. Incluso mas temprano de lo acostumbrado, se levantó de la cama, se aseo, bajo las escaleras, abrió las ventanas y luego de una vista rápida a la alacena decidió que desayuno preparar ese día. Era gracioso como su vida había dado ese giro tan drástico. Antes, algunos años atrás su madre hubiera movido el mundo entero intentando hacerlo despertar para ir al colegio. Se hubiera pasado la tercera parte de la mañana con el mismo calcetín en mano y la otra mitad del tiempo contemplando a la nada intentando que su cerebro reaccionara. Pero ahora todo era tan distinto. Era mucho más ordenado, en lo que cabía y por supuesto más cumplido. Bueno, eso era normal si lo pensaba por un momento. Ahora él ya no era un estudiante de preparatoria que pasaba sus tardes jugando al voleibol con sus amigos. Ahora él era un adulto, egresado de la universidad de su pequeña ciudad con una carrera de maestro de jardín de niños finalizada y por supuesto, él era padre de familia, felizmente casado con su pareja de mas de 6 años.  Si, ahora el tenia cosas mas importantes en que pensar. Como por ejemplo en que su marido iba a bajar en cualquier momento y el todavía no había terminado de preparar su almuerzo.

 

***

Kageyama despertó notando el espacio vacío de la cama, lo que indicaba que su esposo estaba ya despierto. Se desemperezo y luego de su rutina de aseo camino por el pasillo hasta la habitación continua donde podía apreciar a su bebe dormir en su cama-cuna. Hiyori al igual que Hinata tenia la costumbre de dormir con la boca abierta, mojando todo el colchón mientras dejaba en descubierto su ombligo, Kageyama rogaba porque su pequeña fuera una dama cuando creciera y no se le pegaran mas malos hábitos del pelirrojo pero de igual forma así como a su amado esposo Hiyori terminaba siendo su adorable princesa y la amaría como fuera, aunque claro tendría que enseñarle modales cuando fuera un poco mayor. Luego de acariciar sus cabellos y corroborar que no se ahogaba con su saliva decidió bajar las escaleras encontrándose con el menor que preparaba el desayuno mientras escuchaba la estéreo. Se acercó hasta él quedando justo detrás de su espalda y Hinata alzo la mirada al sentir un cuerpo detrás suyo, sus miradas se encontraron y ese fue el inicio de unas sonrisas coquetas donde ni uno de los dos supo quien inicio el beso, pero que no importaba por el simple hecho de que esa su rutina diaria. Donde solo eran ellos dos absortos del mundo entero. -buen dia señor- dijo Hinata luego de separar sus labios de los de su marido para continuar con lo suyo. Kageyama sonrió sin soltar las caderas del pelirrojo contemplando con mucha atención como freía esos pequeños pulpos de salchicha que tanto disfrutaba comer. -buen día, ¿Dónde está mi taza azul?-pregunto formando un puchero.

-si no esta en la alacena como de costumbre, debe estar sucia- comento. Kageyama giro a comprobar si era verdad, y efectivamente estaba en el fregadero. Suspiro, siempre olvidaba lavar su taza favorita. Se dio la vuelta para ir a refregarla y poder tomar su café  apropiadamente y una vez terminado volvió a tomar la posición de hace unos momentos donde tenia entre sus brazos al menor.

 - ¿dormiste bien anoche?- pregunto. Y Hinata solo ensancho su sonrisa. Kageyama siempre tenía la costumbre de preguntar eso cada mañana como si le preocupara de que algo malo le pasara mientras dormía. Pero lo cierto es que amaba esos pequeños detalles, deseando que siempre fuera así su vida. Alzo la vista notando la hora, que aunque no era muy tarde no era el suficiente tiempo para que Kageyama se alistara y tomara su desayuno apropiadamente.  -aunque quisiera que siguieras besándome el hombro, la hora esta corriendo y aun no te haz cambiado- dijo como sugerencia. De inmediato este lo soltó y corrió nuevamente a su habitación.

 

 

-me voy!!- exclamo dándole un casto beso en los labios al chico que lo despedía.  desde el pasillo para luego besar la frente de que pequeñita que reía con su cercanía. -adiós cariño, buena suerte en tu trabajo- dijo Hinata alzando las manitas de su bebe como si ella saludara voluntariamente.

 -llámame cuando llegues a tu trabajo y cuando regreses a casa- comento Kageyama para posteriormente salir del lugar.  Odiaba que su trabajo no le permitiese buscar a su familia de la escuela pero luego recordaba esos grandiosos bonos que le daban por las horas extras, que simplemente no podía negarse.

***

Llego a su oficina saludando a todos los compañeros que logro ver. No era mucho de hacer amigos pero con el tiempo aprendió que no estaba mal decirle hola de vez en cuando a otros, no es como si aquello lo fuese a matar. -buen día señor gruñón- exclamo uno de sus compañeros más cercano. Kuro Tetsuro. Quien aparte de trabajar en la misma compañía que él, era buen amigo suyo en la universidad. Este se acercó a su cubículo recargándose en el escritorio ajeno con toda la confianza que poseía de años de amistad.

-buen día- respondió. Volviendo a tomar sus cosas para comenzar acomodarlas. Kuro le miro y sonrió. -tan reservado y aburrido como siempre, ni siquiera me regalas una sonría hombre- comento. Con un tono fingido de ofensa. Kageyama le miro de reojo revirando los ojos. El mayor era siempre tan dramático. -tenemos una junta impórtate hoy ¿no deberías estar revisando los documentos?-

-ya los revise anoche cuando Kenma se quedó finalmente dormido. Fue toda una odisea pero finalmente lo termine- dijo. Sintiéndose orgulloso de sí mismo. Kageyama sonrió. Era bueno que su amigo hiciera su trabajo de vez en cuando. -bueno te veo en la sala de junta en un rato, solo espero que no nos manden lejos de nuevo, si es así sacare mi tarjeta de triunfo de "paternidad" y me quedare aquí-

-¿no te cansas de usarla?-

-nunca, son las ventajas de ser padre soltero, y si tengo poder sobre otros prefiero usarlo a mi favor- dijo. Retirándose de su lugar para ir a su propia oficina.

 

***

Dicho y hecho. Esa misma tarde habían sido  citados a una interminable junta directiva donde se planeaba hablar con la directiva de otra muy importante compañía aliada. Y como era de esperarse habían decidido enviar a ambos para el trabajo. Pero Kuro declino la oferta, disculpándose con el consejo por el cargo de su pequeño. Y aunque Kageyama rezaba porque no lo dejara solo en compañía de otro posible compañero inútil, sabía que no podía pedirle eso a el. Después de todo tenía que atender a un pequeño en casa. Y eso hacia que se preguntara lo difícil que sería para el si no tuviera a Hinata a su lado, criando a su hija. Daba gracias al cielo de que ese no fuera su caso.

 

-lo siento hermano, pero no puedo dejar al cuidado de una niñera extraña a Kenma por tantos días, no podría dormir durante todo el viaje- dijo el mayor. Palmeando la espalda de su amigo. Este se encogió de hombros resignado. –si, lo entiendo. Para ti es mucho mas difícil, a mí tampoco me gusta irme durante tanto tiempo pero al menos sé que esta Hinata en casa- comento.

-que suerte la tuya, ojala mi mujer hubiera sido así. Y pensar que yo te lo presente- explico. Con fingida tristeza. Y kageyama solo rio ante eso. Era cierto que le debía mucho a su viejo amigo, que si no fuera por el jamás hubiera conocido a tan maravillosa persona y aun seguiría en sus andadas. Después de todo, Hinata lo había cambiado para mejor.

 

-voy a salir temprano ¿quieres que vaya por tu familia a la escuela?-

-¿puedes hacerlo?- y Kuro asintió. Eso sin duda era un alivio, si algo detestaba Kageyama era que su esposo y su niña regresaran caminando del colegio, siempre terminaba dándole mala espina.

-te lo agradecería mucho- dijo. Sintiéndose mas seguro.

 

****

-niños no corran!!- dijo. Sosteniendo a un par de niños que iban a toda prisa a los columpios. Los pequeños forcejearon hasta lograr liberarse del agarre del hombre volviendo a retomar su divertida corrida. Hinata suspiro solo mirándolos, debía dejarlos divertirse pero claro que iba a estar pendiente de que nada malo les ocurriera.  Sobre todo sabido que los padres de familia estaban llegando por sus pequeños.

 

Termino de acomodar algunas cosas que tenía pendiente en el salón de clases cuando la puerta se abrió y Kenma quien siempre se mantenía quieto a su lado, pintando en la mayoría de las veces, corrió con sus torpes piernecillas hasta la entrada. Hinata alzo la mirada topándose con Kuro quien sostenía en brazos al infante. -hey ¿mucho trabajo?- pregunto el mayor. Ya  cerca de su viejo amigo. Este sonrió al verlo. Abrazándolo. -Kuro! Que gusto verte- dijo sim borrar la sonrisa. -nos vemos casi a diario, bueno esta semana no hemos coincidido- Hinata solo suspiro.

-me ha tocado este mes cuidar de los niños grandes- dijo. Por eso solo hasta el final el día cuando la mayoría de los niños se iba el volvía a la guardería con Hiyori y los otros faltantes.

-es una pena. A Kenma le gustar estar contigo, siempre hace dibujitos tuyos  o de Hiyori, no sabria bien decirlo- explico.

-bueno, entonces te veré mañana Kenma- despidió. Rozando la naricita del menor, este detono en carcajadas intentando colgarse del pelirrojo pero Kuro no se lo permitió por miedo de que cayera si lo soltaba de golpe. - de hecho vine igual por ti,  Kageyama me pidió que te llevara a casa-comento. Hinata se sorprendió pero de inmediato se alegró ante eso. Kageyama siempre iba hacer un paranoico, estaba casi seguro que se debía a que temía que  ellos salieran a caminar solos. A veces se ponía a pensar en la triste vida de adolecente que tendría su hija al crecer. Donde no conocería a ni un chico por culpa de su sobre protector padre.

 

-gracias por la oferta pero aun no terminan de irse algunos niños y bueno...-

-no te preocupes por eso, ve a casa y yo me ocupo- dijo una voz. Al girarse noto a Yachi quien llevaba de la mano a Hiyori. La pequeña se soltó y fue a brazos de su papi. -te debo una!!- dijo. Despidiéndose de ella. 

 

Una vez dentro del auto, con ambos niños acomodados en el asiento trasero, Hinata se sentó junto a Kuro en la parte de copiloto. Tomando paso a su casa -volviste a salir temprano- comento. Y kuro asintió.

 -pido permiso. No me gusta hacer esperar a Kenma mucho tiempo- explico. A Hinata le daba cierta gracia la forma en que su amigo habia cambiado a lo largo de los años. Tiempo atrás jamás hubiera imaginado al moreno siendo tan responsable con otro ser humano que no fuera el mismo. Era verdad que la vida de padre te cambiaba mucho y más si se era padre soltero. -sabes que puedes dejar a Kenma a mi cuidado si es necesario, se puede quedar incluso con Hiyori en casa- Kuro sonrió ante la propuesta. No era mala idea pero no quería sobre cargar a la pareja y menos sabiendo que pronto el pelirrojo tendría mas trabajo estando solo. -lo tendré en cuenta, gracias- finalizo. Llegando justo hasta la puerta de la casa del chico. Este se despidió y se fue con su pequeña en brazos.

 

***

 

Kageyama suspiro saliendo del auto. Ya eran pasado las 4 de la tarde y su espalda se sentía mas rígida de lo normal. Tenia hambre, le dolía la cabeza y lo único que quería era recostarse en el gran sillón de la casa y dormir para siempre. Al abrir la puerta el aroma a la cena le llego de golpe abriendo su apetito. Se encontró con su pequeña quien daba brinquitos en su silla entrenadora y con Hinata quien batallaba por mantenerla en su lugar. -bienvenido- dijo el otro al instante de mirarlo. Y el decidió acercarse, tomándolo de la cintura para acercar su labios y plantarle un beso de "bienvenida".

 - ¿no quiere comer de nuevo?- pregunto alzando la ceja con diversión al ver el tiradero pero el otro negó.

-no, estaba tranquila pero escucho el auto y supo que eras tu- respondió. Limpiando los restos de alimento del rostro de la menor. Kageyama alzo a su bebe sobre su cabeza en son de diversión.

-niña traviesa, ¿estas causando problemas a tu papi? Si no comes no te daré tus besos de buenas noches- amenazo y la niña se abrazó a él restregando su cara sucia en el rostro ajeno, quien hizo lo mismo con cariño. Hinata resplandeció al verlos así, a su esposo tan cariñoso con su hija y ella tan eufórica al verlo. Hiyori amaba a su padre, de eso no tenía duda.

***

-y Kuro me dijo que le pediste que nos fuera a buscar, fue muy amable pero no quiero aprovecharme-

-primero que nada, yo no le dije él se ofreció Y segundo creo que le pediré el favor de que las semanas que siguen vaya por ti- dijo. Mirando a su plato. Hinata no entendió el porque de eso. Normalmente cuando hacia eso era porque el....

-¿vas a volver a irte?- pregunto. Esperando que dijera que no pero su suspiro solo se lo confirmo.

 -seran solo 3 semanas y me iré la semana que sigue- explico. Hinata suspiro, era duro que se fuera casi siempre pero lo entendía. Debía hacerlo por la compañía y sabia que su esposo era de los mejores en lo que hacia sino no lo enviarían tan seguido a juntas y tratos en otras ciudades. Kageyama se levantó de su asiento yendo a lado del menor quien aun se centraba en sus pensamientos. Le acarició los cabellos y luego se inclinó a la atura de su oido. -podemos aprovechar el tiempo que nos queda, haciendo el amor esta semana ¿que dices?- susurro besando la oreja del menor que se sonrojo al oirlo. Dios como iba a extrañar esas noches sin el en su cama.

 

***

La semana transcurrió "tranquila" entre noches apasionadas donde el pelirrojo se abrazaba al cuerpo ajeno sin deseo de dejarlo ir, donde él le mostraba mediante carisias  que todo estaría bien, que pensaría en el cada día y noche. Y el solo atinaba a abrazarse más a su cuerpo, correspondiendo al acto que ambos formaban mediante aquellas firmes y seguidas embestidas proporcionadas por su pareja. Y donde los gemidos eran ahogados en besos. -te amo- dijo un débil Hinata, contemplando el rostro sudoroso de su marido. -yo te amo mas ¿no vas a traer a nadie en mi ausencia verdad?- pregunto divertido y con un toque de posesividad.  Hinata solo rio sosteniendo sus mejillas -nunca- ni uno supo quien inicio el beso pero lo cierto es que no importaba.

 

***

-no olvides traerme lo que te encargué-

-lo se, lo se me lo has recordado mil veces, si hubieras ido conmigo....

-ni me lo recuerdes,  pero así es la vida de un adulto responsable como yo-dijo el moreno riendo y el otro bufo ante el comentario. -tal vez podamos volver a ir a reuniones juntos cuando Kenma crezca- comento. Pero el mayor negó de inmediato. No pensaba dejar a su hijo y mucho menos siendo un adolecente hormonal. -ni en sueños, tal vez Kenma parezca callado pero nada me asegura que no será como su padre cuando sea algo mayor- afirmo. Kageyama solo rio. Su amigo era ya un hombre maduro. -a todo esto ¿con quien iras a la reunión?- pregunto. Tomando rumbo a la salida junto al moreno. Ambos se encaminaron en el pasillo despidiéndose de sus compañeros.

-con un tal Oikawa, no lo conozco realmente- dijo. Y eso no le sorprendió al otro, no era de extrañar que el menor no conociera a casi nadie por mas que llevaran años trabajando ahí.

-es un tipo algo pedante pero es bueno en su trabajo, trata de llevarte bien con él, no lo quieres de enemigo créeme- aconsejo y el asintió.

 

-hasta luego señor Kageyama- exclamo una secretaria quien se había levantado exclusivamente a despedir al moreno, eso no le pasó desapercibido a Kuro, quien ya la había visto hacer eso muchas veces atrás. -oh hasta luego, Kiyoko- respondió. Metiendo unos papeles al portafolio.

Por suerte Kageyama no era el hombre mas observador del mundo y si lo era se hacia el tonto, después de todo estaba casado con un hombre al que amaba con locura, y sabía bien que jamás le seria infiel al menor. Algún día esa linda secretaria nueva se daría cuenta que estaba lejos de su alcance.

 

***

-recuerda llamar cuando llegues al hotel-

-lo se, llamare cada que este libre, no se vayan a desvelar en mi ausencia, no quiero fiestas locas- afirmo y el otro asintió divertido ante eso. -si, prometemos portarnos bien ¿verdad Hiyori?- pregunto. Levantando las manitas de su bebe y ella solo dio brinquitos en sus brazos. -cuídate cariño- despidió finalmente Kageyama besando la frente de su niña para posteriormente besar en los labios a su esposo. Hinata espero todo el tiempo hasta que finalmente abordara el avión  y cuando finalmente despego su vuelo el suspiro. -parece que solo seremos tu y yo por un tiempo nena- exclamo.

 

-Tobio ¿verdad? Yo me llamo Oikawa Tooru; es un gusto, espero que nos llevemos bien Tobio y espero que no me estorbes en el trabajo. Detesto cargar con gente irresponsable y mediocre, Pero si estas aquí conmigo quiere decir que eres bueno ¿no?- Kageyama lo miro alzando las cejas, apenas lo acababa de conocer y ya sentía que lo detestaba. -un gusto también- saludo. Sin duda iba hacer un viaje largo.

 

***

 

Las semanas transcurrieron entre juntas largas, salidas a tomar en un bar "para fortalecer los lazos entre las compañías"  y charlas sin sentido para él, pero todas aceptadas con una sonrisa que ya le costaba fingir. Todo por el bien de la empresa. Cada noche que se lograba desocupar intentaba mínimo dar la llamada de buenas noches a su hija quien medio balbuceaba algo entendible y eso, para él era suficiente.

****

Esa tarde salió por unos papeles importantes, tenía que hacer firmar a uno de los ejecutivos su contrato, después de eso podría dar por finalizado ese viaje e ir a casa. Así que sin perder tiempo se dirigió hasta donde lo esperaban el grupo ejecutivo. Pero su celular sonó y tuvo que atender entre la multitud.

-¿bueno? ¿Kuro, que pasa?- pregunto. Evadiendo a la gente que caminaba de un lugar a otro. -solo llamo para saber como va todo allá ¿ya lograste las firmas amigo?-

-en eso estoy, de hecho voy ahora mismo hablar con la junta directiva para eso- afirmó mas que satisfecho y un grito de júbilo resonó en la otra línea. -excelente, debes estar muy ocupado ahora. Estos viajes  me recuerda a la universidad donde movíamos mundos para obtener lo que queríamos ¿no es asi?- y Kageyama se carcajeo al recordarlo. En efecto, esto era tan parecido a eso. El jamás podría olvidar sus años de estudiante donde era un muchachito inmaduro que...

-cuidado por donde caminas- exclamo alguien que choco junto a el. Kageyama reviro los ojos regresando a la realidad de donde estaba. Nuevamente recordaba que odiaba las grandes ciudades, con sus calles interminables, gente por doquier y autos que se pasaban los altos….

*

*

*

 

-¿...Kageyama? ¿que fue eso? Oye, Kageyama oye!!-

Pero el sonido del teléfono quedo en silencio ante  las voces ajenas que se extendían en la calle, todas reuniéndose entre sí. Voces de gente gritando, otros pidiendo que no lo muevan y muchos otros llamando a una ambulancia.

 

***

 

-¿que te parece si hoy hacemos unas deliciosas hamburguesas? Esto queda entre nosotros. No se lo diremos a papá- exclamo el pelirrojo tomando de la nariz ala pequeña que reía en su sillita. Hinata tarareaba mientras cocinaba hasta que el sonido del teléfono retumbo. -ese debe ser papá, lo voy a regañar porque no ha llamado en todo el día- bromeo.

-¿Kuro? Hola que tal ¿que pas.... ¿que dices?- y en ese momento Hinata juro que el mundo entero se oscureció. Sabía que estaba su amigo del otro lado de la línea pero nada de lo que decía parecía tener sentido. Al menos no para él. Todo quedo en silencio durante todo el transcurso de la llamada, durante el tiempo en el que estuvo de camino al hospital; que ni siquiera lograba  recordar en que momento empaco, cuando compró los boletos y mucho menos cuando estaba ya caminando en el pasillo con su hija en manos y también cuando estuvo frente a Kuro quien lo abrazo. Para el, en esos momento Solo había una habitación blanca, con un hombre dentro  recostado, que el reconocía como su esposo. Y fue indisimulable como su fría expresión cambio a miedo y dolor al verlo conectado para respirar. Se había arrodillado a su lado cuando lo sintió frio, estaba vivo, lo sabia pero estaba tan mal que él no podía dejar de llorar.

 

-es mi culpa, no debí hablarle en ese momento... yo... Dios lo lamento tanto- exclamo Kuro arrepentido sosteniendo a la pequeña en brazos. -¿dónde está el doctor..!!? Necesito que me diga como esta, si ya despertó o que...-

-esta en coma- exclamo. Y el mundo parecía haberse vuelto a detener.

 -los médicos no saben cuándo podría despertar o si el...- y en ese momento llorar parecía ser la única opción. Hinata se aferró al cuerpo de Kuro puesto que sentía que el piso bajo sus pies se estaba derrumbando, todo a su alrededor se había colapsado. El mayor lo sostuvo para no verlo caer y el solo se pregunto ¿que haría ahora?, ¿en verdad podía perderlo? no a su esposo, no a Kageyama, su Kageyama. Él era su familia, él  una gran parte de su mundo.

Notas finales:

y que tal? siento que me salio medio cursi la cosa al principio. mucho beso y amor. espero que esta historia no se vuelva muy larga pero ire viendo como se va encaminando. gracias por leer este primer capitulo; si tienen alguna duda o comentario me encantaria que me lo hicieran saber.

 

gracias y hasta la proxima!! 


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