“¿Se quedaron dormidos los niños?”
KyungSoo hace a un lado el libro que lee al sentir la presencia de su esposo entrar en la habitación luego de que este regresara de acostar a los pequeños en la habitación de su pequeño Tao. JunMyeon asiente mientras suelta un largo suspiro y deshace la corbata de su costoso traje Armani. Hace un hora que había vuelto del trabajo y no esperaba encontrarse con su hijo de cinco años aún despierto junto a su mejor amiguito, esperando por él. Apenas entró por la puerta de su acogedora casa —acogedora por el hecho de que el ambiente familiar que se respira ahí es muy cálido, porque siendo JunMyeon el CEO de la mejor empresa de farmacéuticos de Corea del Sur vive con su familia en una mansión y no en una casa pequeña como puede indicar el adjetivo acogedor—, Tao y SeHun lo abordaron con pequeños saltos de felicidad, cada uno lo tomó de una de sus manos y lo jalaron hacia el interior de la sala pidiendo emocionados por un cuento que tendría que inventar sobre la marcha. Sin resistencia alguna y apenas pudiendo darle un beso casto a su esposo como saludo, se tuvo que dejar llevar por los niños mientras KyungSoo a su espalda lo veía con diversión y ternura entremezclados dejándolos marchar sin interferir en el proceso.
"Sí, después que que les contara un cuento de hadas y dragones. ¿Sabes en la odisea que me meten siempre? ¡Esos niños exprimen mi cansado cerebro" Exclama alzando sus manos de forma dramática pero la sonrisa dibujada sobre el rostro de JunMyeon lejos de mostrar cansancio como pretende su tono, deja ver toda la dicha que su hijo representa en su vida.
KyungSoo deja su posición en la cama para aproximarse a JunMyeon cuando este se ha sentado al borde de la cama con intensiones de desabrocharse la camisa; él lo interrumpe posando sus manos sobre las de su esposo antes de que este saque el primero botón de su ojal. JunMyeon sonríe con dulzura bajando sus manos y recargándose sobre ellas en el colchón mientras deja a KyungSoo seguir por él, el prolijo movimiento de las delgadas y suaves manos de su esposo lo mantienen embelesado hasta que el menor se deshace de su camisa.
"Son niños y tú eres un gran hombre, un maravillosos esposo, pero sobre todo un padre genial. El mejor y más consentidor con un ingenio infinito"
Y a JunMyeon le basta la sonrisa en el rostro de KyungSoo para sentirse gratamente satisfecho. O también un beso. Sí, definitivamente un beso por parte de su esposo sería el mejor pago que podría obtener por un arduo día de trabajo. Porque la felicidad y sonrisas de su pequeño Tao fue suficiente pago para aquel queme de neuronas que tuvo hace un momento al inventarles un cuento para que pudieran dormirse.
"¿Y mi pago es...?" La risa fluye desde la garganta de KyungSoo y suena como música para sus oídos. Sin embargo es el inocente beso que le da el hombre frente a él lo que basta para que JunMyeon recupere las energías perdidas durante todo el día.
"Mi amor eterno" Y no hay respuesta más encantadora y que le guste más a JunMyeon que esa. Con ambas manos toma por la cintura a KyungSoo y lo sienta de frente a él en su regazo. Sus brazos lo envuelven fuertemente y acurruca su cabeza en el pecho de su esposo. KyungSoo le devuelve el abrazo. Y el tiempo transcurre.
Luego de unos silenciosos minutos en aquella posición, las manos de KyungSoo se mueven hacia la nuca de JunMyeon, dulces caricias fluyen de ellas y JunMyeon se relaja en medio de los mimos con un suspiro brotando de sus labios.
Pero al final, y con voz media ronca, JunMyeon responde: "Ese es un gran pago. El mejor junto al de tus besos y al de tus caricias" ríe. "Creo que con esto como recompensa podría contarles por siempre historias de dragones y hadas a los niños. Aunque" pausa por un segundo, frotando su rostro contra la tela de la camisa de KyungSoo en su pecho,"no termino de entender su amor por las hadas, eso es común en las niñas y ¡Auh!" se queja. KyungSoo en medio de las caricias le ha jalado el cabello castaño.
"No tiene nada de malo, no hay nada estipulado para eso" Y hay reproche en la voz de KyungSoo.
"No, yo no digo eso." JunMyeon levanta el rostro y marca un mohín ante el que KyungSoo es débil y por el que recibe un beso en la frente. "Solo creo que nuestro hijo consiente demasiado al hijo de Yifan y JongDae. Por eso he tenido que agregar hadas al cuento"
"Nuestro Tao adora al pequeño SeHun" Con ambas manos en las mejillas de KyungSoo, JunMyeon lo atrae hacia sus labios para compartir un beso que pretende dure para siempre. O al menos hasta que el oxígeno haga falta.
Lento, la boca de KyungSoo se abre lentamente y la lengua de JunMyeon penetra en ella. Suave, con un toque suave ambas lenguas se encuentran, se cortejan e inician una danza donde los participantes se entregan en medio de una melodía simple, tranquila y pausada. Donde luego los toques pasan a ser seductores y la saliva un estimulante que hace a la temperatura de sus cuerpo subir un grado más.
Las manos de KyungSoo se agarran de los hombros de JunMyeon y se mueve encima de él. El bulto en los pantalones de JunMyeon se roza contra el suyo propio y ambos sueltan un jadeo que muere en la boca del otro. Atrevido como pocas veces, KyungSoo lo empuja sobre el colchón y el cuerpo de JunMyeon cae sin resistencia hacia atrás, su espalda se relaja al tocar la textura mullida del colchón y de inmediato la boca de KyungSoo vuelve a juntarse con la suya, y el intenso beso continua.
Con una seducción únicamente conocida por JunMyeon, KyungSoo se mueve sobre él. Restregando su trasero contra la pelvis de su esposo. Los dedos de JunMyeon se presionan fuertemente sobre sus caderas en tanto pequeños gemidos brotan de su garganta. A JunMyeon le fascina cuando KyungSoo, su precioso KyungSoo, muestra este lado suyo. "Amo cuando sacas este lado tuyo a flote". Y se lo hace saber aunque no es como si KyungSoo no lo sepa.
La sonrisa coqueta que nace en los labios con forma de corazón de KyungSoo basta para acabar con el último rastro de cordura que le queda a JunMyeon. "Maldición, Soo, me vuelves loco" le gruñe excitado, KyungSoo le lame los labios y baja por un camino de cortos besos por su garganta. Todo un contraste que puede acabar con él y despertar hasta la más intensa de las lujurias.
"Esa es la idea, que me tomes con fuerza y sin ninguna gentileza" Apenas termina la oración se encuentra siendo apresado entre el febril cuerpo de JunMyeon y el esponjoso colchón.
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JunMyeon y KyungSoo no han tenido la precaución de asegurarse que la puerta de su habitación esté cerrada. Porque ahí, a través de la puerta entreabierta, dos pares de inocentes ojos miran sin comprender mucho como los padres del mayor de los dos parecen comerse a besos.
Tomados de la mano, Tao y SeHun se habían levantado de la cama porque SeHun le había dicho a Tao que no ha tomado su vaso de leche aún. Y Tao, siendo quien es, había espantado el sueño de sus ojitos y tomado de la mano a SeHun para llevarlo hasta la habitación de sus padres. Y pedirle a papi —KyungSoo— por favor si podía darles una vaso de leche a cada uno. Tao apenas vio la puerta de la habitación de sus padres se estiró sin soltar la manito de SeHun para tomar el picaporte y empujar la puerta. Ahí sus papás estaban acostados el uno sobre el otros mientras se daban besitos. Lo bueno de la situación era que aún no habían llegado a nada más explícito que pudiera afectar las mentes de los curiosos e inocentes niños.
Tao se vuelve hacia SeHun en el momento exacto en el que su papá apresa entre su cuerpo y la cama a su papi, mientras escucha la voz de su papá diciéndole a su papi cuánto lo ama, cómo no podría vivir sin él y la voz de su papi contestándole que él lo ama todavía más; entonces SeHun enfoca sus ojitos en Tao.
"Hunnie cuando estemos grandes como mi papá y mi papi, ¿vas a quererme así mucho como mi papi quiere a mi papá verdad?
La seriedad y la ingenuidad con la que sonaba la dulce voz de Tao derretiría hasta el corazón más frío. El pequeño SeHun de cuatro años, que llevaba abrazado el peluche de dragón favorito de Tao con su brazo libre y que el otro le había permitido tener por toda esa noche, inclina su cabecita y le mira con sus preciosas orbes llenas de ingenuidad y admiración. Porque todo lo que dice Tao para él es algo correcto, es verdad, y la verdad es buena su papi le dice siempre.
"Pelo pala esho tenemosh que eshta cashados como tush papásh y mis papásh. ¿Qué pasha shi me casho con otlo niño?" SeHun y su problema al hablar es algo que lo hace ver más tierno de lo que ya es. Tao frunce su ceñito no gustándole lo que ha dicho SeHun de casarse con otro niño. Porque para él es más que obvio que SeHun y él deben de casarse porque ellos se quieren mucho. Se inclina hacia adelante hasta que su naricita se roza con la del pequeño SeHun. "Hunah no puede casarse con otro niño porque Hunah es de Tao" le dice como recuerda le ha dicho su papá a su papi cuando ellos están jugando a molestarse, porque su papi le explicó que ese era un juego y no estaban peleando como Tao llorosamente creyó. Aunque no entiende porque es divertido jugar a molestarse pero prefiere eso a pensar que sus papás pueden estar peleando de verdad. También recuerda a su papá dándole un beso a su papi después de decir aquello, por lo que Tao sube sus manitos hasta la carita de SeHun y tomándolo por las mejillas junta sus boquitas en un piquito que dura tan solo un segundo. "Por eso, Hun va a casarse conmigo porque somos novios, y solo los novios se dan besitos dice mi papá, ¿entiendes Hunnie?" SeHun abre sorprendido su boquita ante el razonamiento de Tao y asiente sonriendo, de esa forma que a Tao lo hace sentir contento porque las media lunas que se forman en los ojos del otro menor son muy bonitas.
Ambos menores se olvidan de lo que fueron a hacer a la habitación de los padres de Tao y regresan a la habitación del infante mayor con una tierna promesa latente en sus mentes.
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