El principio del fin de la vida perfectamente ordenada de Oh Sehun llegó una ordinaria noche de sábado.
Su novia estaba acurrucada a su lado, la cabeza en su hombro, mientras observaban su serie favorita.
—¿Cariño?— Murmuró Mila durante una pausa comercial.
—¿Hmm?
—He estado pensando...
Sehun miró su oscura cabellera. —¿Qué?
Los dedos de Mila jugaron con el dobladillo de su camisa. —Yo... ¿Qué piensas sobre intentar algo nuevo? Quiero decir sexualmente.
Sehun la miró con curiosidad. Mila normalmente no era tímida cuando se refería al sexo.
—Claro.— Respondió con una leve sonrisa, enterrando sus dedos en su pelo y acariciando su nuca. —¿Qué quieres?
Mila se mordió el labio y lo miró sus ojos grises llenos de vacilación. —¿Qué acerca de un trío? ¿Con un hombre?
Su sonrisa se congeló en sus labios antes de desaparecer lentamente.
—No tienes que decidir nada ahora.— Dijo Mila rápidamente. —Tomate tu tiempo y piensa en ello. No hay presión, piénsalo.
Si no hubiera dicho eso, Sehun lo habría rechazado de plano. Pero él la conocía. Era obvio que ella realmente lo quería.
Desvió la mirada. No era muy bueno en compartir sus cosas y creía en la monogamia. Pero se lo debía para, al menos, darle un pensamiento, sin importar lo mucho que le disgustaba la idea de otro hombre tocándola.
—De acuerdo. Lo pensare.
Sí pensó en ello. Estuvo constantemente en su mente por los siguientes días, incluso cuando estaba en el trabajo. El pensamiento de Mila teniendo sexo con otro hombre le dejó un sabor amargo en la boca, pero no estaba celoso, sólo incómodo, serio y ligeramente irritado con Mila.
Ella sabía lo que pensaba sobre tener múltiples parejas sexuales al mismo tiempo, pero se lo había pedido de todas formas. Por otro lado, ignorar la petición de su novia no era algo que haría un buen novio.
Maldita sea. Estaba pensando en círculos. Necesitaba una nueva perspectiva sobre eso.
Terminó llamando a Junmyeon, su primo y amigo más cercano.
En los ultimos meses, rara vez se veían cara a cara, desde que Junmyeon comenzó a trabajar en Inglaterra, pero habían sido cercanos desde su infancia. Siempre podía contar con él.
—Si estás celoso, simplemente di que no.— Aconsejo Junmyeon.
—No estoy celoso.— Respondio recostándose en su silla. —Nunca me pongo celoso, lo sabes. Solo odio compartir lo que es mío.
—No es como si ella te pudiera obligar. Si no deseas compartirla, simplemente dile eso.
—No.— Soltó en un suspiro. —Si le digo que no quiero un trío, va a ponerse de mal humor, hacer pucheros y me dará su espalda fría por semanas. Odio cuando lo hace.
—¿Es realmente algo tan importante para ti?— Preguntó Suho. —Algunos hombres disfrutan viendo a sus mujeres tener sexo con otro.
—Yo no.— Resumió.
Junmyeon se quedó en silencio por un momento antes de hablar con cautela. —Sabes, no es hacer trampa si se hace con el consentimiento de tu pareja.
Sehun miraba inexpresivo la imagen en la pared frente a él. Tenía que hacer un esfuerzo consciente para mantener su voz casual y no sonar brusco.
—¿Tienes algún otro consejo señor obviedad?
Junmyeon dejó escapar un suspiro. —No creo que ella tenga derecho de presionarte para que hagas algo que no quieres, pero por otro lado... Las buenas relaciones están basadas en la confianza.
—Lo sé.— Murmuró pellizcándose el puente de la nariz. Esa era la razón de estarlo siquiera considerando. —¿Cuándo vendrás a casa? Estás agarrando un pretencioso acento británico.
Junmyeon rió. —En un par de meses, de hecho. Tengo unas vacaciones acercándose.
Cuando colgó un par de minutos más tarde, cerró los ojos y permaneció sentado por un rato, pensando.
Junmyeon tenía razón, las relaciones se basaban en la confianza.
Apagó su computadora y salió de su oficina, después de asegurarse de que estaba cerrada detrás de él.
—¿Se va a casa señor Oh?— Preguntó su secretaria sonriéndole ampliamente y batiendo sus pestañas.
Asintió, optando por ignorar su coqueteo, como de costumbre. Tiffany era una secretaria excelente, eso era lo importante. Era rápida, inteligente y necesitaba poca dirección. Era buena tratando con clientes, a pesar del hecho de que la mayoría de ellos no hablaban bien el Coreano. Con el tiempo aprendería que su coqueteo era inútil, Sehun no era infiel.
De ninguna manera.
—¿Hay alguna cosa urgente Tiffany?
—No, nada urgente. Yaesuk dijo que casi termina con la traducción del ruso. Debería tenerla para mañana.
Asintiendo, Sehun dejó la oficina. Condujo directamente a casa. A menudo recogía a Mila en la universidad, pero si recordaba correctamente, y siempre recordaba correctamente, sus clases habían terminado temprano ese día.
Mila estaba en casa, como había esperado. La besó brevemente, se quitó la corbata y comenzó a desabrocharse la camisa.
—He pensado acerca de tu idea.— Dijo en voz baja.
Escuchó su aliento quedarse atrapado en su garganta. —¿Y?
—Tengo algunas condiciones.
—Bueno.
Sehun se quitó la camisa y la puso en el cesto de la ropa sucia.
—Primero, él no tendrá completo acceso sexual contigo.
—Oh.— La decepción fue clara en su voz. Él la ignoró.
—Segundo.— Su voz uniforme y controlada. —Será una cosa de una sola vez y se lo dejarás en claro a él.
—Sí. Está bien.— Mila se acercó y apretó su cuerpo contra el suyo desde atrás, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura. Lo besó en el hombro. —Eres el mejor novio.
Sehun abrió la cremallera de sus pantalones. —¿Tienes a alguien en particular en mente?
—Sí, ya he elegido a alguien.— Dijo Mila. —Tenemos unas cuantas clases juntos.
El hecho de que al parecer ella había estado atraída por un tipo en algún momento no le sentó bien, pero no hizo ningún comentario.
—¿Cómo es?— Preguntó en cambio.
Mila se rió. —¿Cómo se supone que voy a responder a eso? Él es más joven que tú, aproximadamente de mi misma edad, veinte quizás.
—¿Apuesto?
Ella se rió de nuevo, enterrando la cara en su espalda. —Él es... muy atractivo, pero no te preocupes, Luhan no es para nada tan apuesto como tú. Todas las chicas me envidian cuando vas a recogerme.— Se quedó en silencio por un corto tiempo. —No estás enojado conmigo ¿verdad? No es que nuestra vida sexual no sea satisfactoria o algo, no podría ser mejor, pero es sólo que...
—Lo entiendo, sólo quieres probar algo nuevo.
—Exactamente. Si tú quieres, en algún momento, podemos tener un trío con otra chica.
Sehun no podía decir que era algo que quería, pero lo aceptó como la rama de olivo que obviamente pretendía ser.
—Bien.
—¡Genial! Le diré entonces. Creo que aceptará. Es bastante fácil.
Sehun reprimió una mueca y se limitó a asentir.