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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Holaaaa….

 

Sdfñalsfjñslae Hahahaha… seee, soy yooo… se que dije que no sabía cuándo comenzaría a subir este fic, pero es que, ¡Joder! Estoy muy emocionada y ya que me pasaron un poco de internet, poso lo subí, por cierto, son las 03:15 a.m. este es solo el prologo, y depende de cómo reaccionen a él, comenzare a subir los demás capítulos, ojala y si les guste… dejare pasar un tiempo, esperando a ver qué les parece, y pues si no les gusta, pos ahí murió… con mucho dolor en mi Kokoro, pero así tendría que ser, porque si no les gusta, ¿Qué caso tiene? Publico para ustedes y si no les gusta, no puedo hacer nada. Sldfkjasñlekjsñ

 

Por quienes están leyendo esto, muchas gracias por  la preciosa oportunidad que le dan al fic.

 

Ya okay, aammm los dejo leer y dejo a su criterio la decisión.

 

Los personajes no me pertenecen, son le increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas.

 

Sin más que decir que, espero que el prologo de este nuevo fic les guste, los dejo leer.

 

PROLOGO

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Las fuertes pisadas del hombre, se escuchaban por todo el pasillo hacia la oficina de la directora del establecimiento. Conforme los segundos pasaban, estaba más cerca de su destino. Mientras, un niño de cabellos azabache y ojos cual obsidiana, se encontraba sentado en frente del escritorio de la directora, el niño no se sentía nervioso o temeroso, pues sabía que las acciones por las cuales se encontraba en dicho lugar, harían que su padre estuviera orgulloso de él.

Unos toques se escucharon en la puerta, y el niño de tan solo diez años, supo que su padre había llegado, con una sonrisa en sus labios, giro sobre la silla en el momento justo en el que la directora le permitía el ingreso a Fugaku Uchiha, un hombre de cabellos y ojos negros, alto y fornido, pero no en exceso, vestía un pantalón formal, de color negro, una corbata del mismo color y una camisa blanca, él era su padre, la expresión del hombre no decía nada, estaba completamente serio, pero al niño, eso no le asusto pues su padre solía ser así.

—Muy buenos días — saludo Fugaku.

—Buenos días, señor Uchiha — dijo la directora, esta, era una mujer de cabellos rubios y mirada chocolate, de prominentes pechos y buena figura. Estiro su mano hacia el hombre y este la estrecho —. Tome asiento, por favor.

Fugaku tomo asiento junto a su hijo. Su forma de moverse era elegante, y de igual forma era al sentarse. Sus ojos fijos en Tsunade, la directora, en ningún momento volteo a ver a su hijo.

—Sere clara y honesta — dijo Tsunade —. Sasuke se peleo con unos niños, un grado mayores que él.

—Y les gane — dijo con orgullo.

—Guarda silencio — ordeno su padre, voz fue dura, Sasuke, esta vez, si se sintió intimidado —. ¿Cuáles fueron los motivos? — cuestiono. Sasuke sonrió, estaba seguro que su padre lo felicitaría al saber porque se peleo con esos niños tontos.

—Los niños a quienes golpeo, aseguran que solo querían hablar con él, y otro amigo con quien se encontraba en ese momento, pero Sasuke no quiso, los niños insistieron y entonces él los golpeo.

Sasuke abrió la boca, completamente estupefacto.

—¡Eso no es cierto! — dijo —. ¡Ellos lo estaban molestando, lo estaban insultando… lo estaban golpeando!

—Guarda silencio, Sasuke — ordeno su padre una vez más, pero esta vez, si volteo a verlo, Sasuke sintió como una corriente eléctrica bajo por su espina dorsal, al observar los ojos de su padre, serios y fríos.

—Pero yo solo lo estaba defendiendo — dijo, negándose a que su padre se molestara con él, sin conocer los verdaderos motivos por los cuales se encontraba en la oficina de la directora Tsunade —. Ellos fueron los que empezaron, padre, no yo.

—He dicho, que guardes silencio — Fugaku desvió la vista, dando a entender con ese acto, que no quería escuchar ninguna otra palabra, salir de los labios de su hijo —. ¿Es verdad el testimonio de los niños? ¿Verificaron y están seguros de su versión de los hechos? — ahí estaba él, hablando como si se tratara de un caso más en su trabajo, pues Fugaku Uchiha era detective de homicidios, en la Jefatura de Policía.

—Lo hemos hecho, señor Uchiha — dijo Tsunade —. El otro niño que se encontraba presente, dio su versión, y hemos llegado a la conclusión, de que este niño, dice la verdad, pues hay baches en la versión de los niños mayores.

—¿Cómo cuales? — cuestiono Fugaku, entrando en modo detective.

—Por ejemplo: hablan de que Sasuke se balanceo hacia ellos, y comenzó a golpearlos, mientras los niños simplemente se quedaron en modo defensivo, pues no querían pelear con un niño menor, y obtener un castigo. Pero la versión de este otro niño involucrado, relata todo lo contrario, dijo: que los niños mayores habían estado molestándolo desde hacía varios días, semanas, pero no quiso decir nada, pues estos lo habían amenazado, entonces, hoy era el mismo caso — Tsunade se encontraba con los brazos sobre el escritorio, observaba a Fugaku a los ojos, este, la escuchaba atentamente —. Los niños estaban diciéndole groserías, así como agrediéndolo físicamente, hecho que está confirmado, pues las lesiones en su cuerpo, no pudieron ser hechas por Sasuke, pues este niño afirma, que Sasuke observo cómo lo lastimaban, y fue en su ayuda.

Fugaku dirigió la vista hacia su hijo, Sasuke sonrió levemente, estaba seguro que su padre creía esa versión, pues no era más que la verdad.

—Ya veo — respondió el hombre — ¿Y me encuentro aquí, porque…?

—Lo que Sasuke hizo, con buenas o malas intenciones, no significa que no merece un castigo. Se peleo con niños mayores, los cuales están en la enfermería. Obviamente, Sasuke no será el único con una sanción, los otros dos niños involucrados, también recibirán un castigo.

—Comprendo.

Fugaku no lo dijo, pero realmente sentía una pizca de orgullo hacia su hijo, pues él, cómo detective de la policía, no toleraba las injusticias, además el hecho de que Sasuke pudo con dos niños mayores que él, sin salir lastimado. Decidió que el castigo que le impondrían, no sería un motivo para molestarse con su hijo.

—Y este otro niño, ¿Quién es?

—Uzumaki Naruto — respondió Tsunade.

Ante el nombre mencionado por la directora, Fugaku reacciono al instante. Conocía a ese niño, sabia de sobre quién era. Pues él, personalmente, habían llevado la investigación del asesinato de los padres del pequeño Naruto. Pero no conocía a Naruto solo por ello, al menos, no era por ello que lo recordaba. Pues al no haber testigos del asesinato, más que el niño, pues él había estado presente, no hubo más opción que interrogarlo, y en su versión de los hechos, el niño afirmo que el asesino de sus padres, había sido un monstruo, y que él se salvo, gracias a un Zorro Mágico del tamaño de un gato, quien con sus mágicos poderes, había ahuyentado al monstruo.

Los oficiales decidieron no interrogarlo más en ese momento, pues obviamente el niño se encontraba en un estado de Shock, pero, eventualmente tuvieron que hacerlo de nuevo. Y fue la misma historia, Naruto no cambio en nada su relato, afirmaba que a sus padres, los había asesinado una monstruo, un demonio, y a él lo salvo un Zorro mágico. Por obvias razones, no tomaron en cuenta su testimonio.

Continuaron con la investigación utilizando otros métodos, los cuales fueron efectivos, al final, encontraron al responsable, ese sujeto, tenía la manía de utilizar una máscara y ropajes extraños, a la hora de asesinar, pues no solo había asesinado a Namikaze Minato y Uzumaki Kushina, sino que otras víctimas más habían estado en sus manos.

Fue Fugaku quien hablo con Naruto, para explicarle lo sucedió, aclararle que sus padres, no habían sido asesinados por un monstruo, sino una persona utilizando una máscara. Lo cual, Naruto comprendió, pero su versión del Zorro Mágico, fue otra historia, el niño asegura que había visto a un pequeño Zorrito, y este lo habían ayudado a continuar con vida, pero inmediatamente después, desapareció. Fugaku estaba al tanto de que el niño se había quedado solo en el mundo, hizo lo posible porque él quedara en buenas manos, un amigo de los padres del pequeño rubio dijo que se haría cargo de él. Y según tenía entendido el hombre, pues hablaba con el tutor del niño, de vez en cuando; transcurridos tres meses desde la muerte de los esposos, Naruto continuaba asegurando haber visto a ese Zorrito, lo cual era inquietante, pero más perturbador era, el hecho de que, hacia un mes, el pequeño rubio afirmaba la existencia del Zorro Mágico, alegando que se había presentado ante él, y ahora eran amigos.

Para Fugaku era obvio, el niño quedo mal, mentalmente, luego de presenciar el asesinato de sus padres, lo peor, era que el niño se negaba a asistir a terapias, e insistía que en podía ver y hablar con esta criatura, quien creía y afirmaba Fugaku, no era más que una creación de su mente, pues al presenciar algo tan traumático, el niño mismo había buscado una forma de reponerse a ello, y no estar solo.

Todo encajo en la mente de Fugaku, ahora comprendía porque los niños mayores estaban agrediendo física y verbalmente a Naruto. Pues ante los ojos de ellos, Naruto estaba loco.

Huérfano y loco.

Fugaku volteo a ver a su hijo, este tenía una sonrisa orgullosa en sus labios, la sonrisa de un niño que creía fielmente en que no había hecho nada malo. Lo cuál hasta cierto punto, era cierto.

Tsunade prosiguió a explicarles en qué consistía la amonestación que le seria impuesta a Sasuke, este no estaba muy feliz, pero la acepto, pues todo era por ayudar a Naruto, Fugaku tampoco dijo nada, solo asintió y afirmo que su hijo merecía dicha amonestación, dejaron la oficina de la directora luego de una cordial despedida, yendo directamente hacia el auto del hombre, recorrieron todo el camino sin decir ninguna palabra.

Una vez con el vehículo en marcha, Fugaku hablo.

—¿Son amigos? — cuestiono, Sasuke comprendió.

—Si — respondió, con una sonrisa en sus labios.

—¿Te ha hablado del Zorro Mágico?

—¡Sí! — Sasuke se mostraba emocionado —. Todos le dicen cosas groseras, pero yo sí creo que él dice la verdad. Sé que no debería decir eso, pues yo no he visto al Zorrito, pero yo lo sé, Naruto no miente — su padre lo había observado por el rabillo del ojo, mientras hablaba, había visto la sonrisa en sus labios, y la seguridad con la que hablaba, mientras serpenteaba su mano en el viento.

—Sasuke — dijo, el niño volteo a verlo dándole toda su atención, Sasuke aun sonreía —. No quiero que vuelvas a hablar con Naruto, quiero que dejen de ser amigos.

Sasuke tardo unos segundos en procesar las palabras que habían salido de los labios de su padre, cuando comprendió que era lo que había dicho, abrió los ojos como platos, con total indignación.

—¿¡Como puedes pedirme algo así, padre!? ¡No lo hare! ¡Naruto me agrada, quiero ser su amigo!

—Este tema no está a discusión, Sasuke, dejaras de juntarte con él, y punto.

—¡Pero, Padre…!

—¡Pero nada, Sasuke! He dicho todo, no te atrevas a desobedecerme.

Sasuke se mordió la lengua, mientras aguantaba las aganas de llorar. El quería continuar siendo amigo de Naruto, él le agradaba, era un chico un tanto raro, pero era muy agradable estar en su compañía, el único que había llamado su atención como para entablar conversación con él. Su instinto le dijo que él era un buen chico, y no estaba equivocado, con forme más tiempo pasaba en compañía del rubio, más creía que Naruto no estaba loco, y que el tenia una visión de lo extraordinario que habitaba el mismo mundo que los humanos, pero que nadie podía verlo, pues no creían en la magia, y aunque Sasuke creía, estaba seguro que no bastaba creer, sino tener la confianza de esos seres, para así revelar su forma a esa persona.

Y eso era lo que Sasuke quería, quería ganarse la confianza de ese Zorrito, quería que él se mostrara ante sus ojos, quería ser digno de verlo, al igual que lo era Naruto. Pero su padre no comprendía nada, no entendía que Naruto no estaba loco, solo que él si era digno de ver cosas que las personas normales no podían ver, la magia del mundo. Comprendió que su padre también creía que Naruto estaba loco, pero no lo estaba, sin tan solo pudieran darse cuenta. Si tan solo pudiera conocerlo, estaba seguro que vería la verdad.

Naruto era especial.

El pequeño azabache se mantuvo callado mientras iban en el automóvil de su padre, no fue mucho el recorrido, pues el pueblo donde Vivian, «Konoha», aunque era muy moderno e industrializado, no era pequeño, pero tampoco enorme, las personas podían ir y venir de un lado a otro, además, Konoha estaba junto a un gran y hermoso bosque, con arboles grandes y fuertes, mucha vegetación; llegaron a casa en unos cuantos minutos, Sasuke no dijo nada mientras se bajaba del auto y caminaba directo hacia su hogar, luego hacia su habitación.

Sabía que protestar no haría cambiar de opinión a su padre, y por ello era mejor no hacerlo. Pero el pequeño azabache, simplemente no podía aceptar el alejarse de su único amigo. Fue por ello, que a pesar de la advertencia de su padre, de no desobedecerlo, Sasuke hizo exactamente eso, lo desobedeció.

Continúo frecuentando a Naruto, continuo siendo su amigo, continuo creyendo en sus palabras, continuo pensando que era especial, que era digno de la confianza de las criaturas mágicas que habitaban el mundo, pues estas, dejaban que él pudiera verlas. Sasuke era feliz estando junto al pequeño rubio, era tan sonriente y alegre, se divertían mucho uno al lado del otro.

Un día en especial, Sasuke dijo a su padre que tenía que salir a hacer una tarea de la escuela, su padre le dejo ir, sin pedir explicaciones, pues estaba seguro, confiaba en que su hijo le había obedecido cuando le dijo que se alejara de Naruto. Y Sasuke estaba utilizando esa confianza a su favor, estaba mintiéndole a su padre. Pues no iba a hacer ninguna tarea… iría con Naruto al cementerio, a ver los padres del pequeño rubio, luego, Naruto le había dicho que había encontrado una hermosa cascada en el bosque, y que no estaba muy lejos.

Ese día era especial para el rubio, y Sasuke no podía negarse a su petición, no, no quería negarse, que era algo muy diferente. Naruto cumplía once años, y el pequeño azabache solo quería verlo reír, y no lo hacía por el rubio, lo hacía por él, porque le encantaba ver como sus azules ojos brillaban y como sus labios formaban esa hermosa sonrisa que pronto, más pronto de lo que espero, comenzó a amar.

Había acompañado a Naruto a visitar a sus padres, y luego corrieron hacia el bosque, efectivamente, la cascada no estaba muy lejos; los niños se pasaron la tarde riendo y disfrutando, bañándose y refaccionaron unos pequeños emparedados que Sasuke había llevado. Ese día en especial, Sasuke lo recordaría, Naruto estaba feliz, muy feliz, y Sasuke lo era, al serlo el rubio. Las horas pasaron entre risas y felicidad, hasta que la hora de marcharse llego, el pequeño azabache acompaño al rubiecito a donde estaba viviendo, estuvo con él unos minutos, pero eso basto para que en el horizonte, el sol comenzara a ocultarse, luego se fue, pero dos pasos dio fuera de la residencia, cuando fue capaz de observar el automóvil de su madre, enfrente de la acera.

Mikoto era una mujer joven y hermosa, amorosa, buena madre. Sus cabellos eran del mismo tono que los de Sasuke, sus ojos igual a dos pedazos de obsidiana. Sasuke, completamente temeroso, camino hacia el vehículo.

—No le digas a padre, por favor — Mikoto sonrió.

—Lo lamento, Sasuke, tú padre te ordeno no ver más a Naruto, confió en ti y te dejo salir de casa, pero tú desobedeciste. No puedo ocultárselo.

Completamente resignado, el pequeño azabache subió al auto, un par de minutos de camino, observo como su madre giro en cierto lugar, tomando un atajo. Sasuke estaba decaído, estaba más que seguro que su padre se sentiría decepcionado, le regañaría, perdería su confianza y de paso, esta vez si no podría continuar siendo amigo de Naruto.

Mikoto pudo apreciar claramente la aflicción en el rostro de su hijo. Sonrió con ternura.

—Si prometes no volver a desobedecer — dijo ella, observándolo desde el espejo retrovisor, pues Sasuke iba en el asiento trasero del vehículo —, yo no le diré a tú padre.

Sasuke lo pensó unos minutos, llego a la conclusión que no tenía más opción.

—Lo prometo — respondió el pequeño azabache, fue capaz de observar la sonrisa satisfecha en el los labios de su hermosa madre.

Y en cuestión de segundos, todo se derrumbo, un dolor agudo le azoto el cuerpo y lo hizo estrellarse contra la ventana en repetidas ocasiones, el automóvil giro completamente varias vueltas, removiendo el pequeño cuerpo de Sasuke, de un lado hacia otro, golpeando en repetidas ocasiones, hasta que el vehículo al fin se detuvo, pero Sasuke no se movía nada, pues había quedado inconsciente.

Sus ojos se abrieron lentamente, lo primero que observo, fue la oscuridad del cielo, pues en este no se veía la luna, completamente desorientado, intento ponerse de pie, pero inmediatamente el dolor atravesó cada pequeña parte de su cuerpo, con gran esfuerzo, y sintiendo como de sus negros ojos salían lagrimas, logro ponerse en pie, fue capaz de distinguir que se encontraba en el asfalto, su pequeño cuerpo estaba lastimado en demasía, había sangre sobre su sienes y vidrios incrustados en su bracitos, su piernas dolían horrores;  no muy lejos de él, estaba el automóvil de su madre, completamente destrozado y en llamas.

Gimoteo, pensando en que su madre se encontraba dentro del vehículo, pero su madre no estaba ahí, ella también se encontraba tendía en el asfalto. Pero lo que sus ojos de obsidiana observaron, lo hizo estremecerse.

A unos metros de él, estaba el cuerpo de Mikoto, cubierto de sangre, pero ella no estaba sola, a un costado de ella, estaba un pequeña figura, un pequeña figura que a pesar de la noche, logro ver perfectamente, su pelaje era esponjoso y de color rojizo, no más grande que un gato adulto, Sasuke lo vio, como los dientes del animal, estaban contra el cuello de su madre, y como esta no se movía, había sangre alrededor de la mandíbula de esa criatura y alrededor del cuello de Mikoto, y entonces, entonces la criatura volteo a verlo.

Sus ojos grandes, rojos y con pupilas alargadas, se clavaron en él. Brillaban en un tono carmín muy intenso.

 

Y despertó.

 

Sasuke abrió los ojos de golpe, lo primero que vio, fue el techo de su habitación. Se quedo inmóvil durante unos cuantos minutos, sintiendo como su corazón latía con fuerza dentro de su pecho, y como su cuerpo sudaba. Intento tranquilizarse, lo que fueron minutos, cuando al fin lo consiguió y su respiración y latidos estaban normales, cerró los ojos con fuerza.

Ahí estaba esa pesadilla, esa que lo atormentaba solamente en cada aniversario del fallecimiento de su madre.

 

Notas finales:

Y hasta ahí llego

 

¿Y qué tal?

 

¿Qué les pareció?

 

¿Les gusto?

 

Yo espero que sí, se que estuvo un poco raro, pero esto es solo el prologo, los siguientes capítulos serán más entretenidos… eso creo (susurra). No tengo mucho que decir, más que rogarle a Raziel, porque les haya gustado.

 

Yo espero y el prologo de este nuevo fic, si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto, y si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.

 

Que el ángel cuide de sus hermosas almas, besos y abrazos para todos, amor y paz…

 

Judith…


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