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El retrato a carboncillo (ONE SHOT) por Euridice

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Notas del fanfic:

¡Hola! Sé que tendría que actualizar "Rockea mi corazón", pero este pequeño fic me ha estado dando vueltas en la cabeza desde hace mucho y decidí de una vez por todas escribirlo antes de que se me vaya la inspiración. Es un one shot, como verán, de una parejita a la que nunca le dediqué ningún fic, y bueno, si bien creí que mi fic de aniversario sería de mis adorados Milo y Camus, rompí un poco el esquema y usé una pareja nueva para mí.

 

 

¡¡Espero que lo disfruten!!

Era un día como cualquier otro para los santos de Athena, excepto para dos de ellos y los mismos eran  Dohko y Shion; el primero había ido a ese orfanato en Italia para encontrar a un chico llamado Tenma, a quien el caballero de libra entrenaría con la misión de convertirlo en el portador de la armadura de Pegaso. Shion tan solo iba a asistir a su camarada en la búsqueda del chiquillo, o al menos esa era la excusa que le había dado al patriarca para ir junto al libriano, porque la realidad era que el caballero de Aries hacía muy poco había comenzado una relación con Dohko, a ocultas del pontífice, por supuesto, y buscaba algún momento a solas para consumar con el caballero de libra el ferviente deseo que guardaba en su interior. Luego de una ardua búsqueda, los muchachos dorados finalmente encontraron al chico en cuestión y pudieron darse un tiempo para descansar; mientras Tenma estaba correteando por ahí, Dohko y Shion se quedaron a solas en una habitación en la que se hospedaban mientras buscaban al futuro Pegaso.

 

 

 

Estuvieron unos largos minutos conversando y mirándose con timidez, hasta que el impetuoso santo de libra no pudo contener más su deseo y tomó a Shion por la cintura para besarlo apasionadamente; el tibetano respondió sin titubear y se dejó envolver por los suaves labios del chino, permitiéndole recorrer su cuerpo con sus ágiles manos. El calor comenzó a sofocarlos, pues la habitación ardía y ya olía a hormonas juveniles desbocadas, por lo cual no tardaron mucho en quitarse salvajemente sus ropas para caer en la cama desnudos. El libriano degustó con sus labios la suave y nívea piel de Shion, que ardía como el fuego y tenía un fresco aroma, seguidamente jugueteó con sus rosados pezones, provocándole gemidos entre risillas al tibetano, por esa desconocida sensación que lo invadía. Shion por su parte deslizó las yemas de sus dedos por la acanelada y sedosa piel de Dohko, trazando caminos intrincados en su ancha espalda. El contacto íntimo se sentía maravillosamente bien, era una sensación de plenitud y libertad que sus almas no habían experimentado antes, y ahora tenían la oportunidad de abrirse al maravilloso mundo de la sexualidad.

 

 

 

Ambos tumbados en la cama, con sus piernas entrelazadas como largas enredaderas, continuaron con su tarea, temblando cada vez que sus fogosas carnes rozaban, sintiendo como su sangre se acumulaba en sus entrepiernas para despertar sus miembros ahora erguidos, que por instinto carnal ambos comenzaron a frotar con sus manos para causarse más placer todavía. Los gemidos subieron su volumen, resonando en la habitación como una elísea melodía que dejaba en claro lo bien que se sentía tener intimidad y demostrar con un acto físico cuánto se amaban; sin embargo, lo mejor estaba por venir. Dohko se posicionó sobre Shion y con sus dedos comenzó a acariciar la entrada del tibetano, haciéndole sentir una poderosa electricidad que lo recorrió de pies a cabeza; acto seguido, el guardián de la séptima casa introdujo uno de sus dedos en la estrecha cavidad de su amado compañero de armas, quien dio un suave grito al sentir la intromisión. Era toda una sensación novedosa, avasallante y excitante para el caballero de Aries, quien empezó a aumentar la frecuencia y la intensidad de sus alaridos al experimentar esa mezcla de placer y dolor. Al notar que su compañero disfrutaba de la experiencia, Dohko redobló la apuesta y decidió introducir otro de sus dedos para realizar movimientos de tijeras con ellos, causándole a Shion tal excitación que el corazón del tibetano galopó furiosamente.

 

 

 

 

Una vez que Shion se relajó lo suficiente, Dohko se aventuró a más todavía, motivo por el cual, luego de quitar los dedos del interior de Shion, levantó las blancas caderas y separó las esbeltas piernas del ariano para luego colocarlas sobre sus propios hombros, y a continuación comenzó a introducir su glande en la estrecha abertura de Shion. El tibetano ahogó un alarido de dolor entre sus apretados dientes al tiempo que clavaba sus uñas en los muslos del chino; una vez que todo el falo estuvo dentro, Dohko empezó un suave y rítmico vaivén con sus caderas para que su miembro se abriera paso en el interior de Shion. El ariano ya no pudo contenerse y gritó con fuerza, pues era la primera vez que era penetrado por su amante y el dolor fue agudo; no obstante, cuando el chino tocó con su glande el punto sensible de Shion, este ya no gemía de dolor sino por las oleadas de éxtasis que lo recorrían de punta a punta. Al cabo de unos minutos Dohko aumentó el ritmo de sus movimientos, tomando las caderas de Shion entre sus manos, hasta que pudo sentir la presión en su pelvis y la sensación de que su néctar era eyectado de su miembro, derramándose dentro del cuerpo de su amado, al tiempo que este lo hacía entre ambos cuerpos. Ambos dieron una bocanada de aire para recuperarse y se acostaron, abrazados y dándose besos; al rato cayeron rendidos en un profundo sueño, producto de la vigorosa actividad que habían llevado a cabo, tranquilos de que solo ellos eran testigos de su acto de amor; empero, lo que ambos ignoraban, era que un par de ojitos curiosos lo habían observado todo y, como si eso no fuera suficiente, las talentosas manos lo habían inmortalizado en papel gracias al carboncillo.

 

 

 

Inmersos en su pasional acto, los jóvenes guerreros de Athena ni se había percatado de que Alone observó todo su acto sexual a través de una pequeña ventana de la habitación, que daba a una callejuela donde el pequeño solía sentarse a dibujar. La realidad era que, al inocente chiquillo de rubios cabellos le había llamado mucho la atención la extraña postura que los dos muchachos habían adquirido y, como quería intentar retratar cuerpos en movimiento, se tomó el atrevimiento de dibujarlos en plena relación carnal, pensando que quizás esos chicos estaban practicando lucha grecorromana o algo por el estilo, pues en su cándida cabecita jamás estaba la idea de que "eso" se trataba de sexo. Al finalizar su obra y ver que sus dos vigorosos modelos de desnudo se habían dormido, Alone caminó a paso raudo por la callejuela de su pueblo, encontrándose allí con un joven sacerdote que lo llevó a un prado, convenciéndolo de que lo ayudaría a encontrar el color rojo perfecto para sus pinturas. Tal fue su prisa por ir tras el sacerdote que dejó caer la carpeta con sus obras en la callejuela; al cabo de unos veinte minutos, Tenma encontró los dibujos de su amigo y decidió recogerlos para entregárselos una vez que se lo cruzara. Sin embargo, las cosas no saldrían exactamente de esa forma. Al comenzar a vislumbrarse el ocaso, Shion y Dohko despertaron algo nerviosos, pues ya debían haber emprendido su regreso al santuario y, por quedarse dormidos se retrasarían bastante; fue por ese motivo que el chino apresuró al pequeño Tenma y le ayudó a guardar sus pertenencias en una mochila que el jovencito llevaría. El caballero de libra, en su desesperación, guardó toda la ropa de Tenma que pudo y, además, le arrancó de las manos la carpeta al chico, a pesar de que este insistía en que era de Alone y que debía devolvérsela, para colocarla en la mochila. Una vez listos, los tres se marcharon para regresar al santuario.

 

 

 

 

El viaje fue de veras agotador, pues les llevó largas horas llegar al santuario de Athena en Grecia; una vez allí, Dohko llevó a Tenma donde el patriarca para presentarlo y coordinar los horarios de entrenamiento que el pequeño tendría desde ya. Tenma estaba fascinado al principio, pues no sólo vio con sus propios ojos las majestuosas obras arquitectónicas del lugar, sino que pudo reencontrarse con Sasha, a quien anhelaba ver desde que la chica había sido llevada del orfanato por Sísifo. Una vez terminadas todas las formalidades, Dohko se dirigió a su templo, donde Shion lo esperaba, para desempacar la mochila de Tenma; los jóvenes caballeros comenzaron a retirar la ropa y doblarla entre sonrisas de picardía por su pequeño acto de indecencia, hasta que la carpeta de Alone apareció en escena nuevamente y los santos no pudieron evitar comentar al respecto.

 

 

 

-  ¿Qué es esto, Dohko?

 

-  ¡Ah, sí! Tenma lo tenía en sus manos cuando comenzamos a empacar, pero él dice que es de su amigo Alone. Parece una carpeta...

 

-  Veamos... ¡Son dibujos! ¡Vaya, mira nada más que increíbles!- exclamó Shion con sorpresa, pues una vez que comenzó a pasar las hojas pudo observar las maravillosas ilustraciones de Alone.

 

-  ¡Ese niño sí que tiene talento! Mira este retrato de Tenma, parece un calco.- agregó Dohko, para luego dejar al tibetano solo con la carpeta en sus manos, pues continuó desempacando la ropa de Tenma.

 

-  Sí, de veras- respondió Shion- tiene un gran d...- se paralizó, con los ojos abiertos de par en par.

 

-  ¿Qué ocurre?- cuestionó Dohko ante el repentino callar de su amado.

 

-  ¡El!... ¡Nosotros!... ¡Haciéndolo...!- balbuceaba Shion, absorto por un profundo sentimiento de pánico, inexplicable para el chino, quien se acercó para saber qué pudo haber visto el ariano para reaccionar así.

 

-  ¿Qué sucede...?- intentó decir Dohko, pero quedó igual de estupefacto al ver el "retrato" que Alone había hecho de ellos; en el mismo se veían ellos dos de perfil, Shion con las piernas apoyadas sobre los hombros de Dohko, al tiempo que este lo sujetaba de las caderas. Como si eso no fuera suficiente detalle, en el dibujo se apreciaban los erectos miembros, especialmente el del libriano, que se visualizaba claramente introduciéndose en la cavidad de Shion.- ¡Oh cielos!- agregó el chino, con sus ojos bien abiertos.

 

-  ¡¿Te... te das cuenta de lo que podría llegar a pasarnos si el patriarca ve esto?!- respondió Shion, aterrado por la idea de que Sage descubriera la pequeña fechoría que habían hecho a sus espaldas.

 

-  ¡Tranquilo! Sólo debemos esconder la carpeta... mientras nadie de la orden sepa de ella, nunca llegarán a ver nada.

 

-  Tienes razón; busquemos algún escondite....- respondió Shion, ya más aliviado y dejó la carpeta en la mesa, debajo de unos papeles.

 

 

 

Empero, en cuanto los dos santos dorados se pusieron a planear cómo esconderían la carpeta portadora del infame retrato, Sísifo ingresó a la casa de libra para buscar la documentación de Tenma.

 

 

-  Dohko, necesito llevar la documentación de Tenma un momento.

 

-  Sí... sí, claro, te la daré en un momento...- respondió el chino con nerviosismo, pues la repentina aparición del sagitariano no le había dado el tiempo suficiente para ocultar la carpeta de Alone.

 

-  ¿Es esto de aquí?- cuestionó el arquero, señalando unos papeles que yacían sobre la mesa, debajo de los cuales estaba también la carpeta de Alone.

 

-  Sí...- respondió distraído el séptimo guardián, por lo cual Shion le golpeó el brazo con su codo para que reaccionara- Quiero decir, ¡¡NO!!- agregó el libriano con tono de advertencia, pero Sísifo ya estaba marchándose con los papeles y los dibujos.

 

-  ¡¡Espera, Sísifo!!- intentó detenerlo Shion, pero el ágil sagitariano ya estaba emprendiendo camino al salón patriarcal

 

-  ¡¡¡NO PODEMOS PERMITIR QUE EL PATRIARCA VEA ESE DIBUJO!!!- exclamó el tibetano, tomando a Dohko fuertemente de la capa y arrastrándolo con él hacia donde Sísifo se dirigía.

 

 

 

Tan rápido como sus piernas se lo permitían, los jóvenes comenzaron a recorrer las casas que seguían a Libra; para su fortuna, escorpio y sagitario estaban vacías. Capricornio fue fácil también, pues su morador, tan poco comunicativo como siempre, al ver a sus camaradas tan apresurados no hizo preguntas y les dejó el paso libre; lamentablemente no corrieron con la misma suerte al llegar a acuario, pues el francés estaba allí junto a Kardia, quien apenas vio a Shion y Dohko tan agitados no perdió la oportunidad de hacer una especie de interrogatorio, sólo por curiosear. Cuando al fin pudieron escapar del inquisitivo escorpión, llegaron a piscis y se encontraron con Albafica, quien también los retuvo un largo tiempo, pues el pisciano no dejaba de insistir en que no se acercaran a su jardín de rosas ni mucho menos a él. Cuando finalmente el pisciano quitó las rosas envenenadas del camino, pudieron salir de la doceava casa y llegaron al recinto patriarcal; los dos entraron e hicieron una reverencia, aunque fue más un desplome de sus cansadas piernas. Entre bocanadas agitadas para recuperar el aire, los dos muchachos no dejaban de observar cada rincón del salón patriarcal para buscar con su mirada la carpeta; cuando al fin la vieron, palidecieron y Shion casi se desmaya, pues Sasha estaba revolviendo los papeles y encontró los dibujos y ya estaba a punto de verlos. Dohko intentó distraer a la pequeña, pero el patriarca intervino.

 

 

 

 

-  Dohko, es bueno tenerte aquí ¿Cómo se ha encontrado Tenma? ¿Crees que se adaptará bien a su nuevo estilo de vida?- preguntó Sage y, para fortuna de los enamorados, Sasha desvió su atención de los papeles para observar al patriarca y no llegó a ver la carpeta.

 

-  S... sí, sí... e... eso creo, señor. Se ha mostrado muy receptivo desde que ha llegado, especialmente al reencontrarse con Sasha, quiero decir, la señorita Athena.

 

-  Muy bien. El niño estaba en el mismo orfanato que la señorita Athena, ¿no es así?- prosiguió el pontífice.

 

-  Exacto; si me permite, señor- dijo el chino hábilmente y se puso de pie para ir donde los documentos de su futuro discípulo estaban- aquí están todos los papeles que indican que él ha estado allí desde que era un bebé...- agregó y, disimuladamente, tomó la carpeta de Alone y se la dio a Shion quien, en cuanto dedujo las intenciones del libriano, le tendió la mano para así tomar la carpeta y esconderla detrás de la capa de su armadura.

 

-  A ha...- dijo el patriarca, leyendo los papeles- Comenzarás a entrenarlo mañana a primera hora de la mañana.

 

-  Así será, patriarca.

 

-  Gracias, caballeros, pueden regresar a sus templos.- dijo Sage y los dos muchachos se fueron rápidamente, Shion ocultando nerviosamente la carpeta bajo su brazo y capa.

 

 

 

 

Habían logrado que Sage y Sasha no vieran siquiera el retrato de Tenma que había en la carpeta, mas aun así, el curioso escorpión, quien seguía aún en la casa de acuario fingiendo sufrir los terribles síntomas de su enfermedad del corazón ardiente para estar cerca del francés y, como mínimo, besuquearse con él, no pudo con su curiosidad al notar la carpeta en los brazos de Shion una vez que lo vio ingresar a acuario.

 

 

 

 

-  ¿Qué es eso?- preguntó el escorpiano, señalando los dibujos.

 

-  Nada interesante, tan sólo...- respondió con temor Shion, al ver que Kardia tenía toda la intención de quitarle las obras de Alone.

 

-  Son documentos de Tenma, tú sabes, cosas administrativas nada más... todo muy aburrido.- completó la frase Dohko.

 

-  ¡¡Dámelos!! ¡¡Quiero ver!!- respondió como niño pequeño el griego.

 

-  ¡No! ¡No puedes verlos!- dijo Shion, intentando quitarse de encima al pesado escorpión que estaba como un niño caprichoso peleando por un juguete.

 

-  ¡¡Quiero ver!! ¡¡No te adueñes de todo, Shion!!- insistía Kardia.

 

-  ¡No! ¡Ten cuidado, lo romperás! ¡Kardia!- exclamó el tibetano.

 

-  ¡¡Pero quiero saber quién es el mocoso!!- insistía el peli azul- ¡¡¡Ayyyy!!!- se quejó al sentir su mano congelada y soltó la carpeta de inmediato, lo que les dio a Shion y Dohko la oportunidad perfecta para escaparse de allí.

 

-  ¡¡Pareces tú el mocoso!! ¡¡Y ya deberías volver a tu casa!! ¡¡Debes estar custodiándola y tú aquí perdiendo el tiempo, y haciéndome perder el tiempo a mí!!- regañó Dégel.

 

-  Pe... Pero... cubito...- dijo Kardia, poniendo cara de pollito mojado.

 

-  A tu templo... ¡¡A HO RA!!- ordenó el galo, señalando la puerta de salida de acuario.

 

-  Sí, mami...- respondió Kardia cabizbajo y se fue a su propia casa.

 

 

 

Al fin estaban de vuelta en la casa de libra a salvo, o eso creían ellos, pues apenas se sentaron a descansar, sintieron unas vocecillas que provenían de la escalinata de entrada del séptimo templo. Su plan de almorzar juntos al fin, siendo que ya era mediodía, se había ido al diablo, pues Tenma ingresaba junto a Yato conversando alegremente y, al ver la carpeta de Alone sobre un diván que había en la casa de libra, corrió para tomarla y mostrársela a Yato.

 

 

-  ¡Mira, te mostraré los dibujos de mi amigo Alone!- dijo con entusiasmo Tenma, lo cual hizo a Dohko y Shion dar un respingo.

 

-  ¡Date prisa! Tengo que ir donde mi maestro a entrenar... ¡si llego tarde me castigará!- respondió Yato.

 

-  Te prometo que no te tomará mucho tiempo verlos...

 

-  ¡Tenma! ¡Deja eso ahora mismo!- regañó Dohko.

 

-  Maestro, son sólo los dibujos de Alone, le prometí a Yato que se los mostraría.

 

-  Ya oíste a Yato, debe ir a buscar a su maestro, así que dame eso- intervino Shion, intentando quitarle la carpeta al Pegaso.

 

-  ¡¡No, son de mi amigo!! ¡¡No son suyos!!- respondió Tenma con rebeldía y un nuevo forcejeo comenzó entre el ariano y el chico.

 

-  Suéltalo, o mañana te levantarás dos horas más temprano para entrenar.- dijo Dohko con voz y mirada amenazantes, haciendo que Tenma soltara la carpeta y refunfuñara en voz baja.

 

-  Será mejor que llevemos esto a la casa de Aries, allí no hay tanto público curioso al menos.- sugirió Shion y Dohko estuvo de acuerdo, por lo cual bajaron las escalinatas para ir hasta la primera casa.

 

 

 

Nuevamente gastarían energía dado que debían ir al primer templo a esconder el dibujo delator; bajaron las escalinatas hacia virgo casi a los saltos y cruzaron rápidamente esta casa dado que su dueño estaba meditando y les permitió el paso. Leo estaba vacía y eso fue un gran alivio ya que significaba llegar pronto a Aries, pero la fortuna se les terminó cuando llegaron a cáncer. Manigoldo le quitó de las manos a Shion la carpeta y comenzó a correr hacia la casa de géminis, con el objetivo de hacerle una pesada broma al tibetano y reírse a sus expensas; cruzaron géminis entre insultos hacia el italiano, quien sostenía la carpeta como si de un trofeo se tratase y al llegar a tauro, Manigoldo quiso enfadar aún más a Shion.

 

 

 

-  ¡Oye toro, piensa rápido!- exclamó y le aventó los dibujos al taurino, quien los atajó ágilmente y se quedó mirando a Manigoldo como si estuviera loco.

 

-  ¿Qué ocurre?- preguntó el segundo guardián.

 

-  ¡¡Tú sólo corre hacia el coliseo y luego pásame esa carpeta!!- dijo el canceriano y el enorme caballero simplemente obedeció.

 

 

 

Y fue así como se inició, gracias a Manigoldo, un infantil juego en el cual todos los presentes en el coliseo, incluidos guardias y jovencitos que entrenaban, se aventaban la carpeta de Alone, haciendo sentir a Dohko y Shion como un par de idiotas, dado que corrían de un lado a otro intentando atraparla sin tener éxito. Los pobres enamorados correteaban como unos lunáticos mientras que el caballero de cáncer reía como desquiciado al verlos tan desesperados por una simple carpeta; empero, ya hartos de ser ridiculizados, Dohko y Shion se apartaron para planificar una pequeña estrategia la cual enseguida llevaron a cabo. El pequeño libriano se puso entre Manigoldo y uno de los guardias (éste último sostenía la carpeta y planeaba tirársela al cuarto guardián), dando pequeños saltos, logrando que el guardia le tirara los dibujos a Manigoldo; una vez que este los tuvo entre sus manos, Shion se tiró encima del caballero de cáncer y luchaba por quitarle la carpeta, mientras que Dohko se encargaría de la parte B del plan.

 

 

 

 

 

-  ¡¡¡Quítate de encima Shion, pesas como un elefante!!!- se quejaba el italiano.

 

 

-  ¡¡¡Entonces dame eso!!!- respondió el tibetano, aun luchando con Manigoldo.

 

 

-  ¡¡Mira, Manigoldo, allí está Albafica!!- Intervino Dohko.

 

 

-  ¡¡¿¿Albafica??!! ¡¡Tengo que ir a acosarlo!!- contestó el canceriano y soltó la carpeta para ir rápidamente a donde supuestamente estaba el bellísimo caballero de piscis, a quién amaba secretamente y aprovechaba cada pequeña oportunidad para acercársele, a pesar de que el joven pisciano lo echara continuamente.

 

 

 

 

 

 

Con avidez, Shion tomó los dibujos de Alone y huyó junto a Dohko del coliseo; al llegar a Aries no encontraron ningún escondite convincente, algo que irritó al chino, pues se la pasaron correteando tras Manigoldo porque a Shion se le ocurrió esconder los dibujos en su casa y resultó que ni siquiera había un lugar seguro para los mismos allí. Volvieron a libra entre jadeos, con los dibujos escondidos bajo la camisa de Dohko, y cayeron como saco de papas en el diván por el cansancio. Una vez que repusieron sus energías, decidieron que antes necesitaban comer algo, pues estaban famélicos y sin un gramo de energía después de tanta actividad física. Con pesadez se levantaron y Dohko decidió guardar, mientras ellos comían, la carpeta del pequeño Alone en su habitación, luego de comer escondería algunos dibujos, incluidos el sexual retrato de ellos dos, en un pequeño espacio que había en un rincón de su habitación, el cual funcionaba como un perfecto escondite, ya que se cubría con una piedra de la pared y nadie notaría que ese hueco existía.

 

 

 

 

 

-  ¿No será mejor esconder toda la carpeta?- cuestionó el tibetano al saber el plan del libriano.

 

 

-  Si Tenma no la hubiese visto, tal vez sí, pero el chico ya la vio, y no dudo que vuelva a preguntar por los dibujos de su amigo.

 

 

-  ¿Estás seguro de que no hay riesgo de que alguien la encuentre?

 

 

-  Claro que no, y te mostraré por qué…- dijo el libriano y sacó una llave, echándole cerrojo a la puerta de su habitación, guardando a continuación la llave en el bolsillo de su pantalón- Tendrán que combatir conmigo para quitarme la llave y entrar a mis aposentos.- prosiguió y Shion sonrió; luego besó al ariano y se dirigieron ambos a la cocina para comer su merecido almuerzo.

 

 

 

 

 

 

 

Los dos caballeros estuvieron unas largas horas en la cocina, pues el almuerzo fue copioso y luego se quedaron limpiando para no tener que hacerlo en la noche; al rato se dieron un largo y reconfortante baño juntos, cerrando la puerta del cuarto de baño para no ser descubiertos, por supuesto. Empero, jamás se enterarían de lo que iba a ocurrir mientras ellos se enjabonaban cariñosamente; una intensa brisa entró por la ventana de la habitación de Dohko, abriendo la carpeta de Alone de par en par. El viento se llevó consigo un par de obras del chiquillo, entre ellas la delatora; la misma voló y voló por el sendero que unía la séptima casa con la octava, entrando por la puerta de esta. Allí, un fuerte caballero notaría que una hoja de papel ingresaba al templo del escorpión celeste y fue por ello que la recogió del suelo para ver de qué se trataba. Sus ojos se abrieron de par en par, una sonrisa cargada de sorna y malicia se formó en sus labios; guardó celosamente el dibujo en un cajón de la mesita lindera a su cama, para mostrársela a alguien que iría a visitarlo más tarde. Mientras tanto, en la casa de libra, Dohko tomó un par de dibujos de la carpeta, y los escondió en su lugar secreto, sin siquiera imaginar que el retrato pornográfico ya no estaba allí.

 

 

 

 

                            ****

 

 

 

Al caer la noche, en la casa de escorpio, un jovencito francés se colocaba sus anteojos para analizar lo que estaba viendo; acercaba el papel para observar los detalles y luego lo alejaba para tener una vista panorámica del dibujo; parpadeaba al registrar todos los detalles que habían sido plasmados por el carboncillo y se maravillaba por el talento de quien sea el que haya realizado esa obra, pero algo más era lo que tanto sorprendía al galo y pronto se lo haría saber a su pilluelo amante.

 

 

 

 

-  ¡Vaya! Jamás imaginé que alguien con el tamaño de Shion pudiera ser tan flexible…

 

 

-  Uno no deja de sorprenderse, ¿eh?- respondió Kardia con una sonrisa malévola.

 

 

-  ¿Cómo hizo Dohko para poner las piernas de Shion en sus… y luego…? Qué confuso.

 

 

-  No tengo idea…- respondió el escorpiano encogiéndose de hombros- …pero será mejor que empieces a hacer tus estiramientos, mon amour, porque esta será una larga noche…

 

 

 

 

Kardia colocó el dibujo en el cajón de su mesita nuevamente y el caballero de acuario simplemente rodó los ojos, pues aparentemente a su alocado y oculto novio se le había ocurrido la maravillosa idea de probar una nueva posición sexual, y cuando al escorpión se le metía una idea en la cabeza, no había forma de convencerlo de otra cosa.

 

Notas finales:

Espero que les haya sido de su agrado, cualquier crítica o comentario saben que son bienvenidos. Les mando un saludo, ¡hasta pronto!


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