Fría y pálida piel,
labios manchados con
sangre y...
Unos ojos que no tienen
brillo ni color.
"Blinde Illusions"
Sus párpados se esforzaban por mantenerse lo suficientemente abiertos como para fingir un poco de concentración a su maestro, realmente odiaba la clase de historia, la cual cabía en toda la extensión de la palabra "aburrimiento".Un bostezo salió de sus labios, mientras se llevaba una mano a sus cabellos, dando ligeros tirones de esté con la punta de sus dedos, culpaba profundamente el insomnio que se llevo la noche anterior.
— "Hey Ronronoa" —una voz le hizo reaccionar, mirando a todas direcciones hasta toparse con un chico de un llamativo cabello pelirrojo— "¿De nuevo te mataste entrenando para entrar al equipo?" —se burlo con una sonrisa socarrona en el rostro, causando que algunos de sus compañeros soltaran una leve risita— "Sabes que nunca podrás pasar sobre mi, ¡incluso esa tarada de Kuina es mejor que tú!" —alzo un poco la voz intentando no llamar demasiado la atención—
Él simplemente soltó otro bostezo, haciendo que al muchacho se le escapara un bufido, noto esto y levantando su mano hacía el pelirrojo y alzarle el dedo corazón con un semblante serio.
— "Quien decide eso es el entrenador, no tú, ¿o qué Eustass?, ¿tienes miedo de ser aplastado por mi?" —murmuro con leve gesto de perversidad, causando que el nombrado pasara saliva— "Eso creí" —se burlo ahora él con superioridad— "Además... No menciones el nombre de esa mujer si no quieres que te corte la lengua" —amenazo mirándole fijamente con su único ojo sano—
Y justo en ese momento la campana chillo con fuerza, haciendo que todo el aula se llenara de suspiros aliviados y algunos gritos de chicas que reían animadas con los demás estudiantes.
— "Bien alumnos, es todo por hoy, pueden retirarse" —ordeno el hombre con notables canas ajustándose un poco los anteojos—
Se limito a tomar sus cosas y guardarlas en su mochila de un sencillo color negro, el día había empezado mal para él, gracias a que se perdió rumbo a la parada del bus, esté se fue sin él y tuvo que caminar todo el trayecto desde su residencia hasta la universidad.Por lo general una pelea con Kid significaba que no se lo sacaría de encima hasta el final de clases.
Se resigno.
De todos modos él era más fuerte que el pelirrojo y su grupo o como el profesor Sakazuki les había nombrado; "pandilla de vándalos", aunque bueno, el también entraba en esa categoría.
— "¡Zoro!" —sus pensamientos se esfumaron al escuchar una voz gritando su nombre con con ligera molestia, girándose sobre sus talones para encontrarse con una chica pelinaranja— "¡Espera Zoro!" —le ordeno la muchacha con la respiración agitada por correr tras de él— "¡Diablos Zoro!, te estuve llamando desde que saliste, ¿acaso eres sordo o qué?" —cuestiono la chica cruzando sus brazos por debajo de sus pechos—
— "¿Qué demonios quieres bruja?" —respondió él con un semblante de pocos amigos— "Si me preguntas por Robín, no la he visto desde está mañana" —informo sin darle mucha importancia al asunto—
— "Bueno~ digamos que no es eso y por si no tenias idea, Robín se quedo estudiando en la biblioteca" —contesto ella caminando al lado de él— "Solo quería saber si te gustaría ir al karaoke con unos amig-" —se quedo callada al notar como el peliverde dejo de seguirle el paso—
— "No saldré con tu amiga, esa chica es molesta" —gimoteo con una mueca de desagrado—
— "¡Pero si Perona es demasiado para ti, Zoro!" —grito ella tratando de defender a su compañera— "Te vendría bien conocer a más gente, luego de nosotros no hay nadie más con quien mantengas una conversación, si es que se le puede llamar así a hablar contigo"
— "¿Quieres dejarme en paz por un día Nami?" —murmuro él con la mirada en los ojos de su acompañante, quien sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda— "Si necesito o no necesito compañeros es muy mi problema" —finalizo la conversación, alejándose de ella lo más pronto que pudo—
Claro que la idea de hacer sentir mal a Nami no le gustaba nada, como lo había dicho antes, ella era una de sus pocos amigos, pero tampoco podría dejar que la pelinaranja se metiera aún más en su vida privada.
Camino hasta toparse con la entrada/salida del edificio, agradecía al menos estar en un aula en el primer piso, sino, jamás habría salido de ese edificio por su propio sentido de orientación.
— "¡¿Eh?!, ¡Zoro!" —antes de siquiera darse la vuelta, el chico con una cicatriz debajo del ojos estaba encima de su espalda— "¡Vayamos a comer Zoro, muero de hambre~!" —se quejo el chico, causando que su estomago hiciera un gracioso sonido—
— "O-Oe' Luffy" —las palabras del peliverde titubearon ante el tambaleó de sus piernas por culpa del peso extra— "¿Quieres dejar de hacer eso cada vez que nos vemos?" —chasqueo la lengua un poco irritado y a la vez divertido—
— "¡Dejare de hacerlo si vamos a comer!" —propuso el chico con una amplia sonrisa en los labios mientras se bajaba de su espalda—
— "Es un trato, aunque creo que Hancock te esta buscando" —señalo hacía atrás del pelinegro, apuntando a una chica que soltaba algunas maldiciones y buscaba a alguien con la mirada—
— "¡Andando Zoro!" —grito el menor cogiendo su mano para echarse a correr como alma que lo lleva el diablo—
Él simplemente se dejó llevar, a pesar de ser un año mayor que su mejor amigo, Luffy, este podría derrotarle con los ojos vendados y una mano atada a su cabeza... Si, por que Luffy no era una persona que conociera la palabra normal.
En un lado completamente diferente de donde se encontraban ese par de tontos, un bullicio se hacía notar en las calles más apartadas de todo publico, personas que vestían desde trajes elegantes hasta hombres y mujeres con batas de laboratorio, todos buscando algo o a alguien por los alrededores.
— "¡Señor Vinsmoke!" —grito una chica de cabello color marrón y un flequillo que hacía resaltar sus facciones— "Perdone mi imprudencia, pero... Aún no logramos encontrar al joven amo, lo lamento" —susurro la chica bajando la cabeza como muestra de su vergüenza y arrepentimiento—
— "No debes lamentarlo, Cossete" —respondio el hombre de espaldas contra su asiento, mirando la magnifica vista que le ofrecían los ventanales de la oficina— "Me he querido deshacer de esa molestia desde que nació" —informo con una sonrisa que se asomaba por la comisura de sus labios— "¡Pide a todos que dejen de buscar y vuelvan a sus trabajos!" —concluyo alzando la voz, casi gritando—
No muy lejos de ese lugar unos pequeños sollozos se dejaban oír...
"Blinde Illusions"