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Mis errores. por 02akira

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Notas del fanfic:

dejenme sus opiniones.

 

-era la cuarta vez en el año donde veía a Haru acostándose con otro amante, eso ya era mucho para su pobre y delicado corazón o lo que quedara de él, ahí, sentado en su escritorio estiro su mano derecha donde tenía el anillo de matrimonio, donde le recordaba que se había casado con el amor de su vida en aquel entonces, ahora lo dudaba, lo  dudaba pues las tracciones le dolían, él no era de acero, no lo fue, y  nunca lo seria.- Lo siento, pero esto me supera con creces, ya no es nada igual y no creo lo sea ya.- susurro al borde de las lágrimas el peli castaño y se sacó la argolla guardándola en el cajón del fondo de su escritorio y termino por pasar de largo por el ancho pasillo de su casa hasta la salida, le haría bien un trago, luego arreglaría los papeles del divorcio.-

Espero poder hacer los tramites hasta el final, espero tener fuerza de voluntad para esto. – susurro Makoto ya cuando estaba en su auto, pensando en un buen bar, pero no sabía mucho de estos, Haru no le dejaba ir, así que iría donde les celebraron su despedida de soltero hace tres años. -

 

********************EN EL SUSIDICHO BAR*****************

 

-Rin había llegado al punto de reunión con Sosuke y ambos ya habían pedido un trago, sin contar las indirectas del más alto el doncel con dientes de tiburón estaba de maravillas, pero al sentir su teléfono vibrar lo saco y grande fue su sorpresa al ver que era de su amada orca, sonrió ignorando a su acompáñate unos momentos hasta reacciono. –

Sosuke, Makoto me ha invitado a salir.- soltó con una gran sonrisa y el otro torció los labios, aun así el otro siguió hablando y junto sus manos frente a su rostro.- es aquí mismo y en una media hora más, por favor, por favor, ¿me dejarías solo por hoy?, quiero verlo, quiero ver a Makoto, prometo compensártelo  mañana.- sonrió de manera dulce, pero por pensar que podría ver al olivarda, el varón solo asintió y sin decir más se fue con cara de disgusto, cosa que el doncel no noto, cuando estuvo solo vio su reflejo en la pantalla de su celular y se acomodó sus cabellos y ropa, no tardó mucho en ver que un mensaje de Makoto le llego de nueva cuenta preguntando su ubicación, él se puso de pie y al verlo agito con ánimo su mano llamando, oh, esa mirada la conocía y muy bien, Makoto de nuevo estaba mal, de nuevo seria el paño de lágrimas. No muy animado se dejó caer en el sofá esperando por el otro.

Apenas había llegado a su lado el otro, lo abrazo, lo abrazo muy fuerte y no le soltó en todo el rato, pasaron dos horas en las cuales el más alto se quejaba y rin solo se abrazaba más el, entre tragos igual se fueron esas dos horas, cuando menos se dieron cuenta el varón estaba por completo borracho y muy destapado para el gusto del menor. -

Oye rin, ¿sabes que hueles muy bien?, siempre me ha gustado tu aroma, es muy dulce. – el doncel se puso rojo como su cabello, pero no podía hacer más, amaba como loco a ese hombre desde que supo que era el significado de esa palabra, pero lo que le hizo abrir sus ojos en su esplendor fue el que el otro comenzara a besar su cuello, eso no debería hacerlo un hombre casado, pero bueno, le dijo que iba a divorciarse, ¿aun así por que se sentía mal? - me pondré nostálgico mi hermoso doncelito. – canturreo la orca contenta dando más besos al cuello del más bajo. -

Makoto, Makoto … por favor, no… basta. – susurro muy bajo aquello, pero hace tanto que su Makoto no lo tocaba, no lo hacían desde que hizo su relación formal con Haru y ahora con unos simples besos en su piel caí, si era muy débil y se lo confirmo cuando ya estaba sentado en las piernas del más alto aferrado a su cuello, mientras el otro se aferraba a sus caderas y ambos se devoraban las bocas, no sabía cuándo podría volver a tener una oportunidad de esas pero la iba a aprovechar.-

No he olvidado la delicia de tu piel, no puedo y no quiero. – esto último lo susurro más que nada, pero otro lo ignoro o lo dejo en su sub consiente pues el alcohol comenzaba a hacer efecto, solo sentía las grandes y cálidas manos de su ex amante recorrer su espalda bajo la camisa y sus gruesos labios sobre los suyos, los besos de Makoto eran mejor que nadar, le eran como volver a la vida, él lo haría y daría todo por el mayor, tanto que si le pidiera entregarse a él ahí lo haría, dejando su pudor de lado, aun así se molestó cuando el otro le aparto de sus labios.- vamos a tu departamento. – fue su único susurro y el pelirrojo asintió avergonzado levantándose de encima del otro se abrazó a su torso, se sentía tan bien entre sus brazos que no quería separarse de el en lo más mínimo, el otro se las arregló para sacar su cartera, pagar la cuenta y volverla a guardar con una mano. – voy a llenarte toda la noche, hermoso muñequito. - fue ahí cuando la mente de rin se desconectó. -

-el camino al departamento del pelirrojo fue rápido y es que cierta orca piso el acelerador, cuando entraron la puerta fue el primer testigo de esos besos húmedos, caricias sin frenesí, besos húmedos y suspiros por parte del doncel y gruñidos por parte del varón, el más alto cargo el delicado cuerpo de su amante en brazos y le llevo a la habitación del mismo, esa que tantas veces recorrió en su juventud, conocía ese departamento como el suyo de soltero, al entrar a la habitación principal acostó al pasivo en el centro de la cama y como si fuese una película de comedia la ropa salió volando por ambos lados, rin haciéndose algo de rogar cuando le despojaron de su bóxer junto sus piernas y las cerro apoyándose entre sus antebrazos para alzar su torso y rostro, viéndole así a los ojos al adverso.-

¿crees que te voy a abrir las piernas así de fácil? – menciono entre risillas pues solía jugar así con el otro en su juventud, el otro se sorprendió unos segundos para luego sonreír divertido igual y se inclinó a besar una de sus rodillas. -

Ya usted se ha llevado mi virtud, no sé qué más podría darle. -susurro haciendo sonrojar al menor, quien sin pensar más se dejó caer hacia atrás y abrió sus piernas para la orca, él lo sabía, sabía que ambos se habían entregado su primera vez, su primer beso, él le había dado todo a ese hombre y aun así no sabía cómo termino en los brazos de otro doncel, pero no iba a llorar o no hasta que estuviera solo en su cuarto, o con su amigo del cual no recordaba su nombre, con Makoto lo olvidaba todo.- solo yo, ¿ verdad?. – cuestiono o mejor dicho aseguro, sabiendo que tendría una afirmación y no se equivocó. -

Solo tu Makoto. -soltó el tiburón haciendo referencia a que el más alto era el único en tomar su cuerpo. -

- el otro complacido se inclinó y poso las piernas de su “muñequito” en sus hombros, separando sus nalgas  y comenzó a lamer  y mimar la entrada ajena haciéndole suspirar y su espalda arquear, con una mano tomo su falo y lo hizo a un lado viendo como el pelirrojo se deshacía del placer, no se creía tan bueno dando besos negros, pero lo que no sabía que para rin era el mejor en todo, el nombrado separo más sus propios  glúteos, para que la lengua que le acariciaba con mimo se abriera más espacio y lo logro por que entro más, cuando la orca le sintió más húmedo se arrodillo entre sus piernas para frotar su falo en la dilata entrada.- relájate, si no, a ambos nos va a doler precioso. – el otro asintió e intento calmarse, pero al sentir como su capullo era invadido se abrazó más al otro y le araño la espalda con fuerza, dolía como la primera vez y no lo era, aunque más tres años de abstinencia te hacen pasar por virgen o eso pensó el pelirrojo hasta sentir las primeras estocadas que al pasar los minutos cada vez entraba más a fondo, la orca era enorme, sabía bien donde tocar su cuerpo pues el masaje que le hacía con su boca y una mano en sus pezones y las estocadas en su  punto dulce ya le tenían gritando.-

 

-Makoto no pensaba en nada ni en nadie que no fuera esa delicia pelirroja, lo tomo de los tobillos y le alzo las piernas apuntando al techo, uniéndolas y gruño de nueva cuenta pues la presión en su falo fue más intensa, iba a correrse, ya estaba goteando, pero no quería parar y no lo hizo, cuando se vacío seguía duro, pero no podía calmarse al ver las mejillas rojas de rin, su pálida piel manchada de marcas que le hizo y ni hablar de sus pezones. Salió de el con cuidado y le puso a cuatro, el menor de manera sumisa pego su pecho a la cama alzando más su trasero preparándose para ser de nuevo llenado, conocía a su orca y sabia como le gustaba y que le patearan el trasero si se equivocaba, esto iba para largo. -

 

 

********************AL DIA SIGUIENTE PASADO DEL MEDIO DIA********************

-Makoto se sentía condena mente bien, se removió en la cama y ahí es dio cuenta que abrazaba a alguien, estaba aferrado a esa persona y la otra a él, aun sin abrir los ojos arrastro sus labios por el brazo ajeno, dejando un beso en el hombro, obteniendo un suspiro en respuesta, ese suspiro los conocía, muy bien a decir verdad, luego al ser más consiente abrió los ojos de golpe y vio que entre sus brazos tenía un hermoso y desnudo rin, el cual se aferraba a el, pese a su sonrisa tenia marquitas de que había llorado con anterioridad, la sorpresa paso a segundo plano, era claro que su muñequito se entregó a él o… o talvez.- Rin, rin por favor, despierta.- con pesar le despertó, dando palmaditas en su mejilla, estas fueron tan suaves que parecieron caricias pero el doncel despertó y le sonrió con esa dulzura que le encantaba.-

Buenos días amor. - ambos se sonrojaron por esas palabras, pero bueno, al ver lo tierno de su despertar y como le veía se dio cuenta que no se había aprovechado del menor, pero no paso por alto el quejidito de dolor que soltó al intentar moverse, el rápido le ayudo. - hicimos más. -soltó cuando ambos se acostaron bien, uno boca arriba y el otro boca abajo. -

Lo sé. - soltó el más alto, viendo de reojo como el tiburón se mordía con fuerza el labio inferior esperando una cruda respuesta, la cual no llego. - pero no me arrepiento en lo más mínimo e incluso ahora quiero seguir.-

-se puso de rodillas en la cama, jalando del tobillo al doncel que aún seguía húmedo y dilatado para penetrarlo de una sola estocada, asi fue para ambos, el pasivo sabía perfectamente que es lo que quería y la noche anterior al activo le hizo pensar muchas cosas referentes a su vida, luego que saciara su sed de aquel cuerpo, no, no solo del cuerpo del doncel si no en general del mismo pensaría en que más hacer. -

 

 

*******************AL OTRO LADO DE LA CIUDAD********************

-Haru despertaba con un horrible dolor en todo su cuerpo, esos estúpidos se habían pasado, sí, pero lo que le pareció extraño fue que Makoto no regresara la noche anterior, se levantó a paso lento de la cama, mando a sacar a los dos estúpidos de la cama y de paso quemar las sabanas, se metió al baño para ducharse y a arreglarse, al salir se vestiría con la ropa que sabía le gustaba a su esposo, se dejaría mimar por él y todo estaría bien, de paso le mandaría a cocinar algo sin su deliciosa caballa, cuando estuvo todo listo se sentó a la mesa y ahí se quedó en casi toda la tarde, no creía, no creía que no llegara a comer, siempre llegaba, siempre aunque fuera tarde llegaba a comer y si no le avisaba, ¡cierto¡ su celular, debió revisarlo, pero no tenía nada, ni una llamada, mensaje, nada, eso, le hizo sentir miedo, mucho miedo.

 

*******************DONDE MAKOTO Y RIN*******************

-habían ido a la playa cercana, pues ninguno quería alejarse del otro, hace tanto que no se sentían tan plenos, que pensaban era un buen sueño, al llegar a la arena, ambos se sacaron los zapatos y Makoto los tomo con una mano, tomando la mano del doncel con la libre, o era su imaginación o rin irradiaba felicidad la cual se hacía más grande al escuchar la “bonita pareja que hacían”, sí, siempre supo que el otro estaba enamorado de el, pero, ¿entonces?, ¿Por qué no lucho por el antes de la boda?, ¿Por qué se alejó, había dejado de amarlo por ese entonces?, ¿ o fue por su estúpida obsesión por Haru que el tenia, porque ahora lo veía como obsesión  que disfrazaba de amor.-

 

 


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