-¡Ai!- sorprendido por la repentina acción del gato, Jiyong lo carga en sus brazos.
Seung Hyun se agachó para tocar la zona donde aquel minino le había mordido.
-Le pido disculpas. Ai jamás ha atacado a alguien, es la primera vez-
-Descuida- suspira intentando calmarse mientras endereza su cuerpo y mira al rubio, nuevamente perdiéndose en sus bellos ojos.
Iba a decir algo pero Ai no dejaba de mirarlo, aún en brazos de Jiyong, sin dejar de gruñir.
-Tranquilo, Ai. Debemos ser buenos con los clientes, ¿sí?- mira al felino y le sonríe dedicándole una suave caricia mientras comenzaba a ronronearle cerrando sus ojos.
“Aunque suene extraño, por un momento siento envidia”
-¿Qué hace ahí parado? ¡Venga a sentarse con nosotros!- eleva su voz So Hee y a la vez agitaba su brazo para que el profesor camine hacia donde estaban los demás.
-Ya voy- suspira regresando a la normalidad y le sonríe a Jiyong quien lo observaba curioso, o por lo menos eso creía el mayor.
-En un momento iré a tomarles sus pedidos-
-Está bien, Jiyong-
Ambos se miran por unos segundos que para Seung Hyun parecía una eternidad, como si el tiempo se hubiera detenido. Pero Jiyong rápidamente se retiró de aquel lugar ya que el gato comenzaba a gruñirle de nuevo al castaño.
“Qué complicado es esto…”
Pensó el profesor mientras caminaba hacia donde sus colegas estaban sentados.
**
Había pasado casi dos horas desde que los profesores estaban conversando y bebiendo café mientras las dos mujeres jugaban con dos de los gatitos más pequeños que había.
Kim tenía uno en su regazo completamente dormido mientras Seung estaba completamente tenso. Sólo un gato de pelaje negro y mayor, estaba sentado a una distancia muy cerca de él.
“Luego de que me mordiera ese maldito gato, temo que me ataque otro”
Suspiró mientras bebía de su taza de café.
-¿Me estás escuchando, Choi?- frunce el ceño.
-Lo siento, Jae-
-Estás distraído, tú no eres así-
-Es que… tengo un problema-
-¿Eres impotente?- bromea el profesor de Literatura.
-No- no pudo evitar reír ante aquella broma. De vez en cuando, Kim hacía bromas con Seung.
-¿Entonces?-
-¿Prometes no decírselo a nadie?- lo mira con súplica.
-Lo prometo pero… ¿tan grave es?-
-No sé para los demás, pero para mí sí…- suspira mientras comía un bocadillo dulce.
-Bueno, dime. Soy todo oídos- sonríe para que el castaño se relajara en hablar.
-Tengo una relación de odio con los gatos. Por un incidente de pequeño, detesto a los gatos y ellos me detestan a mí-
Jae Wook tapó su rostro para evitar reír ante aquella declaración. Sabía que Seung se enojaría, por lo que intentó con todas sus fuerzas no reírse a carcajadas.
El castaño lo fulminó con la mirada y de pronto, sintió algo cálido a su lado. Volteó su rostro y Jiyong estaba sentado junto a él.
-Disculpe por ser entrometido pero si a usted no les gustan los gatos, no sé qué hace en un café rodeado de ellos- lo mira serio.
-Eso es p-porque…- de pronto se sintió nervioso, no quería decirle a nadie la razón por la que intentaba estar allí y mucho menos al rubio.
-¡Eso!, ¿por qué estás aquí, Seung?- sonríe divertido ante la situación.
“Maldito… me las pagarás, Jae”
-P-Porque la señorita Kang me invitó-
-¿Sólo por eso?- frunce el ceño Kim mientras Jiyong aún esperaba la verdadera respuesta ya que sentía que el castaño mentía pese a que recién lo conocía.
-Y porque quiero intentar llevarme bien con los gatos ya que considero que a las mujeres les gusta estar con ellos y de esa manera, pienso que podré tener pareja- suspiró derrotado, diciendo finalmente la verdad.
Seung miró a Jiyong quien frunció el ceño, aunque ante sus ojos se veía bonito, no le agradaba el aura que desprendía ahora el rubio.
-Con ese pensamiento, jamás logrará llevarse bien con estos hermosos gatos. Usted es un interesado. Con su permiso, señores. Cuando se retiren, pídanle la cuenta en caja- se levantó enojado y se retiró de la vista de un despreocupado Jae y un sorprendido Seung Hyun.
“¿Por qué me siento mal por verlo enojado?”
-Eres un idiota, Seung- niega el profesor Kim.
-¿Por qué lo dices?- frunce el ceño.
-Porque ese joven se nota que ama a los gatos y tú diciendo eso, hieres sus sentimientos-
El castaño no dijo nada, sólo quedó pensativo un momento hasta que finalmente las profesoras regresaron a sus asientos.
So Hee comentaba sus anécdotas al jugar con los pequeños gatos mientras que Kim la escuchaba con una bella sonrisa en su rostro.
Pasó alrededor de media horas más y los profesores decidieron pedir la cuenta y retirarse del lugar. Se despidieron en la puerta de salida y cada uno tomó su rumbo.
Pero Seung Hyun caminaba solo sin dejar de pensar en la expresión del rubio…
**
-Buenas tardes, señor. Bienvenido nuevamente a Meow Coffee- saluda gentilmente la señora mientras que Seung se quitaba sus zapatos.
-Buenas tardes- sonríe devolviéndole el gesto y una vez colocado sus pantuflas, se quitó el saco caminó hacia una pequeña mesa para dos personas.
-¿Quiere que lo atienda alguno de nuestros empleados en particular?-
-Jiyong. ¿Puede ser?-
-Sí, enseguida vendrá a tomar su pedido. Puede sentarse- le sonríe.
-Muchas gracias- se sienta intentando disimular sus nervios al notar que Ai no estaba muy lejos de él, sólo que no lo había visto.
-De nada. ¡Yongie!- llama la señora al rubio mientras caminaba hacia el fondo del lugar.
Al parecer era un cuarto donde los empleados descansaban o algo que por un momento le interesó al castaño.
“Me pregunto si hago bien en regresar aquí…”
-¿Usted de nuevo?- gruñe el rubio mientras se acercaba al mayor.
-Sí pero por favor no me odies, realmente quiero superar esta mala relación que tengo con los gatos- suspira sin dejar de mirar a Jiyong.
-Pero usted sólo lo hace por conquistar, no porque realmente quiera superar ese odio a estos bellos y amorosos mininos- al notar que uno de los cachorritos se acercó a su pie, lo cargó en sus brazos mientras le acariciaba sus pequeñas orejitas.
-No. He meditado sobre esto ayer y créeme que quiero llevarme bien con ellos- al ver una sonrisa en el rubio tras jugar con la pequeña bola de pelos, extendió su mano para intentar acariciar al gatito pero éste se movió, logrando sin querer, tocar la mejilla de Jiyong quien ante el tacto, se sonrojó levemente.
“Qué linda calidez”
-Lo siento, intenté acariciarlo pero se movió- se disculpó apenado y el rubio decidió dejar al gatito de nuevo en el suelo para que jugara por el lugar.
-No se preocupe-
-¿Me ayudarás?, por favor Jiyong-
Luego de unos segundos, el rubio suspiró y asintió.
-Está bien, lo ayudaré-
-¡Gracias!- le sonríe.
-Pero espero que realmente sea porque quiere llevarse bien con ellos, porque le juro que no se lo perdonaré- frunce levemente el ceño.
-Confía en mí, te lo prometo a partir de ahora- extiende su dedo meñique logrando que Jiyong lo mire extraño.
Seung Hyun rió ante lo infantil que se vería ante los ojos de cualquiera que lo estuviera viendo. Sería el hazme reír de toda la escuela.
-Necesito cerrar mi promesa con tu dedo-
Ji no pudo evitar reír bajito y juntar su dedo con el del castaño.
-Ahora verás que hablo de verdad-
-Espero que así sea, señor-
-No me digas señor, llámame Seung Hyun y no me hables formal ahora que comenzaré a venir más seguido- sonríe.
-De acuerdo. ¿Quieres beber algo en particular, Seung Hyun?- toma su pequeña libreta para anotar el pedido.
-No. Tráeme lo que te gusta a ti, al igual que los bocadillos-
-Muy bien, enseguida regreso-
-Espera- lo toma de la mano, logrando sentir nuevamente una corriente eléctrica como la primera vez que tocó su mano para ayudarlo.
-¿Se te olvidó algo más para pedir?- lo mira con un pequeño pero notorio sonrojo.
-Sí. Trae para dos porque quiero que estés conmigo-
Jiyong lo miró con sorpresa.
-P-Porque quiero que pases la t-tarde conmigo para que me des consejos, y-ya sabes, con respecto a los gatos. ¿Aceptas?- por un momento, se sintió nervioso como hablar con tranquilidad y no creía que fuera por los gatos a su alrededor esta vez.
-De acuerdo. Como es lunes, no tenemos muchos clientes. Ya regreso, con permiso- sonríe y camina hacia la cocina para hacer el pedido.
“¿Por qué mi corazón late tan rápido? Nunca me sentí tan nervioso hacia una persona. Mucho menos con un hombre tan bello y con una deslumbrante sonrisa…”
-Demonios…- ocultó su rostro con su mano al sentir su cara completamente roja debido a lo que llegó a pensar en ese momento.
**
-Perdón por la demora, es que los bocadillos están recién salidos del horno- se disculpa el rubio mientras dejaba el pedido sobre la mesa.
-No importa, no tengo apuro. Gracias, Jiyong- le sonríe.
-De nada-
-Ven y siéntate a mi lado- palmea su lado derecho donde había una almohada color rosa.
-Dejaré esto y vendré enseguida. Puedes empezar sin mí, si no tu café se enfriará-
-Te esperaré, no me preocupa eso-
-Bueno…- le sonríe y regresa a la cocina.
Seung Hyun no pudo evitar suspirar ya que su corazón latía demasiado rápido cuando el rubio estaba cerca de él.
Jiyong sólo tardó cinco minutos y se sentó al lado del castaño.
-No has tardado nada, aún el café sigue caliente-
-Es porque me dijeron que puedo dar por terminado mi trabajo, así que podremos trabajar más tranquilos con tu problema- sonríe.
-Oh, entiendo. Gracias por ayudarme, Jiyong-
El rubio no dijo nada y sin dejar de sonreír, tomó un sorbo de su café mientras que Seung hacía lo mismo.
-Cuéntame algo sobre ti, Seung Hyun- toma uno de los bocadillos que tenía crema como cobertura y le da un gran mordisco.
-Soy un hombre normal, de veintiocho años que se dedica a trabajar en una escuela enseñando arte- suspira ya que creyó ser un hombre aburrido frente al rubio.
-Eres profesor de arte, ¡increíble!- bebe otro sorbo de su café.
-¿Tú lo crees?-
-Sí, de hecho siempre llama mi atención las obras de arte con sus métodos y técnicas para crear buenos cuadros. Es sorprendente y admirable, como tu edad-
-¿Mi edad?-
-Es que creí que eras unos años más joven que yo. Luces de menos- ríe.
-¿De verdad? Y tú, ¿cuántos años tienes?-
-Sí, además eres guapo y te mantienes muy bien. Yo tengo veintisiete-
“Me dijo guapo…”
-Tú también te mantienes bien, luces como de veinte o uno o dos años menos, como mis alumnos- sonríe.
-Gracias- sin dejar de sonreír, come otro bocadillo logrando que la comisura de sus labios se ensuciara con crema.
“Es adorable”
-Estos dulces son realmente delicio…-
No pudo terminar de hablar ya que Seung deslizó su mano hacia donde la crema había ensuciado el rostro del rubio y con su pulgar lo acarició suavemente mientras se miraban a los ojos.
Seung Hyun no quitaba la sonrisa de su rostro mientras que Jiyong estaba completamente estático hasta que de pronto, el castaño sintió un ardor en su mano logrando que regrese a la realidad nuevamente.
Miró su mano y notó una pequeña gota de sangre.
-¿Qué?-
Y de pronto, Ai se hizo presente, sentándose en el regazo de Jiyong, su cuerpo estaba completamente recto, su pelaje totalmente erizado y no dejaba de gruñir.
-N-No planeo hacerle daño a él, A-Ai…- fue lo único que pudo decir el castaño mientras miraba completamente nervioso al felino que no dejaba de gruñir alterado mientras que Jiyong aún seguía sonrojado mirando hacia un punto fijo.
“Será demasiado difícil tratar con este endemoniado gato”