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Armas... por Lei Chann

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Notas del fanfic:

Hola! Esta es mi nueva obra y espero que la apoyen mucho! Mia nterior fic (Nuevos corazones), lo borre por algunas razonez, primero porque sentia que no le gustaba a nadie :'v nadie comentaba :( Despues porque no tenia inspiración, ni ganas de seguir con una historia de romance tan común como ese tipo. Entonces vuelvo con esta, espero disfrute!

Los personajes son de Nakamura-Sensei!

¿Qué tan cautivadora puede llegar a ser la belleza de  un arma? Demasiada, ya que logró cautivar los corazones más inocentes de este retorcido mundo.  Sentir en sus manos una carcasa de madera prensada y sus finos y delicados trazos dibujados; comoaumenta poco a poco el peso con cada bala que agregaba. Y la sensación tan reconfortante de dispararla, sentir ese impulso no era para cualquiera que quisiera; si no tenias la firmeza suficiente y el coraje y valentía para soltar el gatillo, no servías de nada.

Que fortuna para aquellos que ya habían nacido con ese amor y talento natural para manejar dichas armas mortales. En un movimiento lanzaban un cuchillo y lo encajaban justo en el blanco de una silueta de entrenamiento; En otro movimiento disparaban y atinaban a la cabeza de un maniquí. ¿Qué más se podía esperar? Si era su pasión desde pequeños. Ahora… ¿Matar?

Eso ya no entraba en sus inocentes mentes y corazones. Si bien aman con locura y pasión el manejar armas, que para ellos es un arte, no podían reunir la valentía ni el coraje de jalar el gatillo cuando se encontraban frente a una persona, igual que ellos.

Nacieron en una familia que desde generaciones se dedica a… ¿Una manera de decirlo para que no suene tan mal? Una empresa familiar, donde el negocio principal es asesinar a sueldo, exportar productos ilegalmente y esas cosas. Siempre les disgusto la fuente de dinero de su familia, pero no había otra cosa que hacer, esa era su única entrada de dinero y todos sabemos qué en este mundo, sin dinero, no somos nada.

  Y ahora, una pequeña presentación de nuestros principales “trabajadores”, Kisa, Hiroki y Chiaki Takahashi, los hermanos trillizos hijos del hermano del jefe; y Misaki Takahashi, hijo único y directo del jefe, él más cuidado y consentido.

   Kisa Takahashi, el hermano mayor, un chico joven de 19 años, pero con gran habilidad para manejar los cuchillos, tan bueno que podía atinar al blanco desde 15 metros de distancia; Un poco, demasiado, confiado con los desconocidos y con cierta orientación sexual latente hacia el otro lado, es gay. Hiroki Takahashi, el hermano del medio, malhumorado casi todo el tiempo, siempre con el ceño fruncido y con un natural porte serio; Pero esa seriedad es lo que le da más elegancia a sus movimientos al momento de pelear un mano a mano, es el mejor en defensa y ataque. Chiaki Takahashi, el hermano menor, el más infantil de los tres, pero algo… bipolar; El mejor al momento de ser un francotirador, en ese momento su seriedad era comparable a la de Hiroki. Y no nos olvidamos de Misaki. Misaki Takahashi, primo de los trillizos e hijo único y directo del jefe de la familia y director de su “empresa”, nuestro afiliado a las armas de fuego… Y él “soldado” con el corazón más blando de todos, pero con una carcasa de hierro.

Los cuatro se llevan muy bien, demasiado. Es como si Misaki fuera hermano de los trillizos y no primo, prácticamente se criaron juntos. Todos iban caminando por el pasillo principal de esa casa gigantesca donde viven todos juntos, hablando sobre el colegio y presumiendo de cuantos puntos habían obtenido en el entrenamiento de ese día.

-Noe-sensei dijo que soy el mejor de la clase. –Dijo Kisa presumiendo su nota a sus hermanos y primo, mientras con su mano izquierda jugaba con un cuchillo de 15 centímetros.

-Deja de presumir eso, porque en defensa y ataque eres el peor. –Le menciono Hiroki con los brazos cruzados y, como siempre, con el ceño fruncido, pero no estaba enojado… del todo. – Yo soy el mejor en defensa y ataque.

-Mentiroso… -Dijo Kisa, y Hiroki rápidamente tomó su brazo y lo dobló por detrás de la espalda, con la otra mano apretaba la parte de atrás de su cuello, sin lastimarlo mucho. -¡Está bien! ¡Está bien! Tu eres el mejor…

-Así me gusta, bien sumiso…

-Hiroki, no lo lastimes. –Atrás de ellos, con una sonrisa impregnada en su rostro apareció la pareja del jefe, una de las personas que los criaron, Tsukishima. –Chicos, Kuroda quiere hablar con ustedes. Vamos al salón.

Tsukishima es la pareja de Kuroda, un hombre joven de cabello castaño, ojos verdes y con un buen sentido del humor. La madre de Misaki falleció hace tiempo en un encuentro de familias enemigas donde ella salió afectada, el jefe, Kuroda; quedo realmente afectado y Tsukishima fue de los pocos que estuvieron para apoyarlo. Con el tiempo su relación avanzó, haciéndose más cercanos hasta el punto de que se hicieron pareja, y Tsukishima ayudaba a Kuroda con el único recuerdo de su difunta esposa, su único hijo Misaki.

Kisa, Hiroki, Chiaki y Misaki aún eran muy pequeños cuando la familia Takahashi tuvo ese último encuentro con la familia Ijuuin, asique no tienen muchos recuerdos de él o de su tía-madre. Pero a Misaki no le afectaba tanto, ya que Tsukishima hizo ese importante rol de “madre” y pudo crecer como se debe, en una cálida familia. Recién hace unos cuantos meses, los chicos están empezando a entender el trabajo de su familia y aunque no les guste del todo, es lo único que tienen.

Los cuatro caminaban junto a Tsukishima que iba hablando sonriente con los trillizos y estos trataban de impresionarlo con sus notas y mencionaban los elogios que sus entrenadores y profesores les dedican.

-¿Entonces Chiaki es el mejor francotirador? Qué ironía, porque para eso hay que esconderse muy bien y siempre que jugábamos a las escondidas lo encontraba primero. –Dijo Tsukishima riéndose, vestía un kimono muy lindo de color azul oscuro, y en la parte de adentro siempre lleva un cuchillo y una pequeña pistola, es difícil saber cuándo pueden atacar de nuevo sorpresivamente.

-Tío, yo soy el mejor con los cuchillos. –Presumió Kisa sacando sus cuchillos de 15 y 20 centímetros, amagando con tirarlos a un maniquí a 10 metros. –Mira est-

-¡Misaki! –Kisa fue interrumpido por su tío, Kuroda, que estaba muy feliz de ver a Misaki y corrió a abrazarlo cuando apenas lo vio asomarse por la entrada del salón. –Hace mucho que no te veo, ¿Estás bien?

-Papá nos vimos hoy en el almuerzo, estoy bien. –Kuroda siempre lo cuidó mucho por miedo a perderlo como a su antigua esposa.

-Tío ¿Para qué nos llamaste? –Mencionó Hiroki con los brazos cruzados.

-Vengan, pasen al salón, tomemos té y les cuento de que se trata. –Su tío era muy bueno con sus sobrinos por el simple hecho de ser su familia, además son excelentes alumnos en la academia de entrenamiento que tiene la familia. Allí asisten varios jóvenes que trabajan para la familia, pero no son parte de ella, no aún. Solo algunos muy privilegiados, más que excelentes alumnos y fieles a muerte de la familia son capaces de entrar a ella, o alguien cualquiera que se case con un ya miembro de ella.

Los seis pasaron a la sala, se sentaron sobre pequeños almohadones en el suelo junto a una mesita de madera y luego de un rato una mujer de asistencia trajo las tazas con té y un budín trozado.

Todos estaban un poco nerviosos. No todos los días Kuroda los llamaba a ellos, la curiosidad y ansiedad los estaba consumiendo. Misaki no pudo esperar más y rompió el silencio que se había formado.

-Papá ¿Qué quieres decirnos?

-Claro, me había olvidado porqué los llamé aquí. Bueno… -Hizo una pausa para beber un poco de té, cerró los ojos despacio para sentir mejor su aroma dulzón y cuando los abrió dijo: -Tienen trabajo.

Los cuatro chicos se quedaron callados con la misma pregunta en la punta de sus lenguas. ¿De qué se trata? No querían tener que acabar con una vida, odiaban ese tipo de trabajos, pero si era requerido tenían que hacerlo. ¿Robar? Fácil. ¿Conseguir información? Pueden con eso, pero por nada del mundo quieren tener que matar.

-¿De qué se trata? No queremos tener que matar a alguien. –Dijo con firmeza Hiroki. Chiaki miraba a su tío con tanta seriedad como la de Hiroki, Kisa estaba atento a cada palabra con el ceño levemente fruncido, y Misaki los escuchaba, son sus ojos clavados en los de su padre.

-Tranquilos, no tendrán que matar… a más de una persona, solo a menos que sea necesario.

-Si es solo una… creo que yo puedo, eso y ¿Entonces? – Por la puerta entraba una brisa delicada y sutil, moviendo apenas un candelabro que hace ruidito, una hoja entro volando y cayó sobre la mesita.

-Deben conseguir información sobre un posible plan de la familia Usami… -Dijo tomando la hojita, la miro con detenimiento por unos segundos, luego de repente la apretó en su mano y una sonrisa un poco tenebrosa se formó en su rostro. –Y estropearlos. Luego, deben matar al jefe.

 -¿Cómo haremos eso? –Preguntó, esta vez Kisa, que no se perdía un solo detalle de la conversación.

 -Deben hacerse cercanos a los hijos y sobrinos del feje, Fuyuhiko Usami. –Tomó un sorbo de té, se dio cuenta que no tenía más en la taza e hizo una seña para que la mujer de servicio le trajera un poco más. –… Una vez que se hagan buenos amigos, si es posible, enamórenlos; cuando ya sean muy cercanos comiencen a preguntar sobre el trabajo de su familia y esas cosas… ¿Pueden con eso?

Se miraron un poco entre ellos, no parecía un trabajo muy difícil, solo era conseguir información y luego, con mucho cuidado, matar al jefe. Pensaron mucho, no querían matar a nadie, odiarían mancharse con ese líquido vital carmesí, pero es lo único para lo que sirven, según ellos. Misaki se enderezó en su almohadón y miró con detenimiento a su padre, ya habían tomado una decisión y cómo si pudieran manejar la telepatía, quedaron en hacerlo.

-Podemos y lo haremos, pero ¿Por qué? Queremos saber la razón. –Habló Misaki.

-Hay alguien por ahí que dice que quieren atacarnos, la relación con la familia Usami nunca fue la mejor.

-¿Pero aún no es seguro que quieran atacarnos? Además, ¿Por qué lo harían?

-Pueden querer hacerlo por el terreno, o… hay otra cosa. –El padre de Misaki se puso más serio de repente y todos lo miraban atentos, el ambiente se tensó un poco, la curiosidad de Misaki lo carcomía y no resistió más.

-¿Qué cosa? Papá ¿La familia le hizo algo a los Usami?

-Escuchen, esto no es fácil de contar… -Se miraron entre todos ¿Qué era tan grave como para que otra familia quisiera atacarlos? Chiaki estaba nervioso, algo muy raro en él y un mal presentimiento surgía desde muy dentro de él. Tsukishima a un lado de Kuroda mantenía la cabeza agachada por lo que iba a ser revelado a sus cuatro inocentes niños.

-Tío, habla. –Dijo Chiaki.

-¿Ven la espada que está allá? –Los chicos giraron su cabeza para ver una espada colgada en la pared de madera, que en realidad es una vieja katana con una funda roja y mango forrado de goma negra con rombos azules. –Esa katana era del primer jefe de la familia Usami.

Los chicos se quedaron sorprendidos por eso, ¿Por qué eso estaba en la casa Takahashi si era de los Usami?

-Antes de que Kymei falleciera, que descanse en paz, ella era muy amiga de la esposa de Fuyuhiko Usami. La esposa de Fuyuhiko le mencionó a ella que esa katana tiene un gran valor para la familia Usami, Kymei se lo dijo al jefe de ese momento, que no era yo todavía.- Hizo una pausa y tomo aire, intentó volver a ponerse serio y dejar de lado por un momento los recuerdos de su difunta esposa. –Cuando por problemas de comercio y terrenos las dos familias disputaron, el jefe de ese tiempo, Takahiro, ordenó robar esa katana.

-¡¿Robaron algo tan importante para ellos?! –Grito Hiroki con suma molestia, le parecía muy mal que hayan hecho eso. Entendía a la otra familia.

-Sí, lo hicieron. Los Usami se alteraron mucho cuando se dieron cuenta de que no estaba, pero hasta hace poco se enteraron que estaba aquí y por eso, sospechamos que la quieren de vuelta.

-Obviamente que la deben querer de vuelta. –Dijo Misaki esta vez, muy serio, hasta Chiaki se sentía mal.

-Deben ir ahí, acercarse a esos chicos, averiguar su plan y decirnos los detalles, al menos así estaremos un poco más preparados.

-¿No será mejor que se la devolvamos directamente? Es más fácil. –Dijo Chiaki, es verdad. Podían devolverla y listo, problema resuelto.

-Intenté hablar con Fuyuhiko hace unos meses, pero no quiere ni verme la cara. Aún está un poco molesto por el problema de comercio.

-Entonces, ellos no deben saber que somos Takahashi o si no nos matarían. –Dijo Kisa un poco divertido, y Kuroda asintió.

-¿Creen que pueden hacerlo? –Preguntó otra vez Kuroda. Los chicos muy serios, excepto Kisa que estaba con una pequeña sonrisa de lado y Chiaki, que miraba la nada o algo que solo es visible para él.

-¡Claro que podemos! –Gritaron todos juntos y de repente. –Lo haremos.

Kuroda sonrió al igual que Tsukishima. Los cuatro jóvenes salieron del salón, dirigidos a su habitación. Cada uno tiene su propia habitación, la casa Takahashi es igual a una gran mansión, pero mantiene lo tradicional. Hay veces, cómo esa noche, que deciden dormir en la misma habitación, como una pijamada. Siempre les gustó estar todos juntos, son familia. Esta vez fue en la habitación de Misaki, donde hay mangas tirados por todas partes y dos o tres kimonos diferentes por el piso.

-Misaki ¿Cuándo ordenaras este lugar? –Preguntó Hiroki, mientras con el pie corría un manga a un costado, abriéndose el paso.

-Cuando aprendas a disparar un 9 ml. –Enseguida sintió un impacto en su cabeza. Hiroki le había tirado uno de sus mangas. – hey, no es mi culpa que no sepas disparar.

-Cállate, mocoso.

Ya estaban todos en su correspondiente colchón para dormir, todos estaban callados y seguramente pensaban en lo mismo. Misaki en su cama miraba el techo con los brazos extendidos a los lados. Kisa hecho bolita entre sus sabanas. Chiaki acostado boca abajo mirando a la nada de nuevo. Y Hiroki sentado en su colchón con la cabeza abajo.

-¿Creen que lo haremos bien? –De repente pregunto Chiaki sin moverse de la posición en la que estaba, sin parpadear, con cara de chico traumado, pensaba en lo que debían hacer. –Yo no quiero matar a nadie.

-Quédate tranquilo, no tendrás que matar a nadie… -Hiroki trataba de calmarlo, aunque los cuatro tienen 19 años, Chiaki y Misaki son los más chicos por segundo y mese, además de ser los más inocentes.- Si es necesario matar a alguien lo haré yo, no necesitas mancharte.

-¿Por qué habrá sido ese problema de comercio del que nos habló mi papá? –A Misaki eso le despertaba curiosidad, quería saber porqué existía esa mala relación con la familia Usami.

-No lo sé. –Dijo Hiroki

-¿Ya han visto a los sobrinos e hijos de la familia Usami? –Preguntó Kisa, uniéndose a la conversación. –Si son los chicos que una vez me crucé…Son muy guapos todos.

-Kisa ¿Cuándo dejarás de ver solo la cara de las personas?

-Nunca los he visto en persona, pero escuché por ahí que hay unos que son todos una casanovas. –Agregó Misaki.

-¿Les gustará jugar? –Todos miraron a Chiaki por ese comentario.

-¿Jugar? Mm… -Esta vez fue Kisa, pero él utilizó un tono que demandaba otras intenciones, otro tipo de “juego”.

-Kisa, consigue novio.

Rieron por un rato, hablaron sobre las cosas de siempre, luego de un rato comenzaron a sentir sueño. Al otro día debían ir a la academia temprano, pero aún así ninguno quería dormirse primero. Porque, como siempre que duermen juntos, uno amanecería con la cara rayada y con dibujos obscenos.

No saben que pronto todo este plan traerá consigo grandes revelaciones, y pruebas que harán enterarse a cada uno el límite de su fidelidad a su familia. Que con cada nuevo disparo en ellos se incrustará una ilusión, con cada cuchillo clavado creará una cicatriz que solo recordará los posibles mejores momentos.

¿Hasta qué punto son capaces de ser fieles a la familia? Quizás estos chicos saben lo fuertes que son físicamente, pero ¿Emocionalmente? Eso es otro tema.

Notas finales:

Espero les haya dado una buena impresión este inicio, recuerden dejar comentarios, porque de verdad me motivan y demasiado.

Actualización: Cuando tenga inspiración y ganas de escribir 2300 palabras :'v


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