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Más que un enemigo por KingofHeroes

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Blizzard, gracias por permitirnos formar parte de esta maravillosa historia.

Procuré que todos los datos fueras correctos, pero dado que emepecé a jugar en un punto avanzado de la historia hay muchas cosas que desconozco, aún así traté de verificar todos con la ayuda de mi buen amigo el doctor profesor Google, me disculpo por cualquier impresición. Algunos detalles fueron modificados para hacer la trama más interesante.


Para R, por tener con quién fangirlear.

Malfurion abrió los ojos, su cuerpo estaba realmente adolorido y se sentía entumecido, algo lo sujetaba con mucha fuerza y le hacía daño.

Las cosas a su alrededor y en su mente estaban un poco borrosas, no podía recordar muy bien lo que había pasado. De repente, la realidad lo golpeó como un tren, todo regresó a él súbitamente. Xavius era el culpable de esto, el antes mago, ahora corrompido por el oscuro Sargeras, lo había secuestrado.

Malfurion no podía permitirlo, habían luchado por miles de años para defender su hogar, tenía que haber una forma de escapar. Pero sus manos estaban dolorosamente atadas por encima de su cabeza con unas extrañas enredaderas cuyas espinas le laceraban las muñecas, sin duda la corrupción había alcanzado todo, hasta la vegetación.

-Veo que por fin despertaste, pensé que dormirías para siempre - Xavius se encontraba frente a él cruzado de brazos y sonriendo con gesto burlón, se veía satisfecho de cómo marchaban sus planes.

El estudiante de Cenarius se preguntaba por qué no lo habían matado ya, quizá querían corromperlo a él también como habían hecho con su Shan’do y con Ysera, el mundo no podía permitirse eso, pero la Legión era fuerte y estaba haciendo hasta lo imposible para acabar con la vida.

Xavius se acercó a Malfurion de manera amenazadora ¿realmente era aquí donde acababa todo? Mientras cerraba los ojos, Malfurion pensó en todo lo que dejaba atrás, Tyrande, Darnassus, los otros druidas y ahora también a su hermano gemelo... Había fallado y lamentaba no poder hacer más, se había dejado llevar por el dolor de perder a su maestro y ahora pagaba las consecuencias.

Sus ojos, llenos de pesar, se abrieron de nuevo y notó que lo sujetaban de la barbilla. Derrotado, miró con desagrado a su captor, por un segundo se sintió no sólo acorralado, sino también tremendamente inquieto por la actitud de Xavius, quien estaba cada vez más cerca, la proximidad de su rostro con el propio le molestaba sobremanera. Su viejo enemigo ya lo había tenido prisionero antes en la Pesadilla Esmeralda, pero esta vez todo era diferente.

Sin duda Xavius se había convertido en un alma perdida desde mucho antes del incidente del Pozo de la Eternidad, la magia había resultado demasiado peligrosa y numerosos elfos de la noche cayeron por su adicción, poniendo en peligro al mundo entero.

Y sin duda el que Malfurion estuviera ahí, tan convenientemente atado, era parte de la estrategia para abrirle paso a Sargeras, sin embargo, Xavius no podía negar que sentía cierta insana satisfacción en verlo así, no sólo por saber que todo iba como él quería, sino que un cosquilleo hacía hervir su pecho cada vez que miraba al archidruida tan indefenso y vulnerable, y al mismo tiempo con aquéllos extraordinarios músculos dibujándose de manera tan sugestiva. Comenzaba a preguntarse si sus motivaciones personales no eran algo más que sólo venganza y resentimiento.

Sin meditarlo un segundo más y sujetando con mayor fuerza la barbilla de su prisionero, eliminó la distancia entre sus rostros. Malfurion se quedó perplejo, de todas las torturas que esperaba ésta no era una de ellas. A su mente llegó un amargo recuerdo, el de unos besos que parecían venir de su propio reflejo.

Humillado, el archidruida intento apartarse a pesar de sus ataduras, por respuesta la mano del sátiro se deslizó por su cintura, dando vuelta hacia su espalda y aprisionándolo todavía más en un abrazo que acercaba sus cuerpos de forma bochornosa.

Xavius podía sentir como el cuerpo que sujetaba entre sus brazos temblaba de manera casi imperceptible, no sabía si era por la rabia, el miedo o una mezcla de los dos pero le gustaba, podía sentir la suavidad de una piel de oso que le rozaba el brazo y se preguntó qué habría debajo.

Se separó por un segundo para apartar un mechón de cabello de la cara del primer de los druidas y para poder admirar aquella expresión enojada y nerviosa. Malfurion no sabía qué decir, se sentía completamente abrumado y profanado por aquellos intensos cristales negros cruzados por demoniacos destellos rojos de deseo. A pesar de su cansancio y entumecimiento hizo un último esfuerzo por liberarse, tenía que luchar, no podía vivir sus últimos momentos así, atado sin nada que hacer.

-Hmmm – rio el Señor de la Pesadilla –no importa lo que hagas no podrás escapar y nadie vendrá a buscarte. Mira hasta dónde han llegado, haciendo tratos con cazadores de demonios, perdonando a los traidores; y cuando su amo y señor regrese ni siquiera tu amada Tyrande se acordará de ti, todos tendrán ojos sólo para Illidan – dijo maliciosamente, seguro de quebrantar la voluntad de su premio más codiciado.

Malfurion se removió y agitó furiosamente en su lugar tratando de liberarse, excitado por aquél acto de desesperación, Xavius se dispuso a disfrutar recorriendo el cuerpo que se hallaba frente a él, tomó a Malfurion por la caderas y mientras lo besaba lo estrujó hasta hacerle daño con las uñas. Poco a poco sus manos fueron subiendo palpando cada músculo, aumentando su excitación con cada gruñido de resistencia y desaprobación, con cada forcejeo proveniente del otro.

Estaba a punto de aferrarse a aquellos brazos bellamente cubiertos de plumas cuando una presencia que se acercaba llamó su atención. Su mente, antes nublada por lo que estaba ocurriendo, reaccionó y se dio cuenta de que sus compañeros de batalla habían fallado, campeones de la Alianza se adentraban en Matorral Corazón Oscuro buscando salvar al druida.

No podía creer que casi lo echaba a perder todo, seducido en el juego del poder y la vulnerabilidad casi olvidaba su principal objetivo: servirle a Sargeras, vengarse de aquél que lo había condenado al dolor. Por otro lado, Malfurion se sentía aliviado, gracias a Elune, que le había dado otra oportunidad de hacer las cosas bien, de evitar otra guerra.

-Es una lástima que hayan venido hasta acá sólo para morir – dijo burlonamente el sátiro al encarar al grupo de rescate.

-Son palabras vacías – les advirtió Malfurion –es sólo una sombra sin poder real sobre este mundo –. Xavius rio, esas eran palabras muy osadas para un prisionero, especialmente uno que minutos antes había estado entre sus brazos. Los valientes guerreros rápidamente entraron en combate sólo para comprobar que en efecto no era más que una sombra proyectada desde la retorcida Pesadilla Esmeralda.

Pero para Xavius nada de eso importaba, la Pesadilla Esmeralda tendría otra oportunidad de devorar al mundo y entonces él también terminaría lo que empezó con Malfurion.

Notas finales:

Gracias por comentar ^^


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