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This town; chanbaek por Naglfari

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Notas del fanfic:

¡Hola! Naglfari aquí de nuevo. ¿Escucharon la canción de Niall Horan? ¿This town? Bueno, me he quedado colgada de ella, jajaj. UuU Me ha encantado y tenía que escribir sobre ella, rlly. Y debería estudiar matemáticas pero heme aquí escribiendo chanbaek, #lol. 

¡Por favor disfruta, que me esfuerzo! 

Notas del capitulo:

Porque si el mundo entero estuviera observando, yo aún bailaría contigo
Recorrería caminos y carreteras para estar ahí contigo

Una y otra vez la única verdad
Todo vuelve a ti

Niall Horan-This town

ChanYeol estaba contento, no era feliz, pero su humor estaba bastante bien ese día en particular, y sabía que en toda su cara se delataba su sentir porque las personas sonreían con sólo verlo, las personas le preguntaban e incluso había quienes cotilleaban para ver que había hecho que el gigantón amable de Bucheon pusiera tremenda mirada. 
 
—Yah, vas a dejar de verte como imbécil y contarnos porque estás así, ¿o qué?
—KyungSoo no seas grosero —recriminó JoonMyun, el dueño de la finca más grande de Bucheon. 
—Estoy muy feliz —soltó al final y KyungSoo casi se le lanza encima por responder algo tan jodidamente obvio e idiota, pero JoonMyun lo paro y ChanYeol siguió—. BaekHyun vendrá. BaekBoom me dijo que viene de vacaciones, ¿no es genial? 
—ChanYeol…—comenzó el más grande. 
—Eres idiota, ¿sabías? —KyungSoo bufó al aire fastidiado y comenzó a recoger sus libros de la mesa—. ¿Cómo puedes estar tan feliz de volver a ver a ese tipo? ¿Cómo? Es un idiota pedante que sólo piensa en dinero y fama, no es más que escoria, BaekHyun es pura mier…
—Pensé que me echaban de menos. 
 
Los tres giraron y se sorprendieron al ver al muchacho que era maldecido con los brazos cruzados y dos enormes sombras detrás de su pequeña pero fuerte espalda. ChanYeol casi se ahoga de ver lo guapo que se había puesto con los años. 
 
—Nadie te extraña. 
—¡KyungSoo! 
—Da igual, no estoy aquí por ti de todos modos, sino por mi familia. 
 
Su mirada es dura y se puede apreciar con perfección la superficialidad que fluye en él, se siente superior, lo dice su mirada, su pose, cada detalle en su cuerpo transpira un: Soy mejor que tú y a KyungSoo le enferma, pero cuando está a punto de soltarle otra lista de insultos su mirada se ablanda, BaekHyun lo ignora y la molestia de su rostro se borra cuando se topa con la carita sonrosada de ChanYeol y entonces sonríe, sin arrogancia, sin sentirse más, sino que con pura sinceridad y mientras deja sus brazos caer al lado de su cuerpo vuelve a sentirse pequeño, como un niño y se deja ir cuando 
ChanYeol se levanta para abrazarlo. 
 
—No te veía hace tanto, Baekie —su respiración se corta por un instante mientras rodea al más alto y no puede evitar sentir mil emociones, ¿hace cuánto alguien no le llamaba con ese mote tan dulce? 
—Es porque no me has querido visitar —gruñe entre molesto y divertido. 
—Vives en Japón, ¿esperas que vaya hasta allá?
—Toma un vuelo, Channie —él se ríe pero abandona la conversación porque ChanYeol no está convencido de querer subirse a un avión en algún momento de su vida. 
 
Cuando se sueltan la incomodidad les pega porque han estado hablándose entre murmullos, se han perdido en su propio mundo y se han olvidado de quienes los rodean en ese momento, tal y como solía ser cuando eran niños. 
JoonMyun lo estrecha con cariño murmurando que se ha vuelto muy guapo y que espera se esté cuidando como es debido. KyungSoo no se molesta en extenderle siquiera la mano y él pasa a presentar a sus sombras. 
 
Los presenta como amigos del trabajo, como modelos de su línea, pero con las pequeñas acciones que realiza cuando cree que el resto no está mirando sus viejos amigos, principalmente ChanYeol, caen en cuenta de que el presentado SeHun es más que un amigo pero un poco menos que un novio y JongIn se los confirma cuando sin descaro KyungSoo murmura un: ¿Amante nuevo? Y el moreno sólo sonríe de lado ignorando la pena en BaekHyun y el gruñido de SeHun. 
 
. . .
 
El día para ChanYeol pasa demasiado rápido, caminó y mostró, contando y saludando, en el pueblo todos recuerdan al hijo pequeño de los Byun, un cachorro libre lleno de curiosidad por lo que había fuera del pequeño Bucheon, pero nadie creía que se había convertido en el hombre que era en ese momento. 
 
BaekHyun había asegurado de niño que un día se iría de ahí, que algún día se mudaría a Japón y cumpliría sus sueños de diseñar lo que él quisiera, a veces pensaba en que diseñaría exactamente, si ropa, si hogares. Decían que era excelente dibujando y en algún punto incluso había optado por hacer mangas pero las cosas cambiaron con el tiempo se dio cuenta de inventar un estilo de ropa diferente sería interesante. 
Su agencia The Lucky One era famosa por su estilo hípster-grunge-antiguo-moderno. Sip, algo complicado si se leía así pero contrario de lo que pensaba era una clase ropa que iba perfecta para ser casual, como para ser formal y con el tiempo había llegado a un punto de popularidad que era ropa pedida incluso en América. BaekHyun estaba orgulloso de dónde había llegado y había sido justo cuando comenzó a hacer pasarelas y ganó la popularidad necesaria que se buscó su propia línea de modelos, algo como las ángeles de Victoria Secret, pero masculino. 
 
Así había terminado conociendo a su círculo cercano de amigos, desde americanos, pasando por chinos, yendo a coreando y claro que, usando japoneses, pero todos dentro de la agencia habían enloquecido al ver que su favorito y con quien mejor relación llevaba era Oh SeHun, uno de los modelos más serios (a primera vista) o por lo menos lo suficientemente tímido como para evitar que tuviera tantos amigos como era el caso de Jackson Wang y LuHan. 
ChanYeol no podía estar más feliz por él. Había cumplido sus sueños y había llegado al punto en el que deseaba estar, sin embargo, le daba curiosidad el tema de SeHun, no era secreto que el chico fuera a cumplir ya sus veinticinco años y él estaba seguro de que BaekHyun en algún punto de su vida deseo tener una relación seria para poder casarse a los veintiocho y adoptar el cachorro que quería y la casa grande que deseaba. 
 
—Así que, ¿clases de guitarra, eh? —brazos cayeron encima de la baranda del balcón de su vieja casa y ChanYeol sonrió de lado asintiendo. 
Siempre habían sido tan diferentes y, sin embargo, al mismo tiempo tan iguales. 
—Obtuve mi maestría, Baek, y ahora doy clases a primaria y tengo un estudio donde doy clases privadas a otros años —se encogió de hombros y bebió del chocolate en su mano. El frío ya estaba acechando. 
—Eso veo…—su mano jugó con la pulsera en su muñeca y ChanYeol sabía que había algo más que quería preguntar, algo que lo inquietaba por dentro. 
—¿Qué pasa? 
—No nada —apartó su mirada, pero ChanYeol se acercó con esos ojos, esos que decían un: No me mientas—. De acuerdo…es sólo que, has estado tanto aquí y, ¿maestro ChanYeol? 
—No empieces, BaekHyun —se apartó como si estuviera herido y de hecho así se sentía, muy dolido—. Yo apoyé tus sueños y tu vienes y escupes eso como si lo mío fuese un error o un crimen. 
—¡Esto no es vida ChanYeol! —señaló la vista de la ciudad y aunque él no veía nada ChanYeol veía dulzura ambiental, su vida y le gustaba. 
—Que tú te quisiera largar no significa que yo tuviera que hacerlo igual. 
—Oh vamos, ¿qué has hecho estos años, eh? ¿Graduarte y ya? ¿Dar clases en una escuela y qué? ¡No has experimentado! Si no me conocieras juraría que seguirías virgen —ChanYeol bufó fastidiado pero no sabía si podía corregir eso último. 
—Pues yo no veo vida en lo que tú haces, derrochas dinero, ver caminar gente con ropa es algo de calle no veo porque pagar o siquiera desear ser parte de eso, ¿y qué más? ¿Tener amantes o clamidia es interesante en Japón? 
—¿Qué estás insinuando bastardo? 
—Insinuó que yo me podré casar y tener hijos quizá, algo hogareño y hermoso, ¡y seré feliz! ¿Tú que tienes? ¿Un modelo que cambiaras en unos meses? ¿Un niño que te dejará por otro postor con más dinero? 
—¡No intentes meter a SeHun! 
—Oh vamos, no lo defiendas, tú mismo lo haz presentado como un amigo.
—¡Porque eso es! 
—¡Y te da por el culo! 
BaekHyun quería lanzársele encima y si era sincero él mismo tenía ganas de pegarle al otro, pero antes de siquiera plantearse dónde lanzar el primer golpe escucharon una tos falsa y al ver la expresión medio incomoda del hermano mayor de BaekHyun, ChanYeol se apartó bufando e ingresó a la casa buscando su suéter para irse. 
—No te atrevas a creer que has ganado está pelea —escucho cuando llegó a la puerta de la residencia. 
—Eso es BaekHyun —se giró después de abrir la puerta y enfrentó a su exnovio de adolescencia—. Tenemos diferentes puntos de lo que importa en la vida, si crees que ganar en una discusión es más importante que nuestra amistad estás jodido, mis prioridades son otras y mañana tengo que dar clases, que tengas buena estadía. 
 
. . .
 
BaekHyun estaba muy enojado, claro que sus prioridades en la vida no eran nada egoístas o banales, era sólo que ChanYeol era jodidamente aburrido, sí, eso era. El mayor estaba todo el tiempo hablando como un viejo y sólo tenía veintisiete, ¿qué sería de él cuando fuera más grande? 
Pero aunque estaba muy molesto e incluso algo herido por lo que estaba pasando él no sería quien pidiera perdón, en lo absoluto. Se negaba a disculparse por el simple hecho de que era un rencoroso de mierda y aunque no quisiera admitirlo ChanYeol tenía razón: Sus prioridades eran diferentes ahora y muy probablemente sería muy difícil compartir algo especial con alguien en esa vida. 
¿Cuál era el punto de tener tanto y no poder compartirlo con alguien al lado? No quería ser grosero pero la verdad era que su relación con SeHun era meramente carnal y eran más amigos que otra cosa, también tenía que confesar que aún en su corazón se guardaba la tristeza de que años atrás ChanYeol lo había rechazo, sí, él se había negado a irse a Japón juntos y aún le dolía. 
 
—¿Vas a seguir de amargado aquí o vamos a salir? 
Giró sobre su cama y se enfrentó a la mirada de SeHun. Se levantó lentamente y cuando comenzó a ponerse los zapatos le dio una sensación extraña sobre el cuerpo al sentir las manos de SeHun sobre su cintura, con cariño y sin intención de empotrarlo a la pared. 
—¿Vas a contarme quien es y porque te afecta tanto, hyung? 
 
. . . 
 
ChanYeol se sentía mal por haber discutido con BaekHyun cuando lo había echado tanto de menos pero estaba en su derecho de defender en lo que creía, una vez defendió los ideales del menor pues ahora era el turno de él de escucharlo y aceptar que las cosas eran diferentes. Que ellos eran diferentes. 
Era hora de aceptarlo y no podían pretender que aprenderían porque ya no contaban con el mismo tiempo que tuvieron de niños e incluso entonces sabían que eran polos opuestos, sí, se hacían reír, y la pasaban genial pero ChanYeol era azul y BaekHyun rojo, ChanYeol vivía de chistes blancos, risas tontas, comida casera, vida hogareña y canciones creadas bajo amor; BaekHyun vivía de explorar, de cantar sobre diferentes cosas y en diferentes tonos, a él le gustaban los cambios y era impulsivo y simplemente encajaban pero lo hacían demasiado mal, de la manera en que un cactus pequeño cabía en la mano de un niño. No porque cupiera significaba que debía estar ahí. 
TaeYong fue el último alumno que recibió antes de que BaekHyun irrumpiera su pequeña oficina con el ceño fruncido y unos jeans demasiado ajustados para usar en un pueblo pequeño y pudoroso en Corea. 
 
—¿Si sabes que hay tres chicos más afuera esperando por mí? 
—Los mandé a su casa y a la tía que venía con otra intención JongIn se la llevó —sus zapatos hicieron ruido sordo mientras andaba y cuando se sentó frente a él comenzó a toquetear todo como si fueran sus cosas, ChanYeol no sabe porque lo dejó hacerlo, pero con el suéter gris tapando todo su cuello y los mofletes inflados sólo podía ver a BaekHyun curioso con la camisa roja de cuadros en los codos, sus clavículas brillando encima de la camisa y como las pulseras se movían con sus manos. 
—Pareces un bebé jugando con las cosas de papá. 
—Tsk —se sentó bien y mientras lo veía tomó una hoja con melodía privada—. Interesante. Tócala. 
Iba a reclamarle, en serio que sí, pero sus dedos le jugaron sucio y mientras la melodía bailaba entre ellos BaekHyun cerró los ojos y él recordó porque se había enamorado tanto y tan profundo del chico. 
Sus dedos en el aire danzaron y comenzó con suaves murmullos mientras iba subiendo, su boca se abrió y vocalizó con dulzura, él se inspiró y siguió tocando mientras que al otro alguna cosa se le ocurría. Y recordaron. Ambos vivieron en un instante por qué nació su historia de amor. 
 
 
Entre sonrisas, comida y música el atardecer los encontró cuando estaban sentados en el parque al que solían ir de niños y comiendo un helado comenzaron a fluir las anécdotas, viendo hacia el horizonte sus risas se fueron apagando y con un ambiente suave supieron que tenían que hablar de eso. 
—¿Por qué no viniste conmigo cuando te lo pedí? 
—Ese era tu sueño, no el mío. 
—Pero mi sueño no estaba completo sin ti. 
Sus miradas se cruzan y hay perdón pero también la nostalgia que les impide acercarse un poco, un centímetro podría acabarlos en cuestión de nada. 
—Lo mío era la música y una familia, lo tuyo viajes y amigos. 
—Pudimos crear música y una familia, en Japón todo es tan hermoso, nuestros niños podrían andar entre cerezos y vivir en fantasías. 
—Ese es el problema, BaekHyun. Japón es un cuento de hadas hecho a tu medida y yo vivo en una realidad diferente. 
—ChanYeol…
—Ni siquiera quieres hijos, BaekHyun. 
—Pero los habría tenido si te hubieras quedado conmigo —por un instante se enfada, su frase es tan incorrecta que le mata, “si te hubieras quedado”. ¿Pero no había sido él quien empacó sus cosas y se largó? 
—Si tú te hubieras quedado las cosas serían diferentes, e incluso hubieras madurado —BaekHyun bufa y lo enfrenta con el ceño fruncido y sin la intención de dejar esa discusión para otro día—. Tú te fuiste porque querías explorar, fuiste tú quien decidió coger todo lo que creamos y lanzarlo a la basura cuando te largaste, ¿soy yo quien debió irse tras de ti? Pasé toda la adolescencia siguiéndote y fue mi error porque te hice creer que te seguiría a donde fueras sin dudar, pero no podía dejar todo sólo porque tú lo estabas abandonando. ¿Qué iba a hacer yo en Japón, BaekHyun? 
     »Pero no pensaste en eso, ¿verdad? No, tú no podrías detenerte ni un instante a meditarlo y no me arrepiento de no haberte seguido tampoco de haberte amado tanto pero si me arrepiento de haberme vuelto tan dependiente. ¿Sabes cuánto lloré? No estabas cuando desperté, tu perfume seguía ahí pero te habías esfumado en el aire. Te busqué en la biblioteca, en la escuela y la universidad, en cada lugar al que te lleve y te bese una vez, a todo lugar en el que dijiste amarme pero no estabas y ni siquiera llamaste, y apareces ahora y lo peor es que no pude evitar sentirme tan feliz cuando BaekBoom dijo que vendrías. Y es tan difícil porque creo que aún te amo tanto, pero sé que sólo eres un recuerdo lejano, porque no puedo volver a tenerte. 
 
BaekHyun abrió la boca pero no soltó nada más que un jadeo al buscar el aire que se le había escapado, él tenía razón, en cada palabra, en sentirse como lo hacía. No podía defenderse porque no había argumentos, él había dado por sentado que ChanYeol lo iba a seguir cuando se marchara y cuando se lo pidió que lo rechazara le había sabido muy mal, y sí, actúo terriblemente mal cuando optó por irse en medio de la noche pero como siempre lo hizo por impulso, porque estaba molesto y no llamó, no hizo nada más que no fuera abrirse camino en Japón. Le llevó un par de años y le costó un par de horribles trabajos, pero a sus veintidós años había sido un niñato orgulloso que se había prometido que no volvería hasta tener todo lo que deseara y que no iba a llamarlo porque era ChanYeol quién debía venir a él. Él dio por sentado el amor del más grande que al final terminó perdiéndolo. 
 
—Lo siento —y ChanYeol supo en ese instante que las cosas eran lo que eran y aunque desearan cambiarlo de algún modo su vida ya estaba hecha. La de ambos—. Lo siento tanto. 
—Supongo que ya pasó —pero no ha pasado, no se ha ido y lo saben sus miradas, sus manos temblorosas que se mueren de ganas por entrelazarse, lo saben cada pequeño pedazo de sus cuerpos cuando se acercan casi de golpe, deteniéndose con sus labios rozando y la mano de ChanYeol detrás de su nuca y él sosteniendo sus mejillas. Sus bocas chocan pero no es un beso y se niegan a unirse por completo porque ya no son niños y el tiempo se acabó. 
—No voy a irme, BaekHyun. 
—No voy a quedarme, ChanYeol. 
Sus manos caen y el más alto le besa la frente antes de obligarse a separar sus cuerpos, y la mirada de almas heridas se pierde tras el último atardecer naranja que comparten. 
 
 
 
 
Las cosas cambian, todo avanza, pero ChanYeol no podía. Por muy raro que sonara, él sólo veía la vieja ciudad y a él aún le divertía el parque, impartir clases de guitarra en la misma escuela. ChanYeol era parte de esa vieja ciudad y aun así su cabeza no dejaba de recordarla que muy lejos BaekHyun se había ido porque a él no le gustaban las cosas antiguas. Y su cabeza le seguía recordando, gritando que esa sería la última vez que vería que la espalda del chico y que lo que tuvieron cuatro días atrás es todo lo que queda de su amor porque BaekHyun puede avanzar, porque él está listo para seguir y se lo confirma al mayor cuando besa a SeHun enfrente de todos y le toma del brazo, porque BaekHyun ya no es suyo y lo único que le queda son los recuerdos del BaekHyun que era de él, del BaekHyun que tenía veintidós, el cabello castaño, que era tan menudo como un preadolescente y lo quería tanto por ser su primer amor. Sólo eso le queda porque todo cambia y BaekHyun ya puede decir que a él también lo está cambiando. 
 
Notas finales:

Tengo un serio problema con el drama y el ChanBaek, en serio, jaja. Bueno, espero que les pueda alterar aunque sea una emoción, ese es mi propósito. ¡Nos vemos! Ahora debo estudiar, jaja. 

Wattpad: Naglfari


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