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Kouki Scissorhands por Amelia-san

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Notas del fanfic:

Basado en Edward Scissorhands Tim Burton(y los personajes son de Tadatoshi Fujimaki. Bueno casi todos los personajes.

Notas del capitulo: Bueno la actualizacion sera irregular con eso de que estoy corrijiendo otros fics y mis clases avanzadas y el trabajo que me cortan el tiempo.
Hace muchos años habían inventor que creó cosas fantásticas, entre una de ellas un chico, le dio un corazón, un cerebro, le dio todo......... bueno casi todo. El inventor que era muy viejo murió antes de terminar al chico que inventó, el chico se quedó solo, incompleto y completamente solo

Su nombre era Kouki....

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- ¡Hola! señora Helen - dijo una mujer vestida en con un traje elegante mientras la señora mencionada vestía una pijama y una cara de pocos amigos
- ya te dicho que no quiero comprar nada - dijo tratando de cerrarle la puerta para volver a su novela que ya estaba en sus últimos capítulos desde hace un mes.

-Sí Pero esta vez traemos productos nuevos - dijo mencionando unos cuantos mientras la mujer fingía ponerle atención.

-Traigo todo lo que se necesita para un cambio de imagen -dijo mientras la señora se reía con sarcasmo. Era muy notorio que la señora no se arreglaba muy seguido, tenía tubos en el cabello y una mascarilla de aguacate que ya estaba completamente seca.

- Ohhh y no basta decir que también traigo los productos viejos que te encantan - dijo mientras la señora asentía mirando la con pena como diciendo 'si como no'.

- Amelia seamos realistas tú ya sabes que yo no compro nada de esas cosas - dijo cortandola cuando habia empezado a mencionar las sombras mágicas según ella.

-Lo sé lo sé - dijo dándose por vencida – ¡bye! Helen - le dijo mientras la señora le cerraba la puerta con poca delicadeza.

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No muy lejos de ahí en el mismo vecindario una mujer estaba coqueteando con un hombre mientras el arreglar el lava trastes.

- Mira no es muy difícil solamente asegúrese de que ninguna cuchara o tenedor se le vaya por el lava trastes - dijo intentando quitarse la mujer que la tenía prácticamente encima, el pobre hombre ya se empezaba a cuestionar si en realidad había sido un "accidente" lo que le pasó a la pobre máquina.

- Sabes, me he dado cuenta que los mecánicos son unos hombres muy solitarios - dijo acercándose cada vez más y pasando sus manos por los hombros del hombre que cada vez se tensaba más.

- B...bueno creo que eso era todo, sólo asegúrese de no forzar la perilla - dijo intentando cambiar la conversación y salir de esa casa lo más pronto posible. No era que la mujer fuera fea, al contrario, pero la foto de la entrada no decía que era soltera. Cuando la mujer estaba dispuesta a brincarle como tigre el timbre sonó.

- demonios - dijo entre dientes - oh quién podría ser...- dijo con falsa amabilidad al señor que tenía una cara de alivió - mil perdones, no te vayas, en un minuto regresó - dijo dirigiéndose a la puerta con una sonrisa fingida.

- Hola señora Peterson, sólo quería decirle que hoy traemos la nueva edición de cosme....- dijo pero fue interrumpido por la otra señora que la miraba con una mala cara.

- Amelia. No miras que estoy ocupada - dijo apuntando con la mirada al otro carro que estaba estacionado en frente de su casa.

- ohh.. Tienes visitas - dijo para después intentar reanudar la conversación pero siendo brutalmente interrumpida por la peli naranja.

- Bueno me parece que por eso ya te podrás darte cuenta que estoy ocupada - dijo dándole la espalda y cerrando la puerta en sus narices.

- Que modales - dijo con una mueca la señora Amelia.

~~~~~~~~~~~~~En otra casa~~~~~~~~~~~~~

-Bueno ahora creo que deberíamos de escoger entre lápiz labiales - dijo la misma señora que había insistido con las otras dos mujeres, pero ahora le vendía a una muchacha en sus quinces pintándose las uñas de los pies, sin prestar mucha atención a lo que decía la señora.

- Bueno yo creo que un labial rosada fiusha o un rojo coral se verían preciosos en ti - dijo sacando ambos labiales de un kit de cosméticos que traía.

- Bueno... ¿Cuál prefieres? - le pregunto

-Tú en serio crees que tengo dinero - dijo sin siquiera mirarla a la cara.

Después de un incómodo silencio la señora salió de la casa entró a su carro y recargo su cara en el volante. Pensó ir a las casas de la señora Anderson pero era tan religiosos que ni maquillaje usaba, ahorita mismo la podía escuchar tocando el órgano, una canción depresiva que podría hasta llorar hasta a la persona más seria.

Estaba a punto de darse por vencida cuando miro por el espejo retrovisor una casa arriba de una montaña, los árboles que la rodeaban estaban secos, se miraba lújubre, un lugar que pintaba para la película del exorcista.

- no tengo nada que perder - dijo encendiendo el coche amarillo huevo que manejaba.

Las puertas que dividían el pueblo de la casa eran inmensas y estaban oxidadas. El camino estaba lleno de ramas que golpeaban los lados del coche, parecía como si ningún coche hubiera pasado por ahi por años y no lo dudaba cuando ya casi llegaba a la cima, cuando miro un montón de estatuas de animales y ángeles caídos.

Al final había otra puerta que estaba enfrente de un jardín con árboles podados hermosamente, las figuras de los animales estaban perfectamente cortadas, un cisne, un dragón, un venado y un dinosaurio de tamaños inmensos, habían rosas de todos los colores amarillas, azules y las rojas hermosas.

La señora estaba impresionada, hasta los cuernos del venado estaban perfectamente hechos pero lo que más le llamó la atención fue una mano en el centro de jardín perfectamente podada.

- ¿Por que hay una mano? - se pregunto

- Hola... - grito subiendo las escaleras de la entrada de la casa, tocó y tocó pero nadie le respondió.

- Hola - volvió a gritar y esta vez abriendo la puerta cuidadosamente fijándose adentro la casa que era inmensa. Todo estaba lleno de polvo, pero aun así unas escaleras resaltan en todo el lugar, parece como si estuvieran suspendidas, sin ningún soporte en la parte de abajo. De repente una sombra paso rápidamente.

- Hola soy Amelia siento por entrar así pero no tienen ninguna causa para estar asustados - dijo subiendo las escaleras - vaya que esta casa está grande - se dijo a sí misma.

Entró a un cuarto al que parecía ser el ático, que tenía un gran hoyo en el techo donde se podía mirar el cielo, hasta el ático era del tamaño de una casa normal o hasta más grande.

Estaba tan distraída mirando el cielo que no noto cuando una sombra cruzó por su espalda hasta que escuchó el ruido del piso en mal estado. Miró a lo que parecía una chimenea pero las fotos e ilustraciones de revistas viejas decía que no era usada como una.

Abajo en el piso había un cojín, el cojín era grande pero mas chico que una cama.

- Qué extraña selección de fotos - se dijo mirando fotos de periódicos en los que salían una sonrisa anunciando pasta para los dientes y un boxeador que ni siquiera su nombre sabía.

- Tud...-

El sonido del piso la sacó de sus pensamientos y fijó sus ojos en una esquina del ático, la más oscura en la que escuchaba un ruido raspando el piso.

- Hola.... hola.... porque te estás escondiendo - dijo acercándose con cuidado - no tienes por que esconderte, soy Amelia Trancy soy la representante social del área y soy inofensiva - dijo bromeando. La mujer empezó a fijar sus ojos en la sombra y entre más miraba la figura tomaba forma humana.

Podía visualizar la figura de un chico como de unos 17 años, pero entre más mirada ella miro que el chico cargaba unas cuchillas muy grandes para ser una tijeras convencionales.

- Oh por Dios.... me imagino que te moleste - dijo retrocediendo lentamente mientras la sombra se acercaba - fue muy estúpido de mí ya me voy - dijo con voz cortada pero la voz de un chico la interrumpió.

- No te vayas - dejó mostrando a un chico castaño vestido con ropa arrugada y sucia mientras su cabello largo le llegaba aproximadamente al cuello.

- Oh por Dios... ¿Qué te pasó? - dijo mirando las manos del chico en realidad sólo era unas cuchillas de todos.

- No me han terminado - dijo extendiendo sus brazos a la señora que se exaltó al mirar las navajas de las tijeras.

- ¡¡Espera!! pon esas cosas abajo - dijo pensando que eran guantes de cuchillos los que tenía en la mano (tipo x men o Electra) pero cuando miró más de cerca se dio cuenta que esas eran sus manos.

- ¡¡Esas son tus manos!! - dijo sorprendida - esas son tus manos... - dijo en un suspiro como intentando convencerse a sí misma, primero pensó que estaba loca por creer que eran sus manos pero como se consideraba una mujer siega como una tortuga no la pensó mucho.

- ¿qué te pasó? - le preguntó, el chico ahora siendo ella la que se acercaba al chico que se quedó paralizado - ¿Dónde están tus padres?...-dijo recibiendo silencio como una respuesta, al parecer el chico no sabía lo que padres se significaba -¿tu madre?... ¿tu padre?-

- El no despertó - dijo en un murmuro, la señora sintió una opresión en el pecho.

- ¿Estas solo?... ¿vives aquí solo? - le preguntó recibiendo silencio como respuesta, la señora siguió observando al castaño hasta que llegó a la cara -¿Qué le pasó a tu cara?- dijo intentando tocarla con la mano pero sólo consiguió que el chico se exaltara. Al parecer Kouki se cortaba muy seguido con las cuchillas de las tijeras pero aun así se podían apreciar los rasgos delicados del castaño.

- No te preocupes yo no te haré daño - dijo intentando calmarlo - bueno por lo menos déjame tratar las heridas para prevenir una infección - dijo sonriendo, la señora sacó un algodón y un poco de alcohol y empezó a pasar pasarlo por las heridas del chico que se quedaba quieto mirando el algodón como la quinta maravilla.

- ¿Cuál es tu nombre? - dijo con notable curiosidad, no todos los días uno se encontraba a lo que uno podría considerar un ermitaño del siglo 21.

- Kouki.....- dijo tardando unos segundos en contestar.

- Bueno Kouki - la señora repitió continuando dónde se quedó - creo que deberías de venir conmigo a mi casa - dijo para unos minutos después de estar en su carro manejando por las calles del pueblo que era pequeño, todos en el pueblo se conocían y la presencia de un extraño en el carro de la señora Amelia no pasó desapercibido aunque iban a gran velocidad. Se podría decir que los chismes viajaban a la misma velocidad de la luz porque apenas entraron a la casa cuando el teléfono sonó como loco.

Kouki mira con curiosidad a las personas del pueblo por la ventana unas jugando (los niños) y otros platicando entre ellos mientras los observaban y cuchicheaban (Viejas chismosas, que eran prácticamente todas las del vecindario).

Intentando señalar a un niño en alberca asustó la señora por haber tenido una de sus cuchillas a centímetros de su cara.

-L..lo s..siento mucho - dijo juntando sus cuchillas como una persona entrelaza sus dedos.

-No te preocupes Kouki - dijo la señora amablemente.

Continuará…
Notas finales: Bueno queria preguntarles por unas sujerencias de villanos (tiene que ser ukeable o mujer)
-Kuroko
-Momoi
-Chico o Chica inventado(pueden sujerir nombre)
-otro personaje
Bueno Bye!!

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