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Tulipanes Amarillos por Ana Jones

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En un día común en la preparatoria Seirin los chicos del club de basket se encontraban terminando el entrenamiento de la tarde, todo sería perfectamente normal y rutinario para el chico que ocupaba el numero 12 en su camiseta de no ser por el hecho de que todo el día había estado distraído pensando en los sucesos llevados a cabo los últimos dos meses, después de todo no todo el mundo se ve rodeado de los miembros de la generación de los milagros todos los fines de semana, y pensar en como termino en esa situación tan cómica era bastante extraño.

Kuroko y el habían comenzado a hablar y conocerse mas, después de la winter cup y la fiesta que se había desarrollado en casa de Kagami ambos descubrieron cosas que tenían en común tales como su gusto por los libros, factor que fue determinante para que los dos comenzaran a planear pequeños encuentros para ir a alguna librería o firma de autógrafos de uno u otro autor.
Fue así como se volvió de los mejores amigos del peliceleste, razón suficiente para ser incluido también en las reuniones del colorido grupo (cabe mencionar casi siempre para jugar basket en una cancha cercana).

Inevitablemente el castaño termino entablando una que otra tímida conversación con el pelirrojo capitán de Rakuzan, borrando así la mala imagen que tenia de el antes de su victoria en aquel partido, se dio cuenta de que Akashi era bastante agradable, quizá aun le costaba el hablarle gracias a su naturaleza nerviosa, pero en general disfrutaba los pequeños diálogos con el pelirrojo.
Grande fue su sorpresa al descubrir que encajaba perfectamente con un par en especial (ademas de Kuroko, Kagami y Akashi), Kise y Takao.
El rubio siempre acompañado de su Pelinegro Senpai y el halcón acompañando al eternamente tsundere Midorima.

El problema no era el sentirse incomodo o fuera de lugar, tampoco había complejos de inferioridad, esa etapa había sido superada hace tiempo con ayuda del fantasma y el halcón, quizá el carisma de Kise y la guía del senpai de Kaijo también le sirvió, ni hablar del apoyo que le dio Akashi después de eso el y el pequeño chihuahua se fueron haciendo mas cercanos rápidamente.

Sin embargo al castaño le fue imposible no pensar en que el apoyo que le había brindado el pelirrojo lo hacia de las personas mas maravillosas que el había conocido, pronto comenzó a pensar que su sonrisa era hermosa, no podía evitar perderse en la profundidad de sus ojos, y sin duda afirmaba que era atractivo.

Cada vez que le veía en esos cortos encuentros en aquellas canchas y el le saludaba, su corazón latía rápidamente y sus mejillas se sonrojaban al recibir esa amable y linda sonrisa que bien podría derretir su corazón, por eso se vio en un gran problema cuando se descubrió a si mismo suspirando al pensar en el en media clase con la mirada puesta en aquel bonito y anaranjado atardecer que de observaba a través de la ventana del aula.

Su rostro entero se había puesto mas rojo que una cereza y cuando en un susurro Kuroko le pregunto si se sentía bien comenzó a balbucear incoherencias logrando que el profesor le descubriera y le mandara directo a la enfermería al ver el color tan vivo en su cara, seguramente pensando que tenia fiebre o algo parecido.

Desde entonces tenia cuidado de no hacer lo mismo en una clase importante o sus calificaciones se verían afectadas. Y mientras recogía los balones y los llevaba al almacén de encontró con la conclusión de que el en efecto:

Se había enamorado de Akashi Seijuuro

De alguna loca y retorcida manera, sin notarlo además, había encontrado el modo de querer al pelirrojo con todo y sus defectos (porque si los tenia y eran bastantes), y seguramente podría escribir mas de un libro con las cosas que le gustaban de el............

Se reprendió mentalmente por ser tan cursi, el ver novelas con su madre quizá comenzaba a afectarle al grado de tener esos ataques de azúcar que en ocasiones le hacían pasar vergüenza.

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Mientras pensaba en todo eso Kuroko se encontraba hablando por teléfono con el chico en el que había estado pensando el castaño.

-Entonces Akashi-kun está en Tokyo.

Afirmo el peliceleste hablando por el pequeño aparato con su habitual tono neutral

-Así es Kuroko me preguntaba si podrías darme el numero de Kouki-kun

El rostro de Kuroko permaneció estoico, sin embargo una sensación desagradable se instalo en la boca de su estomago, decidió ignorarlo y le brindo al pelirrojo el dato que necesitaba, se despidió y cortó la llamada, miró el pequeño aparato en su mano, detuvo su andar y se preguntó para que querría el pelirrojo el numero de su amigo, la posibilidad de que le hablase para encontrarse a solas le causaba cierta inquietud, aunque ya nada podía hacer después de haber colgado, algo preocupado y resignado siguió su camino a casa con paso tranquilo mientras escribía un mensaje a su castaño amigo.
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Furihata junto a Fukuda y Kawahara habían terminado las labores en el gimnasio y se encontraban saliendo de las instalaciones algo tarde, el celular del numero 12 sonó alertándole de un mensaje, con algo de extrañeza desbloqueo el aparato y leyó el mensaje proveniente de su peliceleste amigo.

"Llámame si pasa algo extraño"

El corto texto lo confundió de sobremanera ¿Algo extrañoNo le tomo mucha importancia y siguió caminando junto a sus amigos en relativa tranquilidad hasta que su celular volvió a sonar, esta vez indicando una llamada de un numero desconocido, aunque iba tan distraído que no se fijo en eso realmente.

-Diga...

-Kouki-kun?

El sobresalto que sufrió su cerebro fue tal que sus piernas detuvieron su curso y el cuerpo entero comenzó a temblar, sin embargo debía contestar.

-A-Akashi-san

Dijo apenas entendible debido al nerviosismo y la sorpresa entremezclada, un pequeño suspiro cansado se escucho por parte del pelirrojo.

-Ya te he dicho que dejes de hablarme tan formal, pensé que ya teníamos un avance

Furihata se sonrojo, sus nervios sacaron esa parte de el que no se permitía "faltarle al respeto" al pelirrojo.

-Lo siento Seijuuro-kun, supongo que fue la sorpresa, como conseguiste mi numero?

Se atrevió a preguntar aun con su timidez habitual.

-Le pedí a Kuroko que me lo diera, espero no te moleste.

El mensaje de Kuroko tomo sentido en ese momento.

-O-oh no te preocupes, a que se debe la llamada?

Pregunto en tono curioso, con una sonrisa tierna pintada en el rostro y un leve tono rosado pintando sus mejillas, un silencio extraño invadió la linea telefónica.

-La verdad es que... No se a quien mas pedir consejo sobre eso, y tu te haz ganado mi confianza rápidamente, quiero pedirte tu opinión acerca de algo....

Furihata sintió que tal vez no debería escuchar esto, aunque ya era tarde, habiendo soltado un

-De que se trata?

Fue imposible mantener la sonrisa después de escuchar.

-Creo... Que me estoy enamorando de alguien....

Furihata detuvo el paso que no sabia que había reanudado, sus ojos se abrieron con extrema sorpresa y podría jurar que incluso su rostro había perdido color, sin embargo tenia que contestar.

-Oh! Bueno, no se si yo seria la persona mas indicada a aconsejarle, mi experiencia es casi nula en ese tema.

Fingió un tono avergonzado mientras trataba de retener las lagrimas y mantenía su voz bajo control a pesar del nudo en su garganta.

-Aun así, me gustaría que me dieras tu opinión, te considero un buen amigo.

El castaño quiso colgar en ese momento y correr a casa, encerrarse en su habitación y llamar a Kuroko para contarle y llorar hasta dormirse tal vez, sin embargo no lo hizo, se mantuvo de pie, apretando el aparato con mas fuerza de la necesaria, con las manos temblorosas y las piernas a punto de fallarle y caer de rodillas.

-Esta bien, quieres que nos veamos mañana en el centro comercial?

Aun con la dolorosa y amarga sensación en su garganta logro sonar bastante normal, sin embargo un par de traviesas lagrimas recorrieron sus mejillas, quizá mas tarde tendría tiempo de arrepentirse por haber hecho esa cita que probablemente le dejaría al descubierto.

Estúpido y Frágil corazón.

Notas finales:

¡¡¡Gracias por leer!!!


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