Los rayos de sol alumbraban tenuemente su rostro de una forma cálida, todo parecía indicar que sería un hermoso y caluroso día, pero muy por el contrario del clima, el sentía que había amanecido con una nube negra sobre su cabeza, por poco y podía visualizar la lluvia y los truenos sobre esta, necesitaba inspiración para sus dibujos, pero llevaba dos días estancado en una escena y no sabía de qué forma salir de aquel bloqueo, necesitaba tener esos dibujos para mañana y así como iba estaba seguro que no podría terminarlo.
-Luces terrible Taekwoon – Se había burlado Wonsik al verlo agarrarse el cabello con suavidad a la vez que apoyaba su frente en la superficie del escritorio.
-No tengo absolutamente nada de inspiración – Dijo frustrado – Necesito terminar estos dibujos lo antes posible –
-¿Y qué tienes que dibujar? – Preguntó curioso a la vez que miraba lo que Taekwoon intentaba dibujar.
-El tipo de chico que sea misterioso, atrayente y dedicado en su trabajo –
-Ven, necesitas distraerte – Dijo tomando algo que estaba en su escritorio y jalando de su brazo prácticamente arrastrándolo hacía un lugar que el desconocía.
-¿La azotea? – Preguntó curioso al ver el lugar donde le había llevado.
-Sí, es un lugar tranquilo, podrás relajarte mientras observas la vista – Menciono señalando todo lo que tenía a su alrededor y como las nubes se veían tan esponjosas que parecía fuesen algodón de azúcar.
-¿Qué es lo que trajiste? –
-Tu parlante – Respondió con sencillez apoyando el parlante en el barandal y conectándolo a su celular – Hay una canción que quería enseñarte, al fin la he terminado – Dijo con una sonrisa.
El sonido de la música resonaba por todo el lugar, era una melodía suave y dulce la cual estaba en contraste con el rap de Wonsik, pero sonaba armonioso y le transmitía tantas emociones que casi sin notarlo se encontraba sonriendo mientras su mirada se perdía en las nubes.
Observo a Wonsik por unos breves segundos, este había sacado un cigarrillo prendiéndolo mientras miraba hacia la entrada del lugar, dándole la espalda a la ciudad y a lo que él veía con anterioridad, siempre era tan misterioso, que le gustaría saber qué era lo que pasaba por su cabeza, le gustaría entender que era lo que pensaba, pero a la vez era eso mismo lo que lo hacía tan atrayente, era ese misterio lo que le hacía querer saber cada vez más sobre él, quería ser parte de su mundo, aunque tuviese un pequeño espacio en el, pero lejos lo que más le gustaba era aquella esplendida canción que demostraba la dedicación a su trabajo, siempre componiendo e ideando canciones que pudiesen transmitir todo lo que él sentía y aquel infinito amor que demostraba sentir por la música.
-¿Te ha gustado la canción? – Le había preguntado Wonsik con una sonrisa al ver como este asentía.
-Es maravillosa – Respondió – Gracias por enseñármela –
-No hay de qué, me gustaría poder ayudarte a encontrar al tipo de chico que quieres describir en tus dibujos – Había dicho Wonsik con una sonrisa y el no pudo evitar pensar que el tipo de chico misterioso, atrayente y dedicado a su trabajo estaba allí.
Justo en frente suyo.