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Never Too Late por Jo Kwangmiin

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Notas del fanfic:

Advertencia: Para las personas que no les gusta lo cursi o no toleran el incesto los invito a retirarse.

Notas del capitulo:

Espero que les guste este one-shot

 

Afuera hacía un clima desastroso, la lluvia no cesaba y los rayos y truenos no se hacían esperar para mostrarse, parecía que el clima estaba mostrando sus sentimientos, los sentimientos de dos chicos que peleaban dentro de una de las casas, ajenos a la tormenta que se desataba desde hace unas horas, tan concentrados en su propia tormenta de emociones y sentimientos que no podían ver más allá que los ojos del contrario y lo que veían nos les agradaba para nada.

- Estás loco.

- Bill tienes que entenderlo.

- ¡¿Qué mierda se supone que quieres que entienda?! 

-¡Bill Ya basta! Esto se nos está saliendo de las manos entiende.

- No Tom, no lo entiendo, no entiendo por qué mierda quieres irte. 

- Es lo mejor para ambos Bill.

- ¡No, no lo es!

- ¡No lo entiendes! Esto está yendo demasiado lejos, en cualquier momento nos descubrirán y ¡¿sabes lo que pasará?! 

- ¡No importa lo que pase si estamos juntos Tom!

- ¡Si importa! Y lo sabes.

- No Tom, yo no puedo hacer esto, entiende.

- Podemos seguir juntos Bill, lejos de aquí, donde nadie nos conozca, sólo... ven conmigo. 

- No Tom, no lo haré, no puedo dejar a mi madre, a Gordon, ¡Son mi familia! 

- ¡¿Y qué hay de mí?! ¡¿Yo no soy tu familia acaso?!

- ¡Por dios! ¡Claro que lo eres Tom! 

- Entonces ¿por qué me quieres dejar aún lado?, ¿por qué no quieres venir conmigo? 

- Tom las cosas no se hacen así, yo no pienso hacerlas así. 

- ¿Realmente te quedarás? ¡¿Que pasó con todas esas veces que me decías que me necesitabas en tu vida?!, ¡¿Qué pasó con todos los momentos en los que me decías que era lo más importante para ti y que no podrías vivir lejos de mí?!, ¡¿Acaso eran mentira?!

- ¡Ya basta Tom!, ¡Que sepas que yo puedo vivir perfectamente sin ti!, ¡No te necesito! 

En ese momento un fuerte trueno resonó por la silenciosa habitación, esa noche dos corazones se rompieron en mil pedazos, uno por mentir de la forma más cruel posible para no verse débil y el otro al ser destrozado junto con todas sus ilusiones.

Dos chicos que se dañaron mutuamente, dos corazones destrozados y dos caminos que se separan.

- Es una lástima, porque a diferencia de ti... yo si te necesito en mi vida. 

Tom se dio media vuelta y tomó la perilla de la puerta que daba directo a la calle, pensaba irse y al escuchar a su gemelo... no daría marcha atrás; abrió la puerta y miró el horrible clima, la lluvia caía fuertemente y las calles estaban llenas de agua y lodo por doquier, todo se veía exactamente como él se estaba sintiendo, no miró a su gemelo sólo dijo tres últimas palabras de despedida y salió cerrando la puerta. 

- Te amo Bill.

Ya era demasiado tarde para arrepentirse, las cosas ya estaban hechas.

Mientras un pequeño rastudo con un corazón roto y las lágrimas a punto de salir se desaparecía por la oscuridad y la humedad de la tormenta, un pelinegro no podía siquiera articular palabra por el fuerte dolor que sentía en su pecho en esos momentos.

La puerta volvió a abrirse, el pelinegro por fin pudo moverse con la esperanza de que fuera su gemelo el que atravesara esa puerta, grande fue su decepción al ver a su madre y a su padrastro, y no a su gemelo.

No lo aguantó más y se soltó a llorar, mientras su madre reaccionaba asustada ante la sorpresa de ver sus lágrimas.

- ¡Bill, cariño! ¡¿Qué pasa?!

- ¡Tom!, ¡Mamá, Tom!

- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Dónde está Tom?!

- ¡Se ha ido!, ¡Tom se ha ido!

Un destrozado pelinegro cayo de rodillas frente a su asustada madre y padrastro, llorando como un pequeño niño, pero ya no se podía hacer algo, ya todo se había dicho, ya no había vuelta atrás. 

 

°°°

Había pasado ya un año desde aquella noche en la que su mundo se había venido abajo, en la que la mitad de su vida, de su alma y de su corazón habían desaparecido, y vaya que se arrepentia de haber dicho lo que dijo y no haberse ido con su gemelo, porque desde entonces su vida no fue la misma.

Su madre y su padrastro Gordon hicieron lo posible para dar con su gemelo, llamaron a la policía, lo buscaron día y noche, pero nunca lo encontraron, era como si hubiera desaparecido de la tierra y sólo quedara nada más que su recuerdo, un recuerdo triste y doloroso.

- Bill, hombre por fin te dejas ver.

Se acercó un chico castaño y de sonrisa radiante al pelinegro, pasando su brazo por sus hombros.

- Saliste de tu cueva por fin.

- Ya basta Georg, no estoy para bromas.

- Vamos que sólo estaba jugando, mira que te ves bien con ese corte de cabello, te queda estupendo, ahora si pareces un chico, por fin te quitaste esas rastas.

- Ja-Ja que gracioso. 

- Vamos quita esa cara de mal humor y démonos prisa que llegaremos tarde a la universidad y mira que últimamente los profesores son unos pesados. 

Los dos amigos siguieron su camino hasta llegar a la universidad, en cuanto llegaron lo primero que vieron fue a un chico bajandose de un lujoso Audi con su mochila al hombro, una pose de chulo y lentes de sol, llevándose con él la mirada de todas las chicas y también de varios chicos.

Todos lo veían, ya sea por su extraña vestimenta dos o tres tallas más grande que la suya o por su cabello trenzado que aunque sonara raro lo hacía ver muy atractivo y varonil.

Bill no podía quitarle los ojos de encima, le parecía sumamente atractivo, guapo y lindo, su estómago se revolvió de una extraña y placentera manera, por un momento pensó que estaba loco y que estaba mal sentir eso, porque por la única persona que había sentido eso era por su gemelo, pero el no estaba y no volvería. 

Recordar eso lo lastimó aún más y no quiso seguir ahí, se soltó del agarre de Georg y se fue corriendo a su aula dentro de la universidad.

- ¡Bill!

No se detuvo ante el llamado de su amigo, siguió su camino sin mirar atrás y sin darse cuenta que un extrañado trenzado lo observaba sin poder apartar los ojos de él. 

 

°°°

Dentro de su clase todo era tranquilo, se sentía mal por lo que había pasado, sentía que estaba traicionando a su gemelo a pesar de que no lo veía desde hace un año, pero él aún lo amaba más que nada en el mundo.

La tranquilidad desapareció cuando Georg se sentó frente a él, con una cara que dejaba notar lo extrañado que estaba por lo que acababa de pasar.

- Bueno ¿y a ti qué te pasa ahora?

- Georg en serio no quiero hablar ahora.

- Bill...

- Todos tomen sus asientos que la clase ya va a comenzar. 

El profesor entro al aula interrumpiendo a Georg que seguía pensando en lo que le molestaba a su amigo e incluso preocupado por su actitud. 

Todo siguió como normalmente lo hacía, aún había alboroto por el chico nuevo que nada más al llegar había causado revolución en todas las chicas de la universidad que se habían vuelto locas por él, Bill no quería pasar por ese enrollo por lo que se mantuvo alejado del chico nuevo que aún no veía completamente bien.

Las clases pasaron tan rápidamente que no se dio cuenta de la hora que era y que debía volver a su casa, no quería hacerlo cada que volvía se sentía asfixiado por los recuerdos de su gemelo, por lo que decidió quedarse un poco más en la universidad, inventadole a Georg que tenía que estudiar y en su casa no lo podría hacer, Georg no quiso molestarlo más y se fue, no sin antes decirle que lo llamara cuando llegara a su casa. 

Después de una hora de estar sentado leyendo lo primero que veía en la biblioteca, por fin se decidió en que debía volver, se levanto de su asiento, tomó sus cosas y salió de ahí. 

Los pasillos estaban vacíos a esa hora y todo estaba en silencio, eso lo hacía relajarse, su teléfono comenzó a sonar y lo cogió sin mirar la pantalla ya sabía que era su madre, era la única que lo podía llamar a esa hora.

- ¿Hola?

- Bill cariño, ¿dónde estás? ¿por qué no has llegado a la casa?

- Lo siento, me quede estudiando en la biblioteca y se me pasó el tiempo. 

- Cariño me tenías preocupada.

- Lo siento, ya voy para allá. 

- Muy bien, te espero aquí cariño, Te quiero.

- Yo también Te quiero, adiós. 

En cuanto colgó sintió una mano en su brazo dándole la vuelta, dejándolo frente al misterioso y guapo trenzado de esa mañana. 

- ¿Pero qué...

Y entonces ocurrió, su mundo se detuvo, ni siquiera sabía si respiraba o no, no podía pensar en otra cosa que no fuera que la persona que tenía enfrente suyo, el atractivo y lindo trenzado, la persona por la que sintió un nudo en su estómago era nada más y nada menos que su gemelo, su alma gemela, el amor de su vida, su todo y estaba ahí frente a él después de un año de haber desaparecido. 

- T-Tom... 

- Te extrañé.

Sonrió dulcemente el trenzado y el pelinegro aún no podía creer lo que estaba pasando, aún no podía creer que realmente tuviera al amor de su vida, a su Tom junto a él, después de tanto tiempo de sufrir y llorar por no saber si estaba bien y ahora estaba ahí con él, más hermoso que nunca y sonriendo de esa forma tan única como sólo él podía. 

- Al final... al final siempre fui yo... el que no podía vivir sin ti, el que te necesitaba en su vida.

Soltó por fin el pelinegro, le dijo por fin lo que le debió haber dicho hace mucho y no espero ni un segundo más para lanzarse a los brazos de su trenzado, llorando en sus brazos, pidiéndole perdón por no haber estado para él y rogandole que no se fuera nunca más de su lado, que no lo dejara solo nunca más.

- T-Tom... no te vayas otra vez, no me dejes solo. 

- No me iré nunca más, lo prometo, no sabes como te necesité todo este tiempo. 

- Y yo a ti, creí que no te volvería a ver, creí que ya era demasiado tarde. 

- Nunca es demasiado tarde.

- Te amo, Te amo Tom.

- Te amo Bill.

Con esas tres palabras que en algún momento fueron de despedida se besaron sellando así su promesa silenciosa de estar juntos para siempre y volver a aquel amor que tenían y por el que seguirían luchando aún ahora con la misma intensidad.

Porque nunca es demasiado tarde cuando se ama de verdad.

Notas finales:

Espero sus reviews con sus opiniones :3


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