Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por las calles por Deidara Sempaii

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hace rato Amor Yaoi no me dejaba entrar y todavia no sé por quée :( Encima este fic lo tengo pensado hace ya más de un año xD justo hace unos dias me digo ¿y si lo subo? y bueno, aquí está, aunque lo tenia pensado y todo aun no lo habia escrito, asi que puede que tenga algunos fallos (? xD y peor aun ¡Habia olvidado que debia poner un título! se me acaba de ocurrir jajaja soy un desastre xD

Notas del capitulo:

Creo que no hay mucho mas que decir que lo acabo de escribir. :( jajajaja es que la emocion de que pude entrar a amor yaoi despues de tanto tiempo me ganó, entonces aproveché y lo subi como pude, luego lo mejorare en tanto a los errores ortograficos y eso.

 

Resopló.

Ladeó la cabeza por cuarta vez en tan sólo un cuarto de hora, creyendo que podría destensarse. El ambiente se había puesto tedioso. Papeles, papeles, y más papeles; quizá por su corta edad le resultaba extramente difícil comprender lo que decían, tan solo sabía que se relacionaba con un tema: Divorcio. El divorcio de sus padres.

Jack miró a través de la amplia ventana de aquella sala y viró su vista hacia abajo. Desde ese piso, podía observar el ir y venir de los autos. No era la primera vez, claro. Dejaba de lado el tema principal y buscaba con qué entretenerse. Y lo consiguió. Un día, la primera vez que asistieron a aquel lugar. A la misma hora, cuando la oscuridad comenzaba a ascender, un joven que no ha de tener mucho más que Jack, pasaba por allí y, si no se equivocaba podría llegar a ser su hermano quien lo acompañaba siempre. Al ponerse el semáforo en verde, y detenerse los autos para que los peatones pasaran, aquel joven con su hermanito entretenían a los conductores durante la espera.

Desde ese día, cada vez que iban al abogado, Jack se entretenía con aquel joven.

Y de eso, poco faltaba.

Observó, fingiendo desinterés, la hora; mentalmente calculó que faltarían trece minutos para que aquel muchacho y su supuesto hermano comenzaran con su pequeño oficio, a fin de que las personas le suelten alguna que otra moneda.

                Este tipo de cosas hacían pensar mucho a Jack, puesto que últimamente la idea del trabajo y del estudio andaban rondando mucho por su cabeza, ya que, al tener sus recientes diecisiete años, estaba en aquella etapa en la cual debía pensar bien, y con claridad que quería para su futuro. Ver a aquel joven le hacía pensar que no todos tenían la misma suerte y por ello, debían esforzarse más; al mismo tiempo comenzaba a valorar las pequeñas cosas.

—Con esto damos finalizado el día de hoy. — El abogado junto los papeles bien acomodados y luego los apiló en su escritorio.

—Ya nos vamos hijo. —su madre le dedicó una sutil sonrisa.

Él sólo asintió. Era una pena que ambos padres fueran tan buenos y se tuvieran que separar.

Jack se levantó y paró frente a la ventana para verlo. Aquel joven ya estaba allí cuando el semáforo cambió de color. Echó un vistazo a su madre que aún seguía hablando un par de cosas con su abogado y su previamente exmarido, para luego centrar toda su atención en ese muchacho que con pequeños malabares y otro trucos lograba conseguir para comer el día a día.

 

 

 

 

 

 

 

 

Al llegar a casa se sacó aquella ropa de salir para ponerse algo más cómodo, como unos simples pantalones cortes con una holgada remera. Se echó en su cama pensando, como últimamente lo iba haciendo, el  decidir su futuro. Aun no tenía con certeza que carrera seguiría, pero hasta hace poco se había dado cuenta de algo, que ver a aquella gente pobre, que carecia de muchas cosas y que debía trabajar como podía, tan solo podía agradecer y pensar que tenía mucha suerte de vivir en esa casa. Jack era de clase social media, no le faltaba nada como tampoco le sobraba; lo justo y necesario. Agradecía eternamente, cada día el poder dormir bajo un techo, como no todos podían, por ello siempre intentaba dar lo mejor de él.

 

 

 

—Jack.

La voz de su madre se pudo oír desde su habitación.

—¿Qué pasa? —se apoyó sobre sus codos.

—¿Puedes hacerme un favor? Fíjate si ya cerraron el mercado, olvidé comprar las cosas para el desayuno de mañana.

—Sí, está bien. Como digas —suspiró. Se recolocó la campera que anteriormente se había quitado y salió de la habitación.

Fue hasta su madre a recibir el dinero; seguido de eso se marchó hacia la calle. El mercado no quedaba muy lejos, sino a tres cortas cuadras.

Cuando estaba a poco de llegar un joven cruzó delante de él a una velocidad sorprendente; atónito ante tal sorpresa ladeó la cabeza hacia la izquierda y vio como otro tipo seguía a aquella persona, pero lo que terminó de llamar su atención fue que éste último llevaba un arma. Jack abrió los ojos como platos, en blanco. Estaba solo, en medio de la oscuridad de la noche presenciando lo que parecía un... ¿robo? ¿Asalto? ¿Cómo podía llamarse aquello?

No supo que hacer. Sabía que alguien debía intervenir pero la voz incesante de su madre diciendo que nunca se metiera en ese tipo de cosas le carcomía la cabeza. Pero, por primera vez, hizo caso omiso a la voz de su madre en su mente. Esta vez no. Sabía que meterse en cosas ajenas no era bueno y que podría salir peor de lo que se esperaba, pero antes de darse cuenta ya había comenzado a correr tras ellos.

Llamar a la policía. Lo lógico sería eso, pero en una situación así, por muy ilógico que sonará...  era lo último que alguien podría hacer.

Corrió bajó las solitarias y silenciosas calles de aquel barrio, iluminadas tan sólo por tenues faroles, y cubiertas de árboles por cada vereda. El corazón le latía más fuerte que nunca. Además de saber que estaba yendo a la dirección contraria de donde debería ir, adentrándose cada vez más a calles más oscuras.

Oyó un disparo.

Sintió como el corazón se le detuvo un instante. Su cuerpo se paralizó y se debatió, segundos después sobre si avanzar o regresar.

Avanzar.

Corrió nuevamente, hasta que se detuvo abruptamente al ver que aquel joven que había visto primero estaba tirado en una esquina, manchado de sangre. Un disparo en el brazo.

Se desesperó mentalmente ¿Qué debía hacer? Mejor dicho ¿Qué podía hacer?

Se inclinó hacia él y le miró a la cara. Era aquel chico. El chico que veía cuando iba a ver al abogado, con sus padres. Era aquel chico que iba en busca de dinero para poder sobrevivir. Era él.

—O-ye —podía sentir claramente los fuertes pálpitos de su corazón. Nunca había estado tan asustado como esa vez.

El joven débilmente levantó la cabeza.

Jack tragó saliva. Temblorosas sus manos se acercaron a sus bolsillos con la ilusión de tener su celular, pero no, no lo llevaba encima. Se maldijo por eso.

—¿P-puedes hablar? Hey, dime algo. Por favor. —comenzó a desesperarse, girando su cabeza a ambos lados pero tan sólo veía oscuridad. No había nadie, y aquel hombre quien había sido el causante del disparo había huido. No entendía bien la situación, solo sabía que tenía a una persona desangrándose frente a él.

—Dios, ¿qué hago, que hago?

—Estoy bien... —el que pudiera oír el sonido de su voz llevó a Jack a un profundo alivio.

—Yo.. —se miró. —No sé qué hacer. ¿Tienes celular, algo? Dime por favor, no sé qué hacer, como ayudarte. —por el tono de su voz podía comprobarse lo atemorizado y nervioso que estaba.

—Yo.. he robado.

—¿Qué? —las palabras salieron por sí solas. —e-espera un momento. Bueno la verdad esto no importa, estás.. estás sangrando mucho y yo... —sintió que estaba perdiendo tiempo. Demasiado tiempo y lo menos que quería era ver a alguien morirse delante suyo. —¿Dónde fue? ¿Puedes levantarte?

—Si puedo. Fue un disparo en el brazo. No es de que preocuparse —hizo un quejido — no fue en un ligar muy estratégico —amagó una sonrisa.

Jack suspiró más tranquilo.

—¿Dónde vives?

—¿Estas confiando en un desconocido? —levantó su mirada hacia Jack, quien se sintió intimidado por aquellos ojos verdosos, pero no el que estaba acostumbrado a ver, sino unos con matices más oscuros de lo normal.

—¡Qué importa! Al diablo con eso. Déjame ayudarte.

—Estoy bien. La calle está muy peligrosa, deberías irte.

—No me iré hasta saber que estás bien. Quizá tu no me conozcas pero yo.. —calló al saber que pdría cometer una estupidez.

El joven aquel enarcó una ceja. Se sostuvo el brazo y con demasiado empeño, logró levantarse.

—No es como si fuera la primera vez.

Jack, al ver que seguía sangrando se percató de algo.

—¡D-disculpa! —se quitó la campera que tenía puesta y la ató al brazo del contrario asegurándose de que la sangre no siguiera derramándose.

—La verdad es que... mi casa queda un poco lejos, por eso. Además no cualquiera querría confiar en mí. —le miró.

—Pff ¿eres de la mafia o qué? No me das miedo, es más, me das lástima, lástima dejarte aquí tirado, medio muerto asi que te acompañare o por lo menos deja que te ayude en algo. Sé que llamar a la policía no servirá pues... acabas de decirme que robaste, no te juzgaré ¿bien? Sólo.. —se rascó la nuca mas sosegado. — mi casa está.. —pensó fugazmente en la posibilidad de llevarlo hasta allí pero de inmediato las imágenes de su familia diciéndole que eso jamás pasaría de meter a un extraño le vinieron de inmediato a la cabeza. —¡Dios! ¿por qué no traje el celular encimaaaa?

—Ey, yo ya me voy. Te lo advierto, la calle está peligrosa para un pequeño como tú.

—Ya cállate ¿quieres? No estás en tus mejores condiciones para hablar. —suspiró —sígueme.

 

 

 

—Quédate aquí ¿bien? —Jack se escabulló entre los arbustos de su pequeño jardín. Traeré algo para curarte. Perdona, pero no puedes entrar a mi casa, me asesinarían si les digo lo que pasa.

—Eso ni decirlo. Lo sé. —ladeó una sonrisa débil. El dolor lo carcomía.

Jack entró por la puerta; desde allí oía a su madre en la cocina.

—¿Jack? ¿Eres tú? —su madre preparaba la cena —¿has conseguido algo o ya habían cerrado?

—Este... yo... —tragó saliva. —no sabía que traerte entonces.. ¿Sabes? Creo que mejor debería volver.

—¿Qué tonterías son esas? Ya es tarde. Vuélvete a tu cama, mañana tienes clases temprano.

—Si es sólo que.. ¡Ya vengo! —corrió hacia su habitación a coger algo que creyó que podría servir, buscó en internet brevemente que se hacía en esos casos. Se sintió un idiota por eso, sin embargo algo le ayudó, o eso creyó. Metió en su mochila todas sus cosas y salió hacia el patio ignorando la voz de su madre.

—¡Toma, toma esto! —le dio un calmante.

—¿Y esto? —enarcó una ceja.

—¡Sólo tómalo! Anda, apúrate. Me destrozarán si se enteran de que..

—¿Por qué haces esto? Te dije que robé. Mi situación económica no es muy..

—¡Y a mi qué con eso! Solo tomate eso asi alivia tu dolor. Solo... quiero ayudar...

—Estas arriesgándote a un buen castigo.

—Lo sé. —susurró. —pero quien podría imaginar esta situación, no creo que mi madre... —rió luego de un buen rato.

—¡Jack!

Oyó esa voz cerca, muy cerca tal vez de él. Su madre.

—¡Jack! Te dije que volvieras a la cama, ¿Qué haces afuera tan tarde? ¡Jack! —recorrió el jardín hasta la parte trasera en donde se encontraba su hijo con aquel desconocido.  —¿con quién hablas?

Jack tembló, literalmente todo su cuerpo lo hizo. Meter a un ladrón en su propia casa.

Que locura.

Los pasos de su madre aproximarse solo le hicieron saber que las cosas a partir de allí irían mal. Tantas veces fue advertido y él mismo Jack creyó que nunca las haría pero el corazón razonó más pronto que su cabeza.

—¿Jack?

 

 

Notas finales:

Gracias quien se tomó las molestias de leer :) Prometo que lo mejoraré. Es que tuve problemas  para entrar aquí y eso. Sé que lo mencione anteriormente pero necesitaba desahogarme. :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).