Torre Hokage, 10:00 p.m.
-Ya estamos aquí, Hokage-Sama ¿Cuál es la emergencia? -Preguntó respetuosa y apresuradamente el asistente del sexto Hokage, Shikamaru Nara.
Llevaba dos años transcurridos desde que la cuarta guerra ninja (apocalipsis zombi, como solía bromear Naruto) dio por terminada.
Después de unos difíciles meses, la aldea empezó a retomar poco a poco la gloria que había perdido tras el ataque de Pain y las bajas de la guerra, además, todos los países habían sido afectados y mantener la paz era algo que cada shinobi se esforzaba con todo su ser en mantener, en especial, cierto ninja rubio considerado el héroe del mundo.
Este, por su parte, se encontraba ansioso por que al fin se le asignara una misión de rango S (como lo había dicho Shikamaru cuando fue a buscarlo).
Este se encontraba cómodamente en su casa apunto de cenar un delicioso plato de ramen, ese día había sido demasiado estresante debido a que Iruka se había tardado cerca de cinco horas intentando explicarle a Naruto los fundamentos de la filosofía ninja implementada por el primer Hokage, aunado a intentar que también lograra recitar de memoria el código de justicia de la aldea.
Sí, definitivamente entrenarlo para el puesto Hokage (el de jounin lo consiguió meses atrás después de un largo examen) era más difícil que lograr que Kakashi dejará los libros eróticos.
De pronto, Shikamaru entró por la ventana sacándolo de sus -terribles- recuerdos, alegando que se le solicitaba urgentemente en la torre Hokage, y supo que la cosa sería grave al ver que no solamente serían él y Shikamaru, sino que también Sakura, Hinata, Sai y Sasuke se encontraban reunidos en la oficina del mandamás de la aldea.
Volviendo a la torre y la plática efectuada en ella.
-Los he reunido debido a que necesito que se encarguen de unos enemigos que intentaron infiltrarse en Suna y atacar al Kazekage- decía con un tono de seriedad.
Todos jadearon de sorpresa ante lo dicho ¿Alguien intentando atacar a Gaara del desierto? Simplemente increíble, y más debido a la fuerza del Kazekage y su escolta.
-¡¿Cómo está Gaara, Kakashi-sensei?! – gritó preocupado Naruto, era su amigo y cualquier amenaza hacía el pelirrojo podría considerarse un ataque directo al jinchuriki.
-Se encuentra bien, Naruto, afortunadamente lograron darse cuenta a tiempo, sin embargo, de los cuatro culpables solamente lograron capturar a tres, uno logró escapar –
- ¿Y qué tiene que ver Konoha en todo esto? Digo, ese es asunto interino de Suna – contestó extrañada Sakura, la arena solía ser demasiado discreta con asuntos de esa índole.
-Que la persona que escapó es un presunto familiar lejano de una antigua ninja de la hoja- contestó el Hokage mirando el retrato del cuarto Hokage que colgaba de la pared.
-Ósea que pertenece a algún clan de aquí ¿Cierto? – dijo Sai, extrañado por el tono empleado por Kakashi, según sus libros, eso denotaba tristeza y melancolía.
-No precisamente, pero digamos que conocemos mejor que otra aldea ninja las capacidades del clan al que sospechamos que pertenece el agresor –
-Ya basta de rodeos, Kakashi, dinos de una maldita vez porque tanto misterio con ese sujeto ¿Antigua ninja de la hoja? ¿Capacidades de un clan que, al parecer, es extranjero? -dijo Sasuke perdiendo la paciencia, esperar no era su fuerte.
-La peligrosidad y el hecho de que Suna nos pidiera ayuda, es que se sospecha que ese tipo es primo de la antigua jinchuriki de la hoja y esposa del cuarto Hokage -dirigiendo su mirada al ojiazul- es decir, pariente tuyo y de tu madre, Naruto, un Uzumaki. –
De pronto la habitación se sumió en un profundo silencio, a pesar de que después de la guerra todos se enteraron la procedencia de Naruto, no por eso era menos incómodo hablar del tema.
- ¿Entonces que se supone que hagamos, capturarlo o exterminarlo? -respondió el blondo con suma seriedad, algo inusual en él.
- Por eso es que solicite que tú participarás en esta misión, dejaré a tu criterio esa decisión- tratando con total seriedad al chico.
- ¡Eso no está bien Kakashi-sensei! ¡Si se trata de un enemigo peligroso, no dudará de aprovecharse de la bondad de Naruto-kun! -participó por primera vez Hinata, sin embargo, no le parecía correcta la decisión del Hokage.
¡Eso era como jugar con la fragilidad y falta de familia de Naruto!
Los demás no estaban mejor, todos pensaban igual que la chica, eso era demasiado cruel, y Sasuke era por mucho, el más molesto de todos. Él ya había experimentado en carne propia el tener que deshacerse de un familiar.
- ¿Acaso esto es una broma, Kakashi? - siseo molesto el último Uchiha.
-No Sasuke, no lo es, sé perfectamente que piensan que es crueldad de mi parte el hacer pasar por esto a Naruto, por eso, he decidido que yo también iré con ustedes, tomaré la absoluta responsabilidad de mis decisiones, eso es primordial para un Hokage- dirigiéndose al rubio.
Esa era la verdadera intención del peliplata, hacer que su alumno empezará a decidir como un líder capaz de proteger a su aldea y las alianzas por la paz.
-Estaré bien chicos, no es como si conociera a esa persona, además, atacó a Gaara, ¡eso no lo perdonaré jamás´ tebbayo! ¡ÉL es importante para mí! –
Todo vestigio de indignación y tristeza quedaron en el más profundo olvido dentro de la psique de Uchiha tras ese comentario.
¡Que le dieran a ese maldito Kazekage de cuarta! ¡¿Importante para Naruto?!
Sin embargo, no sabía porque se encontraba de pronto tan enojado, o más bien, en su crisis de clóset, se negaba a aceptar que la relación del dobe con ese tipo le producían unos enfermizos celos.
Típico de Sasuke.
Así que, después de unos cuantos gritos y planes de ataque, los seis shinobis partieron hacia la frontera del país.
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Era una noche tormentosa, el cielo relampagueaba y los árboles se mecían con una gran intensidad y fuerza, esto le dificultaba en demasía desplazarse a través de las ramas al grupo que intentaban seguirle el ritmo al ninja de rango S que se encontraba a unos metros más adelante de ellos.
-Mierda- mascullo entre dientes Naruto- ¡Detente ahí' tebbayo! –
-Naruto, dudo mucho que te vaya a hacer caso- le decía burlonamente Kakashi, el cual se encontraba corriendo a su lado.
Gracias a las habilidades de Hinata y la capacidad de búsqueda de los perros de Kakashi que encontraron al ninja gracias a un pedazo de ropa que perdió en batalla antes de lograr escapar, en menos de dos días dieron con el otro Uzumaki.
-Joder dobe, concéntrate en la maldita misión - gruño Sasuke a su lado, ya era la tercera vez que se golpeaba con alguna rama debido a que la lluvia no le permitía un buen equilibrio ni una buena visión - No queremos que por tu culpa fallemos la misión –
- ¡Te juro que te romperé tu bonita cara si te atreves a decir eso de nuevo! -le gritó devuelta sin darse cuenta de sus palabras.
Ups… pero Sai si las notó.
- ¿Eso quiere decir que piensas que Sasuke es bonito? -decía pensativamente mientras volteaba hacia el rubio.
Todos, absolutamente todos, lo que incluía a Sakura, Shikamaru, Hinata, Kakashi, y por supuesto, Sasuke, se sobresaltaron ante las palabras del pintor, mientras que Naruto, bueno… él intentaba de todas las maneras posibles que nadie notara el sonrojo que se instaló en su cara.
¡Maldito Sai con sus preguntas comprometedoras!
Bueno, la culpa fue de él al decir semejantes idioteces sin pensarlo.
- ¡Yo no dije eso' tebbayo! -al menos debía de intentar conservar un poco de su orgullo ¿No?
-Si lo dijiste, dobe- contestándole prepotentemente Sasuke al rubio- Ya sabía que soy perfecto, no tienes que recordármelo-
- ¡Dije bonito, no perfecto, imbécil! -Si estaba tratando de arreglar su situación, falló rotundamente.
- ¡Chicos, concéntrese en la misión, ya después pelean entre ustedes! -ordenó Kakashi a sus dos alumnos.
Joder, que estando a media persecución en una misión rango S no era el mejor momento para que esos tontos se pusieran a pelear.
-L-Lo siento Kakashi -sensei- decía avergonzado el rubio tras ser regañado.
Sasuke, bueno él solo se dedicó a voltear la cara mientras aceleraba sus pasos, eso era lo más cercano a una disculpa que el peli plateado obtendría del ex- vengador.
- ¡C-Chicos, el enemigo acaba de meterse a una especie de cueva! -alertó la heredera del byakugan que seguía los pasos del renegado a través de la espesura del bosque.
- ¡¿A cuánta distancia esta de aquí Hinata?! - preguntó la pelirrosa preparando su puño en caso de tener que dejar encerrado entre escombros al enemigo.
-Alrededor de unos veinticinco metros Sakura -san-
-Shikamaru ¿Qué opinas de esto? -preguntó Kakashi, algo ahí andaba muy mal.
- ¿No les parece algo extraño que se encerrara el solo a sabiendas de que lo podemos rastrear? –
- ¿Crees que sea una trampa? – dijo el Uchiha.
-Estoy totalmente seguro de que lo es, Sasuke –
-Entonces ¿Cuál es el plan Shikamaru? -
Decía en Uchiha mientras aterrizaba elegantemente sobre el piso, después le siguieron Naruto y los demás.
-Pues ya estamos aquí, es muy probable que ese sujeto quiere que entremos, sin embargo, quedarnos afuera le daría una oportunidad de huir en caso de que haya una salida alterna. –
-Lo mejor sería dividirnos ¿No es eso lo que ibas a decir? -contestó Sasuke, él, al igual que Shikamaru y Kakashi, podían adivinar las estrategias de otros en cuestión de segundos.
-Así es, el riesgo es inminente, así que pienso dividirnos en tres grupos-
- ¿Cómo? –
-Sai y Hinata serán el equipo de vuelo, la habilidad de volar de Sai, aunado al byakugan de Hinata, serán perfectos para vigilar el escenario desde arriba, así podremos saber si hay más enemigos o trampas dentro- señalando el inter comunicador de su oído- solo espero que no se hayan dañado con la lluvia-
-Entendido, vamos Hinata- le dijo Sai a la tímida chica mientras se disponía a crear un ave.
-El segundo equipo será conformado por el resto del equipo 7, Kakashi como guía, Sakura como médico en caso de que tengan que entrar en batalla, y Naruto y Sasuke de defensa, además, con el sennin modo de Naruto, les será fácil detectar más chakra-
-Pero Shikamaru ¡No te puedes quedar tu solo! ¡Es demasiado peligroso, te puede pasar algo! - gritó sumamente preocupado Naruto.
-No exageres Naruto, quizás no soy tan fuerte como tú, pero al menos me sé defender, además, mi jutsu de sombras es perfecto en caso de que alguien quiera escapar- tratando con la mayor paciencia posible, hacer entender al rubio.
Pero ¿Cuando alguien lo ha hecho entender?
- ¡Eso no importa' tebbayo! ¡Tú seguridad es lo primero, te necesito a mi lado en el futuro! –
De no ser porque casi todos conocían la promesa de Shikamaru, de ser la mano derecha del próximo hokage Naruto, cualquiera hubiera malentendido eso.
Lástima que ese casi, no incluía a Sasuke Uchiha.
¡¿Pero qué rayos?! ¡Acaso eso fue una confesión de amor!
Pensó furibundo el Uchiha.
Sasuke estaba, ¿Cómo decirlo?, Ahh sí, inexplicable y estratosféricamente enojado e indignado por ese comentario.
Si alguien debía estar al lado de Naruto en el futuro era él y solo él, conocía mejor que nadie al atolondrado ninja, y solamente Sasuke Uchiha sabría apoyarlo y guiarlo, independientemente de su anterior intento de destrucción a la aldea y su inestabilidad mental (obvio sarcasmo).
Si, era eso, él era el genio perfecto que ocupaba ese dobe a su lado, no aquel perezoso sin remedio del Nara.
No eran enfermizos celos, para nada, era simplemente procurar el bienestar de su… emm ¡Mejor amigo! ¡Sí, eso! Y tampoco sentía que el Nara mereciera ni siquiera una sonrisa del rubio, mucho menos el compartir el lecho con él, así que a la mierda el dobe y sus estúpidos comentarios de amor, no le permitiría cometer semejante estupidez.
Pobre idiota de Sasuke.
-Tranquilo Naruto, estaré bien, Sai y Hinata estarán encima de mí, no estoy solo, así que deja de perder valioso tiempo y deja que continúe la misión -decía con un goterón en la cabeza.
Shikamaru era considerado el mayor genio estratega del país del fuego, por eso, al sentir de pronto una energía bastante negativa provenir de parte del vengador, decidió que lo mejor era hacer que el Uzumaki cerrara la boca.
No es que no apreciara las palabras de su amigo, le hacía sentirse muy bien el saberse alguien importante en la vida del atolondrado ese, es por eso que decidió acompañarlo y aconsejarle no solo cuando recibiera el título de Kage, sino que en cada aspecto posible de su vida.
Sin embargo, al sentir que su humanidad y aparato reproductor perecerían en llamaradas negras ,cortesía del Uchiha, su cerebro le ordenó cortar el asunto de raíz y alejar al equipo siete (más concretamente a Sasuke) mínimo diez metros de él.
¡Qué situación más jodidamente problemática! De seguir ese par en su estúpida fase de negación y no aceptaran de una vez por todas que se amaban y querían follarse como bestias en celo, toda Konoha y alrededores correrían el riesgo de un mortal amaterasu o un potente rasengan producto de los celos de ese terrible dúo.
Y no hacía falta ser catalogado como un genio para darse cuenta de eso, ósea, cualquiera que hubiera visto por dos minutos la interacción de ellos o diera un ligero vistazo a la historia de sus vidas, se daría cuenta del amor entre ellos dos.
¡Si hasta Sakura y Hinata se habían resignado con la cabeza en alto!
Definitivamente ese par era estúpido.
-Bueno -dijo el rubio a regañadientes - pero en caso de cualquier cosa no dudes el pedir ayuda, ¡El gran Uzumaki- Sama te rescatara enseguida' tebbayo! –
-Vamos de una buena vez "Uzumaki dobe-Sama" -decía con sarcasmo el Uchiha hastiado del comportamiento de Naruto - O perderemos el rastro del enemigo por culpa de tu parloteo-
-Sasuke -kun tiene razón Naruto, andando- contestó Sakura.
Puede que desde hace tiempo hubiera asimilado que entre ella y el último Uchiha no pasaría nada, además de que apoyaría a sus dos mejores amigos en todo, sin embargo, eso no evitaba que suspirara con cada palabra que saliera de los labios de Sasuke, joder, que los sentimientos de una mujer no desaparecían tan fácilmente.
Pobre Hinata, ella no debería de estarlo pasando mejor.
- ¡Cierra la boca, estúpido teme! -
- ¡Cierren ambos la boca y andando! -les gritó Kakashi sintiendo las primeras punzadas de una inminente jaqueca, menudos mocosos más ruidosos y molestos.
No veía la hora de terminar la misión e ir a leer su icha icha en paz.
-Entonces, sepárense- fueron las últimas palabras de Shikamaru.
Y sin más contratiempos, desaparecieron de la vista del Nara.
-Joder, que este lugar es aterrador- decía Naruto, si por fuera el paisaje no se veía muy favorable, por dentro era aún peor.
Era una especie de caverna enorme, con una humedad casi asfixiante y varios tipos de animales rastreos por las paredes que creaban sonidos huecos y escalofriantes.
-No seas miedoso Naruto, ¿que no eras el que hace rato estaba gritando que vencería a cualquiera? - dijo con gracia Kakashi, daba igual cuantos años pasaran, su ruidoso alumno no cambiaría.
-¡No soy miedoso! – se defendió inútilmente el rubio, sin embargo, su ligero temblor le delataba- ¡Argg! ¡Qué asco, algo me cayó encima! -gritó despavorido al sentir como un bicho se le subía al hombro, el cuál quitó de un fuerte manotazo.
Sasuke, al darse cuenta del estado de su no-amor-homosexual, decidió ponerse al lado de su compañero y poner una mano en su hombro, los otros dos miraron extrañados la escena, pero nadie dijo nada.
-Chicos, acabo de detectar el chakra de ese sujeto, se encuentra a unos metros más adelante- dijo de pronto Naruto cuando el clon que preparó en la entrada de la cueva logró reunir suficiente energía.
-Entendido, a partir de ahora no quiero que bajen la guardia ¿entendido? –
-Afirmativo- contestaron los tres al unísono.
De pronto, un estruendo se escuchó por toda la cueva, por un segundo, los ninjas pensaron que morirían aplastados ahí dentro.
- ¡Chicos ¿Están todos bien?! -preguntó alterado Kakashi - ¡Hinata, Sai ¿Qué está sucediendo?! -gritó a través del intercomunicador.
- ¡No sabemos, hokage-sama! ¡Mi byakugan de pronto dejó de ver dentro, hay una especie de chakra extraño esparcido por todo el lugar y bloquea mi visión! –
-Chicos – se escuchó de pronto la voz de Shikamaru – aquí fuera todo sigue igual, tal parece que solamente proviene de dentro el peligro –
-Será mejor que salgan, no sabemos con qué clase de enemigo se están encerrando, por algo ni siquiera la guardia del Kazekage pudo capturarlo -decía con aparente calma Sai.
-Entonces no lograremos avanzar en la misión si simplemente huimos – decía frustrada Sakura, algo ahí le daba muy mala espina.
-Sakura tiene razón, debemos continuar, ¿qué opinan ustedes? Naruto, Sasuke – dirigiéndose a los otros dos hombres.
-Concordamos con ustedes, ¿verdad, dobe? – dirigiéndose al rubio, sin embargo, al no recibir respuesta de parte de este se extrañó - ¿Naruto, me estás escuchando? –
Sakura estuvo a punto de golpear al rubio por ignorar de esa manera a Sasuke, pero al voltear a ver a su compañero, se dio cuenta del estado de ensimismamiento de este, se encontraba en total silencio con la cabeza agachada.
-Naruto- dijo preocupada al ver el estado de su compañero- ¿Qué te pasa? Me estás preocu…-
Sin embargo, no pudo terminar la frase, debido a que de pronto un kunai fue lanzado directo a su cuello, y de no ser por los reflejos de su sensei, en este momento estaría en el suelo, muerta.
-¡¿Qué rayos?! – gritó Sasuke sorprendido -¡Naruto ¿Por qué mierda hiciste eso?!-
Pero su reclamo murió cuando de pronto Naruto creo un clon y se disponía a crear un rasengan.
Mierda, esto pintaba muy mal.
- ¡¿Qué está sucediendo ahí dentro, Hokage-sama?! -preguntó alterado Shikamaru tras escuchar los gritos por el intercomunicador.
- ¡No estamos seguros, Shikamaru! -esquivando la patada que le lanzó un clon - ¡De pronto Naruto empezó a atacarnos! –
- ¿Acaso estás diciendo que Naruto nos traicionó? – Sai no podía creer lo que Kakashi les había dicho.
- ¡E-Eso es imposible, Naruto-kun jamás haría algo así! – gritó desesperada la bella Hinata- ¡Voy para allá! – dijo dispuesta a saltar del ave de tinta.
- ¡Detente, es una gran altura! – dijo el de piel pálida mientras la jalaba del brazo.
- ¡No, algo no está bien con Naruto-kun, debo ayudarlo! – decía a punto de derramar lágrimas por la incertidumbre de no saber que pasaba con el rubio.
- ¡No lo hagas, Hinata! -se escuchó la voz de Shikamaru- Ya lo has dicho antes, no puedes distinguir nada con tu byakugan desde adentro, además, no sabemos que es lo que sucede con Naruto- estaba igual de desesperado que la chica, pero debía mantener la calma, si se dejaba llevar por sus emociones, no pensaría adecuadamente- ¿Acaso piensan que se trate de alguna traición, chicos? – preguntó, con gran temor de tener la razón.
- ¡No sé, Shikamaru! ¡No quiero creerlo! -gritó Sakura desconsolada, le dolía estar atacando y defendiéndose de su mejor amigo.
- ¡Naruto, maldita sea! – dijo Sasuke, quien se encontraba peleando con el original, apenas si pudo esquivar el rasengan que el otro le dirigió, sin embargo, su hombro derecho no salió ileso.
-Shikamaru, creo que ya sé lo que está pasando- dijo de pronto Kakashi, a lo cual todos prestaron atención (Sasuke y Sakura lo más que la situación se los permitía)
-Habla…- decía expectante.
-Sasuke, Sakura, miren la mirada de Naruto ¿Notan algo? – decía dirigiéndose a los otros dos aprendices de sannin.
- ¿A qué te refieres, sensei? – dijo la pelirrosa desasiendo otro clon de un certero puñetazo.
-Su mirada está perdida, como si…-
-Como si estuviera en alguna clase de genjutsu, tienes razón, Kakashi -dijo Sasuke- ¡tenemos que liberarlo de inmediato! –
-Vaya, así que al fin se dieron cuenta de mi pequeño truco, ninjas de la hoja -habló de pronto una voz desconocida, provenía de un hombre que acababa de salir de algún hueco de ese mugroso lugar.
Era un hombre ya mayor, posiblemente tuviera unos 30 o 40 años, con el cabello rojo, el cual apenas mostraba unas cuantas canas, vestía ropas ninjas malgastadas (debido a su pelea contra Suna) y tenía una enorme herida con una inmensa mancha de sangre en el estómago.
Se notaba que era un Uzumaki, cualquier otra persona ya habría muerto por perder toda esa sangre.
- ¡Naruto, ven nene, acércate a mí! – dijo aquel sujeto, mientras que un calmado Naruto llegaba de un salto hacía él.
- ¡Déjalo en paz! – dijo Sasuke furioso, a punto de usar el amaterasu en contra del otro sujeto.
-Alto ahí muchacho, si fuera tú, no intentaría nada estúpido, recuerda quien tiene el control aquí- decía prepotentemente el enemigo, mientras señalaba una roca y le pedía silenciosamente a Naruto sentarse – No quisieras que mi pequeño niño saliera herido debido a que me proteja de tu salvajismo ¿Verdad? -decía burlonamente, mientras paseaba su mano por el cabello de Naruto, para posteriormente dirigirla a su mejilla en forma de una lasciva caricia.
Hecho que hizo enfurecer aún más a Sasuke.
-¿Quién eres y qué es lo que quieres? – dijo autoritario Kakashi, ese tipo le causaba nauseas.
-Bueno…mi nombre es Arashi, Arashi Uzumaki, antiguo ninja de la extinta aldea del remolino- decía con un tono de rencor- ¡Eso, hasta que la maldita aldea de la nube decidió destruirlo todo! -
-¡Eso no explica el porqué de tu ataque al Kazekage! ¡Suna no tuvo nada que ver con eso! – decía furiosa Sakura, impotente al no poder hacer nada por su amigo.
-Ohh querida, tal parece que si les enseñaron un poco de historia -mofándose de las lágrimas que intentaban salir de esos ojos verdes- pero ahí te va un dato, mi objetivo era aplicar este bello sello en el Kazekage- desabrochando el chaleco de Naruto, para posteriormente mostrarle un pequeño trigrama en su hombro.
-¡¿Cómo rayos hiciste eso?! -dijo amenazantemente Sasuke.
-Fácil, querido, con el insecto que cayó encima de tu amigo, era una invocación mía- de pronto, todos recordaron el ataque de pánico que tuvo Naruto al sentir que algo se le subió, recienten entrados en la cueva.
- ¿Y por qué planeabas usarlo con el Kazekage? – Kakashi estaba temiendo lo peor, gracias al cielo Gaara pudo defenderse y no logró ser dominado por aquel hombre.
-Para provocar una guerra contra la nube, y como sé que Konoha es el principal aliado de ellos, ¡En cuestión de meses la nube sufriría el mismo destino que mi pueblo! – decía riéndose con locura, como si hubiera perdido la cordura.
-Sin embargo, tu magnifico plan fracaso, Arashi, tus aliados cayeron y tú, amigo mío, estás herido y rodeado- dijo Kakashi.
-Eso ya lo sé, y sé que pronto moriré, ya sea a manos de ustedes o por mis propias heridas- decía señalando su vientre.
Él se encontraba intentando recuperarse en una posada no muy lejos de ahí, cuando de pronto, unos ninjas le interceptaron y atacaron, y la maldita carrera solo logró que sus heridas se intensificaran.
- sin embargo, el destino me sonríe por una última vez ¡¿Quién diría que sería justamente uno de los míos quien se encargaría de asesinarlos?! -mirando y señalando animadamente al rubio, que se encontraba mentalmente ausente de lo que pasaba a su alrededor. -Y eso que me enteré por casualidad, al escuchar el parloteo que tenían antes de entrar aquí- dijo, haciéndolos sentir tremendamente estúpidos.
-Yo me encargaré de borrarte esa estúpida sonrisa de la cara ¡Maldito infeliz! -dijo la chica a punto de golpear al otro.
Sin embargo, al presentir que atacarían a su dominador, Naruto se puso en posición de ataque enfrente del Uzumaki, esto obligó a la kunoichi a calmarse.
Naruto podía llegar a ser realmente peligroso cuando se trataba de proteger a alguien.
-¿Por qué haces esto? Tú mismo lo has dicho, vas a morir, no tiene sentido que sigas con esto -decía el hokage, intentando hacerlo entrar en razón.
-Puede ser, pero al menos me llevaré la satisfacción de verlos morir antes que yo, será el último sello que haré - tosiendo sangre.
De pronto, algo hizo click en la mente de Shikamaru (el cual escuchaba todo desde el intercomunicador) ese sujeto acababa de revelarle un dato muy importante.
Claro, el sello perdería fuerza dependiendo de quien lo ponga, y como lo activó estando medio muerto y no en todas sus capacidades, la efectividad y duración se reducirían al máximo.
Por eso, a comparación de un sello puesto en otras circunstancias, este podría ser poco efectivo, al igual que el que aplico el tercer Hokage a Orochimaru, cuando solamente pudo sellar sus brazos.
Entonces, lo más sensato era pensar que el jutsu sobre Naruto, desaparecería al morir el sujeto, o al menos su efectividad se reduciría drásticamente.
Más animado, Shikamaru les explicó toda esta teoría a sus compañeros, sin embargo, olvidó el detalle de que Naruto también tenía un auricular, y Arashi pudo escuchar todo también.
¡Malditos mocosos, ya descubrieron que se puede revertir el sello cuando muera!
Pensó severamente enojado, eso era un gran golpe a su orgullo como ninja experto en sellos.
Estuvo a punto de ordenarle al rubio que los aniquilara de una vez por todas, sin embargo, al parecer su suerte había terminado.
Sintió de pronto como la respiración empezaba a fallarle y sus pulmones se llenaban cada vez de más sangre, así que, como último recurso, junto el poco chakra que le quedaba y aplico un último sello, si no podría lograr que los asesinara, al menos podría jugar un poco con su mente.
Conejo, buey, tigre.
Estos fueron los movimientos necesarios para lograr cambiar el trigrama en su hombro, ya no sería tan poderoso como el sello de control de voluntad, pero al menos lograría que el recuerdo de las últimas personas que viera antes de que se deshiciera el jutsu desapareciera de su mente.
Así es, olvidaría a su equipo, solo esperaba que hubiera podido aplicar el poder suficiente para que fuera permanente.
Era una lástima, Arashi era alguien muy orgulloso de sus raíces, por eso es que jamás pudo olvidarse de su rencor hacía la nube, ¡cómo le hubiera gustado haber convivido con ese chico! Lástima que el destino apenas le concedió hasta ese día la oportunidad de poder volver a ver a otro Uzumaki.
Arashi duró 22 años como prisionero en una mazmorra de la aldea de la hierba, con el chakra restringido. Pero, fue hasta la última gran guerra, que unos sujetos raros blancos le liberaron de ahí en busca de más muertos para sus fines (cuando los zetsus blancos buscaban más cuerpo para las resucitaciones) y al pensarlo demasiado débil, prefirieron ignorarlo en busca de victimas con más vitalidad.
Craso error, el volver a obtener su flujo normal de chakra le permitió recuperarse en tan solo un año, y planear la venganza contra la aldea que destruyó su hogar.
Sin embargo, la arena fue más fuerte de lo que imaginó, y evitó sus fines además de lograr acabar con su vida, fueron los últimos dos días más dolorosos de su existencia, ni siquiera su poder curativo hubiera podido con esa herida, fue un verdadero milagro que hubiera aguantado tanto.
Resignado a que ese sería su lugar de muerte aceptó con orgullo su derrota, y su último pensamiento antes de caer al frio y húmedo suelo fue el recuerdo del largo cabello rojo de su pequeña prima Kushina, la adoraba, era la niña de sus ojos y pasaban horas jugando juntos en los enormes jardines de su mansión en el remolino, hasta que de pronto, un día se la llevaron y no volvió a verla nunca.
¿Qué habrá sido de ella?
Fue su ultimo recuerdo antes de perecer.
- ¡Naruto! –
Se escuchó de pronto el grito de Sasuke al ver como su rubio caía inconsciente.
Estaba tan preocupado por el estado del chico que no notó como una fina lagrima caía por su mejilla, incluso olvido el dolor de su propio hombro para apurarse a sacar al otro de ahí y llevarlo lo más urgente a la aldea.
Lo más urgente a un lugar seguro.