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Reto ~30 dias de halloween por ninnae

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Notas del capitulo:

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.


Si me quieren matar están en su derecho, pero no podía dejar pasar esto, es de un evento del foro de rol de Saint seiya "Legendary Soldier" acerca del día de halloween, los invito a pasarse por la página, hay juegos muy entretenidos y también personas agradables que hacen un ambiente muy ligero y ameno en el foro :).


El reto consta de escribir 30 historias siguiendo una tabla con 30 palabras para inspirarse en un tema, por lo general las tablas 30 se hacen como desafío diario, pero en este caso se ha dado la posibilidad de publicar las 30 historias con diferentes intervalos, y es lo que haré, pues mi tiempo libre esta muy disperso y también debo trabajar en mi otro fic que estoy tratando de sacar del olvido donde yo misma lo deje v:


Como advertencias, habrán muertes, sadismo gráfico, métodos de tortura, mucha sangre, muchos de ellos serán un AU, no estoy del todo segura de si habrá pareja, sinceramente no creo, más bien serán historias centradas en escenarios de miedo y misterio.


El plazo a completar la tabla es el 10 de noviembre, así que es momento de colocarse a trabajar.


Vamos con la primera palabra que he escogido, y gracias por pasarse a leer.


Saludos!

VELA


"¿Te puedes mover?,¿Sientes el hálito de mi cálido aliento? No olvides que tu quisiste jugar y este es tu premio por encontrarme", susurró la macabra voz venida desde el averno soltando pestilencia y susurradoras palabras que llenaban sus oídos de escalofriantes sensaciones. Realmente pensó que solo era un juego…


No lo juzgues como un juego de niños, esto puede llevarte a la locura… o a la muerte.


~.~.~.~.~.~.~.~.~


"La creencia de que alguien más juzgando nuestras vidas y controlando nuestros movimientos está demasiado arraigado en la sociedad. Algunos los llaman destino, otros dioses, pero para muchos no es más que una simple creencia, una leyenda que pueden desafiar."


Milo leía aquel párrafo sobre su computadora, sus creencias desde hacía mucho habían sido melladas por la indiferencia y crueldad suscitada en todo el mundo, en otras palabras, no le importaba si había algún Dios, sin embargo…


"Existe un juego llamado "El titiritero de las sombras", consiste en hallarse en soledad frente a un espejo de cuerpo completo iluminado solo por la débil llama de una vela, colocada a unos centímetros de ti, cosa que alcance a delinear toda tu silueta, si eres capaz de cumplir el ritual sin fallo, podrás ver a aquel que controla todos tus movimientos y tu vida…"


Milo se sobó la barbilla, era curioso y aquella página web de mal aspecto y escritura deficiente le llamaba la atención, el ritual colocado en sí no era complicado, y como todo lo que hay internet quizás solo era un juego de niños. A sus veintitrés años ya vivía solo y trabajaba con un horario muy flexible, dejándole mucho tiempo de ocio como aquel, no había motivo para no intentarlo. Miró el resto del párrafo y los pasos que indicaban, el ritual debía realizarse justamente a las doce de la noche en punto, ni un segundo más ni un segundo menos, desvió la vista hacia la esquina inferior derecha de su pantalla y vio que el reloj digital de la computadora colocaba las diez y cuarenta y cinco, aún le quedaba tiempo para hacerlo. Sonrió como un niño travieso ante lo que estaba por hacer, y también un poco avergonzado, ante lo expectante que parecía el juego.


Reunió todos los implementos que le pedía, la vela, los cerillos, el espejo de cuerpo completo; también memorizó cada palabra que debía pronunciar. No era un texto complicado y los movimientos a hacer eran simples. Solo quedaba ver el tiempo pasar para saciar su curiosidad.


A las once y cincuenta y cinco de la noche, apagó todas y cada una de las luces de su hogar, cerró puertas y ventanas, con cerrojos y pestillos. Encendió la vela que destilaba un suave candor y una agradable luz, la posó sobre el suelo en un lugar donde no pudiera causar accidentes y donde su luz lo alcanzara por completo. Colocó el espejo sobre una base en el piso y lo alineó frente a su persona y frente a la vela, solo podía verse un circulo iluminado por el fuego de la vela. Milo se miró al espejo y vio su semblante ensombrecido. Revisó un reloj de cuerda que llevó para poder enterarse de la hora, era las once y cincuenta y nueve, quedaban solo segundos para poder empezar el ritual, sonrió con el corazón en un hilo, a la espera desesperante de los segundos restantes. El reloj de cuerda hizo un leve sonido de tuerca girando cuando dieron las doce de la noche. Milo comenzó a recitar la letanía de invocación.


«A ti omnisciente titiritero, que te escondes en las sombras de otro mundo, que controlas mis movimientos con tus hilos, te ordeno que aparezcas frente a mí y me muestres tu inverosímil presencia, te lo ordeno por todo lo que yace en el vacío…»


Repitiendo lo mismo tres veces comenzó a levantar los brazos como si poco a poco fuera movido por cuerdas que nacían desde lo alto y terminaban amarrándose en todo su cuerpo, sus muñecas, sus brazos, su torso, su espalda, sus piernas y sus pies. Milo se movía de forma mecánica, apenas sintiendo lo que hacía, pasó cinco minutos y nada sucedió, la vela a su lado seguía titilando, y la luz mostraba su rostro decepcionado. Nada había pasado, o al menos así parecía en primera instancia, sin embargo, un susurro helado y gutural lo congeló en su lugar y con los brazos bien pegados a su torso, el ambiente detrás suyo donde la vela iluminaba comenzó a oscurecerse, reflejando una presencia dos veces más grande que él en el espejo, miró aterrado como la sombra comenzó a engullirlo en su reflejo, intentó escapar, pero todos sus movimientos estaban confinados, nada podía hacer…


"¿Te puedes mover?,¿Sientes el hálito de mi cálido aliento? No olvides que tu quisiste jugar y este es tu premio por encontrarme", susurró la macabra voz venida desde el averno soltando pestilencia y susurradoras palabras que llenaban sus oídos de escalofriantes sensaciones. Realmente pensó que solo era un juego…


"Ahora no eres más que mi juguete estúpido humano, bailarás para mí todo lo que yo quiera…, rio cruel y de manera perturbadora"


Milo se sintió jalado y veía como en el espejo se movía al son de movimientos del espectro tras de sí, la llama por detrás bailaba con furia intentando engullir a la presencia, pero no era suficiente, su cálida energía se había vuelto fría y precaria. Sus ojos eran la única parte de su cuerpo que podía controlar, veían con pánico como todo se desarrollaba, frente al espejo solo era una marioneta obediente que bailaba para su amo; al inicio todo parecía calmo y los movimientos eran sutiles, pero los azotes se hicieron más fuertes y rápidos, su cuerpo no soportaba cada tirón, primero sintió dislocarse el hombro, el dolor que lo cubrió fue devastador, pero no pudo soltar ningún sonido al sentir su garganta apresada. Después el espectro jaló su pierna y la astillo en cientos de trozos, su piel se abrió como cuando faenan a un cerdo para ser metido directamente al fuego, su sangre se esparció por el suelo cubriendo el tapiz blanco donde él estaba, el pozo de sangre llegó hasta donde estaba la vela, pero esta seguía bailando ante el macabro espectáculo. Sus ojos soltaron copiosas lágrimas que cubrían todo su rostro, el dolor, el frío que comenzaba a sentir, y la culpa que lo invadió al haber iniciado aquel juego lo carcomían por dentro.


El titiritero jugó con Milo como destrozando cada hueso, disfrutando del sonido de su piel y músculos desgarrándose, saboreaba con sus manos la sangre derramada, no lo dejaba morir, mientras estuvieras bajo sus hilos su vida se mantendría; con uno de sus huesos rotos abrió el abdomen del muchacho y le sacó el estómago y las entrañas, con su mano gris y espectral le colocó los órganos frente a sus ojos y se maravilló del dolor y el horror que cubrían a Milo.


El espectro paró durante unos segundos cuando vio a la vela flaquear, chistó molesto, su tiempo poco a poco se consumía, al igual que la vida de aquella vela. Jugó por los minutos restantes con el joven y arrancó cada uno de los sentidos de Milo, cortó su lengua, destrozó su nariz, arrancó sus oídos, desolló la poca piel que le quedaba y en el último segundo sacó ambos ojos de sus cuencas, siempre asegurándose de mantener los hilos con él. Finalmente, cuando vio el ultimo flaqueó de la vela susurró.


"No es un juego de niños, y su dios no es benevolente, aquello solo es una ilusión para que cuando le arranquemos la esperanza podamos disfrutar más su dolor y tortura"


La vela dio su ultimo sopló de vida, la llama se extinguió y el espectro desapareció soltando sus hilos. dejando a su paso un cuerpo destrozado, un espejo roto y un reloj congelado para siempre a las seis de la mañana. La hora donde la vida comienza nuevamente, pero solo si eres capaz de soportar la prueba del titiritero de las sombras.


 


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