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Al final del pasillo por Eliann

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Una noche en vela.

 

-¿Y cuándo me presentaras a tu hijo? –Pregunto el joven de cabellos azules dejando sorprendido al médico –

 

-No creo que Fuyu esté listo para tal cosa –Respondió –Ya tiene dieciocho pero… no.

 

-¿él  también ha tomado la carrera de medico? –El doctor asintió – Creo que está muy orgulloso de ti.

 

-Igual que yo de él –La sonrisa en el doctor era grande –Estoy demasiado orgulloso de mi hijo –el brillo en esos ojos zafiros era intenso al hablar de su hijo –

 

-Triste que te casaras sin amor –Comentó el doctor solo suspiro –

 

-Ella es una buena mujer no tengo nada de que reprocharle supongo que todo me lo tiene que reprochar ella a mí soy el único que no ama –Suspiro –

 

-Gakupo –El doctor solo le sonrió para recibir el beso del joven –lo siento te causo dolor.

 

-No, claro que no yo estoy esperando para irme contigo igual que tú a mí –Comentó acaricio la mejilla del joven – Nos vemos.

 

-Nos vemos –Se levantó del lugar para desaparecer a lo lejos en el oscuro pasillo –

 

El doctor suspiro cerrando los ojos una sonrisa adornaba sus labios para ir a levantarse por su bata, despedirse de los demás pacientes de hospital y marcharse del lugar, al regresar a su hogar estaba su hijo cruzado de brazos observándole en manera de reproche.

 

-¿ocurre algo Fuyu? –Pregunto mientras cerraba la puerta de la entrada –

 

-¿por qué? –Respondió su pregunta con otra pregunta – ¿por qué estos días desapareces durante toda la noche regresando a estas horas? ¿Eh?

 

-Miro a su hijo para sonreír –Tu no lo entenderías Fuyu.

 

-¿entender qué? ¿Qué toda la vida has estado engañando a mi madre? –reprocho –

 

-No le engaño –Pronuncio con calma –“no creo que eso pueda verse como engaño” –pensó pero la mirada de su hijo era poco apacible –

 

-Entonces dímelo –Su padre solo le ignoro pasándole de largo –padre por favor, quiero saber por qué mamá no quiere saber nada de ti.

 

-Por qué me case con ella sin amarla por eso –Contestó – ¿era solo eso lo que quería saber? ¿Te sientes mejor?

 

-No –Pronuncio –Hay mucho más que quiero preguntarte.

 

-Estoy cansado Fuyu pregunta más tarde por favor –de repente él se había interpuesto colocando su brazo – ¡Fuyu! –Exclamo su hijo le miro un momento confundido para luego bajar la cabeza–

 

-Está bien –Respondió él suspirando –Yo. . .yo solo te quiero mucho padre y hay tantas cosas que me gustaría saber de ti que me confunden, me hieren.

 

-Y la sabrás pero todo en su momento –contestó –

 

-¡Siempre dices eso! ¡Pero hasta cuando debo esperar! ¿Al momento de tu muerte? no eres un joven papá, tienes cincuenta y siete años estás enfermo y lo sabes tu cuerpo está más débil y de paso te trasnochas por dos o más días perdiéndote en quién sabe dónde  ¿y si te pasa algo? ¡Cómo demonios quiere que te ayude si no sé dónde estás! –Solo recibió un suspiro de su padre –Solo estoy preocupado por ti nada más. . .yo no quiero que nada te pase padre –le abrazo fuerte –Te quiero demasiado.

 

-Fuyu –Abrazo fuerte a su hijo –perdóname ¿sí? Pero es que siento que…tú no lo entenderías.

 

-No importa que tan malo sea padre siento que yo jamás podré odiarte –Su padre solo sonrió acariciando su mejilla –

 

-Sabes Fuyu yo estoy muy orgulloso de ti, tal vez no amaba a tu madre, pero tú eres la luz de mis ojos siempre lo has sido –Bostezo ya se estaba haciendo de madrugada –pero ahora enserio necesito descansar como ya dijiste estoy viejo.

 

-padre –hizo una mueca para recibir una risa –

 

-Anda que te vaya bien en la universidad –su hijo solo suspiro para asentir –

 

-Descansa –comentó para marcharse –

 

El joven Kamui suspiro saliendo del departamento que compartía con su padre sus padres se habían divorciado cuando él apenas era un niño no lo entendió pero aun así no le guardo rencor a ninguno él se había criado con su padre, su madre poco quería verlo por ser la viva imagen de su padre.

 

Fuyu era la viva imagen de su padre, fue popular en la segundaría por este hecho y en la universidad de igual manera, todos conocían al gran doctor Gakupo Kamui, un reconocido médico que ayudaba a los pacientes más necesitados honrado y amable él deseaba ser como su padre.

 

-Suspiro llegando a la universidad, aún seguía preocupado por él –Que terco es –murmuro, de repente sintió un golpe ligero en la espalda para voltear solo sonrió –

 

-¿Qué te ocurre? Te veo algo decaído –menciono su acompañante –

 

-No es nada solo estoy preocupado nada más –Respondió para sacar algunas cosas de su casillero –ya sabes mi padre es muy terco me gustaría saber qué hace por las noches

 

-si quieres lo seguimos –menciono su acompañante –aunque tal vez vaya a un club de nudistas ya sabes a pasar sus ratos de soledad–solo recibió un fuerte golpe proveniente del cuaderno de su amigo – ¡Auh! ¡Pero que agresivo!

 

-cállate te lo mereces por andar diciendo semejantes tonterías –Le reclamo –mi padre no es de esa manera

 

-Tú no sabes es un hombre mayor que esta solo –Su acompañante solo le amenazo con el cuaderno –Ya bien, bien, me callo tu padre es un santo.

 

-Tsk, bien lo seguiremos esta noche –Dijo decidido –Y yo sé que él no irá a un club nudista.

 

-Mh si tú lo dices –amenazo nuevamente – ¡ya! –Se cubrió la cabeza para no recibir un nuevo golpe –

 

-Aoi idiota –murmuro sonriendo, el mencionado también sonrió –Bien nos vamos en tu motocicleta a seguir a mi padre sale como a las ocho de la noche en ese momento lo seguiremos.

 

-Lo que ordene mi señor –Respondió para que ambos se fueran riendo a sus clases –

 

Fuyu anduvo ansioso durante sus clases por esa razón era como si el tiempo se le pasará demasiado lento y monótono, al regresar a casa observo que su padre se estaba alistando para salir de nuevo.

 

-llegarás tarde de nuevo ¿verdad? –Su padre le sonrió y él solo suspiro –Regresa a salvo ¿quieres?

 

-Sabes que si Fuyu –dejo un beso en la cabeza de su hijo como hacía desde que este era pequeño –Nos vemos en la mañana, nos vemos Aoi.

 

-Adiós señor Kamui –menciono para que el mayor de los Kamui se retiraran ambos amigos se miraron cómplices – ¿entonces?

 

-Espera un poco –espero a que pasara un minuto –Ya  

 

Con eso ambos salieron para seguir al mayor de los Kamui, el joven de nombre Aoi solo le hacía bromas al contrario sobre que terminarían en un club nudista ganándose más de un reclamo del otro.

 

-No…puede ser ¡Este lugar! ¡Tu padre viene a este lugar! –Exclamo mientras observaba el hospital abandonado –

 

-No hay duda de ello ese aparcado es su auto –Comentó quería saltar la cerca del lugar pero su amigo le detuvo – ¿qué pasa? ¿Por qué me detienes?

 

-¿no me digas que estás tan loco como tu padre? Este lugar es un mal lugar, allí espantan, hicieron hasta rituales satánicos ¿acaso no sabes todas las historias de este lugar? –su amigo solo río –

 

-¿enserio crees en esas cosas? Vamos Aoi ya estas bastante grandecito, mi padre trabajo aquí cuando era joven, me contó del tiempo en que estuvo aquí, es solo un lugar viejo y abandonado solo manda esa aura nada más –menciono para comenzar a escalar – ¿entonces? ¿Vienes?

 

-No, yo estoy bien aquí gracias –Fuyu ya había saltado la cerca –

 

-Como quieras –respondió para adentrarse al lugar –

 

-¡Fuyu! ¡Fuyu enserio lo harás! ¡Es una locura! ¡Fuyu! –Exclamaba preocupado por su amigo –

 

-¡Durante toda mi vida he querido saber qué hace mi padre! Ya ha llegado la hora –Con eso salió corriendo hacia adentro –

 

Aoi miraba hacia todos lados observo que el portón estaba abierto lo abrió para ingresar su moto y volverlo a cerrar, miro hacia el edificio para tragar saliva.

 

-Estúpido Fuyu –Con eso comenzó a correr en dirección hacia el hospital –“no puedo creer que haga esto”

 

Fuyu había ingresado hacia el hospital la puerta estaba destruida, estaba en lo que debía ser el vestíbulo, estaba destruido y hecho pedazos, saco su celular para encender la linterna de este y comenzar a alumbrar, la penumbra del lugar le estaba poniendo los pelos de punta.

 

-“tranquilo Fuyu solo es un lugar viejo y abandonado cosas como las apariciones y los fantasmas no existen” “además quieres averiguar que hace tu padre ¿no? Valor” –Comenzó a caminar sus pasos parecían hacer eco por los pasillos tenía el corazón latiéndole de manera acelerada a lo que escucho un ligero chirrido, una mano se posó en su hombro y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo –

 

-Te alcance –menciono Aoi respirando con agitación –

 

-“¡Grandísimo idiota me dio el susto de mi vida!” –pensaba Fuyu mientras le observaba molesto intentado tranquilizarse –Que bueno siendo dos se nos hará más fácil encontrar a mi padre.

 

-espera… ¿estás diciendo que nos separemos? –pregunto –

 

-Sí, yo reviso el segundo piso  y tú el primero ¿te parece? –Su amigo le miraba molesto –oh vamos ¿acaso eres gallina?

 

-No –menciono –Es solo que no me parece un buen lugar para andar solo ¿y si una pandilla se reúne aquí? –Y Fuyu ya andaba subiendo hacia el segundo piso – ¡Fuyu santo cielos escúchame al menos!

 

-Na, na, solo eres gallina, anda ponte a buscar ¿o vas a empollar un huevo? –Su amigo solo frunció el ceño remediándole –

 

Aoi a diferencia de Fuyu estaba mucho más asustado, no era por nada pero había escuchado los rumores del lugar que no eran para nada halagadores y aunque le atraían la cosas de lo paranormal en este punto prefería dejar por fuera este sitio hasta ahora.

 

-Si no me gustará tanto ese imbécil no pusiera ni un pie en este sitió –Se dijo a sí mismo para sacar su celular y encender la linterna de este comenzando a buscar –

 

Aoi estaba más que aterrado aunque intentara negárselo, sentir respiraciones a sus espaldas, murmullos, observar como las camillas estaban tiradas en el suelo, instrumentos regados, paredes manchadas, sombras que aparecían y desaparecían.

 

De repente sintió como alguien le tomaba del hombro y de sus labios escapo un fuerte grito de pánico, mientras tanto Fuyu había oído el eco de aquel grito, soltó un bufido negando con la cabeza no podía creer que su amigo fuera tan cobarde.

 

Aunque en esos instantes él tampoco se creía el más valiente de todos había escuchado como si personas hablaran a sus espaldas, ligeros sollozos, risas infantiles, pasos apresurados, camillas moverse.

 

-Disculpe –Escucho una voz a sus espaldas para ver a una enfermera de traje completamente impecable –no debería estar aquí

 

-…yo…yo –la cara de la enfermera se fue transformando a una más grotesca y desfigurada, Fuyu respiraba con agitación, sus ojos estaban abiertos como platos tenías deseos de gritar pero de su garganta nada salía – ah…ah

 

-¡Largo! –Exclamo con una voz gutural, una brisa fría se hizo en todo un lugar para que una silla saliera volando y casi le impactara –

 

Fuyu salió corriendo pero en vez de dirigirse al primer piso solo buscaba alejarse rápidamente de aquella cosa que le perseguía corriendo por las escaleras hacia el tercero, al llegar al final del escalón aquella cosa le hizo tropezarse, podía verla directamente, aquel rostro podrido de un cadáver.

 

-¡Ayuda! –Exclamo aun si nadie podía escucharlo –

 

-¡Fuyu! –Esa la voz de su padre rápidamente fue hacia él como podía y se abrazó a su pecho, reacciono con velocidad para tomarle de la mano –

 

-¡padre vámonos! ¡Vamos! –Exclamo –Este lugar es horrible, vámonos.

 

-Fuyu por favor calmante –pronuncio su padre –

 

-doctor Kamui ¿este es su hijo? –La voz de la enfermera cambio –Vaya es muy grande.

 

-Si es él, lamento si hizo algo grave –expreso –

 

-¿y el otro chico? El de cabello azul –pregunto ella –

 

-Es su amigo por favor no le haga nada –Ella solo asintió –

 

-lamento haberle asustado joven si hubiera sabido que era el hijo del doctor Kamui nada hubiera pasado realmente mi más sinceras disculpas –Fuyu le miraba, ahora se veía como una enfermera hermosa y aun así hace poco había sido tan aterradoramente mortal –

 

-ah…ah –Fuyu no sabía que decir, de repente todo el lugar se transformó frente a sus ojos dejo de ser un lugar aterrador, horrible y siniestro con un olor a oxido y descompuesto, en cambio estaba completamente pulcro las luces encendida, un olor a cloro y desinfectante estaba esparcido por el lugar – ¿qué? –Escucho un suspiro por parte de su padre –

 

-Fuyu…yo –El doctor antes de responder sintió como alguien le tomaba del hombro mirándole ese era Kaito –Fuyu él es Kaito Shion, uno de mis pacientes cuando yo era joven.

 

-Mucho gusto Fuyu tu padre me conto muchas cosas sobre ti –comentó el joven sonriendo Fuyu estaba impresionado, quien estaba frente a él no parecía tener más de veinte años –

 

-¿qué está pasando? ¡Explícate! –Exigió, estaba consternado, confundido, asustado –

 

-Nunca te he contado mucho sobre este hospital, mejor llamado un pasaje al infierno –Su hijo abrió los ojos como platos –aunque no es así, muchas almas habitan en este hospital, deseando no ser perturbadas, como ves la enfermeras Lily e IA se encargan de que nadie perturbe esa paz que sienten en este lugar, las puertas hacia el otro lado aquí se encuentran más abiertas –su padre hizo que mirara el alrededor –Esto que ves, es lo que ellos pueden ver no es nuestro mundo es el suyo –Fuyu miro hacia él joven –Kaito Murió hace ya muchos años, igual que diversos pacientes.

 

-Así que aquí vienes todas esas noches –Su padre asintió – ¿por qué?

 

-Bueno –Su padre tomo aire esto parecía ser demasiado difícil para él –Kaito me está esperando –miro hacia el nombrado quien solo tenía una sonrisa muy atenuada –pero aun no me puedo ir con él, por esa razón vengo aquí a estar con él

 

-pero… ¿por qué razón? –Pregunto tomó de los hombros a su padre –esto no se hace por un simple paciente, ¿murió en cirugía? ¿Te sientes culpable de su muerte? ¡¿Por qué?!

 

-Kaito es la razón por la que yo jamás pude amar a tu madre –Aquello le había caído fuerte al joven, tenía algo ahogado en la garganta – porque yo ya amaba a alguien que me esperaba.

 

-ah…ah

 

-No sé si puedas entenderlo, tampoco te pido entendimiento, pero me di de cuenta de que todo había comenzado cuando ya iba a la mitad del recorrido –menciono –Y no pude dejarlo atrás esperando mi regreso…

 

-yo… necesito –Aun no sabía que hacer su mente estaba demasiado confundida –necesito pensar –Su padre no le contesto solo se quedó allí parado mientras su hijo bajaba a una velocidad bastante apresurada las escaleras –

 

Al llegar al vestíbulo allí se encontraba Aoi, mirando hacia la nada realmente –Vamos –menciono no se dijo más ambos se fueron del lugar, pero solo un voltea mirar hacia atrás el joven Aoi que aún no entendía todos los desconciertos que habitaban en ese hospital –

 

 

-Gakupo –menciono su acompañante –yo lo siento, si yo no fuera sido tan frágil…si fuera sido diferente.

 

-No te preocupes Kaito –Sonrió el nombrado alborotándole el cabello –no pasa nada por ello.

 

El nombrado se quedó intranquilo mientras el doctor le alborotaba el cabello sonriéndole, mientras tanto Fuyu había llegado a su casa completamente confundido Aoi seguía a su lado mientras él se tiraba al sofá, ambos estaban en un silencio completamente incomodo sin entender que había acontecido completamente esa noche.

 

-¿estás bien? –Pregunto Aoi pero su compañero negó completamente –

 

-no sé qué pensar, no sé qué sentir, no sé qué hacer… Aoi, nunca me había sentido tan confundido en mi vida –Murmuro –mi padre todos estos años ha estado yendo a un hospital abandonado ¿solo porque está enamorado de un muerto? Que sigue en ese lugar y le espera… ¡¿Cómo rayos quieres que me sienta?!

 

-Estás molesto… ¿por qué nunca tuvo la confianza para decírtelo? O enterarte de que es gay –menciono su acompañante –

 

-¿qué? –Se quedó impactado por aquella pregunta un momento –yo… no sé –Se quedó callado un momento pensándolo –Supongo que estoy molesto por que nunca me dijera –Suspiro –también me descoloco ese hecho… esperar tanto por alguien que está muerto.

 

-pero se ven solamente esos días ¿no? –Fuyu asintió –

 

-Desde que nací y estoy seguro que desde antes, siempre salía era por él, mi madre pensó que se iba con otra mujer todas las noches, pero en cambio iba al hospital a estar con alguien que le esperaba, alguien con quien ya no puede estar en este mundo –murmuro –

 

-Suena trágico ¿no? ¿Por cuantos años crees que tu padre ha esperado? –Fuyu hizo una ligera mueca –

 

-No lo sé… ¿realmente debería estar molesto con él? No puedo evitar pensar en el dolor que tuvo que sentir al momento de su muerte, o el simple hecho de tener que ver que no pueda partir que solo te espere y verlo cada noche sabiendo que no podrá tenerle –Se hecho su larga cabellera violeta hacia atrás un momento – ¿debo ser cruel con él? ¿Debo comprenderlo? ¿Debo sentirme dolido? Ciertamente no sé…

 

-Fuyu –El joven le miro sonriéndole aun dolido con un mar de emociones que no comprendía – tu siempre has sido un buen hijo y querido mucho a tu padre, si no te lo dijo era porque temía a tu reacción a que lo tomarás a mal.

 

-Sí...creo que si –Abrazo a su amigo –Gracias por estar conmigo en esto Aoi, lamento la experiencia terrorífica que viviste.

 

-Y que lo digas un bisturí me corto la mejilla –se la toco soltando un suspiro –No puedo creer que me la hayan desinfectado y todo –allí aún seguía la cura que le había puesto –pero bueno ya no importa…creo… que pasen de querer matarte a pedirte perdón y curarte es muy extraño, tu padre debe ser muy querido por ellos ¿no?

 

-Si…creo que si –miro el reloj –vaya es bastante tarde anda quédate, no te puedo dejar ir a estas horas y será mejor que durmamos mañana tenemos clases.

 

-Si –contestó sonriendo –

 

Mientras tanto en el hospital ambos se encontraban en silencio mirando hacia el cielo que poco a poco se veía el amanecer, Kaito suspiro mirando hacia su acompañante iba a pronunciar palabra pero se vio abruptamente interrumpido.

 

-No te disculpes nuevamente ¿quieres? –Menciono volteando a mirarle –ya ha sido suficiente.

 

-Es que…por mi culpa no lograste tener un vida normal –bajo la mirada – ¿no es así?

 

-Tú no me pediste nada, no hiciste nada para que yo viviera esta vida…

 

-pero es que…

 

-¡pero es que nada Kaito! Quien decidió vivir de esta manera fui yo y no me arrepiento nada y sé que te sientes culpable y piensas que todo para mí fuera sido diferente que tengo cosas de que lamentarme pero no… no es así, sé que te arrepientes por que pronto moriré, pero yo viví la vida que desee vivir sin que nadie me dijera que debía hacer con ella, hice lo que quise, logre lo que me propuse y no me lamento de nada –Se cruzó de brazos –

 

-¿Cómo sabes qué?. . .

 

-Soy doctor Kaito, se de mis enfermedades, se las debilidades de mi cuerpo, no me queda mucho tiempo, lo sé –Sonrió –Estaré contigo pronto.

 

-Kaito solo hizo una mueca –yo… espero que en la próxima vida, logremos ser pareja ¿sabes?

 

-Yo pienso que si –murmuro cerrando los ojos –

 

-¿y si nacemos en países diferentes? –pregunto –

 

-Te buscaré.

 

-¿y si nos odiamos?

 

-Del odio al amor hay un paso.            

 

-¿y si yo no te amo?

 

-Entonces haré que te enamores de mí

 

-¿y si…?

 

-Hay ya cállate –pronuncio para tomarle de la nuca y besarle, sonrojando a su acompañante – aquí y ahora me amas ¿no es así? Aun siendo un viejo feo y arrugado cuyo cabello paso a ser blanco y tener que cortármelo… ya no soy ni remotamente el hombre atractivo que era… pero aun así… aun ahora ¿me amas?

 

-Siempre –murmuro –

 

-Entonces no tengas dudas absurdas –Sonrió para que su acompañante también le sonriera, se levantó mirando hacia el amanecer –nos vemos dentro de unos días –Su acompañante solo asintió –

 

-Te veré pronto –Comentó para recibir esa sonrisa nuevamente –

 

Cuando llego a casa su hijo estaba dormido o eso pensaba pero lo que los jóvenes lograron hacer esa noche fue todo menos dormir, estaban pensando constantemente en la experiencia que habían vivido como para poder dormir con tranquilidad.

 

Esos últimos días para impresión de Fuyu su padre intento pasarla con él, el joven pensaba que su padre se sentía culpable por lo que había pasado y aunque intentaba decirle que no estaba enojado o molesto su padre quería seguir pasando tiempo con él.

 

-Esa mañana Fuyu soltó un suspiro –“no soporto que se sienta culpable por algo que no es necesario” –Se acercó a la habitación de su padre tocando la puerta –papá es hora de que tomes tu medicamento –pero por primera vez su padre no respondía – ¿papá? –Abrió la puerta al parecer su padre aun dormía, se acercó intentado despertarlo –oye papá, es raro que no estés despierto ya –menciono sonriendo pero al colocar su mano sobre él noto que estaba frío – ¿papá? –Sus ojos se abrieron como platos, comenzó a buscar signos vitales pero no había señal de ellos –no, no espera…espera un momento papá yo no estoy listo para esto –Comenzó a llorar por ello un profundo dolor habitaba en su pecho –por favor…por favor…

 

Pero por más que suplicara las cosas no dejaban de ser como eran, mientras más recordaba esos últimos días con él más le dolía el hecho de que ya no estaba a su lado, el departamento se sentía más solo y vacío colmado de recuerdos, sus familiares y amigos solo le daban el sentido pésame.

 

Y mientras más lo pensaba más creía que debía estar en ese hospital que si iba allí le vería, su amigo Aoi que siempre estaba con él le miraba preocupado, ya no parecía el mismo Fuyu de siempre, sonriente, animado, amable, era otro y eso le dolía.

 

-Aoi ¿podrías llevarme al hospital abandonado? –Pregunto observándole esa noche, ya no lo soportaba más deseaba ver tanto nuevamente a su padre –

 

-Si eso te hace sentir mejor –no estaba seguro de la decisión que su amigo tomaba pero no le quedaba de otra que seguirlo –

 

Al llegar al hospital Aoi tuvo un escalofrío recordando todo lo de aquella noche, pero Fuyu se veía muy decidido, abrió el portón para meter su motocicleta y luego intentar seguir a Fuyu que ya iba bastante lejos la decisión y determinación del joven era bastante grande solo deseaba una cosa ver a su padre de nuevo, al llegar al hospital este se encontraba tan tétrico como aquella vez que entraron.

 

-¡Buenas noches! –Exclamo –Disculpe la molestia, soy Fuyu Kamui hijo del doctor Kamui –De repente todo el lugar cambio dejando ver un hospital perfectamente pulcro y limpio con pacientes, doctores y enfermeras caminando –

 

-Buenas noches Joven Kamui –Le saludo lo que debía ser la recepcionista –Vaya usted se parece tanto a su padre cuando era joven –Río divertida –

 

-Ja, gracias… discúlpeme pero ¿sabe dónde se encuentra? –Pregunto –

 

-Déjeme ver –Parecía revisar unos papeles –mh… está en el tercer piso, en que habitación no sabría decirle.

 

-Muchas gracias –Sonrió el joven la recepcionista asintió –

 

-Disculpe ese joven de cabellos azules ¿se encuentra con usted? –Pregunto –

 

-Sí, es mi amigo –La recepcionista volvió a asentir, Aoi por un momento se encontraba aterrado hasta que el hospital cambio frente a sus ojos –

 

-“debí esperarlo afuera no me acostumbro a este lugar” –Un escalofrío recorría su cuerpo – ¿Abuelita?

 

-¡oh! Aoi –Aquella anciana sonrió dejando sorprendido al joven – Cuanto tiempo sin hablarte ha, déjame decirte que has crecido demasiado.

 

-¡Abuelita! –Se fue a abrazar de quien era su abuela, pero sus brazos la traspasaron –

 

-Lo siento pequeño, pero yo no soy tan fuerte como algunos espíritus de aquí, como las enfermeras o como el joven Shion así que no puedes tocarme –Contestó disculpándose con su nieto –

 

-No, no importa abuelita ¡Realmente puedo verte! Y no es un sueño no sabes cuánto desee este día –El joven parecía demasiado emocionado –

 

Mientras tanto el joven Kamui subías las escaleras en cada escalón que subía su corazón se aceleraba hasta que dé un impulso comenzó a subir todos los escalones corriendo.

 

-¡Hey no corras por las escaleras! –Escucho a alguien gritarle para ver a un doctor sumamente joven –Rayos ¿pero quién te crio?

 

-Lo siento ¿doctor? –Menciono, era un hombre bastante alto tanto como su padre de larga cabellera negra y ojos zafiros intensos, realmente tenía un gran parecido con su padre excepto por el color de cabello –

 

-Tsk, tienes que tener cuidado, por lo que veo no eres un niño ¿quién eres? –Pregunto –Te me haces familiar.

 

-Soy…Fuyu Kamui hijo del doctor Kamui Gakupo –Murmuro –

 

-¿eh? ¿Mi nieto? –Aquello lo había dejado fuera de lugar – Mi nombre es Kiosuke Kamui.

 

-¡¿Eh?! ¡¿Usted es mi abuelo?! Pero, pero papá me contó que murió cuando el tenia veinticinco –Contestó impresionado –

 

-Lo sé, desde entonces nos veíamos aquí, jajá era una suerte que yo haya trabajado aquí como enfermero al final este no es un mal lugar –murmuro –Y dime Fu-chan ¿Qué haces aquí?

 

-Yo…vine a ver a mi papá –Contestó –

 

-Oh, ya veo –Hizo como si estuviera pensándolo –puede que este por el tercer o cuarto piso en realidad, si no tal vez lo encontrarás en la azotea pero ten algo de cuidado ¿va? La azotea es un poco peligrosa para ti.

 

-Uh….si ¿abuelo? –El hombre sonrió alborotándole el cabello –

 

-Eres todo un Kamui ¿eh? tienes todo nuestro parentesco –Río con algo de orgullo en su voz – y dime ¿Qué carrera escogiste?

 

-Igualmente quiero ser doctor –Respondió – También hago de enfermero en un hospital pero hoy es mi noche libre.

 

-Oh –Comentó –Si necesitas de algún apoyo aquí hay muchos doctores que podrían darte consejos expertos en su materia ¿eh? –El joven asintió –Bueno tengo que atender algunos pacientes nos vemos Fu-chan.

 

Solo le vio alejarse aquella había sido la conversación más extraña que había tenido, subió las escaleras poco a poco para llegar al tercer piso comenzó a caminar por este pero no había rastros de su padre, comenzó nuevamente a subir las escaleras hacia el cuarto piso, para encontrar al joven  de cabellos azules.

 

-¿Fuyu? ¿Qué haces aquí? –Pregunto ladeado la cabeza –

 

-Yo quería ver a mi papá –Respondió –

 

-Oh, bueno Gakupo está en la azotea desde que llego pasa un tiempo pensado allí supongo que también le cuesta adaptarse un poco al hecho de que ya sabes… a esto –Menciono con una ligera sonrisa cargada de tristeza –Estoy seguro que le animara el verte.

 

-Gracias ¿eh? lo siento no me acuerdo de tu nombre –Profirió –

 

-Kaito Shion –El joven asintió y prosiguió a dirigirse hacia la azotea –Ten cuidado la azotea es peligrosa para ti.

No estaba entendiendo porque todos le decían que la azotea era peligrosa para él hasta que llego allí arriba y noto el enorme agujero que podía regresarlo al primer piso y que sería una muerte segura, paso con cuidado por aquel agujero, notando algo que lo dejo helado, había personas que al parecer si habían caído por aquel agujero y eso le hizo tragar saliva y sentir miedo por ese lugar.

-¿Fuyu? –Escucho aquella voz y soltó un ligero respingón alejándose de aquella vista, el vértigo estaba comenzando a azorarlo – ¿Qué haces aquí? es peligroso para ti.

 

-Quería verte –Contestó no podía verlo en realidad porque no podía pasar más de allí pero podía escuchar sus pasos –necesitaba hablar contigo.

-Entiendo pero por favor hablemos en otro lugar la azotea es peligrosa para ti –Y lo comprendía grandiosamente bien y le parecía una gran idea –

 

-Si –Se alejó a paso lento y cuidadoso para no resbalar y nuevamente estar en la puerta por la que había entrado, bajo las escaleras sintiendo que era seguido pero por alguna extraña razón no tenia deseos de voltear hacia atrás ¿realmente era seguro que ese hombre era su papá? era su voz pero tenía esas dudas –

Cuando al fin las escaleras terminaron se quedó mirando aquel piso que parecía completamente desolado, aun no tenía deseos de voltear hacia atrás ¿le habrá seguido? –Bueno, aquí estoy Fuyu –escucho su voz nuevamente y con algo de lentitud volteo a mirarle conteniendo el aliento, su padre se veía joven realmente joven, entendía  por qué decían que él era la viva imagen de su padre y así era –

 

-Padre –Soltó el aire y sintió como si un peso de sus hombros se marchara las lágrimas amenazaba con salirse de sus ojos, pero sentía un gran alivio en su pecho en esos instantes –

-Todo está bien Fuyu –Habló acariciándolo sutilmente el joven sintió como si una brisa fría le rosara la mejilla y sonrió –

 

-lo sé, es solo que… solo que… yo no me sentía tan listo –murmuro – tú lo sabías ¿no es verdad?

 

-Si yo lo sabía –Respondió –No te lo dije porque no quería que estuvieras triste o que hicieras inventos locos y me encerraras en una clínica, era mi hora y mi momento.

 

-Y… ¿estás feliz? –Pregunto – ¿por… estar con él? 

-Lo estoy, pero estoy triste por dejarte –comentó –

 

-yo podré verte ¿viniendo aquí? – No deseaba separarse de su padre del hombre al que más admiraba y de la razón por la que podía decirse orgulloso de llevar en sus venas su sangre –

-No, no podrás Fuyu, yo me iré –comentó –

 

-¿A dónde? –pregunto –

 

-A reencarna –Habló –Aun me faltan vidas por vivir el cielo aún no está listo para mí y pecados que debo terminar de pagarlos.

 

-¿pecados? ¿Cómo amar a ese chico? –pero su padre negó –

 

-otro tipo de pecados –comentó –Es solo que, deseaba ver por última vez el amanecer –Expreso –me alegra de que estés aquí.

-Así que está será la última y definitiva vez en la que yo te vea –profirió –

 

-me temo que si –Respondió –pero no te preocupes yo siempre estaré contigo Fuyu, te recordaré y te querré ya verás –El joven asintió conteniendo las lágrimas fue abrazado por su padre y deseo tanto aferrarse a ese abrazo –

Se dijeron un adiós que tanto el joven necesitaba para verlo marcharse con el joven y perderse al final del pasillo hasta que no logro distinguir la silueta de ambos.

En ocasiones iba a hospital solo para hablar con su abuelo o con otros doctores y resolver algunos problemas que él no entendía la sabiduría de esos hombres era grande y por eso pedía sus consejos.

La mayoría no entendía porque alguien que pertenecía a una familia respetable de doctores había comprado las tierras de aquel hospital en ruinas solo para que no lo demolieran, los años fueron pasando y él tenía el mismo porte que sus familiares llevándolo a los hombros.

Otro gran doctor de la familia Kamui caminaba por los pasillos de un hospital, su vida había estado entre su laburo, el hospital abandonado, su familia y claro su pareja, con sus años ya en alto un hijo de 17 años y más responsabilidades que nunca sintiendo que en cada momento se hundía en su abismo.

Escucho la risa de unos niños en el pasillo de pediatría, unos niños que jugaban, un niño de cabellos azules quien tenía una curita en su nariz y que al parecer tenía un poco de fiebre, el otro niño tenía un vendaje en su brazo, una curita en su mejilla y le sonreía al otro.

En la mirada de aquellos dos niños pudo detectar el amor que ambos se tenían a pesar de ser jóvenes y no comprenderlo y no necesito averiguarlo algo en su interior se lo decía, lo sentía en el fondo de su ser ese pequeño con el vendaje en el brazo era su papá.

El pequeño volteo y lo miró sus grandes ojos zafiros se posaron sobre él, le sonrió una gran sonrisa a la que le faltaba un diente, río suavemente y sentía una gran felicidad en ese instante de verlo allí.

El peso que sintió se podía ir, todo estaba bien él podía seguir adelante, al fin podría dormir luego de su larga noche en vela.




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