<<...Tengo que salvarlo esa familia solo terminará por matarlo. Debo correr más rápido, no hay tiempo que perder...>>
Eso era todo. Ya estaba confirmado, Zoro jamás se iba a fijar en ella. El amor que Perona sentía por Zoro no se podía ni comparar con el que él sentía por Sanji. Desde siempre lo supo pero no quiso admitirlo, se negaba a creer que ya no tenía oportunidad alguna con él. Pero ya todo acabó. Ella no viviría al lado de Zoro como tanto quería, pues no sería feliz al lado de alguien que no la quiere. Y su infelicidad el mundo la pagaría. En ese momento exacto juró vengarse del mundo entero. No permitiría que nadie fuese feliz si ella no lo era. Y el único testigo de su juramento fue el niño a quien amó.
El pequeño de cabellera verde solo pensaba en su gran amigo Sanji, el niño del que se enamoró poco a poco. Era extraño pero no sintió la lastima de Perona aún cuando ella le gritaba "maldito insensible", ni tampoco lo hizo cuando está, llorando lo golpeó en el rostro. En su mente él único que rondaba era Sanji, su amigo y vecino.
<<...Espero no llegues a tiempo...>> Fueron las últimas palabras de Perona.
Zoro sabía muy bien que sin Perona tal vez no podría llegar a tiempo al tener pésimo sentido de la orientación, pero con la prisa del momento no pensó en eso, y con la energía encendida corrió hasta más no poder. Esperaba la suerte lo acompañara... Pero no fue así...
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Todo era confuso. Su corason latia debilmente. Todo su cuerpo dolía. De seguros esa familia, otra vez se había exedido. Otra vez lo habían dejado tan mal que casí ni recordaba cómo empezó todo... no eso si lo recordaba esta vez... fue por Zoro. Ese vecino, amigo y primer amor, de alguna forma había sido el causante de su estado.
No, eso no fue así, él no fue el culpable. El responsable era su asqueroso padre. Ese hombre al que tanto quiso impresionar un día, provocó todo esto. Sus hermanos sólo obedecian. Él era el maldito lider.
Él fue el que le quitó todo a su amigo, él que le borró la memoria, él que lo hizo descuidado, torpe y desorientado, y sin razón alguna... ah claro su única excusa: "No permito maricones en mí familia, mucho menos si son tan inutiles como tú, deberías concentrarte en ser mejor que en amorios, mucho menos si son tan asquerosos como este"
Tal ves tenía razón, tal vez era inhumano su romance, o incluso ni siquiera era correspondido... pero si es así porqué sólo su madre y su hermana lo tomaron tan bien, a diferencia de sus hermanos y padre... la mente de los hombres era tan cerrada, y de ser así, la de Zoro sería igual de cerrada que la de ellos... y si era como decián sus hermanos... y si tal vez el fuese más mujer que su propia hermana...
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No podía restrasarse, debía llegar justo a tiempo. Hoy sería su última oportunidad para estar con su mejor amigo y compañero... no debía llegar tarde. Aún el mundo era muy confuso para él, pero ese chico lo hacía tan claro que no podía fallarle, sobre todo por cómo lo hacía sentir.
Todo su mundo era él joven de ojos azules y cabellera rubia, sin él Zoro estaría entraría en la desesperación más grande, ese muchacho se había convertido en su vicio más grande. Y eso, en vez de molestarle, lo ponía muy feliz... cada vez que miraba esa bella sonrisa, su corazón se detenía y casí podía sentir como se acompasaba al del chico...
Aquí no había chance para el más mínimo error.
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Ya estaba desidido, no lo arrastraría a su mundo de perversión... no, no podía obligar a ese inoscente muchacho a quedarse con un cerdo como él. Aunque al menos debía agradecerle toda la felicidad que le había entregado... Por eso, no podía dejar que su padre lo encontrara nunca. Por suerte para él, jamás lo había visto, eso facilitaría su huida.
Sí, se lo llevaría lejos de allí, donde no lo encontrara, y le borraría la memoria, para que no lo buscara en la vida. Así tendría una vida plena, se enamoría de alguna chica, tal vez se casaría, tendría hijos, una casa, estabilidad, y moriría de viejo al lado de su amada... si tendría lo que él jamás podría darle. Una vida pacifica.
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A lo lejos podía ver la embarcación que le prometió. Exactamente en el punto que dijo. Pero ni rasto de Sanji. Su brillante cabellera no estaba por ningún lado.
Buscó en los alrededores, nada. Buscó en la cubierta, nada. Esperoó y observó atento por su llegada, nada. Decídió entrar, por fin lo encontró, per en qué estado. Su cuerpo era un asco... estaba casí todo su cuerpo vendado, parecía una momía andante. pero él sabía que era su Sanji, lo sentía.
Efectivamente lo era. Lo abrazó fuertemente, pero por los quejidos lo soltó bruscamente. Se disculpó y beso casí por intinto a su compañerito. Quien con el corazón en la mano, lo apartó lentamente...
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Será mejor no tenerlo cercapara no dañarlo con la separacíón...
"¿Pero qué reyos estás pensando, tú le borraras la mería en cuanto salgas del north blue, luego sólo tú recordarás lo que pasó."
Era verdad, para que empezar ahora con la distancia cuando nunca más lo volvería aver. Al girarme logro ver una expresión de profunda tristeza... no se si será porque se sienten mal por mi estado o por... "que cosas dices a él no le puedes gustar, lo único que hizo fue lo que le enseñaste tu."
Camino como puedo y lo abrazo lo más fuerte que puedo, el me responde el abrazo con mucho cuidado.
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Toda esa noche durmieron así, abrazados. Toda la mañana siguiente, y la noche que le siguió, la que siguió... así fue hasta llegar a una isla en el East blue. Allí fue cuando se separaron definitivamente...
Sanji y Zoro recorrieron el lugar y, una vez se lo aprendieron, Sanji convenció a Zoro de que debía vacunarse contra unaenfermedad que sólo había en esa isla. Este, por su parte, le creyó toda esa historia. El muchacho de rubios cabellos, depués de inyectar al de melena verde, le muestra el lugar, mencionado constantemente <<Tu nombre es Roronoa Zoro, te gusta en Kendo, quieres ser el mejor del mundo, tú honor es lo más importante para tí, y yo no existio en tus rescuerdos". Y con estas últimas palabras Roronoa cierra sus ojos y Sanji lo besa por última vez, antes de subir a una nueva nave, en busca de una vida alejada de todo lo que alguna vez quiso y/o amó...
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