Desde la más tierna infancia de su hijo, Kushina sintió que su pequeño Naruto sería un niño muy especial, lo pudo sentir la primera vez que tuvo su pequeño cuerpo entre sus brazos.
Sin embargo kushina no fue consciente de lo verdaderamente especial que era Naruto, hasta que en un viaje familiar a la fría tierra de Bavaria, lugar de origen de su esposo Minato. Visitaron el castillo de Neuschwanstein, en el que en un pequeño descuido por parte de ambos, un pequeño Naruto de cinco años se perdió.
Buscaron desesperados a su pequeño y cuando finalmente lograron encontrarlo, el pequeño Naruto de 5 años no dejo de decir que habia estado jugando a las escondidas con su nuevo amigo llamado Luis II, a quien le gustaba decirle cisne.
En aquel momento kushina se dio cuenta de que su pequeño era más especial de lo que se habia imaginado.
Lamentablemente la pelirroja no tuvo el suficiente tiempo para ver cuán más especial podría llegar a ser su pequeño.
Con la mirada clavada intensamente en la ventana, observando las nubes grises surcar el firmamento, Sasuke se aburriría terriblemente. Los días nublados en particular nunca le habían gustado y la clase en la que se encontraba no lo ayudaba mucho.
Estaba a punto de ir al baño a echarse agua en la cara, cuando la mención de una sola palabra lo hizo permanecer en su lugar.
Rumania habia dicho su profesor mientras hablaba de los montes Cárpatos.
Aquello inevitablemente lo habia hecho recordar, la primera vez que habia visitado dicho país, más específicamente Transilvania.
Siempre recordaba con algo de melancolía aquel día debido a que habia ido a aquella mítica tierra a conocer al novio de su madre, quien ahora era su padrastro. No obstante ese no era el motivo por el que recordaba melancólico aquel día, sino porque ese día también habia conocido a su ahora hermanastro Naruto.
Y desde que lo vio, a su corta edad de 12 años, no pudo evitar sentir melancolía al conocer a un triste Naruto de 10 años.
Antes de que su clase finalizara recibió un mensaje de su hermano Itachi informándole que no podría ir a recogerlo, así que lamentándose internamente haber prestado su carro se apresuró a abandonar el instituto, debido a que las tormentosas nubes seguían en el firmamento.
Llego justo cuando las primeras gotas empezaron a caer y entro rápidamente dirigiéndose a su habitación. Quedándose estático al encontrar en esta a Naruto.
— ¿Naruto, que haces aquí? —pregunto confundido, ya que se suponía que Naruto estaba en Transilvania con sus abuelos maternos.
—He venido con nuestros padres, ahora viviré con ustedes—
Las palabras pronunciadas por Naruto habían sorprendido a Sasuke más que encontrárselo en su habitación así que necesito unos minutos para asimilarlas.
Y una vez que las asimilo, sonrió muy levemente y dijo— bienvenido, necesitas que te ayude a desempacar—
—No, gracias pudo yo solo, no traje muchas cosas—
—Bueno, estaré a bajo por si necesitas algo—
Naruto, asintió levemente y Sasuke bajo rápidamente en busca de sus padres, a quienes encontró en la cocina.
— ¿por qué no avisaron que traerían a Naruto? — pregunto
Minato y Mikoto se dedicaron una rápida mirada y Mikoto dijo con una ligera sonrisa—era una sorpresa—
—Vaya sorpresa, creía que Naruto no quería vivir con nosotros—
—Eso ha cambiado querido, ¿quieres una taza de café?—le dijo Mikoto mientras servía café para ella y Minato.
—no gracias, prefiero un poco de agua— dijo y saso del refrigerador una botella de agua.
—Sasuke, no te molestara compartir habitación con Naruto verdad, solo en lo que compramos una casa más grande para los cinco— dijo Minato con una sonrisa.
—por supuesto que no—dijo Sasuke y volvió a ir a su habitación, encontrándose ahora a un Naruto dormido.
Se le hacía curioso que Naruto estuviera a solo unos metros de él, cuando hacia solo unas horas lo creía en otro continente.