“Cielo, por tu luz, por esa caricia, yo sería capaz de rendir mi ser; ya no tiene caso, mirar hacia otro lado, todo lo que espero lo encuentro en ti.”
Esa hermosa mirada calmada que me fascinaba, porque el solo ver su rostro animaba mi corazón, aunque ahora solo me destruye.
Yo Portogas D. Ace, fui un joven y saludable chico de 17 años de edad, el único detalle es que conocí a un hombre que hizo enloquecer a mi corazón.
Marco Phoenix, un rubio de extraño peinado, con ojos de cielo que calmadamente me miraba, sonreía y mi corazón hacia brincar en un brusco palpitar.
Al entrar al barco de mi padre, Shirohige, lo conocí como el primer comandante de su tripulación, al principio solo sentía resentimiento por el hecho de haber sido recluido en su barco, pero al tiempo que aceptaba mi situación mis sentimientos fueron cambiando…
Esto podría considerarse una pequeña hojeada a mi vida, aunque solo las partes que más disfrute y por supuesto las que más odie…
Un día cualquiera, en cierto barco en algún lugar del mar…
- Marco , porque siempre tienes una expresión tan calmada o debería decir aburrida, mmm tal vez adormecida o algo así – le pregunte un día al rubio con ojos de cielo
- Es tu imaginación Ace, solo es mi única y personal forma de ver el mundo – me contesto el rubio con su típica sonrisa
- Me pregunto, si algo me ocurriera, tu expresión cambiaría?-
- Ace! , a ti no te pasara nada –
- Mmmm seguramente solo cambiaría si le ocurre algo a padre cierto Marco?-
- Ace nunca dejare que algo te suceda, ni a padre tampoco, yo te protegeré pase lo que pase entiendes? – solo pude asentir con un ligero sonrojo, ese hombre si que sabía hacer confundir a mi corazón
- Gracias Marco, por considerarme tu hermano hasta ese punto, yo también te protegeré pase lo que pase- solo sentí un gran golpe en la cabeza y un pequeño chichon brotar cuando el se levanto y se dirigía a la puerta de la habitación que compartíamos en Moby Dick
- No es por eso estas equivocado, eres realmente idiota Portogas D. Ace – ese hombre con el cielo y el mar en la mirada salio de la habitación dejándome verdaderamente confundido, yo se que soy idiota, pero a que se refería con que estaba equivocado
Joder, esa fue una de las primeras veces que aquel hombre me hablo de esa manera, lo cual aumento poco a poco, junto con el palpitar de mi pobre corazón
- Ace, esas pecas tuyas son realmente lindas sabias?-
- Marco por favor deja de bromear quieres – realmente le gustaba subir los colores a mi rostro a ese hombre peinado de piña
- Para nada es un juego baka, realmente pienso que eres muy lindo- mientras esas tiernas palabras se escapaban de entre sus labios, puso su mano en mi cabeza y revolvió mi cabello suavemente, bajo su mano de a mi mejilla y finalizo rosando mis liabios con su dedo pulgar; me miro a los ojos con una sonrisa satisfecha, se apartó y de nuevo me dejo solo con un enorme sonrojo y una confusión dada entre la guerra de mi cerebro y mi corazón.
Ese hombre cruel realmente quería observar como me daba un infarto, de eso estoy muy seguro, pero aun así, el solo hecho de recordar su mirada y su tacto perturban mi mente en más de una manera.
- Marco, nos conocemos desde hace más de dos años cierto?, y aun así no logro entender que rayos pasa por tu mente al tener esa expresión tan aburrida – le dije un día a cierto rubio con un peinado extraño, el mismo por el que latía mi corazón
- Quieres saber lo que hay en mi mente? –
- Realmente me lo diras? –
- Claro, solo si cierras los ojos –
- Cerrar los ojos? Eso es extraño y no suena como algo que debiera hacer jeje –
- No confías en mi Ace? –
- Claro que si Marco , solo bromeaba – cerré los ojos y escuche como se acercaba lentamente a mi hasta que me abrazo por la espalda, podía escuchar como mi corazón se aceleraba y me preguntaba si él podría escucharlo, qué pensaría?; escuche su respiración justo aun lado de mi oído, no cabía de alegría al por fin poder ser abrazado por la persona que tanto anhelaba, mis pensamientos fueron interrumpidos por un susurro tenue e íntimo ….
- En ti, la mayoría del tiempo solo pienso en ti, en tus lindas pecas, en tu hermosa sonrisa, en tu única voz, en tus ojos, en tus labios, en tu cuerpo, todas y cada una de las partes que conforman tu ser y que me han enamorado, son las que cruzan por mi mente mientras tengo esta expresión durante todo el día, todos los días – solo pude temblar en su abrazo mientras intentaba contener las gotas que se esforzaban por salir de mis ojos, el me soltó un poco apresurado, supongo que pensó que le estaba rechazando porque me dijo
- Lo siento Ace, no quería hacerte sentir mal; puedes olvidar lo que dije? – y mi rubio, si mi rubio, dio vuelta y empezó a alejarse; yo solo pude dar vuelta de igual manera y aferrarme a su espalda, no podía dejar que me dejara
- Tardaste demasiado baka!, no podías decirlo seriamente antes, por un tiempo pensé que solo te divertías conmigo – esa fue la primera vez que vi a Marco cambiar su expresión y abrir sus ojos de par en par dejando de lado esa mirada somnolienta que siempre tenía
- Ace? , entonces es correcto para mi amarte? –
- Nunca igualaras mis sentimientos, Te amo Marco –
- Gracias Ace, yo a ti te amo como no te imaginas – el beso que me dio después de eso es el que marco mi ser como suyo eternamente, tierno y pasional, lo ame, lo amaba y siempre lo amaré.
Y así empezó a transcurrir mi pequeña historia de amor por fin correspondido.