{PROLOGO}
─ Bienvenidos, jovenes estudiantes a un nuevo año escolar.
Me llamo Jay. Jay Howlett. Tengo 17 años y estoy en mi último año de preparatoria. Oh bueno, se supone.
Miro aburrido, sentado a la orilla del escenario al director que le habla a los nuevos y no tan nuevos estudiantes, dándoles la bienvenida y todo es eproceso. Estamos en la ceremonia de ingreso.
Nunca me ha agradado ese vejestorio de mierda. Se la pasa regañándome todo el tiempo... Se la pasaba, quiero decir.
Me leanto de mi puesto improvisado y me acerco a él por detrás. Riéndome tontamente por lo bajo, le doy un suave golpe en su mejilla. Es suficiente para que el viejo se despiste totalmente de lo que estaba hablando y se quede mudo, intentando avergiuar que bicho le pico.
¡Ja! Que estupido se ve ahora, tan confundido con su carita de idiota. Noto como algunos estudiantes se ríen por la ridiculez y la torpeza del director.
─ Eh... ─ Intenta recomponerse el director. ─ C-Con el ciclo de un nuevo año escolar, vienen nuevas experiencias. Nosotros esperamos que aprovechen bien su tiempo y se enfoquen en bañarse de conocimiento.
Agh, no soporto escucharlo hablar babosadas.
Como decía... ¿Tengo qué decir cosas sobre mí, no? Bueno...
Esto- Estaba. Estaba en el equipo de fútbol. También tenía una banda.
Se podría decir que era el chico más popular del colegio. Era capitán del equipo de fútbol, tenía de novia a la capitana de las porristas, a la chica más hermosa del colegio. Y claro, todas las otras chicas estaban a mis pies. Todos me conocían y me hablaban. Algunos incluso me tenían miedo. Pero aún así, mi vida es perfecta... Era.
Joder, aún no me acostumbro a hablar en pasado.
─ Ah, y también. Como ya saben, han pasado aproximadamente unos seis meses desde que nuestro querido amigo y hermano Jason Howlett desapareció. Les recordamos que si algunos de ustedes lo ha visto o sabe algo respecto a él, avísenle inmediatamente a las autoridades.
Oh. Se me olvidaba mencionarlo. Estoy muerto.
Sí, muerto. Literalmente muerto.
No sé como fue que pasó. Yo estaba ahí, tranquilamente agonizando y de repente ¡Pum! Algo pasó. Todo el dolor que sentía desapareció de la nada. Fue un alivio... O al menos hasta que voltee hacia atrás y vi mi cuerpo muerto y ensangrentado.
Fue algo muy... intenso. En realidad, no me gusta hablar mucho de ello.
─ Ahora, les deseo la mejor de las suertes en este nuevo año. Pueden retirarse a sus salones para comenzar sus clases. ─ Anunció el hombre y todos se fueron.
Bueno, como sea. Ahora se supone que soy una especie de 'fantasma'. O un espíritu. O algo así. No estoy realmente seguro, pero lo sé porque cuando pasó y salí huyendo, intenté buscar ayuda pero nadie me hizo caso. Nadie me oía ni tampoco me veía. Era muy, muy extraño. Y no hacía falta ser un genio para saber que estaba muerto y que ahora era un ser fantasmal.
Y quizás piensen que ser un fantasma es horrible, que me la pasaba todo el tiempo meláncolico y triste pensando en mi vida pasada y todo lo que no llegué ser... ¡Pero no!
Ser un fatasma es divertido, en realidad. Parece que puedo tocar a las personas y a los objetos, no mucho tiempo, pero puedo hacerlo. Peroe llos no a mi. Como por cuatro segundos más o menos y luego mi mano los traspasa. ¡Y es genial! Puedo joder y hacer bromas todo el tiempo sin que nadie se dé cuenta de quien fue.
Puedo traspasar paredes y también levitar. Tampoco me canso nunca, ni siento sueño, ni hambre, ni sed. Ni nada...
Oh, también puedo susurrar al viento, las personas me oyen pero no me entienden. Lo que es genial también porque puedo esconderme en el baño y hacer ruiditos raros y divertirme a costa de las reacciones aterradas de las personas.
Lo único malo de todo esto es que a veces me siento un poco solo... Pero ni modo.
Mi vida es perfecta. Ahora no tengo que lidiar con mi estúpido padre. Ni con ninguna de mis responsabilidades.
Porque después de tanto tiempo, por fin soy libre.