La habitación estaba desordenada y medianamente sucia. En una cama vieja e igualmente sucia dormía un chico de piel caucásica, un poco pálido con gran cantidad de cicatrices de navaja en la espala, además de marcas moradas y rojizas, aparentemente recientes.
Dormía boca abajo mientras "abrazaba" su almohada. La alarma de su celular sonó con una canción de la banda Slipknot y el joven con grandes ojeras despertó, un poco enfadado ya que menos de una hora había podido conciliar el sueño tras casi 5 horas de insomnio.
Tomó el teléfono de la mesita de noche que estaba a un lado de él para mirar la hora (5:30 a.m.). Se pudo ver que en el brazo del muchacho pequeños moretones que eran señales de que se había inyectado alguna clase de sustancia, posiblemente Anfetaminas.
Soltó un pequeño bostezo mientras rascaba su cabello negro un poco largo y relativamente ondulado.
El joven tenía la costumbre de dormir únicamente con su ropa interior, en éste caso un bóxer azul con decorados en blanco a los costados; se vistió con una camiseta negra para salir al baño y darse una ducha. Quitó el seguro de su puerta y se percató que en la perilla se encontraba su nuevo uniforme escolar, que consistía en una camisa blanca, pantalón gris y un saco negro junto con una corbata de color carmesí, un uniforme al que estaba acostumbrado a que sería la 4ta vez que lo usaría en su vida.
Lo miró brevemente con desprecio y continuó su trayecto con destino al cuarto de baño. Mientras se duchaba, sintió tranquilidad y una relajación increíble; el agua casi hirviendo despejaba su mente de una manera casi única. La puerta del baño fue golpeada con fuerza e ira mientras un hombre maduro comenzaba a hablar, igualmente, con un tono de molestia.
-¿Todavía te éstas duchando pedazo de vago? Llevas ahí casi una hora y llegarás tarde a la escuela.
-Déjame en paz Bernard, ¿no deberías largarte ya al trabajo...?-Exclamó el muchacho bastante alterado.
-No me hables así mocoso, recuerda que soy tu padre. Sólo iba a decirte que no me esperes para la cena, estaré en el trabajo hasta tarde.
-¿Y a mí qué me importa?
-No te importa, pero aun así debo decírtelo. Recuerda que tengo contacto con tus profesores así que si llegas a faltar o llegar tarde te las verás conmigo.
-¿Qué vas a hacerme? ¿Golpearme?
-Quizás, no me provoques. Me voy de una vez, no tardes en irte.
Abisai no respondió, simplemente siguió enjabonando su cuerpo para terminar de una vez. Ya finalizada la primera parte de su rutina regresó a su habitación para vestirse aunque no estaba dispuesto a usarlo completamente, lanzó un rincón de su habitación el chaleco y la corbata, así como la camisa blanca de manga larga siendo reemplazada por una arrugada camisa de mangas cortas, igualmente blanca. Pero antes se puso una playera negra con el grabado blanco "Fuck the Justice" y encima de ésta su camisa del uniforme.
Tomó de su armario un bóxer mitad negro y mitad blanco que en la parte trasera tenía el rostro del personaje "Monokuma". Dicha prenda le quedaba un poco pequeña, pero le gustaba demasiado ya que fue un regalo de su hermana, quien desde hace más de 4 años estudiaba en Londres.
Sabía que debía alimentarse, por los efectos de la dosis de droga que había ingerido unas cuantas horas antes le impedía sentir hambre, aunque sabía que tarde o temprano la necesidad de comer aparecería y con fuerza, así que tomó una manzana del frutero que yacía en la mesa del comedor.
Tomó su mochila y antes de irse metió en ella 3 cigarrillos que eran propiedad de su padre, mientras lo encendía y dejaba que el humo del tabaco recorriera su garganta hasta inundar sus jóvenes pulmones.
Se dirigió a la habitación de su padre para ver a su joven sobrino de 4 años de nombre Miles, hijo de su única hermana Amanda, quien dormía en una pequeña cama justo a un lado de la cama de su padre. Acarició la cabeza del pequeño y le deseó felices sueños.
-Tú no tienes que sufrir toda la mierda que yo, por lo menos aún no.-Dijo con un volumen bajo, casi silencioso para no despertar a quien fuera, junto con su hermana, el único ser al que amaba.
Tras esto, se fue de su hogar apenas a 15 minutos de que las clases iniciaran mientras encendía otro cigarrillo, para hacer su viaje más “tranquilo”, mientras pensaba para sus adentros: ¿Por qué seguía yendo a un lugar que tanto odiaba?
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