Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estrechando el pecado por SoraBlackDragon

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

«Pensamientos»

—Diálogo—

Notas del capitulo:

Como he prometido, aquí esta la secuela del drabble «Déjate abrazar por la noche». No creí que lo subiría tan rápido; pero cuando una tiene inspiración ¡Hay que aprovechar!


Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Matsuri Hino.

Edité unas pequeñas faltas de redacción~
Linda, muchas gracias por tu ayuda <3

SBD~

Capítulo 1.- El Conde.

En las noches oscuras donde incluso la luna se ocultaba, los aldeanos se aglomeraban en una taberna a contar las historias de criaturas siniestras viviendo a su alrededor.

–¡Se los juro! ¡Muchos accidentes suceden ahí! – Las risas de los oyentes se hicieron presentes, muchas de ellas hipaban bajo la influencia del alcohol; sin embargo callaron de inmediato al estrépito romper de una jarra de cerveza. Todos giraron a ver al origen de ello.

–¿Les causa tanta gracia la desdicha ajena? – La rabia en aquella pregunta se mezclaba con el nudo del llanto. –Mi Ophelia… ¡mi amada Ophelia fue víctima de esos monstruos! – surcos de lágrimas se marcaban en el sucio rostro del muchacho; su vestimenta rota y con manchas oscuras, quizá de sangre, enchinaban la piel de los que se encontraban más cerca, pues se preguntaban «¿Qué le ocurrió a éste hombre?».

–¡Pero cuenta! – Se atrevió a gritar uno.

–Vi claramente como esas dos sabandijas la arrastraron hacia el bosque. Eran como dos gotas de agua, idénticos; sus ojos…esos ojos calaron hasta lo más profundo de mí, parecían estar inyectados de sangre y sus dientes ¡Como si una lija les hubiera afilado! ¡¡Eran bestias con piel humana!! – Se exaltó más, gritando con toda la furia y dolor que contenía.

–¡¡Si!! –Apoyó el primero que habló. – ¡Ellos dos causan los accidentes para llevarse a las víctimas! Muchos creen que lo hacen para que su amo beba su sangre. –

–Vampiros…– Se escuchó como se cargó una escopeta. Los presentes viraron hacia el hombre de profunda voz, quien levantaba su sombrero descubriendo su rostro: Cabello negro, ojo azulado y parche en el otro. –…Hay que cazarlos. –

-°-

–Ah…Ka-Kaname... ¡Ahh! – Kiryuu Zero gemía de manera descontrolada, pues sobre él se encontraba el dueño de sus pesadillas, aquel ser que le llevó a lo más bajo del pecado. Marcándolo, reclamándolo. Las estocadas recibidas provocaban espasmos enchinando su piel   y  su garganta no podía parar de emitir el canto del deseo.

El conde Kuran, un hombre lleno de misterio, era más sencillo de lo que muchos podían creer; pues una sola cosa era lo que cabía en su cabeza «Tenerlos únicamente para él».

Como en ese momento. Los movimientos de su cadera aumentaron el ritmo; dando de lleno,  hundido en sus entrañas, justo en aquel manojo de nervios que hicieron estallar al joven entre sus brazos. La blanca espesura manchó sus vientres y la opresión de aquellas tiernas paredes le llevaron al punto culminante del clímax.

–¡¡Kuran!! – Abrió los párpados exaltado por aquel grito. «¿Quién se atrevía…?» – ¡¿Qué demonios estás soñando?! – Frente a él estaba el joven protagonista de su ensoñación.

Así eran sus crepúsculos desde hacía un año; despertaba en una cama con dos demoniacos ángeles de cada lado, pero ninguno de ellos cedía a sus encantos.

– ¿Por qué el maestro Kaname sueña con Zero, pero se olvida de mí? ¡Eso es cruel! – Ichiru infló sus mofletes y Kaname sonrió travieso ante eso.

– ¿Acaso Ichi quiere divertirse conmigo? –Ronroneó al tiempo que se colocó sobre el menor con un rápido movimiento.

– ¡Ni en tus sueños, Kuran! – Gruñe el mayor de los gemelos pateando a Kaname en represión.

– ¡Eso ya lo sé! – Los ojos del conde se volvieron rojos y tomó con cada una de sus manos ambas muñecas de los hermanos.

Al menos Ichiru le obsequiaba caricias furtivas fuera de la vista del refunfuñón, lo que menguaba ligeramente sus deseos carnales; en cambio Kiryuu Zero le prendía más a cada negativa, no por nada día tras día sus sueños eran invadidos por el mayor de los gemelos. « ¿Yo tengo la culpa?» Su estómago ardió en furia.

— ¿Acaso olvidan quien es su dueño? ¡Ustedes me pertenecen! – La dentadura puntiaguda amenazó el cuello del más joven. – Y yo tengo lo suficiente para ambos. –Siseó y al segundo siguiente la membrana se rompió dejando fluir la sangre. A pesar de la fría piel que cubría sus cuerpos, muy por debajo corría tibia sangre por las venas.

Ichiru gimió y cerró sus párpados con fuerza, el punzante dolor se homogeneizó inmediatamente con el oscuro placer. Mientras tanto el mayor, Zero, forcejeó para escapar de aquel fuerte agarre, fallando al instante pues ya tenía los afilados dientes dentro de su piel. Kaname podía afirmar que el sabor de ambos líquidos era igual de delicioso; pero a pesar de ser gemelos, era sumamente diferente, tanto como sus personalidades.

En ese año aprendió que Zero solía ser cortante y le apartaba a la mínima oportunidad, tenía más independencia y orgullo; su contraparte, Ichiru, solía ser un maestro del engaño, astuto al igual que Zero; pero para beneficio propio, pues amaba jugar con los sentimientos del Conde Kuran y así recibir lo que quería. Fingía inocencia y fragilidad, pero era toda una serpiente al momento de atacar.

Para Kaname, ambos eran  diamantes en bruto, preciosas joyas que protegería con todo el poder que poseía. Para él no eran solo dos jóvenes caídos en sus garras, eran dos pecaminosos ángeles que le libraron de la soledad.

 —Bien, me gusta que se comporten. — Observó las serias y avergonzadas expresiones de ambos, las que le arrebataron una suave risilla.  —Me hacen ver como un viejo que les ha reprendido, al menos sigan mi juego.  — reprochó, dejando en libertad las manos.

El primero en reaccionar fue Ichiru, quien tomó por las mejillas al castaño besándole. Zero frunció el entrecejo y desvió la mirada por un momento, vacilando; fue el gemido de su hermano el que lo hizo girar y empujarlo fuera de los labios del castaño.

Kaname sonrió victorioso, pues el mayor de los gemelos le había tomado por sus cabellos y, de manera tosca, le pegó en un beso. Su lengua se infiltró en cuanto pudo, saboreando sin inhibición aquella dulce cavidad.

El menor no se mantuvo quieto, hábilmente enredó sus manos en el cuerpo de su amo y lamiendo cada trazo de piel que se topaba arrancó suspiros de la áspera garganta.

El conde Kuran se sintió en uno de sus sueños, temiendo por un momento que todo aquello desapareciera. Y así fue. Sus párpados se abrieron, pues ya no sintió ni los labios, ni el calor de la tierna lengua en su cuerpo. Giro su rostro hacia la puerta y por ella salía Zero, llevando a rastras a un descontento Ichiru.

 —Ya ayudamos bastante, que te diviertas solo. —

Un pesado suspiro le abandonó y con él sus ganas; sin embargo, le renovó un perverso pensamiento «Amaestrar a Kiryuu Zero».

Notas finales:

¡Gracias por leer!
Cualquier comentario, duda y/o sugerencia es bien recibida~
(Especialmente de redacción y faltas ortográficas ¡Las cuales detesto!)

-SBD-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).